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jueves, 4 de febrero de 2021

Los Tres Están Viviendo Una Vida De Casados - Capítulo 17

Capítulo 17. Ira (17)


A la mañana siguiente, después de prepararse para dirigirse al trabajo como de costumbre, Rihanna bajó al primer piso.

Cuando llegó a la sala de estar, Rihanna vio a una persona no deseable desde su perspectiva.

"Lisbeth."

Al escuchar la voz de su hermana llamándola, Lisbeth se giró y miró fijamente a Rihanna. Un cabello voluminoso de color púrpura que le llegaba hasta la cintura. Unos ojos esmeraldas que brillan bajo la luz del sol. A simple vista, inocente y encantadora.

Desde cierta edad, Lisbeth siempre ha tenido esa atmósfera. Una atmósfera que podía atraer a la gente, sin importar el género. Sus ojos profundos, sus labios gruesos y las delicadas partes de su cuerpo, creaban esa impresión.

Rihanna miró a Lisbeth con la mirada perdida durante un momento, pero pronto se recompuso al escuchar su voz.

"¿Te pasa algo, hermana?"

"...¿Vas a algún lugar hoy?"

"Sí, asistiré a una fiesta de té."

Lisbeth asintió y añadió.

"En el Marquesado Ezra."

"Ya veo. ¿Cuándo regresarás?"

"Regresaré antes de que anochezca. ¿Vas a trabajar?"

"Sí."

Lisbeth, que se había acercado a Rihanna mientras hacía contacto visual con ella, dijo.

"Me gusta cómo trabajas. Estoy orgullosa de ti."

"...Gracias."

"Que tengas un buen día, hermana. Nos vemos en la noche."

"Está bien, Lisbeth. Que tengas un buen día también."

Finalmente las dos hermanas se despidieron, sonriendo. A simple vista, parecían hermanas muy compenetradas. Rihanna salió de la residencia como tenía previsto, sonriendo hasta el final. Sin embargo, después de subirse al carruaje, la sonrisa en su rostro desapareció por completo.

"......"

Y lo mismo hizo Lisbeth, cuando confirmó que Rihanna se había marchado.

'Hoy se fue a trabajar un poco tarde'.

Se había marchado un poco más tarde de lo habitual, Lisbeth no estaba contenta con eso. Inmediatamente, ella se dirigió hacia las escaleras. Entonces, ella pasó por el segundo piso, y llegó al tercero donde estaba George.

No tenía mucho tiempo de sobra si quería llegar a tiempo a la fiesta de té, pero Lisbeth se paró frente a la habitación donde estaba George, pensando que estaba bien llegar un poco tarde. Ella tocó la puerta con un ritmo familiar para los dos.

Toc Toc Toc, Toc Toc, Toc.

Rápidamente, tocó tres veces, luego dos veces, y al final una última vez. A los pocos segundos de haber tocado, la puerta se abrió abruptamente.

George recibió a Lisbeth con una sonrisa.

"¿Lisbeth?"

"George."

Lisbeth sonreía mientras abrazaba a George por la cintura, y luego lo besó como de costumbre. El beso, que al principio era suave, se volvió intenso y produjo sonidos pegajosos.

Después de un rato, George murmuró, con una expresión de que había olvidado algo.

"Todavía no, Rihanna..."

"Mi hermana se ha ido."

Entonces, Lisbeth dobló ligeramente su pierna y golpeó ligeramente la rodilla de George. Los dos desaparecieron en la habitación, cayendo como fichas de dominó.

Pronto la puerta se cerró con fuerza.
 
***
 
Lisbeth pensó que haría buena pareja con George.

"Dime cuál de las dos te gusta más. Y con quién te sientes mejor."

En los brazos de George, Lisbeth hacía ese tipo de preguntas ocasionalmente. Sinceramente, George no quería escuchar preguntas sobre su esposa durante su intimidad, pero respondió en voz baja para que Lisbeth no se molestara.

"Por supuesto que tú, Lisbeth."

Ningún hombre respondería de esa manera sobre su esposa, a menos que quisiera arruinar su relación.

Aunque se trataba de una respuesta lógica, Lisbeth abrazó con más fuerza a George y puso una expresión de satisfacción en su rostro como lo hacía siempre. Sólo por su satisfacción, George respondía obedientemente a esas incómodas preguntas.

"Seguro estarás muy ocupado desde hoy. Debes hacer el traspaso."

Dijo Lisbeth mientras se vestía. George respondió de forma suave.

"¿Ocupado? No tenía mucho trabajo antes."

"¿Puedes decírmelo tan descaradamente cuando trabajas en el hotel de mi padre?"

"De todos modos, no te agrada mucho tu padre."

"¿A mi? ¿Qué?"

"Oh, cielos. Sabes a lo que me refiero."

Dijo George, como si estuviera hablando de algo evidente. Lisbeth simplemente sonrió, fingiendo ignorancia sobre el tema. George, que la miraba fijamente, preguntó.

"Tengo curiosidad sobre algo. ¿Puedo hacerte una pregunta?"

"Dime."

"¿Por qué odias tanto a tu padre?"

"......"