El maná violeta tiñó el cielo como una ventisca.
“Kuh.... ¡¡qué monstruoso maná...!!”
Maximiliano hizo una mueca de dolor al sentir la explosión de maná.
En medio de la tormenta de nieve, un hombre aterrizó en el suelo delante de él. Un hombre con un abrigo largo negro azabache.
Llevaba una capucha profunda, y tenía la cara cubierta con una máscara. Él era–
“Mi nombre es Shadow… el que acecha en las sombras, el que caza en las sombras…”
Una voz como desde las profundidades del abismo.
“Eres… Shadow…”
Shadow Garden era una amenaza reconocida para la Orden. Una organización oculta que se opone audazmente a ellos.
Habían expuesto la existencia de la Orden al mundo. No pueden ser tomados a la ligera.
Incluso el potencial de combate de Shadow Garden rivalizaba con el de la Orden. Se rumorea que sus líderes, conocidos como Los Siete, alberga a individuos de igual nivel que un Caballero de las Rondas.
Y dentro de esta organización sombría, el más misterioso de todos era el propio Shadow.
Todos los miembros de la Orden dijeron que aquellos que habían luchado contra él habían sido eliminados, y solo habían podido presenciarlo, hasta la fecha, en dos lugares: la Prueba de la Diosa y el Festival del Dios de la Guerra.
Su fuerza fue medida en… Invencible..
Maximiliano recordó repentinamente lo que Doem, quien había presenciado a Shadow por primera vez, había dicho, “Es difícil de creer que esa cosa sea humana. Es como Diabolos… No es de extrañar que haya notado nuestra existencia…” Doem había divagado eso en una noche de borrachera.
Maximiliano lo había descartado porque estaba borracho.
Pero ahora, después de sentir esa vasta magia, estaba comenzando a entender los temores de su colega.
“Tu maná, es ciertamente interesante… supera con creces todo lo que los simples mortales pueden contener. Y es denso. Mucho más denso que todo lo que he visto.”
Maximiliano analizó con calma el maná que seguía brotando del hombre como si la ventisca lo estuviera arrastrando.
“De hecho, eres tan impresionante como dicen los rumores… mis sinceros saludos, Shadow…”
Los labios de Maximiliano se curvaron hacia arriba.
Shadow seguía allí de pie, recubierto de maná violeta.
“Le doy la bienvenida al Reino Oriana. No sé cuáles son tus objetivos en esta tierra, pero tu suerte se acaba aquí. Soy Maximiliano 'Sangre Fría'. Me especializo en personas que se jactan de su maná como tú… ¡Como tal, te diseccionaré a fondo para descubrir qué oculta tu cuerpo!”
Al momento siguiente, Maximiliano desapareció.
La nieve asentada en el suelo se elevó hacia arriba y una figura borrosa apareció tras Shadow.
“Detrás de ti, tonto.”
Maximiliano cortó hacia Shadow por la espalda.
Sintió que su espada golpeaba.
“… ¿Cómo?”
Shadow simplemente se quedó allí, sin inmutarse.
Entonces, como si ese ataque hubiera sido una ilusión, el hombre de negro se volteó y se enfrentó a Maximiliano.
“Oh, ¿estabas haciendo algo…?”
“—Tsk, los seres poderosos de maná son siempre tan dolorosamente lentos.”
“Ese abrigo debe ser un artefacto. Uno bueno también por haber bloqueado mi espada. Te lo destruiré muy pronto...”
Una vez más, Maximiliano desapareció.
“Aquí.”
Maximiliano se acercaba por detrás.
–Pero antes de eso.
“Te equivocas.”
Antes de que Shadow pudiera girar, Maximiliano apareció por debajo de él.
“—Débil.”
Los ataques de Maximiliano vinieron de todas las direcciones, e incluso desde arriba, sucesivamente y sin pausa.
Shadow ni siquiera pudo reaccionar, ya que fue atacado desde todas las direcciones posibles.
Entonces finalmente—
“Está hecho.”
Un último y poderoso golpe envió a Shadow al suelo.
Shadow rodó sobre la nieve antes de estrellarse contra la pared del campamento.
“Todos los artefactos tienen un límite en su resistencia. Ahora tu precioso abrigo está acabado.”
Maximiliano movió su mirada de Shadow a algo a un lado.
“Así que finalmente te muestras— Búho.”
En algún momento, una figura femenina ya estaba de pie donde Shadow yacía colapsado— vestida con su body negro, era Búho.