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martes, 25 de mayo de 2021

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 314

Capítulo 314.


El hombre se levantó, sonriendo ampliamente.

'Rashta. Hija mía.'
Rashta se estremeció cuando comparó al padre de su infancia con el hombre que tenía delante.

El hombre no era un padre como Sovieshu. Llamó a Rashta dulcemente, pero no la quería, no la maltrataba, pero tampoco cuidaba de ella.

El hombre siempre tenía una excusa para Rashta. Debido a nuestro estatus, no puedo cuidar de ti.

Era un hombre muy despreocupado en ese sentido. Ni siquiera recordaba su cumpleaños, y en ocasiones confundía su nombre.

"Has crecido bien. Además, te has convertido en una gran persona."

'Incluso un extraño podría decir eso.'

Rashta miró al hombre con frialdad y preguntó,

"¿Por qué has venido?"

El hombre puso una expresión triste.

"¿Por qué he venido? Vine porque escuché de mi hija, Rashta. Supe que a mi hija le estaba yendo bien, así que naturalmente quería encontrarla."

"¿No pensante en buscar a tu hija cuando estaba sufriendo?"

"Oh.. estás enojada."

El hombre levantó las cejas con tristeza, y se acercó con los brazos abiertos.

Rashta se giró hacia un lado para evitarlo. Sentía náuseas. Antes quería que este hombre cuidara de ella, pero ahora no quería ni que la tocara.

"Lárgate. Lárgate y no vuelvas a aparecer delante de mí. Para mi dejaste de existir desde el día en que me abandonaste. Es mejor para mí no tenerte. No te aferres a mis tobillos y vete."

Rashta lo fulminó con la mirada y se dio la vuelta para alejarse. No lo dijo pensando que realmente se iría. Había venido a pedir algo, no se iría obedientemente después de haber sido insultado.

Aún así, la razón por la que dijo esto fue en caso de que hiciera una petición difícil. Antes de darle el dinero, tenía que hacerle sentir aunque sea un poco de culpa por 'quitarle dinero a su propia hija'. Si se sintiera culpable, probablemente no volvería.

Los ojos del hombre se abrieron completamente, sorprendido de que Rashta, que había anhelado afecto de pequeña, lo hubiera despreciado fríamente.

"¿Estás muy enojada con tu padre, hija mía?"

Cuando Rashta estaba a punto de salir del salón sin responder, el hombre se apresuró a decir,

"Rashta. ¿Conoces a un hombre que es muy alto y apuesto?"

"Hay tantos hombres así."

"Su cabello es una mezcla de castaño y rubio. Sus ojos son verdes. Da la impresión de ser muy fuerte. Ah, llevaba el abrigo sobre sus hombros."

De inmediato, la imagen del Duque Elgy vino a la mente de Rashta y frunció el ceño. ¿Estaba hablando del Duque Elgy? De ser así, ¿por qué mencionaba de repente al Duque Elgy?

El hombre sonrió ampliamente.

"Ese hombre me dijo dónde estabas."

"¿Qué?"

"Pedí ayuda porque necesitaba esa información, pero no parecía tener buenas intenciones. Soy tu padre, tu verdadero padre. Tengo que decírtelo."

Rashta sonrió forzadamente. ¿Qué demonios está diciendo?

El Duque Elgy cuidaba de ella mejor que su verdadero padre, que nunca le dio ni un poco de amor.

¿El Duque Elgy le dio alguna información? Aun así, ¿no vino él a sacarle dinero a la hija que abandonó?
 
Rashta no se molestó en refutarlo, así que entró en su dormitorio y cerró la puerta.

"Rashta. Rashta."

El hombre se apresuró a seguirla y llamó a la puerta. Después de llamar varias veces a la puerta del dormitorio, Rashta volvió a salir y lo miró con desprecio.

"¿Aún no te has ido?"

"Lo siento, Rashta. Si es alguien que te gusta, no debí decir nada."

Cuando se está enamorado es fácil cerrar los ojos y los oídos.

El hombre se dio cuenta de que Rashta estaba enamorada de ese noble. Y que sin importar lo que dijera, no le creería.

En cuanto llegó a esa conclusión, en vez de hablar mal del horrible noble, el hombre sonrió y fue al punto.

"Rashta, en realidad. Tu padre lo está pasando mal estos días. Espero que mi hija pueda ayudarme."

El hombre perseguía sus propios intereses antes que la venganza. Se habría sentido bien si su hija se hubiera encargado de ese noble por él, pero lo más importante era el beneficio, no la venganza.

"¿Qué tipo de ayuda? ¿Dinero?"

"Así es. Tu padre, uh, quiere montar un equipo de comercio."

"¿Cuánto necesitas?"

"Las cosas buenas suceden cuando se tiene un buen hijo."

El hombre sonrió felizmente y dijo la cantidad.

Mientras pensaba, 'Me alegro de que la cantidad sea menor de lo que esperaba', y se sentía disgustada por el hecho de que dijera que tenía un buen hijo, Rashta eventualmente se dio cuenta de algo extraño.

"¿Cómo? ¿Equipo de comercio?"

Rashta había sido una esclava porque su padre lo había sido. Su padre se convirtió en esclavo por haber cometido una estafa.

Normalmente, si uno cometía un crimen condenable a cadena perpetua, uno y su familia recibían el castigo de convertirse en esclavos, e incluso si uno no cometía un crimen de ese nivel, podría convertirse en esclavo por un plazo.

El 'plazo' aquí no era una cuestión de tiempo, sino de dinero. 

Normalmente, quienes más recibían este tipo de castigo eran aquellos que eran declarados culpables por cuestiones de dinero. Siendo esclavos por un plazo, podían ser liberados de la esclavitud inmediatamente si reunían una determinada cantidad de dinero, una parte se devolvía a las víctimas y la otra se pagaba como multa al Estado.

Este fue el caso del padre de Rashta. Y hasta donde Rashta sabía, los esclavos no podían montar un equipo de comercio.

El padre de Rashta respondió como si fuera algo natural.

"Tu padre trabajó duro para reunir el dinero y ser liberado de la esclavitud."

Rashta miró al hombre atónita. ¿Cómo pudo decir eso tan tranquilamente?

"¿Y yo qué? ¿Y qué hay de mí?"

Preguntó Rashta, enojada.

"Me convertí en esclava por tu culpa, ¿pero me abandonaste y te convertiste en plebeyo? ¿Cómo pudiste hacer eso?"

A pesar de ser la emperatriz, se sentía incómoda, y todo se debía al certificado de esclavitud. Si no fuera por ese certificado, las cosas estarían mucho mejor que ahora.

Por supuesto, cuando se convirtió en concubina, podría haber sido liberada oficialmente, pero entonces todo el mundo habría descubierto que había sido una esclava, así que Sovieshu optó por lavar su imagen sin haber destruido el certificado de esclavitud.

Pero si hubiera sido liberada de la esclavitud antes de convertirse en concubina, nada de esto le habría preocupado.

¿Cómo pudo hacer eso? ¿Reunió el dinero para liberarse solamente a él de la esclavitud?

"Ah, por supuesto que también pensé en liberarte."

Su padre sonrió torpemente y maquilló la situación.

"Pero cuando te visité, parecías estar saliendo con el hijo del Vizconde Roteschu y llevando una buena vida, así que pensé que él lo haría. Definitivamente tenía mucho más dinero que yo."

"¿Fue así?"

"De verdad. Fui a verte. Me marché al saber que estabas bien."

"¡No mientas! ¿Te marchaste al saber que estaba bien? ¡No! Te marchaste por una decisión egoísta."

Rashta se tambaleó al gritar furiosa. Casi se cae, pero su verdadero padre no la ayudó. Se limitó a chasquear la lengua en su lugar.

"Cielos, por qué tienes que gritar."

Rashta se inclinó hacia atrás para recuperar el equilibrio. Después de respirar profundo en ese estado, miró fijamente a su padre y le dijo con firmeza.

"¡No te daré ni un centavo! ¡Ya sea que logres montar un equipo de comercio o no, ¡es asunto tuyo! ¡A Rashta no le importa!"

Su verdadero padre miró a Rashta con cara de, 'No puede ser. ¿Lo dices en serio?' Entonces frunció el ceño y preguntó con severidad,

"Dios, eres una mala hija. ¿Eso es lo que le dices a tu padre que te vio nacer y te crió?"

"¿Y tú? ¿Quieres sacarle dinero a tu propia hija que se convirtió en esclava por tu culpa?"

"Es todo gracias a mí que te convertiste en la Emperatriz. Me debes esa cara bonita que tienes. No sabes lo que es ser agradecida... ¡Qué ingrata!"

Rashta se sorprendió hasta el punto de no poder respirar. Estaba boquiabierta y sus párpados temblaban. ¿Cómo podía existir una persona así?

Después de hablar enojado, el hombre de repente sonrió y dijo,

"Rashta, ¿crees que me quedaré tranquilo si me echas de esta manera? Soy tu padre y es tu deber cuidar de mí. Si vas a abandonarme, no tendré otra opción que decirle a todos lo ingrata y mala hija que eres."

***