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martes, 7 de abril de 2020

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 77

Capítulo 77. ¿Tienes Compasión? (2)



"Debes estar saludable, Reina. No te vayas a resfriar."

"…un poco."

Torpemente agarré su brazo, y el Príncipe Heinley soltó una leve carcajada. Apreté mi falda con fuerza y levanté la barbilla antes de dirigir la conversación en una dirección diferente.

"Tu carta necesita algo de ejercicio. Debes estar preocupado."

"Puhu—"

"!"

Realmente solo quería desmayarme por las próximas cinco horas. Mi cabeza estaba revuelta por el contenido de la carta. Pero las palabras ya habían salido de mi boca, y el Príncipe Heinley se mordía desesperadamente los labios para contener la risa.


"Sí. Tuve bastantes problemas para elegir un papel resistente. Tenía que asegurarme de que no se rasgara en el pico de Reina."

Aunque trató de mantener la calma, su cara seria colapsó ante su broma. Fruncí el ceño, y el Príncipe Heinley intentó agitar su mano en tono de disculpa. Pero todavía estaba ocupado riéndose.

"Lo si— jaja— lo siento."

"Me expresé mal."

"Lo sé. Querías preguntarme si hacía mucho ejercicio, ¿verdad, Reina?"

"No, iba a preguntar sobre la salud de tu hermano."

"Bueno, mi hermano no hace mucho ejercicio."

¿En serio... este príncipe? Paré porque no me gustaban estos juegos.

Hice una expresión fría y el Príncipe Heinley inmediatamente se puso serio.

"Mi hermano dijo que se sentía peor que antes. Todavía no está en peligro, pero siempre ha sido débil."

'Gracias a Dios' sería una mala respuesta. El hecho de que su hermano aún no estuviera en peligro no significaba que no lo estaría más adelante. Tenía una expresión ansiosa en mi rostro, y el Príncipe Heinley sonrió como para aligerar la atmósfera.

"¿Has pensado en mi sugerencia?"

"¿Cuál?"

"Cómo vengarse, opción uno y dos."

Se aclaró la garganta ruidosamente.

“Recomiendo la número uno."

"¿Quieres decir que tienes un hombre hermoso y respetable para que sea mi amante?"

"Si no quieres un falso amante..."           

La voz del príncipe se apagó cuando me miró, y de repente me pregunté si el falso amante se refería a sí mismo. Sabía que no le agradaba Sovieshu. Sin embargo, me había estado tomando el pelo antes, así que le pagué de la misma forma.

"¿Te refieres al Gran Duque Kapmen?"

"¡No!"

"El Gran Duque Kapmen no."

"No."

"Pero, ¿hay otros hombres hermosos, respetables y grandiosos?"

"..."                 

Heinley frunció los labios con seriedad, y me acerqué a su rostro como para inspeccionar lo guapo que era. Me reí a carcajadas y le sonreí para ver si entendía mi broma.

"¿Estás bromeando?"

"Hablo en serio."

"!"

Así que por eso el Príncipe Heinley se burló de mí antes. Es muy divertido ver su reacción.

"Tienes razón."

"¿La tengo?"

"No quiero que parezca que tengo una aventura que alguien no quiere."

"... ¿Es esto parte de una broma?"

"¿Por qué?"                   

Su rostro se volvió hosco. Me sentí mal por molestarlo, pero se veía bastante lindo en lugar de lamentable. Caminé junto a él, obligándome a contener mi risa.

Después de eso, caminamos sin palabras hasta la Casa de Cristal. No sé por qué el Príncipe Heinley no dijo nada, pero no pude encontrar tiempo para hablar porque estaba mirando a mi alrededor. El cielo era especialmente hermoso hoy. Cuando el sol se puso, se llenó de un tono rojo y la Casa de Cristal brilló como un rubí gigante.

Observé la escena por un momento. La había visto varias veces antes, pero mi mente estaba en blanco y no podía pensar en nada que decir.

"Si voy al Reino Occidental..."

La cautelosa voz del Príncipe Heinley rompió el silencio. Giré la cabeza y lo vi mirándome. Quizás fue porque el cielo se estaba oscureciendo, pero sus ojos violetas se veían más oscuros de lo habitual.

"¿Reino Occidental...?"

"¿Me extrañaras?"         

El sonido del trino de los pájaros resonó a lo lejos, y lo miré mientras procesaba su pregunta. ¿Regresar al Reino Occidental?

Así es. El Príncipe Heinley era el sucesor y eventualmente tendría que regresar a su país, llevándose a Reina con él.

"..."

Fue como si dejara de escuchar. ¿Estaba demasiado acostumbrada a ellos? Ya sentía una sensación de pérdida al saber que mis amigos irían a un lugar lejano. ¿Por qué era esto? Ahora que lo pienso, nunca antes me había separado de mis amigos y familiares. Si bien no había visto mucho a mi familia desde que me casé, no estaban muy lejos.

"… Te extrañaré."

Me las arreglé para mantener la compostura y, mientras escuchaba mi voz, sonó como un comentario cortés.

"Sinceramente."

El príncipe Heinley esbozó una sonrisa triste.

"No me iré ahora mismo."

No supe cómo responder. Giré la cabeza hacia el techo de rubí. Cuando miré de reojo, vi al Príncipe Heinley sacando un reloj y comprobando la hora.

"Ya es tarde."

Me ofreció su brazo nuevamente para acompañarme de regreso al Palacio del Oeste.

***

Sovieshu miró atentamente el informe sentado en el escritorio, el Marqués Karl, su secretario en jefe, estaba a su lado y lo miraba preocupado.

"Su Majestad, ¿está considerando qué hacer con la Señorita Rashta?"

"¿Que puedo hacer? ¿Quieres que castigue a una mujer embarazada?"

Pero el Emperador ya había estado pensando durante dos horas...

El Marqués Karl ofreció cuidadosamente su opinión.

"Su Majestad, si bien es un asunto inesperado, una concubina de bajo rango que desea vivir en la alta sociedad debe ser capaz de defenderse hasta cierto punto."

"Defenderse…"

"Escuché que la Duquesa y la Señora Rashta se enfrentaron en la fiesta del té. ¿No sería eso algo digno de castigo?"

"…Bien."

Sovieshu frunció el ceño al pensar.

"Si le preocupa lo que sucederá en el futuro, ¿por qué no me dice lo que está pensando?"

"Marqués Karl."

"Sí, Su Majestad."

"Este es mi asunto, no el tuyo."

"Lo siento."

Sovieshu suspiró y le entregó el informe al Marqués Karl.

"¿Debo destruir el informe?"

Estaba claro que eso era lo que Sovieshu le pediría.

Sin embargo, después de pensar por otro momento, Sovieshu dio una respuesta inesperada.

"... Lo guardaré."