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martes, 7 de septiembre de 2021

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 361

Capítulo 361. Amor (1)



El rostro de Sovieshu se puso rígido, sus ojos se llenaron de confusión y su aura se volvió pesada.

Cuando Rashta dio varios pasos hacia atrás, la pequeña distancia entre ambos se amplió. Ella se puso pálida y negó desesperadamente,

"¡No! ¡No! ¡No puede ser! ¡Su Majestad, esto no tiene sentido!"

Sovieshu, que permanecía inmóvil en el silencio agudo, suspiró ligeramente.

"¿No tiene sentido?"

Tras repetir las últimas palabras de Rashta, no tardó en murmurar con voz vacía,

"Sí. Como dices, esto realmente no tiene sentido."

"No es eso..."

Sovieshu apretó y abrió el puño repetidamente. Estaba muy enojado, pero no podía hacer nada aquí, por lo que parecía aún más enojado.

De hecho, no sólo tenía la mente revuelta, sino que todo tipo de emociones negativas le invadían de forma muy dolorosa. También fue doloroso que la princesa, a la que tanto amaba, no fuera su hija.

Los presentes se quedaron en silencio sin respirar. Nadie sabía qué decir en esta situación sin precedentes.

Sólo la princesa, conmocionada por la sangre que le había sido extraída, siguió llorando intensamente.

"Marqués Karl."

Al cabo de un rato, Sovieshu llamó a su secretario con voz grave.

"Sí, Su Majestad."

El Marqués Karl, que observaba la situación, se acercó rápidamente. Entonces, Sovieshu murmuró impotente.

"¿Qué se supone que debo hacer ahora?"

"Su Majestad..."

Sin embargo, la voz que siguió fue decidida.

"Trae a ese hombre."

'¿Ese hombre?' Rashta, que se encontraba aturdida, levantó la cabeza extrañada.

De repente, se produjo un alboroto. Al mirar en esa dirección, Rashta vio que los hombres de Sovieshu traían a Alan.

'¿Por qué Alan está aquí?'

Asustada, Rashta gritó,

"¡Su Majestad!"

Pero en vez de responder, Sovieshu llamó al sacerdote,

"Sacerdote."

"Sí, Su Majestad."

"Haz la prueba de nuevo para ver si la princesa es hija de este hombre."

La orden de Sovieshu fue categórica y fría.

Sintiendo la sangre salir de todo su cuerpo, Rashta exclamó sorprendida,

"¡Su Majestad, repitamos la prueba! ¡No tiene sentido! ¡La Princesa realmente es nuestra hija! ¡Hay que repetir la prueba!"

Sovieshu se enojó aún más cuando Rashta le pidió repetir la prueba, su paciencia se había agotado. No quería volver a pasar por esa humillación, no quería volver a escuchar que la Princesa no era su hija. Sin embargo, sí quería que la prueba se hiciera con Alan. Por eso ordenó traerlo.

"¡Suéltenme, suéltenme, Rashta! ¡Rashta!"

Alan gritó su nombre desesperadamente mientras lo traían a la fuerza. Al pronunciar abiertamente el nombre de la Emperatriz, provocó murmullos entre los presentes.

'Sin duda ha sido manipulado. No sé qué hicieron, pero lo manipularon. De lo contrario, este no habría sido el resultado.'

A menos que sostuviera en sus brazos a la princesa y le extrajera sangre para comprobar el resultado, jamás lo creería.

"Su Majestad, debe haber sido manipulado. Si no es así, es porque se extrajo muy poca sangre. Si se extrae más, se obtendrá el resultado correcto."

El sacerdote dio un paso atrás y gritó con una mirada asustada,

"No se le puede extraer mucha más sangre. ¡La bebé no lo soportaría!"

El llanto de la princesa se hizo más fuerte. El rostro de Sovieshu se volvió más rígido de lo que estaba.

Los nobles presentes también miraron a Rashta con desagrado. Querer extraer mucha más sangre sin necesidad de esa pequeña bebé no parecía buena idea, incluso si no se tratara de la princesa.

En medio de esto, Alan estaba aterrorizado y pidió ayuda a Rashta, pero nadie se preocupó por él.

"Haz la prueba."

Sovieshu, que sentía que cuanto más tiempo pasara más se convertiría en un hazmerreír, ordenó fríamente.

"Sí, sí, Su Majestad."

El sacerdote volvió a situarse en la estructura y le dijo a Rashta,

"Emperatriz. Por favor, párese aquí."

Pero Rashta retrocedió y gritó,

"¡No lo aceptaré a menos que la prueba sea con Su Majestad el Emperador! ¡No me haré la prueba con ese hombre! ¡Es un insulto para mí! ¡Su Majestad! ¡Absolutamente no!"

Con los puños cerrados y los dientes expuestos, parecía que atacaría a cualquiera que se le acercara.

Como ella misma afirmó, seguía siendo la Emperatriz, así que no hay nada que pudiera hacerse al respecto si se negaba rotundamente a hacerse la prueba.

El sacerdote dudó y miró a Sovieshu, que tenía el ceño fruncido.

Alan se arrodilló apresuradamente y suplicó.

"Su Majestad, yo tampoco tengo nada que ver con la Princesa. Sólo me reencontré con Rashta después de que se convirtiera en su concubina."

A Rashta le enfureció tanto que la siguiera llamando directamente por su nombre, que golpeó a Alan en la tibia con su tacón. Dado que lo golpeó con todas sus fuerzas, la sangre brotó.

"Ah."

Alan finalmente cerró la boca y se inclinó por el dolor.

Sovieshu contempló la patética escena, y luego le hizo un gesto a los dos caballeros que estaban alrededor de Rashta.

Al recibir la señal, los dos caballeros se acercaron a Rashta, la agarraron por los brazos y la llevaron a la fuerza frente a la estructura.

Esta no era la manera de tratar a la Emperatriz, pero ninguno de los nobles se sorprendió.

Ahora que las cosas habían llegado a esto, Rashta no podría permanecer en la posición de Emperatriz. Sólo sería cuestión de cuánto aguantaría, de qué manera caería, y de si sería castigada o no una vez que fuera depuesta.

Delante de la estructura, uno de los caballeros sujetó a Rashta y el otro extendió su mano, presionando fuertemente la herida que le había hecho Sovieshu en la prueba anterior.

La sangre volvió a fluir de la herida, cayendo en el plato recién colocado.

"¡Suéltenme! ¡Déjenme ir! ¡Soy la Emperatriz! ¡No pueden hacer esto! ¡Su Majestad, sigo siendo la Emperatriz! ¡No pueden hacer esto!"