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lunes, 9 de noviembre de 2020

No Quiero Ser Amada - Capítulo 121

Capítulo 121. Burlándose del Rey y la Reina


Se terminó el ambiente espantoso, y la atmósfera se volvió alegre. También, comenzaron charlas sobre el profundo cuidado del rey por la reina.

Seraphina, cuya única intención había sido insultar a la reina, había favorecido a que la nobleza simpatizara con ella debido a su trágico y triste pasado. Su cara se volvió rígida cuanto más personas de la nobleza la consolaba. Se mordió los labios de ira. Sin embargo, pronto sonrió de satisfacción cuando un pensamiento se formó en su linda y pequeña cabeza e inmediatamente.

"Su Majestad, ¿No es un hecho que sus dos padres están enterrados en ese lugar?" Preguntó Seraphina.

Rihannan asintió. "Sí. Después de que mi padre falleció, ambos fueron enterrados en el mismo lugar. Les di mis más sinceros saludos y planeo hacerlo en cada visita."

Los labios de Seraphina se curvaron ligeramente. "¿Entonces te refieres de tu madre y no de tu padre? Ah, creo que sé por qué. Después de que tu madre falleció, echaste a tu padre de su propia casa. ¿Estoy en lo cierto?"

Su voz llevaba una victoria triunfal. 

Fue algo sin precedentes e inaudito que una niña echara a sus propios padres. Aquellos que valoraban la tradición y el sentido del honor se atreverían a acusar a la reina de mal comportamiento. Si ella no hubiera viajado inmediatamente a Crichton y permanecido en Arundell, Seraphina estaba segura de que hubiera sufrido reacciones y críticas.

"Me sorprendí al enterarme de esto. Pensar que tales cosas podrían suceder... Estoy segura de que tenía una razón adecuada, Su Majestad, pero en mi caso... no me atrevo a imaginarme haciendo tal cosa."

Ante su crudo comentario, un silencio se apoderó de la habitación. Incluso los que estaban en los rincones del salón sintieron el ambiente incómodo en la ubicación de la reina y cerraron los labios con fuerza.

Rihannan notó que las miradas de todos se enfocaron en ella. 

Miró a Seraphina y sonrió cálidamente. "Hablas de una historia muy interesante. Por favor, continúa."

Su reacción resultó  inesperada, no se veía enojada, tampoco nerviosa. En cambio, tenía una sonrisa suave y cálida. 

Seraphina se volvió más agresiva.

"¿Qué quiere decir? ¿Historia interesante? ¿No es capaz de comprender mis palabras, Su Majestad? ¿No está mal que uno expulse a sus padres? Además, eras una niña. Hacerle eso a tu propio padre, ¡Es una blasfemia! Es inaudito y..."

Una voz fuerte y estruendosa detuvo el vulgar comentario de Serafina a mitad de camino. Fue su padre, el Duque Rissel. Su cara estaba pálida mientras corría rápidamente hacia su hija y la agarraba del brazo.

"¡¿Qué cosas vulgares le estás diciendo a la Reina?!"

"¿Qué pasa, padre? Lo que digo no es una mentira", respondió Seraphina. Ella no sabía por qué su padre se apresuró a acercarse a ella de manera grosera.

El Duque Rissel bajó la voz y susurró: "¿Te estás burlando del rey y de la reina en persona...?"

La hija del Duque se dio cuenta rápidamente de lo que no debía decir. El rey tenía una situación similar a la de la reina. Como ella, él también había echado a su madre del palacio. Las palabras que dijo para criticar abiertamente las fechorías de la reina, se habían extendido indirectamente a castigar y condenar la acción del rey.

El rostro de Seraphina palideció.

"Padre... no quise decir eso..."

"¡Cierra la boca!"

El Duque Rissel dijo con severidad ante el intento de su hija de contestar. Se volteó para mirar a Rihannan y se inclinó profundamente. Algunas hebras de su cabello estaban mojada con gotas frías de sudor.

"Su Majestad la Reina, por favor perdónenos. Mi hija inmadura ha  dicho cosas que no quería decir. Le pido que nos conceda misericordia."

Él giró la cabeza ligeramente hacia el rey que estaba escondido en un rincón. Tuvo suerte de que no hubiera escuchado lo que su hija había dicho, simplemente los miraba como si intentara entender la situación actual. Por lo tanto, si podía apaciguar la ira de la reina... entonces probablemente el asunto no podría empeorar.

Él rápidamente inclinó su cabeza.

"Mi Reina, por favor sea caritativa y perdone el comportamiento impertinente de mi hija hacia usted. Prometo regresar a casa con ella y darle un castigo justo en consecuencia."