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jueves, 25 de junio de 2020

No Quiero Ser Amada - Capítulo 45

Capítulo 45. Tú Que Me Tratas Como A Un Perro


La noticia de la llegada de la enviada del palacio despertó a los soldados y marineros cercanos. El puerto estaba lleno de gente. Un soldado a bordo del barco de Arundell entregó la carta del mensajero que se quedó esperando en el lugar. Su misión consistía en entregar la carta con el sello del rey y devolverla a la dama con una respuesta adecuada.

"¡Su Majestad!" 

El leal sirviente del rey, Basil, con una sonrisa en su rostro, entró en el camarote con una carta en la mano. 

Un hombre de cabello negro sentado en el escritorio levantó la cabeza. Su sangre Crichton era evidente. Su cabello y ojos tenían los rasgos distintivos comunes de Arundell, pero su altura y forma facial diferían de los hombres de Arundell. Levantó la mano y se peinó hacia atrás su cabello negro, su piel estaba ligeramente bronceada mientras que sus ojos violetas daban una sensación de intensidad. 

"¡La carta ha llegado finalmente!" Basil colocó la carta estampada con un sello real en el escritorio. Luego dijo emocionado: "Ahora que la carta está aquí, ¿Volvemos a Arundell? Estoy seguro de que la carta contiene un acuerdo para enviar a su princesa."

Igor no respondió y abrió la carta sellada. Mientras leía, la boca de Basil se movía sin parar.

"¿Sabes cuánto me ha maldecido mi esposa últimamente? Ha pasado más de un mes desde que vi nacer a mi segundo hijo. Cielos, todo es por este problema. Todavía no le he dado un abrazo apropiado..." Basil inhaló. "Es todo por usted, Su Majestad... que me trata como a un perro... ¡Ahhh!"

El rey, Igor, se levantó de su asiento con un golpe y Basil, sorprendido, gritó fuertemente. Sus piernas se debilitaron y mencionó una excusa rápidamente. "Oh, no... quiero decir... no le culpo en absoluto, Su Majestad... eh... sólo relájese y..."

Para su sorpresa, Igor se acercó a la ventana en lugar de criticarlo. Basil se preguntó qué rareza se le ocurrió al rey esta vez. Los ojos de Igor parecían mirar algo... a alguien...

Basil aclaró su garganta y rápidamente disipó los malos pensamientos de su cabeza. "Su Majestad, ¿Qué le pasa de repente? ¿Qué demonios está escrito en la carta...?" 

"Una noble cuyo nombre de familia es Alessin ha llegado como mensajero de Chrichton. Esa persona quiere estar a solas conmigo."

"Allessin... ah... que tal si..."

Basil recordó de repente un incidente hace mucho tiempo, un incidente que nunca olvidaría porque casi le costó la vida. 

Escenas del pasado...

Un día, de la nada, sin informar a la Reina de su repentina partida, Igor y Basil escaparon del palacio, se dirigieron con prisa a una pequeña propiedad en el sur. Viajaron durante días sin descanso y sin comer. Pero por desgracia, el joven rey no la encontró. Estaba tan ansioso por verla, pero al final, ella se había ido a Crichton antes de que llegaran. 

Y entonces, el siguiente problema ocurrió.

Aunque regresaron a salvo al palacio, una tormenta se dirigió rápidamente hacia él. La furiosa Reina, inmediatamente desató su ira sobre Basil, el joven sirviente del Rey. Basil había sido amenazado a diestra y siniestra exigiendo que le dijera hacía dónde fueron. Si fallaba, moriría de forma atroz. 

Pero antes de eso, Igor le preguntó a Basil si podía confiar en él.

"¿Puedo confiar en ti?" Igor preguntó.

"¡Por supuesto, Su Majestad!" contestó Basil.

"Entonces haz lo que te digo si quieres vivir." 

Basil se emocionó hasta las lágrimas por la respuesta del chico. ¡Él no morirá! 

"¡Sí, Su Majestad!"

Por lo tanto, Basil fue arrastrado por la gente de la Reina. Y la misma Reina parecía un dragón que arrojaba fuego. Sí, Basil recordaba vívidamente las gotas de saliva ardiente que salían de su boca sin parar como un dragón que respiraba fuego, era como una heroica general femenina. La Reina se acercó a Basil con las mangas arremangadas, los labios sonriendo cruelmente y las manos cerca de su cuello. ¡No, no era una heroica general femenina sino un demonio! Basil sabía que su muerte vendría de la propia Reina, muerte por asfixia. 

"¿Dónde has estado con Igor?" preguntó la Reina.

Pero él permaneció en silencio y fue golpeado hasta casi morir. Entonces la Reina volvió a preguntar. Pero Basil se quedó en silencio. Lo golpearon de nuevo y luego lo arrojaron a la cárcel. 

A Igor probablemente le quedaba un poco de simpatía. Más tarde vino a salvar a Basil de una muerte inminente. Y al final, su viaje se convirtió en un secreto encerrado en sus corazones. Nadie sabía que el joven rey tenía planes de visitar la propiedad del Conde Alessin ese día.

Fin de escenas del pasado...