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viernes, 1 de julio de 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 405

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 405. La Desesperación De Sovieshu (1)



Después de mirar la píldora venenosa por un momento, se fue rápidamente a la cama y se acurrucó en las sábanas.

'¿Tratan de envenenarme porque fui sentenciada a prisión? ¿Me enviaron esa píldora venenosa para que muera? ¿Esperan que me la coma? ¡Nunca! ¡Nunca la comeré!'

Pero después de que pasó un día, dos días, tres días, recogió la píldora venenosa. Rashta se estremeció mientras apretaba la píldora en sus manos.

No había forma de que pudiera soportar permanecer aquí por mucho tiempo. Mientras se quedaba sin hacer nada, las alucinaciones de aquellos a los que había hecho daño, y de aquellos que habían intentado lastimarla, se multiplicaban.

La mirada de Navier en el momento de su divorcio aparecía incesantemente ante sus ojos.

El Vizconde Roteschu y los Vizcondes Isqua, que aparecían en su mente con una cuerda alrededor del cuello, la agarraban por los tobillos para arrastrarla con ellos.

Tuvo pesadillas todos los días.

Durante el día, dormía para que el tiempo pasara rápidamente, pero por la noche no podía dormir, así que temblaba de miedo en la oscuridad.

Lo más aterrador era que estos días se repetirían durante las próximas décadas.

Finalmente, decidió tomar la píldora venenosa.

Con las lágrimas corriendo por sus mejillas, se metió la píldora en la boca.

"Su Majestad, tengo miedo. Su Majestad, tengo miedo. Su Majestad... por qué no viene a salvarme..."

Lloró de miedo después de que se tragó la píldora en su boca.

El veneno se extendió rápidamente por su cuerpo. Rashta comenzó a temblar tan pronto como se abrazó a sí misma. En cuestión de segundos, se desplomó.

No pudo evitar revolcarse en el suelo. Sus brazos y piernas no paraban de temblar, pero su mente se tranquilizó en medio de esto. Se sentía afortunada de no tener que permanecer encerrada aquí durante décadas.

Rashta levantó la mirada hacia la pequeña ventana en lo alto. Pudo ver una luna amarilla a través de la pequeña ventana.

La luna parecía mirarla con una sonrisa.

'¿Por qué te burlas?'

Rashta sólo preguntó en su mente porque no podía mover los labios.

De repente, recordó el primer bebé que tuvo en sus brazos. La curiosidad comenzó a surgir.

'¿A qué familia pertenecía el bebé que me había dejado una herida tan profunda? ¿De quién era ese bebé? ¿Los padres que perdieron a ese bebé sufrieron tanto como yo?'

Los ojos de Rashta se cerraron lentamente.

'Ya no importa. Pero... si hay vida después de la muerte, quiero ver a ese bebé vivo y sano.'

Rashta tosió varias veces y salió sangre de su boca.

'Su Majestad... Incluso si Su Majestad odia Rashta... Rashta quiso mucho a Su Majestad... Rashta realmente amó a Su Majestad...'

Aunque Sovieshu la odiaba, Rashta todavía pensaba en él. Fue el hombre que más la amó. Fue el hombre que la hizo más feliz.

... En su mente desvanecida, de repente se encontró en una habitación oscura y estrecha.

El Vizconde Roteschu le acercó el bebé muerto, pero el bebé no estaba muerto. El bebé estaba perfectamente sano.

Cuando abofeteó al Vizconde Roteschu por mentiroso, Sovieshu entró a buscarla.

Le dijo que creía en su inocencia, que lamentaba haberla encerrado aquí, y que volviera a salir.

Una vez que bajó las escaleras y salió de la torre, se encontró con Delise. Arian estaba a su lado.

La lengua de Delise estaba intacta y Arian gozaba de buena salud. Cuando Rashta rompió a llorar, ambas se le acercaron con una sonrisa para calmarla.

Una vez que se secó las lágrimas, preguntó quiénes eran los dos niños que jugaban juntos, a lo cual le respondieron que eran Ahn y Glorym. Ambos habían crecido mucho.

Mientras seguía a los niños hacia un jardín lleno de flores, vio desde la distancia a la Emperatriz Navier rodeada de sus damas de compañía.

Rashta se puso nerviosa y tragó saliva.

Era la misma Emperatriz Navier de la pintura que Rivetti atesoraba.

Tal vez por eso parecía la protagonista de un cuento de hadas, en vez de una persona real.

Rashta la llamó. La Emperatriz Navier le devolvió la mirada con ojos fríos.

— Soy Rashta.

Navier frunció el ceño como si no supiera quién era.

Rashta dijo entre lágrimas.

— Soy Rashta.


Rivetti era todo lo que Rashta había deseado ser. Esta era la persona que Rivetti tanto admiraba.

— Soy Rashta.

Una leve sonrisa apareció en el rostro frío de Navier. Aunque no reconoció a Rashta, la abrazó como había hecho con Rivetti.

Ese abrazo fue reconfortante...

Sin cerrar los ojos por completo, Rashta dejó de moverse.

El viento que entraba por la ventana hizo que su cabello plateado revoloteara en el aire como si hubiera cobrado vida.

Su cuerpo fue encontrado una semana después de ese día.

***

En estos momentos llovía tan fuerte que incluso si una persona utilizaba un paraguas, sus hombros y el borde de su abrigo se mojarían. Por esa razón, nadie quería salir de sus casas o tiendas.

En este tipo de clima, era raro ver un carruaje noble. La mayoría de los nobles se quedaban en sus grandes mansiones, calentándose frente a la chimenea y bebiendo sopa caliente.

Sin embargo, como no había nadie en las calles, los nobles que salían en sus carruajes podían conversar con relativa tranquilidad.

"Para ser honesta, no sé por qué el Duque está ayudando a la princesa."

"El Emperador Sovieshu podría matar a esta niña por venganza."

Había tres personas en este carruaje.

El Duque Elgy, la Vizcondesa Verdi y Glorym, que dormía en los brazos de la Vizcondesa envuelta en una manta.

"Su Majestad no sería tan cruel."

"Bueno, reconozco que el hecho de que la mate es sólo una suposición mía. Pero incluso si no lo mata, sus padres son criminales, así que la niña se convertirá en una esclava. ¿No sería una lástima?"

La Vizcondesa Verdi miró al Duque Elgy con ojos perturbados.

Se dice que el enemigo de tu enemigo es tu amigo, pero el Duque Elgy, que traicionó a Rashta, no podía considerarse un amigo de la Vizcondesa Verdi.

Aparte de coincidir en que traicionaron a Rashta, la Vizcondesa Verdi era reacia a aceptar al Duque Elgy.

Sin embargo, no tuvo otra opción que aceptar la propuesta del Duque Elgy de escapar con Glorym porque en este momento nadie prestaba demasiada atención a los descendientes de Rashta.

No porque confiara en él, sino porque no podía confiar en otra persona.

Eso fue hace unos días, por lo que ahora se encontraban a cierta distancia de la capital.

Pero la desconfianza no desapareció fácilmente. 

'¿Por qué el Duque Elgy? ¿Por qué el Duque Elgy se tomaría la molestia de ayudar a la princesa?'