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lunes, 5 de abril de 2021

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 293

Capítulo 293. Víctima De Su Propio Plan (1)



En el Imperio Occidental, no existía el rumor de la infertilidad de Navier. Pero a partir de ahora, todo el mundo comenzaría a hablar de eso.

El Marqués Ketron se rió con satisfacción. Las semillas habían sido bien sembradas.

No se podría saber en uno o dos días si era infértil o no, así que a medida que pasara el tiempo la duda crecería, fortaleciendo cada vez más el rumor hasta el punto de que estaría fuera de control y se encargaría del resto por sí mismo.

Hasta entonces, sólo tenía que ser paciente.

Unos días después, el Marqués Ketron comenzó a investigar la razón del destierro de Koshar del Imperio Oriental.

En este momento, era difícil atacar a Koshar debido a su enorme popularidad, pero una vez que el rumor de la infertilidad de Navier se extendiera, se podría obtener una imagen muy interesante al unir ambos.

Pero en medio de la investigación.

"Marqués, descubrí una historia increíble."

Su subordinado, enviado a investigar a Koshar, regresó con un rumor inesperado.

Era una historia de una amante oculta del Emperador Heinley.

"¿Amante oculta?"

"Sí. Se dice que un Caballero de la Guardia Imperial va con frecuencia a su casa para llevarle lo que necesite. Además, siempre hay un guardia vestido de civil custodiando frente a la puerta".

"¿Estás seguro?"

Era una historia creíble.

El Príncipe Heinley era el playboy más famoso de la alta sociedad junto al Duque Elgy.

Iba por el mundo llevando una vida de libertinaje, pero nada más tenía una mujer oculta. No, en comparación con el rumor, resultaría más sorprendente que sólo tuviera una.

"Estaba en otro lugar antes de mudarse a un pueblo cercano, y cuando se enteró que Su Majestad Heinley estaba casado, rompió a llorar y actuó de forma extraña."

El Marqués Ketron frunció el ceño.

"Igualmente es curioso. Su Majestad es el tipo de persona que no se preocupa por los rumores que circulen sobre él. ¿Qué necesidad tiene de mantenerla oculta?"

"No lo sé. Quizá no es una amante del pasado sino del presente. También está el hecho de que se tomara la molestia de enviar a un Caballero de la Guardia Imperial para cuidar de ella y..."

"Tienes razón. Es bastante probable."

Tras pensarlo detenidamente, el Marqués Ketron fue personalmente con su subordinado al pueblo  donde vivía esa mujer.

Tras esconderse cerca de su casa y esperar durante nueve horas, realmente apareció un caballero con capa y le extendió a la mujer una canasta cubierta con una tela blanca.

"Gracias como siempre."

La mujer se mostró agradecida, pero aceptó la canasta como si fuera algo natural.

El Marqués Ketron contuvo la respiración.

El caballero que le trajo la canasta era un Caballero de la Guardia Imperial de Heinley, y el hombre que estaba custodiando frente a la puerta vestido con ropa de civil... definitivamente también era un Caballero de la Guardia Imperial de Heinley.

El Marqués recordaba claramente su rostro porque estuvo a punto de ser alcanzado por una lanza que este Caballero arrojó 'accidentalmente' durante la última reunión.

'¡Una mujer que vive escondida y dos Caballeros de la Guardia Imperial!'

Una oscura sonrisa se dibujó en la boca del Marqués Ketron. Su sonrisa se oscureció aún más cuando un apuesto niño rubio salió corriendo del interior de la casa hacia la mujer.

Tras observar la situación durante varios días, el Marqués Ketron decidió finalmente acercarse a ella.

Al principio, desconfiaba mucho de las intenciones del Marqués Ketron, pero cuando éste reveló su identidad y se ofreció a ayudarla tras expresar todo tipo de palabras reconfortantes, como "sé por lo que estás pasando", lo dejó entrar en la casa aunque con ciertas dudas.

"¿El niño rubio es tu hijo?"

"Sí. Es mi hijo."

"¿Por casualidad... es hijo de Su Majestad?"

"... Eso creo."

El Marqués Ketron estaba encantado.

"Entonces, ¿por qué te quedas aquí? ¿Por qué no llevas al niño al Palacio Imperial?"

"No quiero ser una molestia para Su Majestad. Está recién casado..."

"Es cierto. Si apareces de la nada afirmando ser su amante, Su Majestad actuará como si estuviera desconcertado. Si Su Majestad no te reconoce, nadie lo hará."

La mujer sacó un hermoso colgante de su pecho y susurró,

"Su Majestad me lo dio como muestra de amor, aunque tenga esto ¿pensarán que miento?"

El Marqués Ketron se regocijó en su interior. De hecho, el colgante tenía la insignia de la familia imperial.

Una mujer con la que había salido en el pasado y que había sido lo suficientemente cercana como para regalarle un colgante con la insignia de la familia imperial.

El Marqués Ketron se rió en su interior, calculando que esta mujer sería sumamente útil.

"¿Puedes darme ese colgante? Quisiera mostrárselo a Su Majestad."

Sin embargo, la mujer se guardó el colgante y trazó una línea con frialdad,

"¿Cómo podría confiar en el Marqués?"

El Marqués Ketron trató de persuadir a la mujer un par de veces, pero al ver que no funcionaría, le ofreció su propia insignia. Era la insignia de su familia.

"Te daré esto. Luego podemos volver a intercambiarlos."

Sólo después de recibir la insignia de la Familia Ketron, la mujer le entregó el colgante.

Una vez que regresó a la capital, se reunió a solas con Heinley para hablar del rumor de la infertilidad de Navier.

"No creo que sea el caso, pero si resulta que la emperatriz es realmente infértil..."

"Eso no sucederá."

"Habló en un caso hipotético, Su Majestad. Debe tener cuidado de no dejarse llevar por las emociones en un asunto tan importante."

"..."

"Si Su Majestad la Emperatriz es infértil, ¿elegirás a la próxima emperatriz de nuestra familia?"

"Me deje o no llevar por las emociones, la próxima emperatriz no será de tu familia."

"Pero Su Majestad, no querrá que la Emperatriz sea herida por lo mismo dos veces."

"Definitivamente no sucederá, Marqués."

Ante la negativa categórica de Heinley, el Marqués Ketron mostró una sonrisa forzada.

Pero en cuanto volvió a su casa, decidió revelar al mundo la existencia de la mujer que Heinley había ocultado.

"¿Eso estará bien?"

"Existe un gran riesgo al revelar que el niño es de la familia imperial. Aunque cree que su hijo es de Su Majestad, no hay certeza de eso. Sin embargo, ¿no es esa mujer indudablemente la amante de Su Majestad? Al menos así lo verán los demás."

El Marqués Ketron visitó a la mujer con confianza y le sugirió,

"¿No quieres volver al lado de Su Majestad? Yo preparé el escenario. Sólo tienes que revelar en ese momento que eres la amante de Su Majestad. Entonces, también podrás disfrutar de todo lo que disfruta la actual emperatriz."

"No soy tan codiciosa."

"Se trata de tomar lo que por derecho te pertenece. No sólo recibir unas canastas."

Ella lo pensó por un momento antes de murmurar agradecida.

Dos días después, el día del Consejo de Estado, el Marqués Ketron llevó a la mujer con una expresión de satisfacción.