Reciente

jueves, 7 de septiembre de 2023

septiembre 07, 2023

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 533

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 533. Navier En Rwibt (1)



Dos pajaritos perseguían a un pájaro azul. Este último saltaba hacia delante para tomar la delantera. Cada vez que movía las plumas de la cola, los pajaritos le imitaban con entusiasmo. Cada vez que él batía las alas, ellos batían las suyas.

'Es adorable.'

No dejaba de sonreír, incapaz de apartar los ojos del trío. No sólo por lo lindos que se veían, sino también por si los bebés tropezaban. Por supuesto, eso no quería decir que no estuvieran en buenas manos.

"A McKenna se le dan bien los niños."

Dijo una voz familiar. Cuando me di la vuelta, vi a Heinley con un almuerzo en la mano, apartando las enredaderas para unirse a mí en nuestro apartado jardín.

Pétalos de flores adornaban su cabello tras abrirse paso entre la maraña arqueada de vegetación.

"Incluso mi esposo está floreciendo esta primavera."

Bromeé mientras levantaba la mano para sacudirle los pétalos. Heinley me besó la mejilla y se sentó a mi lado. 

"¿Quieres decir que en invierno no me veía apuesto?"

Lo miré juguetonamente con los ojos entrecerrados,

"Hmm. No lo recuerdo. ¿Tal vez?"

Heinley bajó la cabeza, así que le acaricié la mejilla y me incliné para darle un beso,

"Estoy bromeando. No te pongas así."

Escuché un chillido. Recordé demasiado tarde que McKenna estaba aquí. Me di la vuelta rápidamente. Los dos pajaritos nos miraban asombrados, con los picos bien abiertos. Por otra parte, McKenna se había dado la vuelta, con la cola levantada.

Me sonrojé, aunque en realidad sólo sentí un poquito de pena.

***
.
De camino a la reunión del consejo, McKenna nos miró con el ceño fruncido, aún malhumorado,

"Por favor, dejen de ser tan amorosos delante de mí. Me hace hervir la sangre que actúen como recién casados."

"Siempre puedes irte."

McKenna respondió enojado a Heinley,

"¡Yo estaba allí primero, Su Majestad!"

"¿Estabas allí?" 

Heinley no se inmutó,

"Todo lo que recuerdo es un pájaro azul moviendo la cola con demasiado entusiasmo."

"Mira quién habla, cuando estás entusiasmado empiezas a bailar alocadamente."

McKenna resopló.

"Dime, ¿eres un pájaro o un perro?"

"¡Su Majestad!"

Me interpuse entre ellos. 

"Basta ya, los dos." 

'¿Siempre tienen que discutir?'

Hay cosas que nunca cambian. Me preocupaba que fueran una mala influencia para los niños.

Sin embargo, la santa dijo que nuestros hijos podrían llevarse bien. Me aseguraré de que Laurie y Kai no sean como estos dos.

Fuera de la sala de conferencias, encontramos al canciller caminando ansiosamente.

'¿Qué pasa?'

En cuanto nos vio, el alivio inundó su expresión,

"¡Sus Majestades! Tenemos un problema."

Heinley señaló con la barbilla hacia la puerta,

"Hablemos dentro."

En el momento en que entramos en la sala de conferencias, el canciller se abalanzó sobre nosotros,

"¡La Alianza del Continente Wol está tramando algo!"

***

Ángel silbaba mientras leía un libro. Parecía tranquilo, pero su subordinado no paraba de moverse inquieto a su lado.

"Deja de distraerme. Quédate sentado."

Exclamó Ángel. Su subordinado juntó las manos,

"Estoy preocupado. ¿Usted no está preocupado, señor?"

Ángel ni siquiera le miró. 

"¿De qué hay que preocuparse?"

"De la Alianza Imperial."

Ángel pasó una página y siguió leyendo. El subordinado resistió el impulso de agarrar el libro y tirarlo a un lado,

"Estás contratando a todos los magos de hielo. Cualquiera puede adivinar que estás apuntando al Imperio Occidental."

Ángel se encogió de hombros,

"Puede que no lo tomen de esa manera."

"Es poco probable. La Emperatriz Navier y el Emperador Heinley se darán cuenta."

"Bueno, quiero que la Emperatriz Navier se enfade."

'¿La Emperatriz Navier? Yo soy el que está enojado!'

El subordinado fulminó con la mirada a Ángel,

"¿Por qué actúa con tanta calma? ¡Ellos podrían romper nuestra alianza en dos!" 

Dado que Ángel no reaccionó, el subordinado se desinfló,

"Perdóneme. He sido impulsivo porque tengo miedo."

Ángel cerró el libro y sonrió,

"Bueno. Habrá mucho de que temer en el futuro, y debemos actuar con valentía. Los Caballeros Clandestinos planean trabajar con la Alianza Imperial para erradicar a los Bandidos Mil Eternos. Veamos qué podemos hacer para equilibrar la balanza."

El subordinado palideció,

"¿Quieres involucrarte con los infames 'Manos Sangrientas' y el 'Caballero Loco'? ¿Y si nos cortan las manos?"

"Tendrás que manejarlo con cuidado."

Con una sonrisa, Ángel volvió a abrir el libro. Su subordinado se quedó boquiabierto.

"¿Yo? ¿Dónde estará usted, señor?"

"En un sitio donde mi presencia es más necesaria."

***

"Iré a Rwibt."

Tan pronto como esas palabras salieron de mi boca, Heinley, McKenna y el Canciller se sobresaltaron. Yo sorbí tranquilamente mi té, observando. 

'¿Por qué están todos tan sorprendidos?'

Heinley respiró hondo,

"Mi Reina, ¿deseas ir allí tú misma? Ni hablar. Es demasiado peligroso."

"Todavía estamos en las primeras etapas del comercio. Necesitamos minimizar los problemas."

"En ese caso, enviemos un emisario."

"Yo inicié el acuerdo comercial. Es mi deber. Además, soy de los pocos magos de hielo que quedan disponibles."

Ante eso, los tres se quedaron en silencio.

Si bien nuestro primer comercio con Rwibt fue un éxito, todavía estábamos aprendiendo qué productos del Continente Wol se vendían mejor en Rwibt. Hasta ahora, nuestra fruta había sido lo más vendido. Se echaba a perder con facilidad, por lo que solíamos emplear magos del hielo para mantener la fruta fresca durante el viaje.

Pero el canciller acababa de informarnos de que la Alianza del Continente Wol había contratado a casi todos los magos de hielo disponibles. La alianza afirmaba que necesitaban a los magos de hielo para un proyecto importante. 

Yo no me creía eso. Ellos querían sabotear nuestro comercio con Rwibt.

Sólo un equipo de comercio que contaba con magos de hielo había aceptado asociarse con nosotros últimamente. Ahora ellos también se habían echado atrás, tras la presión de la alianza. Claramente, tenía que encargarme yo misma de este trabajo.

El Canciller estudió mi expresión,

"¿No podría ayudarnos el Imperio Oriental?"

Heinley lanzó una mirada fulminante al canciller, pero no tardó en mostrarse de acuerdo a regañadientes,

"Así es, Mi Reina. ¿No tienen algunos magos de hielo?"

"Sí."

El Canciller sonrió,

"En ese caso, con la ayuda del Imperio Oriental—"

Dejé mi taza de té con un tintineo,

"Mi padre y el Emperador del Imperio Oriental no son tontos."

"¿Qué quiere decir?"

"Si les permitimos que nos ayuden, sabrán quiénes son nuestros contactos en Rwibt, qué comerciamos y cómo lo hacemos. No tardarán en establecer su propia ruta. No podemos permitir que eso ocurra. Por eso debo ir. Además, es un lugar que siempre he querido visitar."

Había oído muchas historias de nuestros comerciantes, pero ver Rwibt con mis propios ojos sería completamente diferente.

***

martes, 5 de septiembre de 2023

septiembre 05, 2023

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 532

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 532. Felicidad (2)



Justo antes de la cena, Rivetti me visitó con una noticia inesperada.

"¿Te vas?"

Pregunté, sorprendida. Sabía que acabaría marchándose, pero me pareció demasiado pronto. 

"Pensé que terminarías tu formación antes de marcharte."

Los ojos de Laura también se abrieron por completo,

"Mastas acaba de dejarnos, ¿y ahora tú también te vas?"

Rivetti vaciló, luego se aclaró la garganta,

"He... he oído rumores de que el Duque Elgy guarda algún tipo de rencor."

Apretó los puños. La sola mención del duque pareció enfurecerla,

"Su Majestad, lo vi durante el corto tiempo que estuvo aquí en Año Nuevo. Parecía miserable."

Mis cejas se alzaron.

"No es que no quiera vengarme. El Duque Elgy me hizo daño, y merezco venganza. Pero... no me arruinaré en el proceso."

Sus grandes ojos se encontraron con los míos. Parecía decidida,

"Valgo mucho más que alguien como él."

"Rivetti..."

"La venganza no se convertirá en el propósito de mi vida. Mi objetivo es convertirme en una digna sucesora de mi padre y vivir feliz. Dejaré la venganza para más adelante si es que todavía la anhelo. Después de que sea feliz y esté asentada."

Laura murmuró,

"Un buen pensamiento, pero ¿qué tiene que ver con que te vayas?"

Sonaba triste. Rivetti y ella también se habían vuelto cercanas.

Rivetti le dedicó una sonrisa de disculpa,

"Lo siento, Laura. Y mis disculpas, Su Majestad. Después de toda la ayuda que me ofreció, lamento irme. Pero si me quedo... no podré ignorar mi odio hacia él, ya que el Emperador Heinley es amigo del Duque Elgy."

Laura agachó la cabeza. Rivetti se acercó y tomó su mano,

"Es por eso que me gustaría volver al Territorio Rimwell ahora, Su Majestad, antes de lo planeado."

***

Koshar se había ido, Mastas se había ido, y ahora Rivetti también se había ido. Se sentía extraño. Miré de un lado a otro a mis hijos, que lloriqueaban en sus cunas. Cuando estaba en el Imperio Oriental, me había costado despedirme de todas mis amistades a la vez. Aún recordaba vívidamente la pérdida que sentí.

Pensé que después de venir aquí, todo volvería a la normalidad. Pero estaba equivocada. Todos buscaban su camino en la vida, tal como yo había buscado desesperadamente el mío.

"Laurie, Kai. Mis preciosos hijos."

Observé cómo se quedaban dormidos. Luego acaricié sus mejillas rellenitas, sintiéndome triste de repente,

"¿Ustedes dos también me dejarán algún día?"

Me di cuenta de lo increíbles que eran mis padres. Con un hijo que deambulaba por las afueras del país luchando contra bandidos, y una hija que se marchó de su lado para convertirse en emperatriz, ¿cuán afectados debieron haber estado? ¿Cómo es que no revelaron sus sentimientos ni una sola vez?

- ¡Gu!

Justo entonces, oí el llamado de mi amado Heinley convertido en Reina. Cuando me di la vuelta, estaba posado en el alféizar de la ventana. En cuanto abrí la ventana, Reina voló hacia una de las cunas y se posó en ella.

Kai parpadeó antes de abrir los ojos. Reconoció de inmediato a su padre y se puso feliz. Laurie siguió durmiendo, abrazada a su muñeco con forma de insecto.

Reina miró a los dos bebés y emitió un arrullo de satisfacción. Una vez que Kai volvió a quedarse dormido, Heinley parecía listo para bailar, pero cambió de opinión y se transformó en humano. Entonces me abrazó por detrás. 

"Mi Reina."

Sus manos se deslizaron por mi cintura.

Me estrechó contra él y yo me incliné hacia atrás sobre su pecho, colocando mis brazos alrededor de los suyos. Heinley me besó la frente y susurró,

"No te sientas sola. Incluso después de que nuestros hijos crezcan y abandonen el nido, yo me quedaré a tu lado. Para siempre."

" ¿Lo escuchaste todo?"

"Fue adorable."

'Siempre escucha mis tontos murmullos.'

Cuando lo miré a los ojos, Heinley me besó el ceño fruncido, los párpados y, por último, los labios. Cerré los ojos y saboreé la suavidad de sus labios, mientras sonreía.

***

"Cuando era más joven, mi hermano me parecía tan frustrante."

Heinley me acarició el cabello mientras yacía, exhausta, en la cama. Le escuché hablar, con la cabeza recostada en su regazo.

"En mi opinión, no sabía hacer nada. Manejo de la espada, magia, montar a caballo, bailar... nada de eso."

"¿Estás presumiendo?"

Él se rió entre dientes.

"Yo era un poco engreído. Aun así, quería a mi hermano mayor. Así que decidí ayudarlo. Después de todo, era el príncipe heredero. Por el bien del país, él debía ser más fuerte."

De repente, bajó la voz,

"Pero fallé, y... mi hermano perdió la mayor parte de su maná."

Sorprendida, abrí los ojos. Miré fijamente a Heinley. En vez de mirarme a mí, él miraba hacia el vacío como si viera el pasado.

"Así que la disminución del maná..."

"Mi hermano fue el primer sujeto de pruebas accidental".

Mis ojos se abrieron por completo.

"Heinley..."

"Después de eso, no soportaba verlo. Ni a él, ni a mi padre, ni a mi madre. Nadie me culpaba, lo que lo hacía peor. Sólo unas pocas personas sabían lo que realmente había pasado. Mi familia enterró el secreto. Pero la culpa era insoportable. Empecé a vagar por otros lugares. Fue entonces cuando conocí a Elgy."

Me senté y lo miré directamente a los ojos. Parecía que estaba llorando, pero no era así. Su expresión tampoco era triste. Sólo resignada.

"Cuando lo conocí, me di cuenta de que no era la única que pasaba por eso."

Heinley apoyó la frente en mi hombro. La frotó de un lado a otro y luego se inclinó para besar mi mejilla, acercándome a él. 

"Mi Reina. Mi esposa. Navier."

Me recosté completamente sobre su cuerpo. Él suspiró satisfecho.

"Desde que estás aquí conmigo, soy feliz. He aprendido lo que es la verdadera felicidad, y no una satisfacción pasajera."

"Yo también soy feliz ahora que estoy contigo, Heinley."

"Serías feliz incluso sin mí, Mi Reina."

"¿Por qué piensas eso?"

"Porque... siempre avanzas. Eres hielo, pero brillas como el mismo sol. Por mi parte, aunque soy calor, parezco la oscuridad de la noche."

"Heinley..."

"Me hace feliz que me hayas encontrado. Cuanto más brillas, más se desvanece mi oscuridad. Estoy agradecido de recorrer este camino contigo."

En ese momento, sus ojos púrpuras resplandecieron como joyas.

'A Heinley le encantan las joyas, pero ¿sabe que sus ojos son los más hermosos de todos?'

Extendí la mano y toqué su mejilla. Una sola lágrima se acumuló bajo su iris púrpura. Cuando salió, la atrapé con la punta de mi dedo. Me dolió el corazón y me incliné para besarle, justo entonces el chillido de unos pajaritos nos interrumpió.

Nos pusimos la ropa a toda prisa y salimos del dormitorio. Laurie y Kai estaban en su nido, peleándose por una rama. 

'¿De dónde ha salido eso?'

"¿Qué está pasando aquí?"

Heinley chasqueó la lengua y levantó a Laurie mientras yo levantaba a Kai.

Ambos soltaron la rama, la cual cayó al suelo.

"Han sido así desde que estaban en tu vientre."

Dijo Heinley, haciéndose el molesto. 

"No quieren ver a papá y mamá amándose."

Le dio unas palmaditas en la espalda a Laurie. Al verlo, me eché a reír. Después llevamos a los bebés a nuestra habitación y los pusimos en nuestro regazo, apoyando nuestros hombros el uno contra el otro. Los pajaritos ahora dormían como angelitos, por supuesto.

Mientras observaba cómo subían y bajaban sus barrigas regordetas, eché un vistazo a Heinley. Quería ver si todavía estaba llorando.

Pero no. Cantaba una canción de cuna con una voz tan baja que apenas se oía. Cuando percibió mi mirada, me guiñó un ojo y sonrió.

Verlo hacía que mi corazón se llenara de alegría. Me pasaba lo mismo que a Heinley, su presencia me llenaba de felicidad. 


Fin.
***



Hemos concluido la historia principal. A partir de mañana, comenzaremos a publicar las historias secundarias donde conoceremos más sobre el futuro de los hijos de Navier, el destino del Imperio Oriental, el desenlace de la relación Mastas-Koshar, el pasado del Duque Elgy, y mucho más.

Quienes deseen mostrar su apoyo por la labor realizada en la traducción de esta novela durante los últimos tres años, pueden hacerlo pulsando sobre la siguiente imagen. Les llevará a PayPal.


lunes, 4 de septiembre de 2023

septiembre 04, 2023

Cómo Domar A Mi Marido Bestial - Capítulo 174

Capítulo 174. De Hombre a Hombre (1)

Raphael había heredado los ojos azul profundo del Rey Selgratis. Sin embargo, había otro hombre en el palacio real con ojos similares a los suyos.

Además, como ese hombre tenía el cabello plateado tan claro como el hielo, parecía haber nacido del aliento del invierno. Sus labios rojos, que demostraban que circulaba sangre en él, se movieron de forma desafiante.

"Hablemos un poco. De hombre a hombre."

Raphael chasqueó su lengua al igual que la última vez. Annette le había dicho que Ludwig tenía la disposición de un artista, pero carecía de originalidad para comenzar una discusión. Sería realmente lamentable si esas fueran las limitaciones del Príncipe Heredero.

En cualquier caso, Raphael lo siguió tranquilamente. Ludwig lo condujo a un salón privado del palacio del Príncipe Heredero. Ludwig, que se sentó en una silla ornamentada, miró fijamente a Raphael con sus ojos azules. Raphael se mantuvo de pie. Porque no podía sentarse a menos que el Príncipe Heredero se lo permitiera.

"...Siéntate."

Ludwig le permitió tomar asiento. Cuando Raphael se sentó en la silla de enfrente, no pudo evitar fruncir el ceño. Afortunadamente, no tendría que mantenerse de pie durante la conversación, pero que tuviera que esperar para sentarse lo hizo sentir peor. 

Raphael miró a Ludwig sin relajarse. Él miró a Raphael en silencio durante un rato. Finalmente los labios de Ludwig pronunciaron algo.

"Te odio."

¿Qué quiere que haga? A Raphael no le importaba. Esperaba que no lo hubiera traído aquí para hablar de eso. Sólo quería regresar pronto a casa para ver a Annette.

Pero el rostro de Ludwig parecía renovado después de decir esas palabras triviales, así que su belleza ahora brillaba. La tensión en sus hombros desapareció. Y apoyó su espalda en el respaldo. Parecía un príncipe salido de un cuento de hadas.

Ludwig, que no sabía los pensamientos de Raphael, abrió la boca con una sonrisa.

"Te lo he dicho directamente, así que me siento aliviado. Estoy seguro de que necesitaba hacerlo. He estado intentando engañarme a mí mismo. Me reprimí al vivir como los demás quieren que viva. Tampoco puedo ser tú. ¿Por qué no me di cuenta antes?"

Ludwig, que no dudó en admitir su complejo de inferioridad respecto a Raphael, soltó una carcajada. El confundido Raphael frunció el ceño ante la actitud de Ludwig. Ludwig murmuró mirando una cara con un encanto varonil a diferencia de la suya.

"Eres como una espina bajo mi uña. ¿Debería decir que tu presencia es un molesto recordatorio de lo que a mí me falta? Cada vez que te veo me siento incómodo. Y tú fuiste quien me quitó todo lo que quería."

Raphael tenía literalmente todo lo que Ludwig quería. Un talento para el manejo de la espada, la mujer a la que amaba e incluso el reconocimiento de su padre. Por supuesto, el reconocimiento de su padre se malinterpretaba por el contexto.

Pero Ludwig todavía lo envidiaba a muerte. En particular, el hecho de que la esposa de Raphael fuera Annette Bavaria le dolía demasiado. Ludwig, que cerró los ojos brevemente para intentar librarse de sus oscuros celos, abrió la boca con tranquilidad.

"Pero tú no tienes la culpa de haber nacido con tantos talentos. Como tampoco es culpa mía haber nacido así. ¿No?"

"...Lo siento."

Raphael no estaba seguro de qué respuesta sería apropiada en esta situación. No entendía porque él estaba diciendo tantas tonterías. No sabía cómo debía tratar a Ludwig.

Aunque Annette intentó persuadirlo, Ludwig todavía estaba pensándolo. En otras palabras, significaba que no se sabía si era enemigo o un aliado. Y ahora que se había reunido a solas con Ludwig, debía hablar con cuidado. Eso le produjo un terrible dolor de cabeza.

Ludwig se encogió de hombros ante la expresión precavida de Raphael. En el pasado a Ludwig le parecía que él no le prestaba atención a sus palabras. Pero ahora que había expresado su oscuro complejo de inferioridad, Raphael no parecía tan despreocupado como antes. Eso hizo que felicitarlo fuera más fácil de lo que pensaba.

"He escuchado que te has convertido en un Maestro de Espadas. Enhorabuena."

"Gracias."

"Es una gran bendición tener a una persona con tanto talento en Deltium. Entonces, ¿hay algún secreto para lograr esa asombrosa hazaña? Tengo curiosidad."

"...Tener a alguien a quien proteger."

Raphael respondió sin dudarlo con un rostro inexpresivo. Pero bajo sus cejas le brillaron los ojos. Era como si sus ojos le enviaran una advertencia tácita a Ludwig. Ludwig, que se dio cuenta de ello, esbozó una amarga sonrisa.

"Sí, supongo que sí. Probablemente podrás hacerlo. Porque eres diferente a mí. "

Annette debería estar a salvo. Porque este hombre parecido a una pantera negra siempre la protegería de alguna manera. Pero protegerla no bastaba. Porque Annette siempre estaría nerviosa mientras la causa del peligro aún persistía. De ese modo, su tierno corazón se iría desgastando poco a poco.

domingo, 3 de septiembre de 2023

septiembre 03, 2023

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 531

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 531. Felicidad (1)



"Por favor, cuídese. Volveré pronto con buenas noticias."

Mastas se despidió de mí y se dio la vuelta para mirar a Laura. 

"Laura, lamento si te molesté con mis constantes preguntas. Gracias por haberme explicado todo."

Los ojos de Laura estaban enrojecidos por haber llorado todo el día. Ella y Mastas se habían vuelto muy cercanas. Cuando Mastas se despidió de Laura con un abrazo, ésta rompió a llorar. Ni siquiera pudo responder.

Por otro lado, Rose se secó las lágrimas,

"Yo fui quien más respondió a tus preguntas, Señorita Mastas."

Mastas soltó a Laura y se volvió hacia Rose con una amplia sonrisa,

"Ahora que lo mencionas, tienes razón. A ti también te estoy agradecida."

Finalmente, Mastas se dirigió a la Condesa Jubel,

"Por favor, apoye a Su Majestad, Condesa."

"Por supuesto que lo haré. Asegúrate de hacerte un nombre antes de volver."

Mastas soltó una risa,

"Eso será fácil."

"Y no sueltes a Lord Koshar."

Añadió la Condesa Jubel. La cara de Mastas se puso roja como un tomate, pero no dijo nada.

"Es hora de partir, Sir Mastas."

Un caballero con un uniforme similar al de Mastas se acercó. Mastas asintió y montó en un gran caballo blanco.

"¡Vamos!"

Ante su grito, todos los demás Caballeros Clandestinos se alinearon y avanzaron como uno solo. Mastas me miró por última vez, sonriendo mientras tiraba de las riendas. Su caballo tomó su lugar al frente, su capa ondeando detrás de ella.

Laura, que todavía estaba llorando, suspiró asombrada,

"Le queda muy bien."

Era la primera vez que nosotras veíamos a Mastas en su hábitat natural: vistiendo su uniforme encima de un caballo. Al verla, mi inquietud se desvaneció. 

'Mastas lo hará bien. Y cuando vuelva...'

Espero que tanto ella como Koshar vuelvan habiendo dejado a un lado sus cargas innecesarias.

***

'Mastas es increíble.'

Pensó Rivetti mientras estaba apoyada en la ventanilla del carruaje, observando el ajetreo del exterior. Todo el mundo tenía prisa. Incluso los más jóvenes molestaban a sus padres, convencidos de lo que querían.

'¿Qué hay de mí? ¿Qué estoy haciendo con mi vida?'

Rivetti se miró las manos. Quería hacer muchas cosas: proteger el Territorio  Rimwell, convertirlo en un buen lugar para vivir, cuidar de su madre y proteger a su único sobrino. Pero...

Mastas partió a la batalla. La Emperatriz Navier ahora encabezaba la Alianza Imperial, actualmente era la persona más influyente del continente. La Condesa Jubel y Artina habían viajado al Imperio Occidental para proteger a la Emperatriz Navier.

Incluso Laura, que siempre había sido brillante, alegre y un poco caprichosa, no había vacilado ni una sola vez en lo que se empeñaba.

'Soy la única que está parada.'

Rivetti soñaba con convertirse en una gran sucesora de su padre. Ya había aprendido mucho sobre cómo gobernar. Pero ni siquiera pudo vengarse apropiadamente del Duque Elgy, su enemigo. ¿Cómo podía esperar proteger su territorio?

"Ya hemos llegado."

Ante el aviso del cochero, Rivetti salió del carruaje y pagó el viaje. 

El carruaje dejó a Rivetti frente a una enorme mansión. Ella contempló la increíble construcción. La Emperatriz Navier había arreglado esta mansión para ella, a las afueras de la capital. Pero parecía demasiado grande para un adulto y un niño.

Una vez dentro, Rivetti se quitó el abrigo. Se lo entregó a la sirvienta y preguntó, 

"¿Dónde está Ahn?"

"Sentado en su habitación, distraído."

Rivetti se apresuró a ir a la habitación de su sobrino. Al oír la puerta, Ahn se apartó lentamente de la ventana. Parecía asustado. Pero en cuanto la reconoció, corrió hacia ella con una sonrisa radiante.

A medio camino, tropezó y se cayó. Sin embargo, se levantó de un salto. Al llegar frente a ella, no habló ni la abrazó. Se quedó inmóvil, mirándose de nuevo los pies.

Parecía inseguro de si debería estar feliz de verla. Sus ojos estaban llenos de lágrimas.

"¿Por qué no dices nada?"

Preguntó Rivetti mientras se arrodillaba,

 "¿Tienes miedo de tu tía?"

Ahn sacudió la cabeza enérgicamente.

Rivetti se mordió el labio y lo abrazó. Últimamente, mientras veía a Laurie y Kai jugar tan inocentemente, se sentía arrepentida. 

'Ahn no es Rashta. ¿Por qué odio a este niño? Incluso si no puedo amarlo, no debería odiarlo.'

Ahn merecía la oportunidad de crecer libre de preocupaciones, como Laurie y Kai. 

'¿Actúa tan temeroso porque no lo cuidé?'

Esa inquietud la atormentaba.

Este niño era un ángel, como Laurie y Kai. Sin embargo, los gemelos crecían en una amorosa familia imperial, mientras que Ahn crecía siendo castigado por el comportamiento de su familia. ¿Era correcto tratar mal a un niño por los pecados de sus padres?

Ahn ni siquiera sabía que tenía la cara de Rashta. 

'Incluso la propia Rashta sólo se convirtió en esclava debido a las malas acciones de sus padres.'

Rivetti recordó que Rashta, cuando era más joven, la había mirado con los ojos bien abiertos, llenos de desesperación mientras ella comía bocadillos hechos por su cocinero. También se había quedado boquiabierta ante los retratos de la Emperatriz Navier. En ese momento, Rivetti había considerado grosera a la joven esclava.

Ahora, Rivetti se sentía confundida. ¿Rashta la miró fijamente porque no tenía buenos modales? ¿O sólo tenía hambre?

Justo entonces, una sirvienta llamó a la puerta,

"Vizcondesa Rimwell, ha llegado un paquete para usted."

"Ahn, ve a jugar con los juguetes que te compré. Te leeré un libro más tarde."

Rivetti le acarició la cabeza y salió de la habitación.

Afuera, la criada le extendió un pequeño paquete.

"¿Quién lo envía?"

"No lo sé, no tiene nombre. El mensajero tampoco lo dijo."

Rivetti aceptó la caja y la llevó a su habitación. La puso sobre la mesa y la abrió. Dentro había un par de zapatos. Se quedó helada.

Eran los mismos zapatos que se quitó para acercarse sigilosamente al Duque Elgy. Se quedó mirándolos un rato, aturdida.

***

viernes, 1 de septiembre de 2023

septiembre 01, 2023

Cómo Domar A Mi Marido Bestial - Capítulo 173

Capítulo 173. Prestigio del Reino

Annette le explicó a Celestine.

"Raphael les dirá a los nobles que se encuentren hoy en el palacio real que se ha convertido en Maestro de Espadas. De esa manera el rumor se extenderá rápidamente. Entonces Su Majestad no podrá deshacerse fácilmente de Raphael. No importa lo que digan, se ha convertido en un héroe que aumentará el prestigio del reino."

"Entonces esto nos dará tiempo, ¿verdad?"

"Sí. Al menos durante un tiempo, la atención del público estará en Raphael."

"Quizás no debería decirlo en estas circunstancias… pero felicidades de todos modos. Él pudo convertirse en Maestro de Espadas. ¡Es algo honorable para la familia Carnesis!"

Celestine abrazó a Annette como si fuera su hermana.

Recientemente ella se había sorprendido cuando se enteró que el Rey había intentado asesinar a Annette con veneno. Aprovechó para sobornar a su médico.

A Celestine se le puso la piel de gallina al pensar de nuevo que se enfrentaba al Rey de un reino. Si no hubiera sido por Annette,ella no habría podido hacer nada. No se habría atrevido a enfrentarse al Rey, que podría manipularla como una marioneta.

"¿Y qué piensas hacer con la médico? ¿Lo encerraste para que fuera un testigo más?"

Ella le preguntó a Annette de repente sobre ese tema. Annette le explicó lentamente.

"Sí. También le pedí que informara periódicamente a Su Majestad como antes. Para que él no se entere que lo hemos descubierto. Eucaly suele interactuar con un intermediario, creo que puedo atraparlo tarde o temprano. He preparado una trampa de antemano."

"Impecable como siempre, Annette."

Celestine miró a Annette con admiración. Se sentía afortunada ahora que estaba a su lado. Celestine nunca había tenido una pesadilla desde que estaba en el mismo barco que ella. Había llegado el momento de dejar atrás el pasado. Annette era la responsable de que desarrollara el valor necesario para superar el trauma. Entonces añadió.

"Muchas gracias. Estás haciendo tanto que me siento avergonzada de mi poco aporte. Pero, recuerda siempre que estoy de tu lado. Ahora eres mi amiga más preciada."

Celestine tímidamente. Sus ojos verdes se parecían a los de un gato. Su expresión resultaba especialmente tierna. Annette tomó sus manos con una sonrisa.

"Yo soy la que debe agradecerte. Siempre te estaré agradecida por tu amistad. Aunque no soy la jefa del Ducado Bavaria, ni el Marquesado Carnesis... Te prometo que las familias a las que pertenezco nunca olvidarán tu ayuda."

Annette besó a Celestine en la mejilla.

"Gracias, Princesa Heredera."

"......!!"

El rostro de Celestine enrojeció rápidamente. Ella retiró suavemente sus manos, y agarró su pecho ante el inesperado ataque. A Celestine le agradaba Annette, pero ella tenía la mala costumbre de golpear a la gente en el corazón de vez en cuando.

***

Al salir de la sala de audiencias del rey, Raphael miró hacia el cielo. Se había oscurecido en algún momento. Soltó un largo suspiro. Siempre era agotador conversar con el Rey.

¿...Te has convertido en Maestro de Espadas?

Cuando el Rey escuchó la noticia de Raphael, lo miró medio incrédulo como si no pudiera creerlo en absoluto. Raphael pudo notar el sutil cambio en su expresión. Parecía que su información le causó frustración al Rey. Quizá su logro de Maestro de Espadas había sido más rápido de lo que esperaba, por lo que sus planes se verían afectados de algún modo. 

Debemos correr el rumor lo más pronto posible de que te has convertido en Maestro de Espadas. Sólo entonces podremos ganar tiempo. Si tienes la atención de otras personas, Su Majestad no será capaz de tocarte imprudentemente.

Como había dicho Annette, el Rey se mostró nervioso ante la inesperada situación. Era la segunda vez en la historia que aparecía un Maestro de Espadas en un reino como Deltium.

Aunque el Rey estaba alarmado de que Raphael hubiera alcanzado ese asombroso umbral, probablemente estaría ocupado pensando cómo podría utilizarlo en beneficio de Deltium. Gracias a ello, era menos probable que se diera cuenta que habían descubierto a Eucaly. 

Raphael se marchó después de completar la misión que le pidió Annette. Quería regresar a casa lo antes posible, para besar su mejilla. Pero alguien bloqueó su camino.

¿Otra vez?

Ya había experimentado esta situación en el pasado. Una expresión de desagrado apareció en su rostro. La persona que tenía enfrente no era otro que el Príncipe Heredero Ludwig.
septiembre 01, 2023

Cómo Domar A Mi Marido Bestial - Capítulo 172

Capítulo 172. Sólidas Pruebas

Annette se rió torpemente al escuchar las quejas de Celestine, que acababa de discutir con su padre. Ella se disculpó porque eso sucedió por su culpa.

"Me siento mal porque discutiste con tu padre. Lo siento."

"Piensa que su hija es una tonta, por eso no me hace caso."

Celestine contestó con la cara enojada. Ella barrió con su mano su cabello castaño. Se parecía a su padre aunque no se diera cuenta de ello. Entonces añadió.

"Annette. ¿Por qué no le presentas alguna prueba a mi padre? Por ejemplo, el cochero que hemos capturado. Ahora mismo está bajo nuestra custodia. ¿Por qué no se lo muestras a mi padre un momento? Entonces podría creerlo."

"Honestamente, no sé si es una buena idea. Sabes que tenemos que tener cuidado. No dudo del Marqués... pero Su Majestad podría descubrirnos."

Annette bajó sus pestañas doradas. Realmente había otro motivo más.

Su cochero Ivan era el tío materno de Raphael. Existía la posibilidad de que sacara a relucir la historia de la madre de Raphael delante del Marqués Keers. Literalmente sería una catástrofe. Era aún más peligroso porque el Marqués Keers había decidido obedecer al Rey.

Afortunadamente, Celestine tampoco era una persona testaruda, así que comprendió de inmediato las palabras de Annette. Entonces Celestine murmuró.

"No sé por qué no me cree. Tengo miedo de que mi padre agrave la situación. Sé que él solo se preocupa por mi bienestar. Pero me frustra que no sirva hablar con él."

"Puedo simpatizar contigo. Sé cómo te sientes."

Lo mismo le pasaba a Annette. Ella tampoco sabía que pensaba hacer su padre. Se estremeció al pensar en su padre como una serpiente blanca escondida. De todos modos, afortunadamente Allamand no era alguien que el Marqués Keers pudiera vencer fácilmente.

Pasará algún tiempo antes de que se resolviera la situación. Hasta entonces, parecía mejor dejar el conflicto político en manos de sus padres. Lo único que Annette tenía que hacer ahora era encontrar pruebas de lo que había hecho el Rey. 

Ella le dio una suave palmada en el hombro a la encorvada Celestine.

"No te preocupes demasiado. Si hacemos bien nuestro trabajo, podremos encontrar sólidas pruebas... el Marqués creerá nuestras palabras. La verdad acabará saliendo a la luz."

"Espero que ese día llegue más pronto que tarde. ¡Me gustaría agarrar a ese cochero de inmediato, y acusar a Su Majestad delante de todos los nobles! Pero es desesperante que no se pueda resolver la situación de esa manera."

"Lamentablemente no. Solo en el ajedrez un peón puede capturar al Rey."

Annette se encogió de hombros. Si un simple cochero se atrevía a acusar al Rey, él podría evitar cualquier culpa simplemente diciendo, '¡Cómo se atreve un pobre hombre a acusar falsamente al Rey!' En ese caso, no se podía hacer más nada. 

Se necesitaban pruebas más serias.

"Por cierto, tengo noticias que quiero compartir contigo."

Annette sintió la necesidad de cambiar la atmósfera. 

Celestine mostró inmediatamente interés por el nuevo tema.

"¿Qué quieres contarme? ¿De qué se trata?"

"Mi esposo fue hoy al palacio real a visitar a Su Majestad. ¿Cuál crees que es el motivo?"

"No se me ocurre nada."

Celestine miró angustiada el rostro sonriente de Annette. En realidad no le agradaba mucho el esposo de Annette. El hombre guapo, pero muy orgulloso.

Pero al menos a Annette le parecía un buen esposo. El otro día Celestine vio como él mismo le tomó la temperatura a Annette con la mano, porque estaba preocupado de que ella se hubiera resfriado. Además, eligió a su esposa por encima de su padre. 

Fue una decisión tan importante, que incluso Celestine que no le agradaba Raphael, tenía que reconocerlo. Sin embargo, ella no podía suponer por qué Raphael fue hoy al palacio real para reunirse con el Rey. Annette, que miraba los ojos verdes de Celestine, susurró. 

"Es la primera vez que lo digo. Hace poco se convirtió en Maestro de Espadas."

"...¿De qué estás hablando? ¡¿Maestro de Espadas?!"

Celestine estaba sorprendida. Maestro de Espadas era un talento tan raro que sólo había uno o dos por generación. Además, suele aparecer en lugares grandes como el Imperio Chapelle, ¡Y rara vez en un reino como Deltium!

Sin duda era un acontecimiento extraordinario. Celestine pensó.

Realmente es un hombre desafortunado.

Raphael era un hombre que lo tenía todo menos el linaje. Celestine sintió un complejo de inferioridad al recordar su arrogante rostro. Siempre había sido un hombre orgulloso, pero ella se preguntó cómo se vería la próxima que se encontrara con él ahora que se había convertido en Maestro de Espadas.

jueves, 31 de agosto de 2023

agosto 31, 2023

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 530

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 530. 



En el carruaje de camino a casa, Heinley repitió todo lo que las personas habían dicho sobre nuestros bebés. Lo mucho que todo el mundo les quería, lo inteligente que se veían, lo adorables que eran, y otros cumplidos.

Al principio también me sentí bien con eso. ¿Cómo podía no estar feliz de que mis hijos recibieran cumplidos? Pero al cabo de un día o dos, mi mente se desvió hacia otros asuntos. No obstante, Heinley parecía empeñado en repetir cada palabra que había oído sobre nuestros hijos.

'¿Cómo Heinley recuerda todo eso?'

Unos días más tarde, finalmente llegamos al Imperio Occidental. Para mi sorpresa, salir del carruaje fue como volver a casa. Había sido agradable visitar el Imperio Oriental después de tanto tiempo, pero este lugar se había convertido en mi hogar.

"¿Mi Reina?"

Heinley me extendió su mano. Acuné a Laurie en un brazo y entrelacé mis dedos con los suyos. Acto seguido, inclinó la cabeza y levantó las manos entrelazadas, besando el dorso de la mía. Luego sonrió.

Yo le devolví la sonrisa,

"Estamos en casa, Heinley."

***

Al terminar el desayuno, me senté en mi escritorio para organizar mi agenda. Revisé los próximos eventos del mes, tomando nota de aquellos a los que nos invitaron y de los planificados por mí. Entonces me fijé en una fecha.

'Pronto será mi cumpleaños.'

Por alguna razón, sentí un nudo en la garganta. Por fin me di cuenta de que podía relajarme. Todavía tenía que estar pendiente de la alianza, de nuestro país y de mi familia. Pero comprendí lo preciosa que era nuestra vida cotidiana después de haber estado a punto de perderla por Ángel. La Ceremonia de Año Nuevo había terminado, pero hoy me parecía Año Nuevo.

'La paz reinará a partir de ahora.'

Devolví el calendario a su sitio, sintiéndome realizada.

Laurie sacó la mano de la cuna, así que la volví a meter dentro. Luego saqué el pie de Kai de su boca. Ambos abrazaron a sus muñecos con forma de insecto mientras yo besaba sus frentes. Observar a nuestros bebés era como ver caer la nieve. Me llenaba de una profunda serenidad, de una sensación de plenitud.

Nuestro amor había creado a estas dos preciosuras. Se sentía como nada menos que un milagro.

"Estás de buen humor, Mi Reina."

Heinley entró en mi oficina, sonriente, con McKenna pisándole los talones. Heinley debe haber notado la admiración en mi rostro.

Me enderecé. Teníamos que prepararnos para la reunión del consejo más tarde, pero Heinley se me acercó con una sonrisa,

"¿Te gustó el lazo que usé ayer, Mi Reina?"

"Si el amor tuviera forma, se parecería a eso."

Respondí sarcásticamente. McKenna soltó una risita mientras se inclinaba sobre sus papeles. 

"Su Majestad Heinley diría que si el amor tuviera forma, sería como los diamantes o el oro."

"¿En serio?"

Cuando le pregunté, Heinley sacudió la mano.

"No. Si el amor tuviera forma, se parecería a ti, esposa mía."

Sin previo aviso, McKenna se convirtió en un pájaro azul. Se revolvió las plumas con irritación y salió volando a toda prisa.

Reprimí una risa, sacudiendo la cabeza. De repente, Yunim llamó a la puerta. 

"¡Sus Majestades! Lord Koshar desea verlos a los dos."

¿Koshar? ¿Qué le trae por aquí?

Heinley hizo sonar la pequeña campana para permitirle entrar. Un momento después, la puerta se abrió y Koshar se unió a nosotros. Todavía tenía la misma cara larga que la última vez que lo vi. Debía de seguir afectado por lo ocurrido con la Princesa Charlotte.

No entendía por qué. Le había dicho que todo estaría bien.

"¿Qué pasa, hermano mío?" 

Ante la pregunta con un tono afectuoso de Heinley, Koshar se enderezó.

"Solicito que se me asigne acabar con los Bandidos Mil Eternos en nombre de la Alianza Oriente-Occidente."

Me quedé tan sorprendida que mis ojos se movieron de un lado a otro de la habitación. Fue entonces cuando me percaté de la ropa tirada de McKenna en el suelo y del propio McKenna posado en una gárgola cerca de la puerta. Tenía el pico abierto en un estado de shock casi cómico.

Me pregunté si debería sentirme aliviada. Ese era un comportamiento más propio de Koshar y, por suerte, aún no se había dado cuenta de la pila de ropa de hombre en el suelo.

"Hermano."

Heinley dio un paso adelante y agarró la mano de Koshar,

"¿Por qué esta sugerencia repentina? Ya te lo hemos dicho, no tienes nada que lamentar en lo que respecta a la Princesa Charlotte y Mastas. No perdimos nada por eso."

Sin embargo, Koshar se mantuvo firme,

"Su Majestad, esa es la única manera en que puedo ser de ayuda. Además, nuestra alianza tendrá que demostrar su poder. Enfrentarme a los Bandidos Mil Eternos será una tarea fácil para mí. Navier, por favor, despídeme con buenos deseos y una sonrisa."

No podía rechazar una petición así de mi propio hermano.

Cuando Koshar se marchó, McKenna bajó revoloteando. Voló alrededor de la cabeza de Heinley en señal de protesta, pero ni se inmutó.

Al final, McKenna recogió su ropa con el pico y voló a una pequeña habitación cercana. Poco después, reapareció completamente vestido. Miró fijamente a Heinley y luego se volvió hacia mí.
 
"¿Qué hará, Su Majestad?"

"Este problema—"

En ese momento, Heinley intervino,

"McKenna, no te vuelvas a quitar la ropa delante de mi esposa."

"¿Qué estás diciendo?"

McKenna lo miró desconcertado.

"Paren con eso."

Levanté las manos entre los dos y esperé a que se calmaran,

"Si mi hermano quiere ir, se lo permitiré."

McKenna se sorprendió,

"¿Lo dice en serio?"

***


"¿Qué?"

Los ojos de Mastas se abrieron en shock.

"¿Realmente es tan sorprendente?"

Me llevé una taza llena de café a la boca. No había podido beberlo durante el embarazo. Lo había extrañado.

Mastas se estremeció. 

"Su Majestad, eso es peligroso. Lord Koshar es demasiado frágil, y esa despiadada banda de ladrones..."

'Veo que Mastas aún no ha despertado de su fantasía.'

Dejé la taza de café sobre la mesa,

"Mi hermano es más fuerte que los Bandidos Mil Eternos, Mastas."

Sin embargo, ella sacudió la cabeza con desesperación y dolor,

"Sólo usted piensa eso porque es su hermano, Su Majestad. Yo también creo que mi hermano es el hombre más fuerte del mundo. Para mí, podría sobrevivir en cualquier parte, incluso en el desierto."

'Pero eso era verdad.'

Todo el mundo sabía que Sir April sobreviviría aunque fuera arrojado en medio de una isla desierta.

Laura se rió, incapaz de contenerse. Cuando Mastas y yo la miramos, adoptó una expresión seria.

"No me estaba burlando. Simplemente no pude evitarlo."

Mastas se enojó.

Me senté a su lado y pasé un brazo alrededor de sus hombros,

"Señorita Mastas, Koshar es realmente fuerte. En el pasado, siempre que estaba de mal humor, se iba a luchar contra los Bandidos Mil Eternos. Por eso ahora quiere volver a luchar contra ellos. Es mejor dejarlo ir."

Ella asintió con una expresión de angustia.

Unos días más tarde, cuando Koshar partió, Mastas se despidió de él apropiadamente. Pero una semana después, cuando la Subcomandante Artina llegó del Imperio Oriental, Mastas le pidió inmediatamente que se enfrentara a ella.

Tras el combate, Mastas dejó su lanza en el suelo y se arrodilló,

"Su Majestad. Gracias por haberme convertido en su dama de compañía y por concederme el honor de servirle."

Alcé las cejas, sorprendida. Incluso Artina frunció el ceño y guardó su espada. Mis otras damas de compañía murmuraban con curiosidad.

"Levántate, Mastas."

Pero ella no me hizo caso. Permaneció arrodillada,

"Después de que usted vino aquí, dejé atrás mi posición de caballero. Viví como la dama de compañía de Su Majestad. Sin embargo, ahora es tiempo de que vuelva a mi lugar como miembro de los Caballeros Clandestinos."

Todas se quedaron en silencio. Yo también.

'Ya veo que hacer que se levante no será lo difícil.'

Ella alzó su lanza, llorando,

"Como líder de la 2ª Orden de los Caballeros Clandestinos, deseo ayudar a Lord Koshar a combatir a los Bandidos Mil Eternos. Por favor, concédame el permiso, Su Majestad."