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martes, 12 de octubre de 2021

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 373

Capítulo 373.


***

El Viejo Duque Zemensia había entrado en el Palacio Imperial para ver los restos de su hija durante un rato. Al salir vio a lo lejos a Heinley y a McKenna llevándose bien, lo que le hizo sentir un dolor desgarrador en su corazón.

"Mi hija yace muerta en la fría cripta subterránea mientras estos bastardos..."

El Duque Zemensia maldijo mientras rechinaba los dientes. Aunque muriera, no dejaría que aquellos que causaron la muerte de su hija fueran felices.


* * *

Después de salir del Palacio Imperial, el Vizconde Roteschu se dirigió a toda prisa en caballo a la ubicación indicada por el Emperador Sovieshu.

Cada vez que un caballo se cansaba, se detenía en un pueblo cercano y compraba el caballo más vigoroso para poder continuar con su viaje.

Quería darse prisa en rescatar a su hija antes de que el Emperador Sovieshu cambiara de opinión. El lugar estaba a las afueras del Imperio.

Después de cabalgar durante varios días, llegó a una mansión pequeña pero bonita. El Vizconde Roteschu se sintió un poco aliviado porque era un lugar que podía ser utilizado como villa por un noble de gustos sencillos.

'No encerró a mi hija en un lugar extraño.'

Delante de la mansión había tres hombres que parecían ser guardias. Tan pronto como el Vizconde Roteschu se acercó, lo apuntaron con sus lanzas.

"Mi hija. He venido a buscar a mi hija."

El Vizconde Roteschu se dirigió a los guardias que intentaban detenerle, levantando las manos para hacerles saber que no tenía armas.

Sin embargo, los guardias no dieron un paso atrás al no haber recibido ninguna orden. 

En ese momento, se oyó una voz alegre.

"¡Padre!"

Cuando el Vizconde Roteschu levantó la vista, Rivetti estaba corriendo hacia él.

"¡Rivetti!"

El Vizconde Roteschu se emocionó y abrió los brazos al ver a su hija, a la que tanto tiempo llevaba buscando, correr alegremente hacia él.

Cuando Rivetti se acurrucó en los brazos del Vizconde, éste abrazó a su hija con fuerza. Ver a su hija a salvo hizo que las lágrimas brotaran naturalmente de sus ojos.

"¡Padre! ¿Cómo llegaste hasta aquí?"

Preguntó Rivetti con voz animada.

El Vizconde Roteschu abrió la boca para decir, 'El Emperador Sovieshu me lo dijo'.

Pero se le hizo un nudo en la garganta y no pudo hablar. Las lágrimas seguían cayendo por sus mejillas, por lo que se limitó a abrazar a su hija.

"¿Padre?"

Sólo entonces Rivetti se dio cuenta de que algo andaba mal, así que se sobresaltó y se apartó un poco de su padre. Luego, mirando al Vizconde a la cara, preguntó desconcertada,

"Padre, ¿qué está pasando?"

Puede que las lágrimas que derramaba se debieran al alivio y a la alegría de volver a verla después de mucho tiempo. Sin embargo, la expresión del Vizconde Roteschu era demasiado sombría para ser lágrimas de alegría.

"Padre, ¿Sabes lo de Rashta?"

Cuando Rivetti preguntó suspicazmente, Roteschu respondió mientras se secaba las lágrimas,

"¿También te lo dijeron?"

"¡Sí! ¡Fue Rashta quien intentó matarme!"

Exclamó Rivetti, apretando los puños con ira.

"Si Su Majestad no hubiera descubierto el plan de Rashta a tiempo y me hubiera salvado, no sé qué habría sido de mí..."

El rostro de Rivetti se puso pálido, asustada sólo con decir esas palabras. Los dedos le temblaban. El tiempo había pasado, pero estaba claro que aún no se había recuperado por completo de la conmoción de aquel día.

El Vizconde Roteschu se enfadó mucho al confirmar que Rashta había atacado realmente a Rivetti. Lo había oído del Emperador Sovieshu, pero no podía creerlo.

Al mismo tiempo, también se enfadó consigo mismo. Si no hubiera chantajeado constantemente a Rashta, tal vez no habría atacado a Rivetti de esta manera.

Pero rápidamente cambió de opinión.

"No quiere que se sepa que era una esclava. Por eso te atacó, quería mantener tu boca cerrada."

"¿Es por eso que Rashta me atacó?"

"Sí. Estoy seguro."

"¡Entonces la hundiremos primero! ¡Sólo hay que revelar que era una esclava!"

Rivetti aún no sabía lo que estaba pasando afuera, por eso gritó furiosa al pensar que Rashta, que la había atacado e intentado asesinar, estaba viviendo felizmente.

Cuando el Vizconde Roteschu negó con la cabeza, Rivetti le reprochó sorprendida.

"¿Harás la vista gorda? Intentó matarme, ¿cómo puedes hacer la vista gorda?"

"Tengo algo que decirte, Rivetti."

"¡No quiero discutir sobre esto! ¡No quiero!" 

"Es sobre nosotros."

Rivetti estaba furiosa, pero consiguió calmarse y preguntar a regañadientes cuando el Vizconde Roteschu la sujetó firmemente por los hombros.

"¿Sobre nosotros?"

"Tu padre es una mala persona."

"¿Qué?"

Sin embargo, las palabras del Vizconde Roteschu fueron completamente inesperadas. Rivetti preguntó desconcertada,

"¿A qué viene eso?"

Rivetti sabía que su padre no era una buena persona, pero tampoco lo consideraba tan malo. Le pareció extraño que de repente hiciera tal confesión.

"La princesa que dio a luz Rashta ha pasado a ser la hija de tu hermano."

"¿Qué?"

A pesar de que el Vizconde Roteschu lo explicó, Rivetti estaba aún más desconcertada y preguntó,

"¿Hablas de Ahn?"

"De la princesa."

"¿Cómo es posible? ¿Cómo puede la princesa ser hija de mi hermano?"

Las palabras del Vizconde Roteschu fueron tan inesperadas y sorprendentes que no pudo aceptarlas de inmediato.

"Eso es lo que pasó."

"No lo entiendo."

"Tu hermano ha engañado a Su Majestad."

"Padre..."

Rivetti finalmente se dio cuenta de la gravedad del asunto y su rostro palideció.

"Entonces, ¿qué pasará? ¿Qué pasará con mi hermano?"

El Vizconde Roteschu reflexionó por un momento sobre qué decir.

Rivetti, que aún era muy joven, le creería incondicionalmente. Si decía que Alan estaba siendo acusado injustamente, le creería; si decía que Alan se había equivocado, le creería.

Le hubiera gustado ser honesto y decir, 'tanto tu hermano como yo estamos siendo acusados injustamente'. Pero no sabía cómo reaccionaría Rivetti si lo hacía.

No importa lo que hiciera Rivetti, Alan y él ya se habían convertido en el objetivo del Emperador Sovieshu.

El Emperador podía acabar con el Vizconde y su familia.

Sin embargo, la solicitud del Emperador Sovieshu al Vizconde de 'llevarse a Rashta' se debía probablemente a que quería deshacerse de ella lo antes posible y, a cambio de eso, le ofreció perdonar a 'dos personas'.

Rivetti no aceptaría esto. No sabía cómo se lo tomaría cuando le dijera que solamente vivirían ella y la Vizcondesa.

El Vizconde Roteschu acabó mintiendo después de mucho pensarlo.

"Tu padre es una mala persona, Rivetti."

"Padre..."

"Tu padre lo sabía. Ahora todo ha terminado."

"¿Qué?"

"Tu padre sabía que Rashta estaba embarazada de tu hermano."

"¡No, eso es absurdo! Padre, ¡eso no puede ser cierto! ¡De ninguna manera! ¡Mi hermano es muy tonto y tímido!"

"¡Rivetti!"

Rivetti no lo aceptó en un estado de pánico, pero consiguió recobrar el sentido cuando el Vizconde Roteschu gritó su nombre.

Roteschu sujetó con fuerza los brazos de Rivetti y le dijo,

"Su Majestad ha mostrado una enorme generosidad y ha dicho que sólo castigará a los implicados. Tu madre y tú no sabían nada de esto."

"Padre..."

"Vuelve al territorio. Vuelve al territorio antes de que las cosas empeoren. Al morir tu hermano y yo, te convertirás en la sucesora."

"¡Padre! ¡Odio esto! ¡Soy la única que vivirá!"

"¡Quieres que tu madre también muera!" 

"¡!"

"Hija, hija mía. Eres joven e inmadura, pero inteligente, ¿cierto?"

"Padre... Padre..."

"Emprendí una aventura por nuestra familia y fracasé en el intento. Asumiré mi responsabilidad por eso, así que no culpes a nadie. Vuelve al territorio, cuida de tu madre y cuida del territorio. Es todo tuyo y de tu madre. ¡Vuelve ahora mismo! Me desharé de la mansión de aquí lo antes posible y te enviaré el dinero, así que no pierdas ni un segundo, ¡tendrás que encargarte de todo! ¿Lo entiendes?"

Rivetti sacudió la cabeza mientras lloraba.