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lunes, 22 de junio de 2020

I Raised A Black Dragon - Capítulo 57

Capítulo 57. Increíblemente Extraño


"¿Quién es usted?" El extraño detrás de la puerta repitió la pregunta de Park Noah.

Frunciendo el ceño en confusión, Park Noah se asomó por la pequeña ventana de la puerta. Luego, pudo observar lo que parecía ser un hombre alto, cubierto con una túnica azul profundo.

"Soy un pasajero en la habitación seis, pero..."

"¿Sí?" Sorprendida por las palabras del hombre, sacó rápidamente el boleto de su bolsillo para confirmarlo. Cabina 6 de primera clase . Las arrugas de su frente se profundizaron. Ella estaba justo donde se suponía que debía estar.

¿No es mi propia cabina? Pero normalmente, las cabinas de primera clase se alquilan completamente...

"Esta es la cabina que mi abuela y yo reservamos."

Al final, Park Noah no tuvo más remedio que abrir la puerta. Afuera había dos pasajeros; un hombre alto con el que había hablado hace un rato y una anciana, a quien el sujeto presentó como su abuela.

La anciana se disculpó, con una cálida sonrisa en su rostro arrugado. "Lo siento, jovencita. También estoy confundida, pero si tuviésemos otros asientos, no estaríamos aquí."

"Perdónanos, no hay ningún espacio vacío excepto en esta cabina. Además, este tren funciona incluso al amanecer, así que resulta difícil llamar al operador", explicó el otro extraño, con las palabras saliendo suavemente de sus labios.

A pesar de sus quejas internas, Park Noah no podía negarse. Aparte, los asientos de primera clase tienen impreso el número de asiento, y no estaba segura de si Kyle Leonard había reservado toda la cabina o sólo un asiento.

Además, los huéspedes no bienvenidos deben haber visto previamente los asientos desocupados de su cabina. Sería una insolencia descarada que una joven mujer le negara el asiento a una abuela.

"Bueno, pasen. Pero podría ser un poco ruidoso. Mi hijo es un poco... Llora mucho". Park Noah puso una mano detrás de su espalda, haciendo un pequeño gesto. Inmediatamente, Muell entendió la señal y rápidamente comenzó a llenar sus ojos de lágrimas.

Ella se sintió incómoda con su intención de forzar a los dos extraños a marcharse. Sin embargo, era una reacción esperada, porque debía actuar con cautela tras haber huido de un tren lleno de asesinos hace apenas unas horas. Tuvo que hacer uso del talento de Muell para lloriquear.

"Gracias. Tienes un hijo." El hombre entró en la habitación sin dudarlo un instante y se quitó la capucha.

Tan pronto como Park Noah observó su rostro, su estado de alerta desapareció y la admiración adormeció sus sentidos.

'¿Qué es esa mirada? Hermoso'.

Fue todo lo que pudo pensar en el momento en que sus ojos se encontraron. Sus orbes verdes armonizaban perfectamente con sus mechones rubios y la sonrisa encantadora en sus labios. Park Noah, que no se sorprendió ni un poco por la apariencia elegante de Kyle Leonard, casi se quedó boquiabierta ante el extraño que tenía enfrente.

"El niño es muy lindo". El hombre sonrió, agachándose para estar cara a cara con Muell. "Hola, bebé. ¿Cómo te llamas?"

El ruido de los gritos del niño aumentaron. El desconocido se rió y abrazó a Muell. Ante la repentina acción, la boca de Muell se abrió por la sorpresa. Sus gritos se detuvieron pero las lágrimas continuaron goteando por su cara.

"¿Uh...?"

"Eres un buen chico si no lloras. ¿No es verdad?" El hombre habló suavemente, tratando de apaciguar al niño; la sonrisa nunca abandonó su cara.

Pero Park Noah ya no miraba al extraño. Su atención se centró en Muell, cuyo rostro estaba extrañamente contorsionado. Entonces, se dio cuenta de su mirada, le estaba haciendo una señal.

"Hah..."

Cuando Muell empezó a llorar de tristeza, Park Noah lo sacó rápidamente de las garras del hombre. "Oh, querido."

"Supongo que no le agrado mucho al hijo de la dama." El hombre se encogió de hombros, riéndose.

Park Noah lo miró fijamente mientras acariciaba la espalda de Muell, su sospecha comenzó a surgir. Muell no es un niño ordinario; no se pondría a llorar porque un extraño lo abrazara.

Entonces, notando un silencio inusual, miró hacia la puerta a donde había estado la anciana, y vio un espacio vacío. Había desaparecido sin dejar rastro. De repente, la puerta se cerró sola.

"¿Nos sentamos, dama? No..." El hombre se había sentado, con las piernas cruzadas. Park Noah miraba en las manos del hombre, el boleto que había presentado antes y vio que las letras del papel empezaban a desvanecerse. El boleto se convirtió en un papel en blanco.

Se le puso la piel de gallina cuando el papel salió volando de los dedos del hombre. '¿Una falsificación? O, ¿Un hechizo desconcertante...?'

"Eleonora". Habló, con una sonrisa de satisfacción en su cara.

"¿Por qué no te quitas esas graciosas gafas?"

***

El interior del tren donde está Noah tiene este aspecto.