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sábado, 2 de enero de 2021

No Quiero Ser Amada - Capítulo 218

Capítulo 218. Atrapada En La Acción


Una mano enorme bloqueó su boca. Aunque su brazo estaba torcido de forma dolorosa hacia atrás, ella no pudo dejar salir ni un solo sonido de dolor. Después de someter el cuerpo de Leticia, el hombre esperó a que la reina y las sirvientas pasaran por completo. Después de que desaparecieran por el pasillo, el hombre habló como si realmente no pudiera creerlo.

"Sospeché que eras tú cuando escuché que alguien de aspecto similar había entrado en este lugar. Pero pensar que tú misma te meterías en el palacio es algo increíble. No estoy seguro de si llamarte valiente o estúpida..."

Mientras el hombre chasqueaba la lengua, soltó la mano que bloqueaba la boca de la mujer. Leticia se giró y miró fijamente a Basil ferozmente.

"... ¡Suéltame!"

"¿Crees que te dejaré marchar sólo porque me lo has pedido? Por favor piense antes de hablar, Señora Vizcondesa Leticia Olbach."

"¿Qué?"

"Shh. Por favor, cállese. Nuestra reina se siente muy feliz, y ha pasado un tiempo desde la última vez que eso sucedió, así que no quiero arruinar esta ocasión para ella."

Basil examinó el rostro de Leticia, y aunque había cambiado un poco, su rostro seguía siendo el mismo que el retratado en los carteles de 'Se Busca'. Frunció el ceño.

"¿Por qué la gente dice que eres la belleza más asombrosa que jamás haya existido? Desde mi perspectiva no lo parece."

Leticia no pudo encontrar que palabra que decir en este momento. Mientras estaba aturdida, Basil le gritó a los soldados cercanos.

"Llévense a esta mujer. ¡Este es el criminal que intentó asesinar a la reina!"

Leticia una vez más trató de gritar y luchar, pero eso tampoco se prolongó demasiado. Sus labios fueron sellados una vez más por un paño, y una venda negra en los ojos.

Fue escoltada por los guardias y obligada a caminar por algún lugar junto a ellos. Después de entrar en una estructura, ella bajó unas cuantas escaleras. Comenzó a sentir la humedad, así como un olor desagradable. Como no podía hablar, ni decir algo, el miedo que sentía se hizo aún más fuerte.

Después de haber sido forzada a entrar en una habitación, se le hizo ponerse de rodillas en el suelo. Pasó mucho tiempo en ese estado. Sólo el sonido de su respiración resonaba fuertemente alrededor de la habitación. Cuando pasó un largo período de tiempo y Leticia comenzó a sentir que no podía soportarlo más, de repente escuchó una puerta de hierro abriéndose.

Junto con el sonido de los pasos, alguien se acercó a ella. Poco después, escuchó el sonido de la persona que se sentaba delante de ella en una silla.

Leticia deseaba que le quitaran inmediatamente la venda negra que le cubría los ojos, pero con el paso del tiempo, no hubo respuesta alguna. Justo cuando la paciencia de Leticia estaba a punto de llegar a su límite, una voz masculina sonó.

"Quítesela."

Inmediatamente, la venda negra fue quitada de sus ojos. Las antorchas que iluminaban la habitación eran tan brillantes que cegaron un poco sus ojos. Vio la forma de un hombre sentado en una silla delante de ella. Cuando su vista comenzó a volver a la normalidad, su voz volvió a sonar.

"Desata las cuerdas de sus manos también."

"Su Majestad, eso es..."

"Haga lo que le he dicho. Y todos ustedes, salgan de esta habitación."

Al escuchar las palabras que salían de la boca del hombre, Leticia tragó. Finalmente se había dado cuenta de quién era el hombre delante de ella que no podía ver bien debido a las luces brillantes.

Igor Cessca.

El rey de esta nación, y el esposo de esa mujer.