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sábado, 6 de febrero de 2021

I Raised A Black Dragon - Capítulo 149

Capítulo 149. Muertes Sospechosas


La mayor parte del territorio de Novicosha, que era la provincia más grande de Laurent pero la de menor población, estaba cubierta de montañas escarpadas.

Sin embargo, Novicosha era un distrito minero muy conocido no sólo en Laurent, sino también en todo el continente, puesto que también era un lugar donde estaban enterradas grandes cantidades de mineral Crin. También, se excavaba hierro y piedras preciosas de todo tipo.

No era simplemente un mito que tres generaciones de una familia pudieran subsistir con la propiedad de una pequeña mina en Novicosha.

Naturalmente, a Novicosha siempre han acudido hombres de negocios de todo Laurent, soñando con una bonanza, una repentina oleada de riqueza o una buena fortuna. Aún habían muchas zonas sin explotar, por eso siempre contrataban mineros para que exploraran las desconocidas cordilleras.

Las zonas sin explotar eran reconocidas como su patrimonio cuando le colocaban una bandera con su nombre. Incluso el gobierno de la ciudad de Noviscosha llegó a fomentar el desarrollo de la minería con el eslogan, '¡Sueña con la vida, ven a Noviscosha!'

Por supuesto, no muchos empresarios privados realmente encontraron un tesoro. La mayoría de las veces, no disponían de los recursos necesarios para seguir el ritmo de las familias nobles que contrataban trabajadores a gran escala apoyándose en su gran capital. También, como los plebeyos no tenían la capacidad para explotar una mina si la descubrían, eran pagados por nobles y familias reales para que les cedieran la propiedad de la mina.

Sin embargo, había una mina en la que un empresario de clase media era responsable del descubrimiento, la explotación y la distribución de una mina; Maobiana. Era una mina a gran escala en el corazón de Noviscosha.

"¿Maobiana? De ese lugar a circulado un horrible rumor estos días". El operador del tren ladeó la cabeza y siguió hablando.  "Desde el mes pasado, más o menos, corre el rumor de que los esclavos de las minas están muriendo misteriosamente. Por eso el dueño de la mina tiene problemas. No hay nadie que quiera trabajar aunque esté dispuesto a duplicar su salario diario."

Los esclavos de la mina no hacía referencia a los esclavos que existían en la antigüedad. Llamaban a los mineros que trabajaban en las minas de esa manera despectiva, por su forzado trabajo, ajenos a la luz del sol.

"Es un problema grave que los esclavos de las minas, que llevan toda la vida trabajando con picos, hayan muerto en masa. La Oficina de Defensa de Noviscosha no pudo resolverlo, así que acabó pidiendo ayuda a la capital, así que los investigadores de Tezeba también están esforzándose."

"Ya veo."

"Es un gran problema. Tezeba pide una gran cantidad de mineral Crin, pero no pueden cumplir con tanto. Están aumentando la paga y los obligan a trabajar."

Puff. Un humo gris salió en forma de rosquilla del extremo de la pipa en los labios del operador. Miró al joven que estaba parado a un lado.

"Pero tú debes pertenecer a una familia noble, y seguramente no vas a buscar trabajo en Maobiana. ¿Cuál es el problema?"

"¿Hay algún trabajo disponible?"

"Siempre se contrata. No, ¿Realmente vas a ese lugar?

"Sí."

El operador miró al hombre como si estuviera loco. El hombre llevaba un abrigo con un sombrero de fieltro en su cabeza, que parecía lujoso a primera vista.

No podía verle toda la cara porque el sombrero le tapaba los ojos, pero podía adivinar que el hombre que tenía delante tenía un aspecto muy elegante sólo con mirar su esbelta mandíbula. El operador bajó la voz y susurró.

"¿Por qué quieres acudir a Maobiana? Si quieres dirigir un negocio minero, contacta con Leonard. Esa familia tiene tres minas de oro."

El hombre se rió ante la mención del nombre de  'Leonard'.

"No me interesan las minas de oro de Leonard. Lo que me interesa es la mina de Crin. "

Bajo el sombrero de fieltro, los labios del hombre esbozaron una leve sonrisa. Luego, hizo gesto de despedida al operador. "Gracias por su consejo de todos modos. ¿El camino a Maobiana es por ahí?"

"Sí... sí. Por ahí. Si sigues recto y giras a la izquierda, hay un pequeño tren para Maobiana. Verás la oficina de Culton cuando te bajes en la última parada."

"Entonces, gracias."

El operador se quedó mirando la espalda del joven. Le gritó: "¡Cuídese! ¡Hay sonidos de monstruos viviendo bajo la mina! Se comen a los esclavos mineros."

No estaba claro si sus palabras llegaron al joven. Con un largo suspiro, el operador volvió a inhalar con la pipa y regresó a la locomotora. El reloj señalaba exactamente las dos. Ahora que había llenado el combustible, había llegado el momento de poner en marcha el tren de nuevo.

En Noviscosha, un tren que conectaba Central Edman con Tezeba comenzó a moverse lentamente por las vías.