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domingo, 29 de noviembre de 2020

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 233

Capítulo 233. Noche De Bodas (2)




"Oh..."

De hecho, era sólo un dormitorio.

El único mueble que había era una cama con una alfombra suave debajo de la misma.

La cama en este dormitorio era incluso más grande que la cama en la Habitación de la Emperatriz y la del Emperador, que de por sí eran grandes.

¿Es realmente un lugar sólo para dormir?

Sin embargo, no se sentía vacío porque había flores de ilusión alrededor del lugar.

<< Nota: También conocidas como flores de aliento de bebe. >>

No sé por qué, pero también había un tenue resplandor proveniente de la cama.

¿Qué función tenía?

Mientras miraba a mi alrededor, escuché 'Reina' cerca de mí.

Para mi sorpresa, vi a Heinley de pie en la pared junto a la puerta que conectaba mi habitación con el dormitorio. 

Por supuesto, llevaba la misma bata que yo, pero...

"Ah."

Sintiéndome avergonzada, me di la vuelta apresuradamente.

Podía ver la mayor parte de su torso debido a que el cinturón de su bata no estaba ajustado.

Intenté evitar el contacto visual por la incomodidad, pero Heinley se acercó desde atrás y me abrazó suavemente por la cintura.

Luego me besó en la oreja, en la mejilla, y una vez más en la oreja, susurrándome.

"Enséñame rápido."

Me sentía tan avergonzada e incómoda, que estaba al borde de las lágrimas. 

Además, el calor se elevaba por las zonas que sus labios pasaban. Sus labios estaban húmedos, probablemente porque acababa de bañarse. 

"Ve... ve a la cama."

Ante mis palabras cuidadosas, Heinley se rió en voz baja, y retrocedió a la cama con sus ojos puestos en mí.

Luego se sentó en la cama, extendiendo sus brazos con sus piernas ligeramente abiertas.

"Apresúrate."

Me había pedido que tomara la iniciativa, ¿pero realmente quiere que lo haga?

Sin embargo, esto me hizo sentir aliviada, así que me acerqué a él lentamente. En un instante, estaba de pie entre las piernas de Heinley.

Pero parecía que esto era lo más lejos que él llegaría en su comportamiento confiado.

Me miró con una expresión de no saber qué hacer, y tragué fuerte, mirando sus misteriosas pupilas.

Su cabello, que caía sobre su nunca, al estar todavía húmedo lo hacía ver más atractivo de lo habitual.

Extendí mi mano lentamente, y la pasé por su cabello. Entonces, Heinley cerró los ojos y levantó la cabeza ligeramente, parecía decirme que hiciera lo que quisiera.

... Adorable. Es como un gran cachorro. Un cachorro muy dócil.

Su actitud me dio un poco de valor.

Metí mis dedos en su cabello para acariciarlo, mientras éste se enrollaba un poco alrededor de mi mano. 

Después de hacerlo un poco más, besé suavemente su frente y le susurré.

"Sube. Muévete más al centro."

Heinley abrió los ojos y sonrió, subiéndose obedientemente a la cama.

Aunque dudé, empujé su pecho ligeramente para que recostara completamente la parte superior de su cuerpo.

Cuando la punta de mis dedos tocaron su piel desnuda, Heinley se estremeció por un momento, pero se recostó sin protestar en la cama.

En esta posición, me miró fijamente y susurró con ojos llenos de anticipación.

"No me importa si eres ruda."

"Tú, águila pervertida. ¿No te importa que sea ruda o quieres que lo sea?"

Cuando le pregunté con una sonrisa, Heinley murmuró, "Como desees está bien," luego se agarró con una mano el cinturón de su bata, que no estaba ajustado, para desatárselo por completo.

Cuando se desató el cinturón, la parte superior de su cuerpo quedó completamente al descubierto.

Después de dejar caer mis pantuflas al suelo, me subí a la cama de rodillas y me deslicé sobre su abdomen.

"Argh."

Heinley soltó un suspiro de sufrimiento, como si no pudiera soportarlo más, y puso su mano sobre mi muslo.

Aunque su mano estaba tocando mi bata, sentía como si estuviera tocando directamente mi piel.

La mano de Heinley recorrió lentamente el costado de mi cuerpo, deteniéndose cerca de la parte superior de mi coxis, mientras el calor se elevaba rápidamente en mi rostro y me mordía el labio inferior.

"Esposa, ¿cómo me ve desde arriba?"

"... Hermoso. Y pervertido."

"Sólo haces que sea más pervertido."

Su susurró me hizo cosquillas en los tímpanos. Lentamente estiré mis manos y recorrí la parte superior de su cuerpo. Heinley gemía, a medida que tocaba su piel con mis propias manos desde su abdomen hasta su cuello.

Pero aún así, él siguió moviendo su mano lentamente de forma atrevida...

En este punto, agarré su mano, y la presioné firmemente a un lado de su cara.


"¿Esposa?"

"¿No me pediste que hoy tomara la iniciativa?"

"¡!"

Besé suavemente a un sorprendido Heinley unas cuantas veces en las mejillas, antes de superponer lentamente mis labios sobre los suyos.

Queriendo disfrutar plenamente del momento. 

Bajé mis manos y removí sus pantalones cubiertos por la bata.

Oh.

... Esta parte ya estaba completamente preparada.

"Mi águila traviesa."

Cuando estalle en risas por lo adorable que era, Heinley se sonrojó hasta las orejas, agarró el cinturón de mi bata y tiró ligeramente del mismo.

"Es vergonzoso, así que hazlo mientras me besas, por favor."

***

Sovieshu regresó a donde se hospedaba tan pronto como Navier dejó el salón de fiestas.

Después de pasar un tiempo sentado en la cama, aturdido, se dirigió a la ventana y reclinó su cabeza contra el marco de la misma.

Se sentía mareado y desgarrado. Incluso ahora mismo sentía náuseas, y como si su corazón estuviera a punto de romperse en pedazos.

La imagen de Navier sonriendo, mientras sostenía la mano del 'maldito' rey, apareció ante sus ojos.

Apretó el puño.

'¿Estará ahora en la habitación donde pasará la noche de bodas?'

Cuando ese pensamiento le vino a la mente, se volvió blanco como un papel.

En vez de odiar que el Reino Occidental se hubiera convertido en un imperio, odiaba ver a Navier sonriendo al lado de Heinley.

Odiaba verlos bailar juntos, y odiaba el hecho de que ese maldito crío se mantuviera pegado a Navier como si realmente estuvieran unidos.

"Huh."

Sovieshu finalmente se agarró el pecho y se inclinó por el dolor en su corazón. Su corazón realmente le dolía mucho.

Estaba enojado, pero el dolor era lo suficientemente fuerte como para suprimir su enojo.

Su esposa, que había sonreído a su lado, estaba al lado de otro hombre.

Este hecho por sí solo hizo que la sangre en su cabeza hirviera. Sentía como si la sangre fuera a filtrarse a través de sus ojos.

Aunque no salió sangre de sus ojos, sí de su nariz.

Sovieshu sacó un pañuelo y se limpió la nariz mientras la sangre goteaba.

"Navier... ...Navier, Navier..."

De repente, se preguntó si ella también se había sentido de la misma manera cuando trajo a Rashta.

'¿Navier se sentía de esta manera?'

Si estaba enojada porque no mostró ninguna emoción.

'¿Reprimió sus sentimientos?'

"... De ninguna manera."

Sovieshu murmuró enseguida, rechinando los dientes.

'Si así fuera, lo habría notado tarde o temprano, pero a Navier no parecía afectarle. No tenía ningún interés en mí. Por eso actuaba tan indiferentemente.'

Sin embargo, pensó que era mejor así. Porque si Navier hubiera experimentado estos mismos sentimientos, habría sido terrible. 

Sus piernas se debilitaron.

Sovieshu se sentó en el suelo de espaldas a la ventana. Apoyó su cabeza contra la pared y bajó el pañuelo.

'¿Estoy borracho?'

Podía ver a la Navier del día de la coronación delante de sus ojos. 

La Navier de ese día le extendió la mano a Sovieshu.

"Debemos ir rápido, Su Majestad."

Continuó en tono de reproche, con el ceño fruncido.

"Todos están aquí."

"Navier..."

Sovieshu respondió inconscientemente, completamente borracho.

"No puedo levantarme, Navier."

"¿Qué estás diciendo?"

Fingió mirarlo con dureza, y luego extendió su mano otra vez.

"Vamos rápido."

"De verdad, no puedo caminar."

"Sólo toma mi mano."

Dijo claramente, volviendo a extender su mano.

Esto no es lo que recordaba de ese día.

Desde el principio, se preparó para la coronación con gran dignidad y no se quejó de que no podía ponerse de pie.

'¿Pero qué demonios era esto? Entonces, ¿quién es la Navier delante de mí?'

Cuando lo pensó, recordó que esto sucedió poco antes del día de la coronación. Probablemente fue la primera vez que me emborraché. ¿Eso importa ahora?

"Navier."

Sovieshu extendió la mano e intentó agarrar la de su esposa.

Sin embargo, en el momento en que sus manos se superpusieron, la ilusión de Navier se desvaneció.

Estaba a punto de levantarse cuando cayó de espaldas otra vez, golpeándose la cabeza contra el marco de la ventana. 

Sin embargo, le importaba más la ilusión que desapareció ante sus ojos que el dolor del golpe.

"¿Navier? ¿Navier?"

Sovieshu gritó su nombre desconcertado, luego agitó sus manos en el aire.

"¿Navier? ¿Adónde se fue?"

'Estaba justo delante de mí. ¿Adónde se fue? ¿Adónde se fue justo ahora?'

"¿Navier?"

Murmuró y se las arregló para levantarse.

Se estaba tambaleando por los terribles efectos del alcohol.

"¡Navier! ¿Marqués Karl? ¡Encuentra a Navier!"

Sovieshu, aterrorizado, abrió la puerta a toda prisa y salió gritando.

"¡Su Majestad!"

El Marqués Karl, sorprendido, sostuvo a Sovieshu.

"¡Su Majestad, está borracho!"

"Karl, Navier, Navier se ha ido. ¡Navier!"

"¡Su Majestad!"

El Marqués Karl llevó rápidamente a Sovieshu de vuelta a su habitación mientras lo sostenía.

"Traedme una medicina para el alcohol."

Inmediatamente instruyó a uno de los guardias, luego ayudó a Sovieshu a recostarse en la cama.

Rashta, que vino a buscar a Sovieshu para que le cantara una canción de cuna antes de dormir, se quedó de pie en el pasillo, atónita, antes de darse la vuelta apresuradamente y salir corriendo.