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sábado, 2 de enero de 2021

No Quiero Ser Amada - Capítulo 219

Capítulo 219. La Verdad Sobre el Engaño Amoroso


Las ataduras de Leticia se desataron por orden del rey, y los hombres se marcharon. Leticia refunfuñó, frotando sus muñecas adoloridas mientras su vista se acostumbraba a la luz de la habitación hasta que pudo visualizar correctamente al hombre sentado frente a ella. 

El hombre era hermoso, como un agradable panorama para sus ojos, y como un dulce caramelo con sabor majestuoso. Su cabello negro brillaba, moviéndose como hierba en una pradera por el viento. Sus hermosos ojos púrpuras iluminados como si un joyero hubiera cortado su más fina gema para insertarla en ellos. Pero más que nada, el aura elegante que emanaba a su alrededor.

Ella deseó a este hombre desde el momento en que lo vio y anheló que su mirada se posara en ella, no en esa mujer de cabello plateado. Le gustaba su sonrisa; debería ser sólo de ella. Tenía mucha ambición, pero nunca le había gustado tanto alguien en toda su vida. Tal vez esto formaba parte del destino. Si no lo era, ¿Por qué anhelaba desesperadamente a este hombre, un hombre con el que nunca había hablado antes?

"...Hace mucho tiempo que deseaba verle, Su Majestad," ella dijo, tímidamente. Aunque había un ligero temblor en su voz. Los labios del rey se curvaron ligeramente. Ella se armó de valor y se acercó a Igor, poniendo cuidadosamente su mano sobre su rodilla. Lo miró con un semblante inocente y con la mirada más cautivadora que pudo hacer. 

Cada vez que ella hacía esta actuación, los hombres siempre se doblegaban ante ella. Ya sea por lujuria o por interés humano, nunca le fallaba. Este hombre también caería. Además, su relación con la reina, su hermanastra, se había deteriorado. Ella estaba segura de que Igor buscaba placer que ella podía darle. Esta era su oportunidad de robarle el corazón.

"¿No soy más hermosa que mi hermana?"

La Rihannan que ella conocía era una mujer egocéntrica. Conocía a muchas mujeres como ella. Se preocupaban más por ellas mismas, y dejaban a los demás en segundo plano. Esas mujeres nunca podrían consolar a un hombre. Su presencia cansaba a los que estaban a su alrededor. Eso hacía que sus parejas buscaran placer en otra parte.

"Puedo consolar su corazón, Su Majestad.  "

Leticia frotó lentamente su muslo, de forma cariñosa. Momentos después, Igor reaccionó, por lo que ella sonrió. La gran mano de Igor se movió, y llegó a la parte superior de su cabeza, pero sus grandes expectativas se desplomaron.

"¡Ahh!"

Fue doloroso. Sentía mucho dolor en el cuero cabelludo. La muerte la llamaba. Igor no le había acariciado la cabeza como ella esperaba, sino que le haló el cabello violentamente.

"Parece que no has cambiado nada", dijo. Una voz helada resonó en la habitación. 

Leticia frunció el ceño con dolor y miró fijamente a Igor mientras lágrimas se le escapaban por el rabillo de los ojos. Estaba confundida, pero cuando sus ojos se encontraron, ella quedó conmocionada. Podía sentir la mirada de una bestia sedienta de sangre deseando saciar su sed de sangre. Percibía odio e ira en sus ojos morados. Leticia tembló de miedo.

"¿Qué quieres decir...?"

Igor la miró fijamente, el desprecio se apoderó de sus ojos. El trágico acontecimiento del pasado vino a su mente, llenando su corazón de tinieblas.

Recuerdos del pasado...

La cabello abrió la puerta de la oficina y corrió entusiasmada hacia él. Hizo todo lo posible para tentar al esposo de su hermana mayor, Igor.

"Su Majestad, no sabe lo feliz que me hace saber que me ha llamado entre toda la gente." 

Ella fue a sus brazos, con los ojos rojos y húmedos por las lágrimas. Después de escuchar la noticia de que el Conde Clovis y su padre tenían reuniones a solas, Igor convocó a Leticia. Ella estaba muy contenta e Igor le sonrió.

"Debes haberte sentido sola todo este tiempo, Leticia", dijo, acariciando su cabello como si estuviera consintiendo un cachorro. Cada vez que la veía, este era todo el contacto físico que Igor estaba dispuesto a darle. Sin embargo, hubieron rumores e historias de su aventura amorosa con Leticia.

Igor se dio cuenta fácilmente de que Leticia engañaba a todos con su inocente mentira. Si dijera ahora que nunca había pasado una sola noche con ella, el estatus de Leticia caería y sería expulsada por la sociedad porque revelaría que no tenían ninguna relación.

"Hay un rumor de que el Conde Alessin está teniendo pensamientos extraños estos días. ¿Sabes algo al respecto, Leticia?" Igor preguntó amablemente mientras sus ojos rojos mirándolo.

Sus labios se curvaron. "Mi padre y yo pensamos de forma diferente. Yo sólo tengo ojos para usted, Su Majestad". Leticia rodeó el cuello de Igor con sus brazos y puso sus labios rojos cerca de su oreja, susurrando: "Por Su Majestad, estoy dispuesta a renunciar a mi padre. Si hay algo que desee saber, se lo diré."

Igor sonrió ligeramente. Fue la respuesta que predijo.

"Pero antes de eso, por favor abrázame". Los desesperados ojos suplicantes de Leticia ardían con fuerza. "Si me abrazas... aquí y ahora... te diré todo lo que el Conde Clovis y mi padre están planeando."