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lunes, 22 de junio de 2020

I Raised A Black Dragon - Capítulo 56

Capítulo 56. Una Noche de Introspección


El sol ya se había ocultado y la oscuridad cubrió silenciosamente los cielos. Park Noah abrió sus ojos soñolientos, con su espalda aún apoyada en el sillón, vio a Muell pegado a la ventana.

Él se apoyaba en el estrecho marco de la ventana con sus cortas y gordas piernas. Estaba mirando atentamente a través del vidrio, con sus orbes rojos que parecían tan brillantes como el brillo de la luz de la luna.

"Mu, ¿Qué estás mirando?"

El niño de cabello negro y rizado se volteó hacia Park Noah con una mirada llena de curiosidad. Luego, señaló al cielo, "Noah, ¿Qué es eso?"

Park Noah se acercó a un lado de Muell, mirando por la ventana, ella observó constelaciones de estrellas que parpadeaban en el oscuro horizonte. 'Oh, ¿Está hablando de las estrellas?'

"¿Te refieres a esas cosas brillantes?"

El niño asintió con la cabeza, con los ojos tan radiantes como siempre; parecía que él también tenía su propia estrella. Park Noah hizo una pausa, recordando sus clases de Ciencias de la Tierra en el instituto. Luego, le explicó lentamente a Muell.

"Eso es una estrella. Una estrella es una bola caliente muy grande, y hay cerca de 100 mil millones de estrellas en nuestra galaxia... Oh, de todos modos, esta es otra galaxia. Pero también hay muchas estrellas."

Ella miró al cielo nocturno de nuevo con mejor ánimo. Es un cliché, pero daba la impresión de un amplio cielo en el que las estrellas parecían derramarse. Park Noah trató de recordar los días que pasó mirando el cielo, pero no sirvió de nada. Ella suspiró amargamente.

'Ahora que lo pienso, creo que nunca he mirado el cielo desde que llegué a este mundo. No, en realidad incluso antes de venir aquí'.

No es que tuviera poco o ningún tiempo para levantar la cabeza entre sus ocupados turnos. Tal vez sea la simple ignorancia de disfrutar la belleza del cielo.

Ella movió su mirada hacia la derecha y observó la cola del tren extendida en la oscuridad. Docenas de cabinas estaban iluminadas, haciéndolas parecer cometas. En ese momento, Park Noah se sintió como si estuviera flotando en medio del universo.

"Es similar a lo que vi en el huevo. Hay algo como eso en el mundo humano", murmuró Muell con emoción.

"¿En serio? Entonces tu mundo debe estar entre esas estrellas. Mi mundo debe estar allí también."

Park Noah entró en una profunda introspección. Su ignorancia había prevalecido incluso después de su reencarnación. Ella había experimentado un renacimiento y aún así, seguía siendo incapaz de disfrutar de las cosas que no había apreciado en su vida pasada.

Durante su vida como oficinista, nunca hubo un día en que no estuviera paralizada por la fatiga. Jamás hizo un viaje común, sólo se desplazaba entre el trabajo y la casa.

De hecho, la única mejora que tuvo en este mundo era que durmió más de lo que había dormido en su vida anterior. No obstante, su objetivo de una vida larga y pacífica persiste, pero a este ritmo, cree que tendrá muchos remordimientos incluso si muere como Eleonora Asil. Al final de su reflexión, se dio cuenta de que no estaba siendo feliz en absoluto.

"Mu, ¿Quieres hacer un viaje cuando termines el marcado conmigo? Es una oferta de lujo", retorció a Muell suavemente.

"¿Viaje? Noah lo odia. Comer, moverse, estar cansada."

"¿Eh? Uh, sí, es así."

"Noah es más feliz estando en casa."

Sin embargo, el niño conocía a su ama hasta la médula. Park Noah dudó pero continuó persuadiendo a Muell y a sí misma.

"... Hey, eso es un súper lujo. Contrataré a Kyle Leonard como mayordomo, y a Muell como amigo. ¿No es genial? ¡Oh, me encanta!"

Estaba empezando a sumergirse en sus dulces fantasías cuando alguien tocó la puerta.

Toc. Toc.

"¿......?"

Sus ojos, que admiraban el crepúsculo parpadeante, se dirigieron hacia la puerta en el mismo instante.

"¿Quién...?" Park Noah retrocedió, recordando las palabras de Kyle Leonard que le advirtieron que tuviera cuidado con todo. Entonces, se puso rápidamente sus túnicas, ocultando su llamativo cabello color albaricoque, el niño se colocó las gafas funky en el puente de su nariz.

Caminó de puntillas hacia la puerta con Muell detrás de ella, imitando sus pasos. Con una voz nerviosa, preguntó.

"¿Quién es?"