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sábado, 14 de diciembre de 2019

Kage no Jitsuryokusha ni Naritakute - Capítulo 163

Capítulo 163. Suspiro, Realmente No Quería Hacer Una Escena, Hombre~


“No tenía planeado hacer una escena, francamente...”

Maximiliano observó su entorno con solo mover los ojos.

Vio a Clara a merced de Guin, Batt sangrando e inmóvil, y por supuesto, el cuchillo en su propia garganta.

“Bueno, no estés tan tranquilo. Puedo cortarte la garganta cuando quiera, amigo.”

“Kuku …Supongo que crees que tienes la ventaja ahora. Es triste decirlo, yo no lo veo así.”

“No te das cuenta en qué posición estas.”

“Mi única preocupación es cuánto de mi poder debería revelarles. Sinceramente quería terminar esto manteniendo la cara de un villano menor.”

“¿La cara de un villano menor…? Espera, ¿estás involucrado con ellos… el verdadero Mal que acecha en las sombras…?”

Zack echó un rápido vistazo al chico de pelo negro que yacía apoyado en una pared lateral.

“Oh…Zack, parece que sabes algo que no deberías… que desafortunado.”

“…¿Desafortunado?”

“Sí, ciertamente muy desafortunado… ya que ahora debo matar a todos aquí.”

“–¿¡QUÉ!?”

De repente, Maximiliano había desaparecido. Habiendo perdido de vista a su enemigo mortal, el cuchillo de Zack ahora estaba atrapado en el aire.

Al instante siguiente, la nieve subió y algo cayo como lluvia.

“¡¡Gahhh…!!”

Múltiples cuerpos cayeron al suelo blanco, tiñéndolo de rojo.

En el centro de ellos estaba Maximiliano con una sonrisa siniestra. Agitó su espada para limpiar la sangre.

“¿M-Mataste a tus propios aliados…?” Clara pronunció en shock.

A quienes Maximiliano había matado eran, en efecto– los guardias y otros miembros del Campamento de Doem.

“… Así es. Estaban más cerca. Debo matar a todos menos a ti, entonces el orden no importa mucho.”

Maximiliano dijo fácilmente encogiéndose de hombros.

“¡Qué! ¡Estoy con ustedes…!”

“— No eres la excepción, Guin.”

La cabeza de Guin voló.

Un rocío de sangre caliente cayó sobre la cara de Clara, y la espada en su propio cuello se estrelló contra el suelo.

Lentamente, el cuerpo sin cabeza de Guin cayó hacia atrás.

“N-No… Guin…”

Clara cayó de culo tratando de alejarse.

Justo cuando se suponía que estaban en un punto muerto, la situación había cambiado de manera instantánea y dramática.

Tanto prisioneros como guardias habían sido asesinados sin distinción... como si sus vidas no tuvieran ningún valor.

Todos habían caído impotentes de la mano de un solo hombre.

“Q-Qué clase de... monstruo eres...”

“¿Yo un monstruo? Seguramente no soy más que un simple criminal, pues aquí estoy como castigo por mis crímenes. Solo un prisionero promedio.”

“D-De ninguna manera… no eres un prisionero…”

“Kukuku… ¿a qué te refieres?”

Maximiliano miró alegremente a Clara.

“Maldita sea. ¡Alteza, por favor, corra!”

Zack recogió la espada que Guin había dejado caer.

Y sin demora, atacó a Maximiliano.

“Tengo la intención de dejarte  para el final.”

“¡-!”

La figura de Maximiliano se desdibujó, y la cuchilla de Zack solo golpeó el aire.

Entonces,

“¡¡Gahh!!”

Zack fue derribado.

La sangre salpicó de su espalda.

“¡¡Z-Zack–!!” Clara gritó.

Zack cayó sobre la nieve en agonía.

“Si, te mataré de último. Retuércete en agonía y observa. Ahora comenzaré a matar a todos tus camaradas. Les traeré la verdadera desesperación a los realistas..."

Los servidores de Clara se pararon delante de ella.

“L-Lady Clara, debe escapar…”

Sus espadas temblorosas reflejaban demasiado bien el miedo que tenían.

Todos sabían... que no sobrevivirían a la masacre de Maximiliano.

“Bien... supongo que me tomaré mi tiempo con esto. Sal ahora mismo, Búho. Cuanto más te escondas, más morirán. Sal si deseas salvarlos. Si puedes derrotarme, entonces…”

Maximiliano miró a cada una de las personas de Clara una por una.

Las rodillas de Clara temblaban, desesperada por escapar.

En cuanto a Zack—

Él, a pesar de su espalda cortada, se arrastraba por la nieve.

Buscaba una sola cosa.

Para ir a donde él estaba… en una esquina del patio, el chico de pelo negro.

“… P-Por favor…”

Incluso mientras la sangre goteaba de su boca, Zack arañó la nieve con los dedos temblorosos para acercarse al chico.

“Por favor… eres… nuestra última, esperanza…”

En cuanto al chico, ya estaba medio cubierto de nieve.

“Solo, haz algo… sean cuales sean tus objetivos… solo ayúdanos, por esta vez…”

Finalmente, Zack llegó donde estaba el chico.

“Te lo ruego, solo salva a Su Alte—”

Quitó la nieve que cubría al chico.

— Y vio,

“…¿Huh?”

Solo un bulto de slime negro igual a su forma.

Una gran explosión de maná sacudió la tierra.