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lunes, 3 de mayo de 2021

Padre, No Quiero Casarme - Capítulo 65

Capítulo 65. Consecuencias Inesperadas


Cuando la música se reanudó a las órdenes del Conde, la gélida atmósfera del salón de banquetes se disipó lentamente. Algunos nobles comenzaron a susurrar en voz baja entre ellos.

"El Conde está obligado a actuar amistosamente con la Familia Floyen porque la joven le hizo un gran regalo a su hija, ¿Verdad?" 

"Tienes razón. Aunque no fuera por el regalo... dería bueno para ambas familias tener relaciones amistosas."

Mientras la opinión general se inclinaba a favor de Jubelian, Rose miró a su padre con orgullo. Ahora que lo pensaba, pudo intercambiar cartas con la Dama Floyen en primer lugar gracias al apoyo de su padre, el Conde Arlo. 

"Gracias, padre."

El Conde Arlo rió suavemente ante la voz de agradecimiento de su hija. "Parece que has hecho una buena amiga."

Rose miró a su padre cariñosamente durante un rato, y luego sonrió al recordar que el Duque Floyen se marchaba con Jubelian en brazos. 'Me alivia que la Dama tenga también una buena relación con su padre'.

***

Aunque me sentía mucho mejor después de salir del salón de banquetes, seguía sintiéndome incómoda porque mi padre me tenía en sus brazos. Mi respiración sólo se relajó cuando vi nuestro carruaje a la distancia. 'Cuando nos subamos, esta incomodidad se acabará'. Pero cuando entramos en el carruaje y mi padre me soltó, seguí sintiéndome tensa porque decidió sentarse a mi lado.

"Podrías desmayarte como la última vez, así que me quedaré a tu lado durante el camino de regreso."

Incapaz de oponerme a sus deseos, sonreí forzosamente.

***

Mikhail apretó los puños al recordar cómo Jubelian abandonó el salón de banquetes. '¿No se siente bien? ¿Significa eso que no estaba fingiendo estar enferma?'

Jubelian siempre lo había seguido a donde fuera. Incluso cuando él caminaba deprisa, ella nunca se quedaba atrás y conseguía igualar su ritmo. Mikhail pensaba que era una persona sana por esta razón, pero ahora que lo pensaba le costaba respirar cuando se esforzaba por seguir su ritmo. Cuando Mikhail se dio cuenta de esto, su corazón extrañamente le comenzó a doler. 

***

Como se había enfadado de repente en la terraza, me pregunté si mi padre me preguntaría sobre lo que estaba haciendo con su discípulo. Sin embargo, sólo me hizo una petición antes de salir de mi habitación. 'Abstente de salir estos próximos días. Allen me ha dicho que debes descansar'. 

Debido a las órdenes de mi padre de cuidarme, volví a mi cama. '¿Por qué demonios actúa de esa manera?' Antes me trataba como si no existiera, pero ahora actuaba de forma muy diferente. Estos cambios no sólo me hacían sentir incómoda a su lado, sino que también me dificultaban entenderlo. '¿Qué sentido tiene ser amable conmigo?', me pregunté.

Para mi sorpresa, me di cuenta rápidamente de la respuesta. Supongo que el hecho de tratarme de esta manera tiene sus ventajas. 'Debe asegurarse de que estoy lo suficientemente sana para casarme con el Príncipe Heredero, ¿No?' Cuando recordé al príncipe heredero de la novela original, suspiré. 'No sería razonable tratar de apaciguar a una persona cruel e inhumana como él...' 

Pensé que romper mi relación con Mikhail me apartaría del camino de la muerte, pero si hubiera sabido que me encontraría con un oso mientras intentaba evitar a un zorro, habría encontrado una solución diferente. 'Bueno, el pasado es el pasado. Ahora no puedo hacer nada al respecto'.

Apreté los puños. Aunque tenía que obedecer a mi padre por el bien de mi brillante futuro, no quería acabar con mi vida casándome con el Príncipe Heredero. 'Esto nunca saldrá como tú quieres'.

***

Acto 6. ¿No Deberías Responder Antes de Irte?

Max se miró las manos durante un rato y luego apretó los puños.

'¿Por qué sigo... pensando en ella?' Cuanto más intentaba olvidarse de ella, más le venía a la mente. Recordaba el calor que sintió cuando su mano se entrelazó con los pequeños y delgados dedos de ella, así como la peculiar sensación que sintió cuando rodeó su cintura con el brazo. Max trató de alejar estos pensamientos, pero la imagen de Jubelian seguía invadiendo su mente. Su corazón se había estremecido cuando ella sonrió y le acarició el cabello. Cuando sus labios rojos sonreían, se preguntó cómo se sentirían. Se había sentido como si flotara en un sueño. 

Sin embargo, ese sueño se había desvanecido en el momento en que apareció su maestro, llenando a Max de resentimiento. 'Es evidente que la ha estado confinando hasta ahora'. Aunque Max sabía que su maestro era el padre de Jubelian, no pudo evitar sentirse enojado cuando los interrumpió. Además, para empeorar su estado de animo, su maestro dijo que no visitara más su residencia en tono amenazante. 

Sin embargo, Max contuvo su ira porque... el Duque era el padre de Jubelian. Intentó comprenderlo desde esta perspectiva, pero sólo pudo recordar la impotencia que sintió cuando su maestro se llevó a Jubelian en brazos. Al recordar lo ocurrido en el banquete, Max apretó los dientes. 'Está abusando de sus facultades para entrometerse con su hija'. 

Fresia suspiró viendo a Max echando humo. 'Se ha vuelto aún más extraño después de regresar del banquete'. No pudo evitar estar preocupada por su señor, que se comportaba de forma incomprensible cuando la rebelión preparada desde hace tiempo estaba en marcha. 

"Fresia."

Cuando su señor la llamó de repente, ella levantó la cabeza. Max tenía una expresión seria mientras la miraba fijamente. '¿Qué quiere decir si me está mirando de esa manera?'

No importaba lo extraño que se hubiera vuelto, Maximillian siempre utilizaba cualquier medio necesario para lograr su propósito. Sabiendo que no debía bajar la guardia frente a este hombre intrínsecamente frío, Fresia esperó nerviosa a que Maximillian hablara. Al poco tiempo, sus labios se abrieron. 

"Envía una invitación en tu nombre, Fresia."

"¿Eh? ¿A quién?"

"A Jubelian."

Cuando ese nombre salió de los labios de su señor, Fresia se sumió en sus pensamientos. "Será difícil invitar a la Dama Floyen", dijo con naturalidad. 

Max frunció el ceño en respuesta. "¿Por qué será difícil?", preguntó.

Fresia sonrió torpemente. "Bueno... la Dama Floyen se ha hecho bastante famosa, así que estará muy ocupada."