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domingo, 13 de noviembre de 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 441

<< Nota: Navi → Mariposa. >>


La Emperatriz Divorciada - Capítulo 441. No Esperaba Verlo Aquí (2)


El carruaje se detuvo al poco tiempo. Dado que la cafetería cercana al Palacio Imperial era el sitio de encuentro, la distancia recorrida fue realmente corta.

El Gran Duque Kapmen se bajó primero y me extendió la mano. Dudé un poco, pero agarré su mano y bajé del carruaje.

Me llamo Navi. Mi cuerpo es débil. Mis padres son comerciantes. Debo ignorar sus comentarios desagradables. No debo usar el lenguaje de los pandilleros. Bien. Eso suena bastante fácil.

Cuando el Gran Duque Kapmen se acercó a la entrada de la cafetería, el personal de seguridad abrió rápidamente las puertas.

Para no parecer demasiado nerviosa, respiré profundamente antes de entrar.

"¿Has estado alguna vez en una cafetería?"

"He escuchado al respecto."

No había tenido la necesidad de venir.

"Las personas que frecuentan estos lugares son los plebeyos ricos. En vez de celebrar fiestas en salones privados, los plebeyos ricos se reúnen en cafeterías, restaurantes de lujo, teatros, y demás, para establecer conexiones."

"Por lo visto, el Gran Duque está familiarizado."

"Porque había diferentes clases sociales reunidas en la academia mágica."

Ahora que recuerdo, el Gran Duque Kapmen me había dicho que en el pasado había hecho y distribuido pociones mágicas en el mercado negro.

No podía creer que hubiera hecho eso con una cara tan seria e intachable.

Asentí en señal de comprensión y subimos al tercer piso.

En el tercer piso, al igual que en los demás, las mesas dispuestas en el salón estaban sólo en los bordes, dejando el centro vacío.

"Cuando hay una gran fiesta, se baila y se realizan juegos en el centro. Tengo entendido que se organizan bailes una vez a la semana."

El Gran Duque Kapmen volvió a darme una explicación y caminó hacia las mesas del fondo.

Estaba atenta a la aparición del amigo del Gran Duque Kapmen que 'odiaba a los nobles', por lo que me di cuenta rápidamente de que la persona sentada en la última mesa era dicho amigo.

Tan pronto como vi a su amigo, dudé del consejo del Gran Duque Kapmen.... de no utilizar el lenguaje de los pandilleros.

'Cualquiera podría decir que esta persona era un pandillero.'

Si la otra parte era un pandillero, ¿no sería mejor actuar también como un pandillero para que hubiera más cercanía? Por supuesto, no lo tenía claro porque nunca había tenido un amigo pandillero.

Examiné al amigo del Gran Duque Kapmen mientras ocultaba mi sorpresa bajo mi rostro inexpresivo.

Cabello grueso que se esparcía en todas direcciones como un pájaro al sacudir sus plumas, ojos feroces que daban la impresión de que en cualquier momento sacaría un cuchillo para exigir dinero, cicatrices en la cara que no parecían las de un accidente, sino hechas en decenas de peleas callejeras.

Por supuesto, no se debe juzgar a una persona sólo por la primera impresión, pero ésta no fue una primera impresión que sólo yo tuve. El Vizconde Langdel, que estaba detrás de mí, parecía un poco tenso.

"Oye, Kapmen."

Además, ¿ese lenguaje no es similar al que utilicé para actuar como los pandilleros?

Mientras comenzaba a desconfiar de la identidad del amigo de Kapmen, éste se levantó e hizo un saludo de manos nada formal con el Gran Duque Kapmen, luego lo abrazó con fuerza y se apartó enseguida.

"¿Qué hay de nuevo? ¿Cómo has estado?"

"Bien, ¿cómo has estado tú?"

"Estuve en el Reino del Norte. Es malditamente impresionante, pero hace un frío del demonio. Para las personas de allí el clima era cálido, me dijeron que hace más frío cuando cae el invierno. Maldición, la piel de esos tipos debe ser tres veces más gruesa que la mía."

"¿No puedes hablar sin malas palabras?"

Cuando el Gran Duque Kapmen le aconsejó con un leve suspiro, su amigo lo llamó burlonamente 'viejo'. Aunque debió notar mi presencia, no me miró ni una sola vez.

En el momento en que el Gran Duque Kapmen dijo, "Dolshi, quiero presentarte a alguien," él dejó de sonreír burlonamente y me miró.

Por la forma en que me miraba, no había el más mínimo interés. Lo supuse desde el instante en que fingió no haberme visto.

Huh, ese nombre de Dolshi ni siquiera le queda bien.

"..."

Oh, cielos. Olvidé controlar mis pensamientos. El Gran Duque Kapmen se mordió de repente los labios con fuerza, como si hubiera oído lo que estaba pensando.

"¿Qué pasa? ¿Por qué parece que quieres reírte?"

"No es nada. Más importante, Dolshi, te presento a Navi, de quien te he hablado en las cartas."

"Me lo imaginaba, pero su nombre es malditamente raro."

Con ese nombre de 'Dolshi' era el menos indicado para decir que mi nombre falso era raro.

"..."

Cuando el Gran Duque Kapmen volvió a morderse los labios con fuerza al leer mis pensamientos, Dolshi levantó una ceja con una expresión de, '¿Qué demonios está pasando aquí?'

Después de soltar un profundo suspiro en mi interior, le extendí la mano a Dolshi por mi cuenta.

"Soy... Navi."

"..."

Gran Duque Kapmen, ¡no contengas la risa de esa manera a mi lado!

"Soy Dolshi."

Al margen de lo que hacía el Gran Duque Kapmen, Dolshi palmeó ligeramente mi mano.

Al menos, aún no ha descubierto que soy de la nobleza. ¿No era este un buen comienzo?

***

A Dolshi no parecía importarle ni un poco. No es que me odiara o le disgustara, es solo que actuaba como si yo no existiera.

El Gran Duque Kapmen le preguntó si podía aconsejarme sobre el uso de la magia de hielo, pero Dolshi se negó de inmediato, diciendo que sería demasiada molestia.

Pero no podía irme al primer rechazo, así que escuché la conversación del Gran Duque y Dolshi mientras comía el postre más vendido de la cafetería.

La mayoría de los temas que ambos compartían no tenían relación con la magia ni con nada que me interesara, por lo que mi atención se desviaba constantemente hacia la cafetería a la que había venido por primera vez.

También, observaba por la ventana a las ajetreadas personas mientras cortaba el postre de chocolate con un fuerte sabor dulce y lo comía.

En un momento, un carruaje marrón oscuro se detuvo frente a la cafetería, y un hombre se bajó del mismo. Abrí bien los ojos e incliné la cabeza un poco más hacia la ventana.

‘¿Sovieshu?’

A menos que la vista me esté fallando, definitivamente era Sovieshu. Pero antes de que tuviera tiempo de comprobarlo, ese hombre entró en la cafetería...

'¡Oh, no!'

Cuando me levanté por reflejo, el Vizconde Langdel, que estaba sentado en la mesa de atrás, se puso inmediatamente de pie.

"¿Qué pasa, señorita?"

Estaba a punto de decirle, 'Creo que vi al Emperador Sovieshu', pero solo sacudí la cabeza con una sonrisa antes de volver a sentarme y abrir mi abanico.

'¿El hombre que vi era realmente Sovieshu? Si es así, ¿por qué ha venido aquí?'

Mientras me mordía los labios, mi cara se reflejó en la taza de plata, por lo que vi mi cabello rojo con un largo flequillo. Me había disfrazado un poco por si acaso.

Era un disfraz parcial, con sólo una peluca, pero servía. Era suficiente para que las personas que nunca me habían visto de cerca no me reconocieran. Como mucho, pensarían que era una persona parecida a la Emperatriz.

Si bien las personas que me ven a menudo me reconocerían, para empezar nunca vendrían a una cafetería frecuentada por plebeyos.

Sovieshu era la peor persona que podría aparecer. Me conocía tan bien que no había manera de que no se diera cuenta de que tenía puesta una peluca. Del mismo modo que yo lo reconocí en la entrada de la cafetería, a pesar de que se bajó de un carruaje ordinario con una capucha que le cubría la mitad de la cara.

"¿Señorita Navi?"

Probablemente porque escuchó mis pensamientos, el Gran Duque Kapmen, que estaba absorto en su conversación, desvió su mirada hacia mí. Entonces, me preguntó ingeniosamente, "¿Se siente mal?"

Asentí y le pedí en mi mente.

'Me pareció ver a Sovieshu entrar en la cafetería. Por favor, ve a comprobar si Sovieshu realmente está aquí.'

Sí, había que comprobarlo primero. Si tenía razón en que entró en la cafetería, no podía irme de inmediato.

Si intentara irme ahora, podría cruzarme con él.

Después de averiguar dónde se sentará Sovieshu, tendré que ocultar mi rostro para escabullirme.

"Espera aquí, traeré la medicina en el carruaje."

El Gran Duque Kapmen encontró una excusa razonable, luego asintió hacia mí, se levantó y bajó las escaleras.