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jueves, 12 de diciembre de 2019

Kage no Jitsuryokusha ni Naritakute - Capítulo 158

Capítulo 158. ¡Cortar Cualquier Obstáculo!



Había sido demasiado pronto para que ella hiciera su movimiento.

Rose corrió por los pasillos del campamento, todavía sintiendo perseguidores detrás de ella.

Su misión era tomar a Clara, la bandera de los realistas, y entregarla al ejército de su facción que esperaba fuera de la ciudad.

Originalmente, ese papel había pertenecido a Rose.

Sin embargo, actualmente, Rose no podía ser considerada una aliada de Oriana bajo ningún pretexto.

Ella era, después de todo, la traidora que asesinó a su rey. El público ya conocía a Rose como tal.

Ya no tenía capacidad para dirigir a su gente.

Solo podía permanecer en las sombras, para no volver jamás.

Pero ella todavía deseaba dedicarse a su país.

Por esa razón, ella se había ofrecido como voluntaria para participar en esta misión.

Para usar su vida por su gente.

Pero entonces, él apareció de repente.

Sid Kageno.

El chico con el que una vez había deseado pasar su vida.

Ese chico se había preocupado por ella, yendo tan lejos como para viajar a Oriana. Cuando supo de ese hecho, las emociones escondidas en su corazón se volvieron turbulentas.

La felicidad al saber que él la había buscado.

El arrepentimiento de haberle hecho daño.

Y sobre todo… pena por sus sentimientos a los cuales ya no podía corresponder.

No importa cuán profundamente lo amaba, ya no podía estar con él. Era una criminal. Involucrarse con ella seguramente lo llevaría a la desgracia.

Entonces, ella se había decidido a darse por vencida, y sin embargo—

Se volvieron a encontrar. Y los sentimientos de Rose se tornaron tan intensos hasta el punto de causarle dolor.

Ella quería hundirse en su pecho sin preocuparse por nada.

Pero no pudo.

Porque después de la felicidad momentánea, solo vendría la cruel y despiadada realidad.

Por lo tanto, no le importó cuánto desgarró su propio oído, Rose le dijo palabras claras de despedida.

Y se suponía que terminaría con eso, pero—

Cuando Maximiliano se lo llevó. El interior de la cabeza de Rose se había quedado en blanco.

Maximiliano era un hombre peligroso.

Era uno de los Niños Nombrados de la Orden de Diabolos y tenía el título de 'Sangre Fría'. También estaba aliado con Doem, que tenía las riendas de la Facción Anti-Realistas.

A primera vista, él era uno de los subordinados de Doem, pero dentro de la Orden, sus posiciones eran iguales. Como tales, eran compañeros competidores.

Se decía que, en base a los resultados de la ocupación de Oriana, uno de ellos podría ser ascendido a un asiento en las Rondas.

En otras palabras, incluso ellos eran subordinados hasta cierto punto.

Un Caballero de las Rondas aparentemente también tiene algo que ver con el actual caos de Oriana— un tal Sir Mordred.

Shadow Garden ha estado buscando por todas partes a este Sir Mordred, sin ningún resultado.

Pero este hombre tenía una posición muy prominente dentro de la Orden, lo cual se sabe con certeza.

El objetivo de Shadow Garden es encontrarlo y eliminarlo.

Para ello, Shadow Garden ha estado ayudando a los realistas a recuperar Oriana para así arrinconar a la Facción de Doem.

Lo que evidentemente conduce a la meta de Rose de proteger a su país.

Rose estaba muy consciente de su deber. Ella lo estaba.

Pero antes de que se diera cuenta, ya había desenvainado su espada contra Maximiliano.

—No puedo.

—Aún debería esperar mi momento.

—Necesito encontrar a Clara y sacarla de aquí.

No importa cuánto trató de razonar consigo misma, sus sentimientos le habían ganado abrumadoramente.

¡¡Tengo que salvarlo!!

Lo que nos lleva al presente.

Seguramente, muy pronto, todo el campamento sabría que Búho se había infiltrado en las instalaciones.

A Rose todavía le preocupaba que su hermana Clara creyera en ella.

Además, la cuestión del traidor entre los que rodean a la princesa. Rose había querido eliminar ese peligro antes de contactar a Clara… esto no debería estar sucediendo ahora.

“¡¡Ahí está ella!!”

“¡¡Por aquí!!”

Detrás de ella estaban los hombres de Maximiliano, y delante de ella había guardias armados.

Sin detenerse, Rose preparó su cuchilla negra—

”¡¡Haaahhhh!!”

Cortando cualquier obstáculo.