Capítulo 4. Adiós, Viejo Amor. ¡Hola, Vida Nueva!
Al escuchar mis palabras, sus ojos se agrandaron antes de volver lentamente a la normalidad. Incluso la comisura de sus labios se torció como si no pudiera creerme. "No es enserio. ¿De verdad crees que me lo voy a creer?"
Suspiré ante su actitud desconfiada. Sería una pérdida de tiempo decir algo más.
"Depende de ti creerlo o no. Ya he dicho lo que tenía que decir."
Me di la vuelta, pero una voz fría me detuvo en seco.
"Bien, confiaré en tus palabras. Pero no vuelvas a aparecer delante de mí."
Las comisuras de mi boca se levantaron ante sus inesperadas palabras.
'¿Supongo que la ruptura fue exitosa?'
Sea cual sea la razón, la aceptó. Me sentí aliviada.
Ahora mi objetivo es disfrutar de la vida al máximo. Aunque mi padre era indiferente conmigo, no le importaba apoyar la vida lujosa que había ganado por ser su hija. No estaría mal vivir felizmente mientras gastaba su dinero.
Mi ánimo aumentó al imaginar un futuro brillante. Volví a mirar a Mikhail y sonreí.
"Lamento todo lo que ha pasado hasta ahora. Te deseo felicidad."
Tras despedirme sinceramente, me di la vuelta.
Cuando me reunía con Mikhail, solía llevar calzado bonito pero incómodo. Los que llevaba hoy eran sencillos y de tacón bajo.
¿Fue gracias a estos cómodos zapatos que pude irme sin remordimientos?
***
'¿Dijo que se lamentaba todo?'
Mikhail se burló mientras miraba la figura de la mujer que se retiraba.
'Mentira. Debe ser una estrategia para llamar mi atención'.
Estaba seguro de que la mujer se daría la vuelta de nuevo y volvería. Pero, al contrario de lo que esperaba, la mujer siguió caminando sin dedicarle una sola mirada. Cuando ella finalmente salió de la sala de espera, él apretó los puños.
'¿Estaba hablando en serio?'
Jubelian Eloy Floyen.
Ella era indiscutiblemente hermosa, a pesar de tener la mente enferma. Durante los últimos dos años, él había soportado su comportamiento, que ella había justificado en nombre del amor. La mujer lo seguía a todas partes. Se mostraba hostil con las personas con las que hablaba y se alegraba si le prestaba aunque fuera un poco de atención. Se comportaba como una perra. Una perra estúpida que movía la cola incluso cuando la rechazaba y mostraba afecto incluso cuando su amo no lo hacía.
Aunque le parecía muy molesta, la toleraba por la atención que recibía de su padre y de su ídolo, el Duque Floyen.
'Es un placer conocerte, Mikhail', había dicho el Duque cuando se conocieron.
Además, se sintió aliviado de que otras mujeres fastidiosas no lo molestaran cuando ella estaba a su lado. '¿Por qué ha cambiado de opinión de repente?'
Plagado de incertidumbre, Mikhail apretó los puños inconscientemente. Ahora que la mujer estaba completamente fuera de la vista, se sintió inesperadamente incómodo en lugar de aliviado. 'Es un alivio que no tenga que volver a verme con esa molesta mujer'.
Mikhail trató de concentrarse en eso para sacudirse los pensamientos conflictivos, pero...
"Maldita sea."
No podía dejar de pensar en ella.
Las palabras de ella seguían sonando en su mente, 'Lamento todo lo que ha pasado hasta ahora. Te deseo felicidad'. Tampoco pudo olvidar su sonrisa. Incluso ella parecía un poco aliviada.
***
'Ah, parece que el nudo en mi garganta se ha deshecho. Ahora subiré a mi habitación a descansar'. Acababa de llegar a casa después de separarme de Mikhail. Fue entonces cuando me encontré con un hombre guapo al lado de la puerta principal. Había heredado su cabello plateado y sus ojos azules, pero no su aspecto llamativo. Parecía un ser trascendental que envejecía lentamente, incluso podríamos ser hermanos. 'Puede que haya un día en el futuro que me parezca a esta persona'.
"Padre, ¿Cómo estuvo tu día?" Lo saludé con una voz animada, que era todo lo contrario de cómo me sentía por dentro.
Me miró con indiferencia. Aunque somos familia, hacía muchos años que no le saludaba de esta manera.
Después de que me rechazara, sólo hablaba con mi padre cuando se trataba de asuntos importantes. Pero ahora tenía un motivo para fingir ser amigable con él. 'Sólo quiero vivir feliz'.
Tras recuperar los recuerdos de la vida anterior, me di cuenta de un hecho importante; por mucho que rogara por su amor, mi padre acabaría abandonándome. Solo lo avergonzaba ante otra personas. Como de todas formas no conseguiría que me amara, me rendiría y encontraría mi felicidad en otra parte.
'Sí, la felicidad del dinero'.
Por supuesto, tenía conciencia, por lo que no pretendía ser codiciosa. Una pequeña propiedad en las afueras de la ciudad, algo de dinero de mi padre, y un trabajo manejando una de sus innumerables responsabilidades serían suficientes.
'De hecho, seguiría teniendo una vida de lujo incluso con sólo esas cosas'.
Ya no tenía intención de mendigar el amor de mi padre. Pero mientras necesitara su dinero, debía mantener una relación adecuada. Si no me llevaba bien con mi padre como en la novela original, podría acabar sin un céntimo.
Sonreí falsamente, algo que había aprendido trabajando en el comercio minorista.
"Debes estar cansado de supervisar el entrenamiento todo el día."
Una vez más, no respondió.
'Dios mío. ¿Le matará decir una palabra?'
Su comportamiento me puso de mal humor. Aun así, estaba acostumbrada a que me ignorara.
"Deberías relajarte. Yo también subiré". Me apresuré a terminar la conversación unilateral y comencé a subir las escaleras hacia el segundo piso.
Fue entonces cuando lo escuché hablar.
"Hoy no ha habido entrenamiento."