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lunes, 4 de julio de 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 406

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 406. La Desesperación De Sovieshu (2)



El Duque Elgy, que notó su desconfianza, sonrió levemente.

"Esta será la primera y última vez que las ayude, después de esto no volveremos a relacionarnos."

"Eso no responde a la pregunta de por qué nos ayudas."

El Duque Elgy habló con voz suave, pero fría.

"No te forcé a aceptar mi ayuda. Si no la quieres, puedes rechazarla e irte. No necesito convencerte."

Sonaba desagradable, pero era cierto. La Vizcondesa Verdi tuvo que decidir entre asumir el riesgo con su ayuda o dejar a Glorym en manos de Sovieshu.

Fue su elección venir hasta aquí por la propuesta del Duque Elgy. Lo hizo para proteger a la preciosa bebé que había cuidado desde su nacimiento.

"Parece que te has decidido."

"Ahora no es momento de quedarse de brazos cruzados."

La Vizcondesa Verdi, que habló con firmeza, abrazó más fuerte a la bebé como si tratara de protegerla.

El Duque Elgy murmuró mientras veía a la bebé dormir plácidamente en medio de la lluvia intensa.

"La bebé se parece tanto a Rashta que me preocupa."

La Vizcondesa Verdi se apresuró a cubrir la cabeza de Glorym con la manta.

Eso era también lo que más le preocupaba.

La bebé se parecía demasiado a Rashta. Hasta el punto de que cualquiera que conociera el rostro de Rashta podría verlo reflejado en ella.

El Duque Elgy suspiró brevemente y bajó del carruaje. Su sirviente, que le esperaba fuera, abrió rápidamente el paraguas y lo levantó sobre su cabeza.

Después de que miró una última vez a la princesa y a la Vizcondesa Verdi, el Duque Elgy le aconsejó,

"El Emperador Sovieshu podría estar detrás de ti, así que será mejor darse prisa. De seguro no será bueno si te encuentra."

***

Sovieshu suspiró mientras miraba las cartas de varios países cercanos en su escritorio y se reclinó contra el respaldo de la silla.

Habían pasado unos días desde que la posición de emperatriz quedó vacante, y ya empezaban a surgir opiniones de que debía aceptar una nueva emperatriz.

Este era el alcance de momento, pero Sovieshu sabía que las opiniones se harían más intensas con el paso del tiempo.

Sovieshu volvió a suspirar. No quería a nadie a su lado por un tiempo. No sólo por los divorcios sucesivos, sino también por la maldición de Rashta.

En la Corte Suprema, Rashta gritó con todas sus fuerzas que Sovieshu era un hombre castrado.

Pocas personas creerían por completo sus palabras maliciosas. La mayoría pensaba que era el último movimiento desesperado de Rashta, mientras que unos pocos sólo lo consideraban una posibilidad.

Pero si Sovieshu se casara por tercera vez, la historia sería diferente. Todos estarían atentos a si Sovieshu tendría un hijo con la tercera emperatriz. Sólo de pensarlo le resultaba extenuante.

Cuanto más lo pensaba, más sentía un dolor punzante en un costado del abdomen. Al final, Sovieshu llamó al médico del palacio.

"¿Se encuentra bien, Su Majestad?"

"Siento un dolor punzante alrededor del abdomen."

"Necesita despejar la mente, Su Majestad."

Cuando el médico del palacio le dio la medicina, Sovieshu la tomó de inmediato y salió de la oficina.

Deambuló lentamente por el palacio principal mientras intentaba suprimir su mente abrumada.

Pero sin importar a dónde fuera, la tristeza era insoportable porque no dejaba de recordar los viejos tiempos.

Incluso fue muy difícil ver a Navier volver a casarse frente a sus ojos, pero pudo soportarlo por Glorym. Centró su mente en el bebé que pronto nacería.

Sin embargo, ahora que el bebé se había ido, también lo había hecho su paz mental. Sentía que estaba solo en medio de una fuerte ventisca.

'La Vizcondesa Verdi debe haber huido a salvo.'

Lo que se sabía en el exterior era que Glorym estaba encerrada en la torre al otro lado de Rashta. Sovieshu se quedó aturdido por un momento, recordando a la niña que no volvería a ver en el resto de su vida, luego sacudió la cabeza y se alejó por el pasillo.

Deambular sin hacer nada lo abrumó aún más, así que se dirigió de vuelta a su oficina.

Sin embargo, el Marqués Karl estaba parado frente a su oficina con una expresión muy incómoda, y a su lado había un hombre de cabello negro que nunca había visto antes.

"¿Qué ocurre?"

Cuando Sovieshu preguntó al acercarse, el Marqués Karl se inclinó cortésmente y señaló al hombre de cabello negro.

"Su Majestad, soy un enviado del Imperio Occidental. He venido con un mensaje urgente."

Sovieshu frunció el ceño.

"¿Un enviado?"

"Me llamo Crow, Su Majestad. Esta es la primera vez que le saludo."

{Nota: Crow = Cuervo.}

El hombre de cabello negro se veía demasiado sencillo para haber venido como enviado. Ni siquiera tenía compañía.

Pero si fuera un enviado falso, el Marqués Karl no lo habría traído aquí.

"¿A qué ha venido?"

Sovieshu preguntó un poco ansioso. Dado que ha recibido cartas y delegaciones de otros países una tras otra, no era extraño que un enviado del Imperio Occidental viniera en este momento.

'¿Pero por qué me siento tan ansioso?' Si fuera un simple enviado que expresaría el apoyo del Imperio Occidental, no habría venido con un mensaje urgente.

"Su Majestad, la Emperatriz Navier del Imperio Occidental fue atacada."

Sus palabras fueron como si un rayo hubiera caído, Sovieshu no pudo decir nada por un momento.

¿Atacada...? Atacada... Atacada.

"¿Qué quieres decir con atacada?"

Cuando Sovieshu preguntó asustado, tras entender finalmente sus palabras, el enviado de cabello negro respondió con dificultad.

"Exactamente eso. Un hombre que guardaba rencor al Emperador Heinley se lanzó deliberadamente sobre la Emperatriz Navier desde el techo del palacio."

El Marqués Karl miró al enviado con la boca abierta mientras que Sovieshu sacudió la cabeza por reflejo.

'No puede ser. No puede ser.'

Entonces Evely vino a su mente. Evely era una maga sanadora extremadamente rara y valiosa.

"Si es Evely... espera, ¿en qué estado se encuentra? No me digas que...'

"¿Murió?"

La voz de Sovieshu tembló como la de una oveja.

"No."

El enviado de cabello negro se apresuró a responder.

"Está viva. Pero sigue en coma..."

"Hay una maga en nuestro país que puede usar magia curativa. La Emperatriz Navier la patrocinó mientras estuvo aquí, así que puede ir al Imperio Occidental a ayudarla."

Antes de que el enviado pudiera solicitar la ayuda de una maga llamada 'Evely', Sovieshu se adelantó y dijo,

"Marqués Karl. Busca a Evely y cuéntale la situación en el camino."

Después de dar instrucciones rápidamente al Marqués Karl, Sovieshu ordenó al Conde Pirnu en su oficina que preparara el carruaje y los caballos más rápidos.

En tres horas, la delegación que partiría al Imperio Occidental estaba lista. Esta incluía a Evely, que se encargaría del tratamiento, a caballeros en previsión de posibles ataques, a funcionarios para entender el contexto del incidente y a una persona que volvería al Imperio Oriental antes que Evely para informar de la situación.

Debido a la necesidad de partir lo antes posible, sólo había un carruaje y no se podía llevar mucho equipaje. Todos tenían una relación cercana con Navier, por lo que terminaron sus preparativos a toda prisa y subieron al carruaje.

"Navier..."

Sovieshu mencionó su nombre dolorosamente mientras observaba por la ventana el carruaje en la distancia.

"Navier, qué te pasó..."

Todo sucedió tan rápido que su mente aún lo estaba asimilando. De repente, Sovieshu sintió un fuerte dolor en el pecho, por lo que apretó el puño y apoyó la cabeza en el marco de la ventana.

***