Reciente

martes, 23 de febrero de 2021

Los Tres Están Viviendo Una Vida De Casados - Capítulo 18

Capítulo 18. Pervertido


Esta vez, Lisbeth tampoco le respondió, sólo sonrió de forma enigmática. Evidentemente, ella no quería hablar de ese tema. Lisbeth era una mujer que preferiría morir antes de hacer algo que no quisiera. George renunció a escuchar una respuesta. Parecía que ella tenía una gran razón para no decirlo.

"De todos modos, procura hacer las cosas bien hasta que renuncies."

"...Por supuesto, no soy tonto. No te preocupes."

Entonces, George se levantó de la cama, se acercó a Lisbeth y la besó en la frente. Lisbeth puso una expresión de satisfacción, como si eso le resultara placentero.

"Pero, ¿Por qué Rihanna saca de repente el tema de tu matrimonio? Nunca había dicho nada al respecto."

"A mí también me sorprendió ayer."

Lisbeth le preguntó a George con una sonrisa.

"¿Será que ha descubierto nuestra relación?"

"De ninguna manera. Ni siquiera bromees con eso. Eso es terrible."

George negó con la cabeza con el ceño fruncido.

"He dormido con Rihanna durante cuatro años. Si Rihanna lo supiera, no se quedaría quieta."

"Bueno, eso es cierto. Aunque mi hermana sea tranquila, nunca podría soportar esto. Hemos cruzado la línea."

"Probablemente es porque te estás haciendo mayor. Tus amigos actualmente están prácticamente casados."

"¿Estás queriendo decir que estoy vieja?"

"Por supuesto que no. Ahora mismo estás en la edad más hermosa."

Sonriendo, George puso su mano en el sen0 de Lisbeth.

"¿Lo hacemos de nuevo?"

Sin esperar la respuesta de Lisbeth, George intentó quitarle a ella el vestido que apenas se estaba poniendo. Sin embargo, Lisbeth detuvo la mano de George.

"No, tengo que salir."

"Si no es un compromiso urgente, sólo un poco, ¿Sí?"

"No. Ya es demasiado tarde."

Lisbeth sacudió la cabeza como si no pudiera entenderlo.

"¿Por qué estás tan impaciente? Si estuvimos juntos hace poco."

"Evidentemente, quiero que lo hagamos de nuevo."

George hizo un puchero con los labios.

"¿Es culpa mía? Todo es porque eres muy bonita."

"Tienes mucha labia."

Sonriendo, Lisbeth terminó de ponerse el vestido. George puso una expresión de tristeza en su rostro, suponiendo que realmente se iría. Preguntó, con una voz parecida a la de un niño lloroso.

"¿De verdad te vas a marchar?"

"Sí, tengo que irme."

Lisbeth, que hablaba con calma, le dio un último beso en los labios a George.

"Nos vemos en la noche, mi amor."

Tras despedirse brevemente, Lisbeth salió de la habitación de George. Luego bajó las escaleras como si no hubiera pasado nada, recordando la pregunta que George le había hecho.

¿Por qué odias tanto a tu padre?

"Por qué odio tanto a mi padre..."

Lisbeth, que murmuró para sí misma en un lugar donde no había nadie, estalló en risas de inmediato.

"No me agrada, independientemente de que no sea mi verdadero padre." 

***

Lisbeth llegó a la residencia del Marquesado Ezra, con un poco de retraso para la fiesta de té.

"Tiempo sin verte, Dama Ezra. Llego un poco tarde, así que me disculpo."

"No te preocupes. Bienvenida, Dama Norden. Gracias por venir."

Habían estado haciendo estas reuniones de fiesta de té durante algunos años. Por supuesto, todos los miembros de la fiesta de té se llevaban bien entre ellos. De lo contrario, no hubieran seguido organizando reuniones.

Continuaron su trivial conversación con la mesa llena de té y una variedad de dulces. Como en otras reuniones de la nobleza, el principal tema de interés eran los chismes concernientes a la alta sociedad. Innumerables rumores, infundados o fundamentados, salían de sus bocas. A diferencia de Rihanna, que no le gustaban estas conversaciones porque le parecían inútiles y sin sentido, Lisbeth las disfrutaba bastante.

"Por cierto, ¿Han escuchado ese rumor?"

Entonces, de repente, surgió un rumor muy interesante.

"Ese pervertido, ha aparecido de nuevo."

"¿Pervertido? ¿Quién es?"

"Cielos, ¿No te acuerdas? El loco que ha estado escribiendo cartas pervertidas durante cinco años."

"...Ahhh."

Sólo entonces Lisbeth se dio cuenta de quién estaba hablando. Desde hace 5 años, alguien había enviado cartas con contenido pervertido a damas solteras de forma anónima. Por supuesto, los plebeyos no harían algo tan arriesgado, así que había una gran probabilidad de que se tratara de un hombre noble.

Esa persona se hizo famosa por el contenido perverso de sus cartas. Aunque enviaba cartas con contenido obsceno, muchas veces también escribía cosas muy personales, que serían difíciles de saber a menos que se vigilara al destinatario de forma constante.

¿Hay algo más espeluznante que alguien anónimo te esté espiando? No había nada especialmente perjudicial en ello, aparte de lo desagradable que resultaba que enviara esas cartas. Y como llevaba cinco años haciéndolo, el remitente se había convertido en alguien famoso en la sociedad del Imperio Esteraz.

"¿Quién ha sido la destinataria esta vez?"

"La Dama Bergius. Ah, eso es lamentable."

"No había escuchado de ningún otro caso desde hace tiempo. Últimamente había estado tranquilo."

"Sí. Parece que está comenzando de nuevo. Es muy molesto."

"¿No es absurdo que aún no hayan podido identificar al culpable a estas alturas?"

"Pienso lo mismo, ¡Esa persona lleva cinco años haciendo esto, y nadie sabe quién es!"

"Supongo que el responsable es algún joven noble..."

"No lo sé. Quizá actualmente esté casado. El primer suceso fue hace cinco años."

"Sí. Ya debería haberse casado. ¿Con qué lamentable mujer se habrá casado?"

"Al menos no se casó con ninguna de nosotras, lo cual es una gran bendición."

Ante esas palabras, las Damas que habían estado conversando seriamente, estallaron en risas.

"Es cierto. Recibir cartas extrañas es mejor que casarse con un loco pervertido."

"De todos modos, tengan cuidado. No se asusten demasiado si reciben una."

Mientras Lisbeth hablaba, seguía pensando que nunca recibiría una carta. Ella pensaba que eso solo le podría suceder a otras personas.

Tal vez por esa razón, se sorprendió aún más del acontecimiento inesperado de esa noche.