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miércoles, 31 de marzo de 2021

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 290

Capítulo 290. Rescate (3)



Mientras tanto, Rivetti se encontraba en una situación en la que no sabía qué estaba pasando.

Cuando volvía a casa después de divertirse con sus amigas, vio una escena aterradora. Una escena escalofriante de una multitud de personas persiguiéndola mientras se hacían pasar por transeúntes.

Asustada, intentó huir, pero se desmayó tras ser atacada por alguien. 

Cuando despertó, se encontraba encerrada en una jaula en donde se solía encerrar a animales salvajes, y vio a un hombre de aspecto realmente malvado riéndose y dando dinero a otro hombre cubierto con una capa.

"Nuestros clientes disfrutan destruir la moral de los nobles que se alimentan de su propio orgullo. Son muy populares. Aún así, después de unos años, se convierten en esclavos ordinarios. Búscame de nuevo la próxima vez que necesites vender a otro noble."

Rivetti se estremeció de miedo. ¿Esclavos ordinarios? ¿A dónde me trajo este secuestrador?

Cuando el secuestrador se fue, el hombre de aspecto malvado miró a Rivetti como si fuera un gran trozo de oro y sonrió.

"Parece que alguien te guarda un profundo rencor."

"Por favor, por favor ayúdame, ¡te daré todo el dinero que quieras!"

"¿No obtendría más dinero vendiéndote del que podrías darme?"

"¡No, no es así!"

"Además, ¿cómo sé que mantendrás tu palabra si te libero?"

El hombre de aspecto malvado sonrió como si fuera amable y se marchó.

Rivetti, encerrada en una jaula oscura, llamaba a su padre y a su hermano entre lágrimas. Pero no había manera de que pudieran escucharla desde su hogar confortable.

Ella pasó cuatro días enteros aterrorizada. Durante este tiempo, doce personas cubiertas con una capa vinieron una tras otra para ver a Rivetti, y se marcharon después de discutir el precio con el hombre de aspecto malvado.

Fue sumamente doloroso ver ante sus ojos cómo negociaban tranquilamente su precio. Rivetti se dio cuenta de que el ser humano era verdaderamente cruel y desalmado. Nadie intentó rescatarla a pesar de que resultaba evidente que había sido secuestrada.

Y al cuarto día.

El último cliente en venir compró a Rivetti. Preguntó cuánto habían ofrecido los demás, y sin dudarlo ofreció,

"El doble del monto más alto."

Rivetti se vio obligada a seguir a este último cliente, con ambas manos atadas fuertemente a la espalda y amordazada.

Ella no podía recordar cuánto lloró durante todo el trayecto en el carruaje. Finalmente, el carruaje se detuvo frente a una sencilla y hermosa mansión. Rivetti solía soñar con una mansión así, pero incluso este lugar iba más allá de su imaginación.

Sin embargo, cuando este último cliente se quitó la capa que cubría su cuerpo, Rivetti dejó de llorar y sus ojos se agrandaron. Debajo de la capa llevaba el uniforme de los Caballeros de la Guardia Imperial.

Dejó la capa a un lado y se disculpó cortésmente con Rivetti.

"Lamento haberla asustado, Lady Rivetti."

Desató las cuerdas que ataban las manos de Rivetti y le quitó la mordaza antes de dar un paso atrás nuevamente.

Mirando fijamente al caballero, Rivetti preguntó entre gemidos,

"¿Quién eres?"

"Mi nombre es Oreleo, miembro de los Caballeros de la Guardia Imperial. Su Majestad el Emperador me ordenó rescatar a la Señorita Rivetti."

"¿Su Majestad?"

Sorprendida, los ojos de Rivetti se abrieron aún más. ¿Por qué menciona ahora al Emperador Sovieshu? No, ¿cómo sabía el Emperador Sovieshu que había sido secuestrada?

Si se tratara del hijo de un Gran Duque, el Emperador podría ordenar directamente a sus caballeros que lo rescataran, pero Rivetti sabía que su familia no tenía tal estatus. Por lo tanto, no podía creer que el nombre de Sovieshu surgiera de la nada.

Mientras Rivetti estaba desconcertada, el caballero dijo,

"Lady Rivetti, Rashta fue la responsable de su secuestro."

Rivetti se sobresaltó al escuchar el nombre de Rashta.

'¿Rashta fue la responsable de mi secuestro?'

Aunque tenían una mala relación, sintió escalofríos al escuchar que Rashta había sido la responsable de su secuestro.

Rivetti todavía menospreciaba y consideraba a Rashta una vulgar esclava, pero no menospreciaba el poder que tenía.

Era realmente aterrador que la Emperatriz del Imperio Oriental sea la responsable de esto.

Rivetti se estremeció envolviendo sus brazos alrededor de su cuerpo. Aunque ahora estaba a salvo, tenía miedo de lo que Rashta pudiera hacer en el futuro.

¿Rashta estaba tratando de borrar las huellas de su pasado? ¿Planeaba eliminar a la Familia Rimwell para borrar su pasado de esclava?

"Mi familia..."

"Está a salvo."

Ante la tranquila respuesta del caballero, Rivetti consiguió liberarse del mayor de sus temores. Todavía tenía un camino difícil por delante, pero afortunadamente había confirmado que su familia estaba a salvo.

"Por cierto... ¿Cómo supo Su Majestad el Emperador que había sido secuestrada y envió a Sir Oreleo?"

"Una sirvienta atacó a Rashta y le dejó una cicatriz en la frente. Después de lo sucedido, preocupado por la seguridad de Rashta, asignó a alguien para que la escoltara en secreto."

¿En secreto? ¿Por qué asignó a alguien para protegerla en secreto?

Cuando Rivetti parpadeó confundida, el caballero añadió rápidamente.

"A Rashta no suele gustarle salir acompañada de sus guardias."

"Ah..."

"En definitiva, por eso pudimos conocer que Rashta había contratado a un asesino para deshacerse de Lady Rivetti. Me alegro de que haya sido posible rescatarla sana y salva."

Rivetti asintió. De hecho, lo importante era que estaba a salvo.

El caballero miró por un momento a Rivetti, quien suspiró profundamente, antes de explicar,

"Espero que pueda quedarse aquí por un tiempo, Lady Rivetti."

"¿Qué? ¿Aquí?"

Rivetti miró sorprendida a su alrededor. Finalmente, entró y pudo apreciar el interior de la sencilla pero impecable mansión.

La mansión estaba bien organizada y era acogedora, pero los muebles y los sofás se veían nuevos. Parecía un lugar deshabitado.

"¿Este lugar...?"

"Es una mansión propiedad de Su Majestad el Emperador. Lo siento, Lady Rivetti. Si regresa a la capital ahora, podría ser atacada de nuevo."

Recordando al atacante que había visto a primera vista, Rivetti dijo apresuradamente.

"¡El atacante tenía una figura muy peculiar! Daré mi declaración al respecto. ¡Quizá podamos capturar a ese asesino!"

"Incluso si capturamos a ese asesino, no tardará en aparecer otro."

"Ah."

Ante las firmes palabras del caballero, Rivetti suspiró y se sentó en un sofá.

"Volveré por ti cuando sea el momento adecuado. Mientras tanto, siéntase como en casa. Olvídese de todas las cosas aterradoras."

Rivetti recordó a la multitud de personas que la habían perseguido y a quienes negociaban su precio mientras estaba encerrada en una jaula.

En comparación con Rashta, esas personas no se quedaban atrás. También eran aterradoras y espeluznantes.

Rivetti asintió. Sin duda, si volviera a la capital en la situación actual, su familia y sus amigos podrían resultar lastimados.

"Sí, me quedaré aquí. Gracias por salvarme. Por favor, transmita también mi agradecimiento a Su Majestad el Emperador."

"Lady Rivetti. Recuerde este día."

"¿Por qué lo dice?"

"Definitivamente será de utilidad en un futuro."
***