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martes, 21 de junio de 2022

junio 21, 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 402

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 402. Lágrimas De Sangre (2)



"¿En serio?"

"Sí, parece que bloqueó las puertas y ventanas para que no entrara ni un poco de luz."

"También se dice que su muerte no fue un suicidio, sino un asesinato."

"Imposible."

"Bueno, podría ser mentira. Ese hombre solía odiar a Su Majestad."

"Por mucho que lo odiara, podría haber llevado una vida normal si se hubiera quedado tranquilo. ¿No creen que se sentía tan mal por no haber salvado a su hermana, que se suicidó?"

"Sí, eso pudo llevarlo hasta el punto de suicidarse."

"Aun así, ¿por qué saltó sobre la Emperatriz Navier?"

"Escuché que quería morir en público. ¿Habrá decidido eso al final?"

Las personas parecían reunirse para hablar de esto. Los Caballeros Clandestinos de Heinley recorrieron la capital para recopilar cuidadosamente estos comentarios, el estado de ánimo de las personas y sus reacciones.

"Nunca pensé que se suicidaría en público..."

El Canciller, que había sido advertido previamente por Kapmen, no se atrevió a mencionarlo y mantuvo la boca cerrada.

Si se supiera que sólo se preocupó por el Viejo Duque a pesar de la advertencia de Kapmen, el furioso Emperador Heinley podría considerarlo responsable.

El Emperador Heinley solía ser indulgente, pero ahora no era el mismo de siempre. El Emperador Heinley parecía muy peligroso. Temía que pudiera explotar ante el más mínimo descuido.

"¿Qué hay del testamento del Duque Zemensia?"

"No sé si debería llamarlo testamento, pero... parece que preparó varios con el mismo contenido con antelación."

En las casas de los amigos del Duque Zemensia, donde se había quedado después de que su padre lo expulsara, se encontraron decenas de cartas en las que se expresaba arrepentido, 'Descubrí que el Emperador Heinley mantuvo a mi hermana encerrada con las puertas y ventanas bloqueadas para asesinarla'.

El Duque Zemensia también había ordenado enviar cartas con el mismo contenido a todas partes.

Incluso se supo que hace unos días fue al registro y pidió devolver a su padre el título de duque porque sentía que se estaba volviendo loco.

"Los amigos que hospedaron al Duque Zemensia testificaron que realmente se estaba volviendo loco. Sólo bebía y decía tonterías todo el tiempo."

Heinley murmuró con voz fría,

"No estaba loco, pero sí estaba preparado para fingir estarlo."

Hubo demasiados preparativos como para decir que simplemente se había vuelto loco por el remordimiento.

Incluso su esposa e hijos vivían en otra mansión fuera de la capital con el pretexto de no incomodar a sus amigos.

Heinley envió caballeros para capturarlos, pero supuso que los tres habían cruzado la frontera y huido a otro país.

Incapaz de soportar el dolor en su corazón, Heinley apretó los puños y cerró los ojos.

Justo antes del choque, Navier lanzó su magia de hielo por reflejo sobre el hombre que caía hacia ella, mientras que Kapmen intentó apartarla y la cubrió con su cuerpo para protegerla.

Todo ocurrió en un instante. Frente a sus ojos.

El Duque Zemensia murió en el acto.

Tanto Kapmen como Navier sobrevivieron porque la caída del Duque Zemensia se ralentizó cuando fue alcanzado por la magia del hielo.

Pudieron sobrevivir.

Sin embargo, Navier no pudo concentrar suficiente maná dado que lanzó la magia de hielo por reflejo, por lo que no tuvo mucho efecto.

Como resultado, ambos no pudieron despertarse. Aunque resultaron seriamente heridos, el impacto en la cabeza que sufrió el Duque Zemensia fue mortal.

Heinley se apretó el lado izquierdo del pecho mientras se retorcía para ocultar su dolor.

Pero no fue fácil. Se odiaba a sí mismo por desconfiar únicamente del Viejo Duque Zemensia a pesar de que McKenna le había advertido de que le parecía extraño.

Odiaba a su yo del pasado por pensar que podría utilizar fácilmente al Duque Zemensia después de que éste le agradeciera entre lágrimas haber salvado a su hijo.

Si el Duque Zemensia hubiera sobrevivido a la caída, habría conseguido aliviar un poco su dolor al poder descargar su ira contra el responsable.

Pero el hombre que había puesto en peligro a la mujer que amaba y a su hijo murió al instante.

Su ira que había perdido su objetivo carcomía sus entrañas. McKenna miró a Heinley con lágrimas en los ojos.

"Su Majestad..."

Incapaz de llorar, Heinley preguntó con los ojos enrojecidos,

"¿Qué hay del Viejo Duque Zemensia? ¿Lo atraparon?"



***

Desde el interior de la puerta de hierro bien cerrada salían continuamente fuertes crujidos y gritos de dolor. La sangre fluía por debajo de la puerta de hierro y formaba charcos.

Asustados, los caballeros oficiales tragaron saliva seca mientras apretaban los puños. Los Caballeros Clandestinos, a los que Heinley había reunido y con los que había trabajado directamente durante sus años como príncipe, estaban tranquilos porque conocían la personalidad de Heinley, pero no los Caballeros de la Guardia Imperial.

Aún consideraban al Emperador Heinley como un príncipe playboy despreocupado. Aunque se había adaptado a sus deberes como emperador mejor de lo esperado, a menudo se atribuía a que la Emperatriz Navier estaba a su lado para guiarlo.

Sin embargo, la opinión de todos cambió cuando el furioso Emperador Heinley ordenó traer al Viejo Duque Zemensia y el cuerpo de su hijo a un calabozo, luego entró personalmente y cerró la puerta de hierro. Desde entonces los gritos de dolor no habían cesado.

No sabían qué pasaba dentro, qué causaba esos crujidos, ni cuánta sangre había derramada al otro lado de la puerta.

Al cabo de tres horas, los gritos finalmente cesaron por un momento.

Los Caballeros de la Guardia Imperial se sintieron aliviados sin darse cuenta, relajaron sus hombros y brazos, que habían estado tensos todo el tiempo.

'¿Se acabó?'

***

Aún no había acabado.

Cuando Heinley extendió hacia un lado la herramienta en su mano, Mastas se acercó y la recibió.

Los Caballeros de la Guardia Imperial se estremecían de miedo sólo por los sonidos que salían del interior del calabozo, pero la expresión de Mastas era indiferente.

Era conocida por ser despiadada con sus manos, tanto que la apodaron 'manos sangrientas'. Podía ser extremadamente fría incluso contra una persona a la que no guardaba rencor, pero ahora además estaba muy enojada por lo que le pasó a Navier.

Estaba tan furiosa que quería despedazar el cadáver del Duque Zemensia con sus propias manos.

El Viejo Duque temblaba mientras miraba a Heinley.

Las comisuras de la boca de Heinley se elevaron levemente.

"No puedo creer que le esté haciendo esto con mis propias manos a una persona que una vez respeté. ¿No es el mundo realmente extraño, Viejo Duque?"

"No tienes... las cualidades... de un emperador... nunca podrás ser... un emperador."

"Ya soy el emperador."

Con una sonrisa, Heinley levantó el pie y pisoteó la cabeza del Viejo Duque contra el suelo.

"Ah... Ahhh. Incluso... si haces esto... no conseguirás... nada."

Heinley sonreía mientras ponía más fuerza en el pie sobre su cabeza.

"No importa si suplicas, insultas o dices tonterías. Nada hará que tu hijo vuelva a la vida."

Los ojos de Heinley se habían vuelto tan rojos que no parecía tener una sonrisa en su rostro.

Los ojos del Viejo Duque Zemensia también se habían vuelto rojos. Su mirada estaba puesta en su hijo, que se había convertido en un cadáver sin forma.

Cuando el Viejo Duque tosió un par de veces, los dientes rotos salieron de su boca y cayeron al suelo.

"Mataste a tu hermano... mataste a mi hija... mataste a mi hijo... y ahora me matarás a mí..."

El Viejo Duque soltó una carcajada que le hizo sentir que sus pulmones se desgarrarían y miró a Heinley,

"Bastardo... ni siquiera... en el infierno... serás aceptado."

Mastas frunció el ceño a un lado.

Cuando el Rey Wharton III estaba vivo, circuló el rumor de que Heinley había causado que quedara estéril. Tras la muerte a temprana edad del Rey Wharton III, circuló el rumor de que Heinley había envenenado a su hermano mayor.

Ese rumor perseguía a Heinley como una sombra que se negaba a desaparecer.

El Viejo Duque buscaba provocar a Heinley al hablar de eso.

"¿Quiere que le cierre la boca?"

Ante la pregunta de Mastas, el Viejo Duque escupió una bocanada de sangre y se burló,

¿Creíste que nadie... te señalaría como culpable... si lo envenenabas? ¿Quién... se beneficiaba más de convertir... al saludable Rey Wharton III... en una persona enferma?

En vez de responder, Heinley volvió a patear al Viejo Duque.

El Viejo Duque tembló, pero no cerró la boca. Como si su hija y su hijo muertos le hubieran dado sus últimas fuerzas.

"Incluso si muero... Incluso si mi familia muere... Las personas dirán... el anterior rey murió repentinamente... No mucho después... la anterior reina... también murió... de forma extraña... a una edad temprana... su familia.. que lo cuestionaba... e investigaba... todos murieron..."

El Viejo Duque se estremeció como si estuviera feliz sólo de pensarlo.

"No importa... lo que me hagas... serás recordado.... en la historia... como un emperador cruel.... tampoco importa lo bien que gobiernes... serás recordado... como el emperador... que mató al anterior rey... y a la familia de la anterior reina..."

"En tu situación, Viejo Duque."

Heinley suspiró brevemente y sonrió,

"Deberías haber rezado para que te matara. ¿Sabes lo que pasará ahora?"

"..."

"Sir Mastas."

"Sí, Su Majestad."

"Debemos cooperar con los demás países para capturar a todos los familiares, empleados y soldados del hombre que intentó asesinar a la emperatriz."

"Sí."

Los ojos de Heinley, enrojecidos por la ira, se volvieron más fríos.

"Parece que el Viejo Duque tiene mucha hambre."

Heinley miró en silencio el cadáver del Duque Zemensia, luego hizo una señal a Mastas y salió.

Los ojos del Viejo Duque se agrandaron tanto que parecían a punto de salirse.

***

jueves, 16 de junio de 2022

junio 16, 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 401

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 401. Lágrimas De Sangre (1)




De vuelta a la capital, Kapmen visitó al Canciller y le informó de que el Duque Zemensia apuntaba al Emperador y a la Emperatriz.

Sin embargo, el Canciller lo miró con una expresión de disgusto.

"¿No se refiere al Viejo Duque Zemensia, sino al Duque Zemensia?"

"Sí."

"Gran Duque, el Duque Zemensia se mudó a la casa de un amigo después de que su padre lo expulsó. Odia a su hermana por su situación."

"Sé con certeza que es el Duque Zemensia."

Kapmen recordó la determinación con la que el Duque Zemensia se prometió a sí mismo vengar la muerte de su hermana.

"El Duque Zemensia planea atacar al Emperador y a la Emperatriz en el momento en que vuelvan al Imperio Occidental."

El Canciller frunció el ceño, su orgullo había sido herido.

"Dado que fue una visita no oficial al Imperio Oriental, no se celebrará una gran ceremonia de bienvenida ese día. Regresarán tranquilamente a cumplir con sus deberes. En el camino de vuelta, habrá un control más estricto que nunca para el acceso de los forasteros, con caballeros apostados en todas partes."

Como si no estuviera satisfecho, el Canciller añadió sin ocultar su disgusto,

"No te entrometas en los asuntos de nuestro país, estamos bien preparados."

Incluso si pertenecía a un país aliado, Kapmen era un noble extranjero.

El Canciller no estaba de acuerdo en que un noble extranjero se entrometiera excesivamente en los asuntos del Imperio Occidental.

Además, mientras Kapmen estaba en Compshire, el canciller se sintió ofendido cuando un inspector le informó de que el Gran Duque había estado husmeando en el departamento de investigación. Esto equivalía a menospreciar al Imperio Occidental.

[Parece insinuar que la seguridad del Imperio Occidental es poco fiable.]

Kapmen se sintió incómodo mientras escuchaba la voz interior del Canciller.

La postura del Canciller era correcta. Kapmen también se habría sentido ofendido si un noble extranjero intentara entrometerse en los asuntos de su país.

Sin embargo, lo que importaba ahora no era su orgullo, sino la seguridad de Navier.

"Pero no hay nada malo en aumentar la seguridad por si acaso. Esta es información confiable."

"¿De dónde viene esa información confiable?"

El Canciller suspiró y habló con voz tranquilizadora,

"El Duque, la Duquesa y sus hijos se están quedando con un amigo que vive lejos de aquí. Debido a las estrictas órdenes del Emperador Heinley, hay caballeros que nos mantienen informados de la ubicación del Viejo Duque y la de sus soldados. También tenemos caballeros por todo el Palacio Imperial."

"Aún así..."

"El Duque Zemensia no tiene soldados a su disposición, su padre tiene a todos con él. Además, el Duque Zemensia se marchó de viaje hace unos días a un sitio más lejano."

El Canciller no estaba mintiendo, Kapmen pudo comprobarlo al leer sus pensamientos.

Al final, Kapmen tuvo que marcharse sin éxito. El mal presentimiento que tenía no desapareció, por lo que vigiló el camino de vuelta al Imperio Occidental por si acaso.

También dio instrucciones a sus guardias personales para que detuvieran a cualquier persona que hiciera movimientos sospechosos.

Aunque hizo esto durante unos días, no hubo nada sospechoso como había afirmado el Canciller.

Ni siquiera en el momento en que el Emperador y la Emperatriz entraron en la capital del Imperio Occidental en sus carruajes, ni siquiera en el momento en que llegaron al palacio principal.

'Por lo que había dicho, pensé que atacaría al Emperador y a la Emperatriz en su camino de vuelta al Imperio Occidental. ¿Me habré equivocado? ¿Tal vez se refería a que aprovecharía cualquier oportunidad en la que Heinley y Navier estuvieran solos para atacar?'

Después de que Kapmen siguió la procesión hasta el palacio principal desde la distancia, finalmente se tranquilizó un poco y decidió contar esto a Navier por separado.

En ese momento, pudo oír desde arriba la voz interior de una persona preparada para morir.

[Lamento irme primero, padre. Lo siento, esposa. Los amo, hijos míos. Hermana Christa... iré a acompañarte con un regalo.]

Kapmen levantó la cabeza sorprendido.

Una capa roja revoloteaba en lo alto del techo del palacio. Justo entonces, el Duque Zemensia saltó,

Como si el tiempo se hubiera ralentizado, Kapmen pudo ver claramente este momento fugaz.

Una vez que bajaron de los carruajes en la entrada del palacio principal, Heinley hablaba con McKenna y Navier sonreía feliz mientras los sirvientes sacaban el equipaje.

Navier y Heinley intercambiaban miradas de complicidad como una pareja enamorada.

Todos se dispersaron en la entrada del palacio principal. Y sobre la cabeza de Navier caía el Duque Zemensia...

Lo último que Kapmen supo fue que había protegido instintivamente a Navier con su propio cuerpo.

Una persona cayó sobre ambos de manera estrepitosa.

Después de un breve silencio, estallaron gritos de los presentes.

"Zemensia..."

Ketron, que observó la escena desde la distancia, se desplomó en el suelo al perder la fuerza en las piernas. Se cubrió la boca con sus manos temblorosas y se arrastró hacia atrás.

Hace unos días, el Duque Zemensia fue a pedirle ayuda a su regreso de Compshire.

Le confesó que había descubierto que su hermana no se había suicidado, sino que había sido asesinada después de ser encarcelada, torturada y humillada, por lo que quería suicidarse donde solía vivir su hermana. El remordimiento no le permitía continuar con su vida.

La sombra de la muerte ya se cernía sobre el rostro del Duque Zemensia, que pidió un último favor a su primo.

Por más que el Marqués Ketron trató de disuadirlo, el Duque Zemensia no quiso escucharlo y le gritó que se apuñalaría el corazón en ese instante si no lo ayudaba.

"Está bien, está bien. Cálmate por ahora. ¿Quién cuidará de tu esposa y de tus hijos si mueres? Tienes que resolver eso primero."

El Marqués Ketron accedió. No sólo por cumplir la última petición de su primo, sino también porque sentía cierta culpa por haberse unido al Emperador Heinley poco después de la muerte de Christa.

Así que anoche, el Marqués Ketron utilizó magia ilusoria para ocultar a Zemensia de las miradas de los demás y que pudiera subir al techo del palacio.

Pero sin importar cuánto tiempo pasó, no hubo noticias de la muerte de su primo.

Pensó que tal vez había flaqueado en los momentos finales, así que vino corriendo para intentar persuadirlo por última vez...

"¡Navier!"

El grito desesperado del Emperador Heinley desgarró el cielo azul.

lunes, 13 de junio de 2022

junio 13, 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 400

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 400. Despedida Roja (2)





El Duque Zemensia se marchó después de deambular por la mansión en silencio durante un rato. Una vez que el Duque Zemensia se fue, Kapmen volvió a entrar en la mansión.

Tal vez porque estaba solo en la mansión vacía, el Duque Zemensia había pensado en muchas cosas, por lo que pudo obtener más información de la que esperaba.

Al principio, el Duque Zemensia no pudo empatizar realmente con la ira de su padre. Aunque la muerte de Christa le entristeció, no creía que hubiera razón para enojarse con el Emperador Heinley.

Además, ya tenía sus propios hijos. Aunque quería mucho a su hermana, tenía que cuidar de quienes estaban vivos. Del mismo modo que su padre abandonó a su hija por el futuro de sus nietos.

Pero después de un tiempo todo cambió, el Duque Zemensia fingió una fuerte pelea con su padre en la que fue expulsado para disipar cualquier sospecha de Heinley.

Si el Viejo Duque cometía el crimen, era probable que su esposa, sus hijos y él mismo salieran perjudicados. En cambio, si él cometía el crimen, su esposa y sus hijos podrían buscar la protección de su padre, dado que el Viejo Duque estaba por encima de él.

Sin embargo, no pasó por la mente del Duque Zemensia por qué cambió de repente de opinión ni qué tramaba exactamente.

[Cuando vuelvan felices. Esa será la última vez que sonrían.]

Esto fue lo último que pensó. Su determinación se fortalecía mientras pasaba las manos por los marcos de la ventana.

Cuando Kapmen miró de cerca la ventana en la que el Duque Zemensia permaneció durante un tiempo, notó unas marcas inusuales.

Eran marcas de que la ventana había sido bloqueada.

‘Es por esto.’

Al ver esto, Kapmen se hizo una idea de por qué había cambiado de opinión, pero aún no tenía claro qué tramaba.

Kapmen apretó los puños. Salió rápidamente de la mansión, montó en su caballo y se dirigió a la capital.

El Duque Zemensia lo observó desde la distancia.

***

Después del juicio, fui directamente a la Mansión Troby, pero mi madre había sido llamada por Sovieshu.

"No se preocupe, el Vizconde Langdel debe estar con la Duquesa Troby."

El subcomandante de la 5ª División de los Caballeros Transnacionales que me escoltaba en sustitución del Vizconde Langdel, me informó de que el Vizconde Langdel había sido llamado por Sovieshu junto con mi madre.

¿Por qué Sovieshu llamó a mi madre y al Vizconde Langdel?

Tenía curiosidad, pero mis damas de compañía no estaban a mi lado para discutirlo.

Como había pasado un tiempo desde la última vez que estuvimos aquí, envié a Laura y a la Condesa Jubel a sus respectivas casas.

"Señorita, ¿qué desea cenar?"

Le respondí al mayordomo que primero esperaría a mi madre para cenar con ella.

Afortunadamente, mi madre no tardó en volver. En cuanto mi madre regresó, le pregunté,

"Madre, ¿por qué te mandó a llamar?"

No tenía una expresión seria, así que no parecía que la hubiera llamado para algo malo, pero quería estar segura.

Mi madre se quitó la capa y se la entregó a una sirvienta con una mirada extraña.

"Me dijo que levantara el destierro de Koshar."

"¿De verdad?"

Esta era una buena noticia. Significaba que mi hermano podría suceder a la Familia Troby sin problemas.

"Entonces el Vizconde Langdel..."

"Sí. La razón principal del destierro del Vizconde Langdel fue por su intento de dañar a un descendiente de la Familia Imperial. Como ahora se sabe que Glorym no es hija del Emperador Sovieshu, creo que su destierro también será levantado."

Me alegraba escuchar eso.

No sé si el Vizconde Langdel o mi hermano regresarán de inmediato al Imperio Oriental sólo porque se levante el destierro, pero éste había sido el hogar de ambos durante muchos años.

Mientras estaba sumida en mis pensamientos, mi madre comenzó a reírse de repente.

"¿Qué ocurre, madre?"

Cuando le pregunté desconcertada por su risa inesperada, mi madre sacudió la cabeza y respondió,

"Su Majestad le dijo al Vizconde Langdel que podía imaginar las dificultades por las que había pasado, pero el Vizconde Langdel le respondió fríamente."

"¿Qué le respondió?"

"Para él, la única diferencia de Su Majestad con Rashta es que tiene poder, así que no quería su consuelo porque, por lo demás, tanto Sovieshu como Rashta son iguales."

Desde la posición del Vizconde Langdel, debe ser así.

Aunque al principio sólo estaba enojado con Rashta por difamar a la Duquesa Tuania, Sovieshu después trató de enterrar el asunto y estuvo a punto de morir en el proceso.

"... ¿Su Majestad lo escuchó tranquilamente?"

"Incluso si eso le molestó, no podía actuar de forma imprudente. Está en una situación en la que dentro de poco tendrá que presentar una queja ante la Alianza del Continente Wol por el caso del puerto, no le conviene crear problemas con un comandante de los caballeros de la alianza."

Ya veo. Sovieshu... debió estar muy enojado por dentro porque su orgullo había sido herido.

Después de cenar con mi madre, volví sola a mi habitación.

Puede que con el tiempo me sienta mal, pero ahora no me sentía así.

Tal vez porque vi que Rashta no cayó fácilmente en la Corte Suprema. Además, fue la primera vez que vi a Sovieshu ser humillado públicamente.

En un rincón de mi pecho, sentía como si Heinley bailara convertido en 'Reina'.

Podría decir que lamentaba que Rashta tuviera que permanecer encerrada en una torre el resto de su vida, pero... serían palabras vacías. En realidad no sentía pena por ella.

Este sentimiento puede cambiar más adelante, pero de momento no.

Cuando me puse ropa cómoda para dormir, el mayordomo vino a informarme de la visita de alguien,

"Señorita. Um... ha venido alguien que quiere verla."

"¿Quién es?"

"Es Lord Liedreux..."

Es Sovieshu.

De niños, a Sovieshu y a mí se nos ocurrió la idea de utilizar cada uno un seudónimo que sólo los dos conociéramos para poder escaparnos solos en secreto.

'Lord Liedreux' era el seudónimo que Sovieshu utilizaba en ese entonces.

"¿Señorita?"

"Por favor, dile que estoy dormida."

Hablé con firmeza. El mayordomo salió con la cara rígida, como si pensara que mi expresión era muy severa.

Cerré la puerta, me senté en la cama y cerré los ojos.

¿Cuánto tiempo había pasado? Cuando miré el reloj de la pared debido a la rigidez de mis hombros, me di cuenta de que habían pasado dos horas.

Me levanté y caminé por la habitación, luego salí al pasillo cercano a la habitación y miré por la ventana.

No lo hice pensando que Sovieshu todavía me estaría esperando. Sin embargo... realmente pude ver a Sovieshu.

Su rostro estaba cubierto con una capucha, como cuando fui a la Corte Suprema, pero definitivamente era Sovieshu.

Podía sentirlo.

Estaba apoyado en una pared fuera de la mansión mientras sus hombros parecían temblar levemente.

No podía verlo claramente porque estaba lejos, pero ciertamente se veía de esa manera a mis ojos.

¿Está llorando...?

Después de observarlo por un momento, me di la vuelta y regresé a mi habitación.

Cerré las ventanas, me acosté en la cama y me metí bajo las sábanas.

A la mañana siguiente, ni siquiera miré por la ventana.

"Navier. Dijiste que volverías hoy, ¿verdad?"

"Sí."

"¿Por qué no descansas unos días más antes de irte?"

"No puedo esperar a volver. También quiero compartir las buenas noticias con mi hermano."

Después de quedarse aquí un mes, mis padres vendrán al Imperio Occidental.

Una vez que desayuné y compartí un rato con mis padres porque estaríamos separados por un tiempo, me puse ropa apropiada y me subí al carruaje en el patio de la mansión.

Esta vez, a diferencia de cuando fui a la Corte Suprema, subí a un carruaje con el escudo de nuestra familia.

No quería mirar por la ventana. Aunque sé que Sovieshu ya debe haber regresado al Palacio Imperial, simplemente... simplemente no quería verlo.

Pero entonces sentí que le estaba dando demasiada importancia a Sovieshu, así que cambié rápidamente de opinión y miré por la ventana.

De este modo, quería convencerme a mí misma de que no me importaba lo más mínimo Sovieshu.

En el momento en que el carruaje salió de la mansión y miré hacia la pared exterior donde Sovieshu había estado de pie por la noche, me sorprendí.

Sovieshu... todavía estaba de pie ahí.

Cuando el carruaje pasó en esa dirección, Sovieshu me miró. Por un breve momento, nuestras miradas se cruzaron.


Sus ojos estaban llenos de una oscura desesperación. Parecía pedirme ayuda en silencio.

¿Pero qué podía hacer para ayudarlo?

Me apresuré a evitar su mirada y apoyé mi cabeza sobre el hombro de Heinley, que estaba sentado a mi lado.

Mi corazón latía con fuerza.

A primera vista, los ojos de Sovieshu parecían los de una persona al borde de la muerte.

Cuando giré la cabeza para evitarlo, sentí como si hubiera hecho algo malo.

"¿Reina?"

Heinley me preguntó preocupado.

Sacudí la cabeza, la quité de su hombro y me senté correctamente.

"Puedes seguir apoyándote en mí..."

"Estoy bien."

¿Acaso fui yo quien lastimó a Sovieshu en nuestro matrimonio? No.

¿Había razones para compadecerme por su mirada de súplica? No.

Mientras el carruaje avanzaba, me esforcé por atraer toda clase de pensamientos para sacar de mi cabeza sus ojos de desesperación.

Heinley, que miraba por la ventana, de repente me llamó, "Reina".

"En serio, estoy bien."

Al decírselo de nuevo, Heinley sugirió con una sonrisa,

"No es eso. Mira por la ventana."

No quería mirar. Aunque nos habíamos alejado de Sovieshu, temía volver a ver esa mirada que me suplicaba ayuda.

"Reina, date prisa."

Heinley insistió, así que no tuve otra opción que asomar la cabeza por la ventana.

En ese momento, pude ver olas de tela roja brillante a la vez que oía a personas vitoreando, "¡Su Majestad!", "¡Su Majestad!"

Mi mente se quedó en blanco.

Las personas salieron a la calle, ondeando telas rojas hacia mi carruaje.

"Ah..."

No sé si había sido acordado, pero continuamente se unían personas a la multitud en la calle mientras otras ondeaban las telas rojas desde sus casas y tiendas. Podía ver cómo el número de personas aumentaba a cada minuto. Algunas personas lloraban.

Entonces Heinley murmuró a mi lado,

"¿Están arrepentidos de lo que hicieron en el desfile nupcial de Rashta?"

Sacudí la cabeza. No lo sé. Sin embargo...

Recordé el día de la boda de Rashta.

El silencio de las personas hacia mí, el desprecio y el incómodo trato frío.

Aquellos que habían mostrado su rechazo hacia mí ahora ondeaban telas rojas para desearme que fuera feliz y me aclamaban mientras seguían lentamente el carruaje.

Las comisuras de mis ojos comenzaron a enrojecerse, y finalmente las lágrimas se deslizaron por mis mejillas.

"Reina."

Heinley me llamó en voz baja y me abrazó suavemente.

"Mi Reina. Mi esposa. Navier."

"..."

"El color rojo simboliza la desgracia en el Imperio Occidental, así que se siente un poco incómodo."

"Heinley."

Cuando fingí mirarlo con malos ojos por su broma, Heinley se rió y sacudió la cabeza,

"Sé que en el Imperio Oriental el color rojo simboliza la felicidad. Reina, mira cómo todos desean que seas feliz."

"... Sí."

"De ahora en adelante sólo sucederán cosas buenas. Tú, yo y nuestro hijo que viene en camino... seremos felices para siempre."

***

jueves, 9 de junio de 2022

junio 09, 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 399

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 399. Despedida Roja (1)



[¿Eh? ¿Me está mirando?]

Kapmen volvió a escuchar esa voz.

[¿Qué pasa...? ¿Por qué actúa tan extraño?]

Todos los inspectores tenían expresiones similares, pero Kapmen pudo reconocer rápidamente a quién pertenecía la voz. Por un momento, el Gran Duque miró directamente a ese inspector debido a sus pensamientos.

[Ahora que recuerdo, ¿este tipo no se metió con la reina una vez? Es el tipo que de repente se puso del lado del emperador para expulsar a la reina...]

Kapmen volteó deliberadamente la cabeza para mirar a otros inspectores.

Sólo entonces el inspector que tenía pensamientos sospechosos se sintió un poco aliviado, pero no pudo relajarse del todo.

[Por si acaso, más tarde le preguntaré a Imaru.]

Imaru era una dama de compañía que Christa apreciaba mucho. En una ocasión, Navier le pidió a Kapmen que investigara a las damas de compañía de Christa, por lo que sabía ciertas cosas sobre ellas.

Aunque era realmente cercana a Christa, no fue una de las damas de compañía que la siguió a Compshire porque tenía poco tiempo de casada.

Kapmen fue directamente a visitar a Imaru.

"¿Cuál es el motivo de su visita Gran Duque?"

Imaru creía que Kapmen había contribuido a la muerte de Christa, así que lo trató con frialdad en cuanto vio su rostro. Ni siquiera permitió que Kapmen cruzara la puerta principal de su mansión.

Sin embargo, Kapmen no tenía tiempo para preocuparse por el trato frío de otros.

Tenía que averiguar lo antes posible las intenciones de la persona que había persuadido a un sirviente para que 'atacara' a la Emperatriz Navier y si tenía en mente continuar haciéndolo...

En vez de ser honesto, Kapmen tomó un pequeño riesgo,

"Escuché una historia extraña."

"¿Qué quieres decir con una historia extraña?"

"Bueno, mientras me encontraba investigando el ataque a la Emperatriz, escuché a un inspector contar una extraña historia."

"¿Qué tiene que ver eso conmigo?"

"Porque ese inspector mencionó tu nombre..."

[¿Lilide se volvió a emborrachar y le contó a otra persona sobre eso?]

Antes de que Kapmen terminara sus palabras, una voz nerviosa resonó en la cabeza de Imaru.

Kapmen se preguntó si el inspector se llamaba Lilide, pero pronto se dio cuenta de que no era así.

Recordó que Lilide era una dama de compañía a la que Christa también apreciaba mucho. A diferencia de Imaru, había seguido a Christa a Compshire.

Poco después, Kapmen descubrió que ese inspector era el amante de Imaru, pero no lo reveló, sino que se marchó y fue directamente donde Lilide.

Como la mayoría de las damas de compañía, Lilide vivía afortunadamente no muy lejos de la capital.

Sin embargo, reunirse con Lilide no fue tan fácil como con Imaru.

"Lo siento, Gran Duque. La Señorita Lilide no ha querido ver a nadie desde que volvió de Compshire. Mucho menos a desconocidos."

El mayordomo le pidió que la comprendiera. Lilide evitaba totalmente las visitas porque había sido demasiado traumático para ella ver de cerca cómo murió Christa.

"Vine de parte de Lady Imaru para transmitirle un mensaje."

Cuando Lilide finalmente aceptó reunirse con el Gran Duque Kapmen, se mostró más hostil que Imaru.

[Es como si Christa hubiera muerto por sus mentiras.] [Es una escoria que va detrás de la Emperatriz, es capaz de matar a una persona con su lengua.]

Además, fue difícil obtener información relevante debido a que se dedicó a insultarlo en su mente.

De la información que Kapmen obtuvo de Lilide, al menos una valió la pena.

Después de la muerte de Christa, volvió a bajar a Compshire y dijo que se había encontrado con 'esa persona'. Aunque Kapmen no pudo averiguar quién era 'esa persona', hizo las maletas inmediatamente y partió hacia Compshire.

En su interior, pensaba que 'esa persona' podría ser el viejo Duque Zemensia, el Duque Liberty o el Marqués Ketron.

El Duque Liberty y el Marqués Ketron se convirtieron en murciélagos que volaron hacia la Emperatriz Navier, pero antes eran enemigos, mientras que el Viejo Duque Zemensia todavía era un enemigo. Podría ser alguien más, pero estos tres eran los más sospechosos.

Una vez que Kapmen entró en la Mansión Compshire, se sintió desanimado mientras observaba la mansión desolada, que había sido limpiada por completo sin que quedara un solo mueble.

Había llegado hasta aquí a través de los nombres y lugares que descubrió a partir de los pensamientos de otras personas, pero no estaba seguro de que su investigación fuera por buen camino.

Incluso si Lilide se encontró con 'esa persona' en Compshire, y eso la llevó a involucrarse en un plan malvado contra Navier.... ¿volverá a aparecer por aquí 'esa persona' que Lilide pensó para sí misma?

'Será difícil encontrar pistas sobre 'esa persona' con todo tan limpio.'

Mientras caminaba lentamente por la mansión, escuchó los pensamientos de una persona cerca de la entrada.

Kapmen miró a su alrededor desconcertado, pero no había dónde esconderse porque los muebles habían sido retirados.

Como resultado, Kapmen no tuvo otra alternativa que abrir la ventana y saltar fuera. Dado que saltó desde el segundo piso, recibió parte del impacto en las rodillas, pero no se hizo daño serio porque había aprendido a caer bien.

[¿Qué fue ese ruido?]

Kapmen se recostó contra la pared y no se movió.

[¿Escuché mal?]

Afortunadamente, la persona que entró en la mansión no pareció encontrar rastros de nadie más.

"Sí, debo haber escuchado mal. Nadie vendría aquí. Está tan vacío que ni siquiera los ladrones vendrían."

Aunque la voz interior se oía cada vez más distante, Kapmen permaneció escondido allí.

Tenía una expresión rígida porque no podía relajarse. De alguna manera, había evitado la situación crítica inmediata, pero todavía desconocía las intenciones de la otra parte.

Además, era difícil saber si se trataba de la persona que quería hacer daño a Navier por sus pensamientos hasta ahora.

Aun así, Kapmen se mantuvo firme en su posición. Nadie podía conocer los pensamientos de uno, es por eso que las personas solían soltar mucha información en su mente en momentos completamente imprevistos.

El inspector era leal a Imaru, mientras que Imaru y Lilide eran leales a la reina fallecida, pero al final todos revelaban información en sus mentes que podría considerarse como traición.

[Christa...]

De repente, Kapmen volvió a escuchar la voz interior a medida que pasos se acercaban.

El visitante de la mansión parecía haberse acercado a la ventana.

[Hermana, definitivamente vengaré tu muerte.]

Kapmen se estremeció ante ese pensamiento.

¿Hermana?

Sólo había una persona que llamaría hermana a la anterior Reina Christa. El Duque Zemensia.

Sin embargo, ¿no había sido expulsado el Duque Zemensia por el Viejo Duque Zemensia por sus duras palabras contra Christa?

[Te equivocaste, pero el castigo que recibiste fue peor de lo que merecías.]

lunes, 6 de junio de 2022

junio 06, 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 398

 La Emperatriz Divorciada - Capítulo 398. Sentencia (2)



En ese momento vi a Delise, una testigo que había bajado del estrado, mirar extrañamente al periodista Joanson.

¿Se conocen?

Entonces Joanson asintió levemente como si fuera una señal, caminó hacia Rashta, que estaba en el centro del estrado, y dijo,

"Disculpe, Su Majestad, ahora es mi momento de hablar. Su Majestad puede hablar de sus delirios más adelante."

"Qué grosero."

"Todos aquí saben quién hizo los comentarios más irrespetuosos, en el caso de Su Majestad contra el Emperador Sovieshu, pero me llamas grosero."

Cuando la audiencia aclamó de nuevo a Joanson, Rashta comenzó a flaquear.

Durante un tiempo fue ella quien estuvo en el centro de estas aclamaciones. No ese periodista.

Pero ahora era Joanson quien recibía los vítores mientras que Rashta, que ocupaba la posición más honorable, recibía una lluvia de insultos para que se retirara. Naturalmente, su expresión se derrumbó.

"Su Señoría, permítame continuar con mi intervención. ¿Sabía usted que ese hombre sobre el que hubo una controversia pública sobre si era el verdadero padre de la Emperatriz Rashta, ese hombre del que consta que fue condenado a la esclavitud, y ese hombre que tiene una hija llamada Rashta, desapareció después de que la Emperatriz Rashta lo mando a llamar?"

Esto, unido a lo que Joanson había dicho en la primera parte de su intervención, arrinconó aún más a Rashta.

"¡Eso nunca sucedió!"

Rashta protestó, pero esta vez el Marqués Karl se levantó e interrumpió sus palabras.

"El verdadero padre de la Emperatriz Rashta ha sido preparado como testigo."

En el estrado, Joanson volteó rápidamente la cabeza para mirar al Marqués Karl. Joanson no sabía que el hombre desaparecido sería traído aquí.

Fue un movimiento preparado por separado por Sovieshu y Joanson, pero ahora se había convertido en uno por casualidad.

Cuando el movimiento preparado por el emperador y el movimiento preparado por el periodista aclamado por los plebeyos encajaron perfectamente, la credibilidad aumentó aún más.

Este hombre, que fue traído por unos caballeros desde un lado diferente al de los demás testigos, subió al estrado y declaró ante el Juez de la Corte Suprema.

"De camino al palacio porque Rashta me mandó a llamar, unos caballeros me salvaron de morir a manos de unos sujetos no identificados."

No sé si es realmente el verdadero padre de Rashta, pero... estaba claro que había causado un enorme impacto en Rashta.

En el momento en que la enloquecida Rashta escuchó las palabras del hombre, mostró una expresión de dolor como si hubiera sido apuñalada.

A continuación, el médico del palacio, un caballero y varias sirvientas del Palacio del Oeste subieron al estrado para testificar que Rashta había intentado asesinar a Arian, su sirviente más cercana, para poder huir con éxito hace unos días.

Después, un hombre que afirmó ser un asesino contratado por Rashta, confesó que se había visto forzado a aceptar la petición de asesinar a los Duques Troby porque la Emperatriz lo amenazó con su poder, pero que no lo llevó a cabo porque no estaba de acuerdo...

Rashta protestó y negó todas las acusaciones, pero el Juez de la Corte Suprema, que hace un momento había perdido la calma por ella, preguntó fríamente a Sovieshu si permitiría a Rashta ejercer su inmunidad como Emperatriz.

"Senténciala como a cualquier criminal."

Sovieshu habló rotundamente. 

Eso implicaba que Rashta sería depuesta en base a esta sentencia.

Rashta continuó gritando, ahora con la cara completamente enrojecida.

"¿Seré abandonada después de ser utilizada? Su Majestad, ¿piensa abandonarme después de que me utilizó? Oculté que Su Majestad es un hombre castrado, y también oculté que Su Majestad se divorció de la Emperatriz Navier para esconder que es un hombre castrado, ¡¿es así como me abandonará después de haberme utilizado?!"

En otras palabras, no quería morir sola.

"Emperatriz Rashta Isqua, será sentenciada por los siguientes crímenes. El crimen de confabular con el Vizconde Roteschu y su hijo Alan para engañar al Emperador Sovieshu con la intención de convertir al hijo que esperabas de Alan Rimwell en miembro de la Familia Imperial. El crimen de usurpación de identidad al hacer pasar a los Vizcondes Isqua como sus verdaderos padres para ascender a la posición de emperatriz. El crimen de utilizar pagarés de la Emperatriz Navier como si fueran propios sin autorización. El crimen de dar la espantosa orden de cortar la lengua a una de sus sirvientas para mantener oculto otro crimen. El crimen de intentar asesinar a Evely, la asistente del mago de la corte. El crimen de pedir prestadas enormes sumas de dinero a un duque extranjero a título de la Emperatriz y, por si fuera poco, traspasar tierras del Imperio Oriental sin autorización. El crimen de hacerse pasar por plebeya así como por noble cuando en realidad es una esclava, e intentar asesinar a su verdadero padre para ocultarlo. El crimen de desacato a la Corte Suprema y de difamación del Emperador. El crimen de intentar asesinar a los Duques Troby. ¿Te declaras culpable de estos crímenes?"

"¡No! ¡Por supuesto que no!"

"Mereces ser sentenciada a muerte por la mayoría de estos crímenes, pero como también se debe tener en cuenta que fuiste la emperatriz, te sentencio a prisión."

El Juez de la Corte Suprema golpeó tres veces su mazo de madera.

Los dos caballeros que habían traído a Rashta, se le acercaron y la agarraron por los brazos.

Rashta se resistió y comenzó a gritar para que la soltaran, pero fue en vano.

La audiencia estaba completamente exhausta mientras salía de la Corte Suprema.

El Juez de la Corte Suprema intercambió miradas con los demás jueces mientras también se limpiaba el sudor de la frente con un pañuelo.

Después de que Sovieshu vio por dónde había sido sacada Rashta, se dio la vuelta inexpresivamente y salió por la puerta que sólo podían usar tanto el emperador como la emperatriz.

"También deberíamos irnos, Reina."

"Sí."

La estrategia de Rashta de arrastrar a Sovieshu con ella no consiguió repercutir en la sentencia que se le impuso.

Pero las semillas sembradas por Rashta quedarán arraigadas en los corazones de las personas.

Si la próxima emperatriz tampoco puede tener hijos, entonces las personas realmente sospecharán de Sovieshu.

Cuando no es el propio hijo del emperador quien se convierte en el sucesor, el poder comienza a dividirse.

El hermano mayor de Heinley no tenía hijos, por lo que su poder era inestable. Heinley tuvo que pasar mucho tiempo fuera de su país por el bien de su hermano.

¿Podría el sucesor de Sovieshu hacer lo mismo que Heinley? ¿Sería capaz de cerrar la boca y mantenerse alejado por el bien de Sovieshu?


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viernes, 3 de junio de 2022

junio 03, 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 397

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 397. Sentencia (1)



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Nota: La palabra 'infértil' en la ultima frase del capítulo anterior fue cambiada a 'castrado'. Aunque la traducción exacta al español sería 'eunuco'. En este caso, Rashta utiliza 'castrado' como un término ofensivo para hacer referencia a la inutilidad del miembro de Sovieshu.
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Los murmullos de la audiencia desaparecieron en un instante. El espacio lleno de numerosas personas se volvió increíblemente silencioso.

Las miradas de la audiencia se centraron simultáneamente en una persona. Sovieshu. La expresión de Sovieshu era helada.

Rashta no se detuvo ahí, sino que señaló con el dedo a Sovieshu y exclamó,

"¡Para ocultar el hecho de que está castrado, Su Majestad calificó a la Emperatriz Navier de infértil y me hizo tener un hijo con otro hombre!"

En cuanto estas palabras salieron de su boca, los murmullos que habían desaparecido volvieron de repente. La conmoción se extendió por toda la Corte Suprema como un incendio forestal.

Cerré los labios con fuerza y traté de mantener una expresión seria. Claramente no debía reírme en esta situación, pero resultaba difícil...

Mientras hacía esto, sentí una mirada sobre mí. Era Heinley. Cuando nuestros ojos se cruzaron, apartó la mirada rápidamente.

Sin embargo, al ver cómo se movía de un lado a otro en la silla mientras sus hombros se sacudían, parecía reprimir su deseo de preguntarme si Sovieshu era realmente impotente.

Prefería no responder a esa pregunta, así que pretendí no verlo.

Sin embargo…

"¿Es cierto?"

"Madre."

"Sólo tengo curiosidad."

No esperaba que mi madre me lo preguntara desde el otro lado. Bueno, recuerdo que una vez mi madre me aconsejó que si Sovieshu traía a una mujer como concubina, yo debía traer a un hombre más dotado, más apuesto y más joven como amante.

¿Oh? Ahora que lo pienso, ¿Heinley no coincide perfectamente con eso?

Aunque Heinley no es mi amante, cumple más que los requisitos necesarios.

Mientras miraba sorprendida a Heinley por lo que acababa de darme cuenta, mi madre me pellizcó repetidamente en el brazo.

Susurré al oído de mi madre para que Heinley no escuchara,

"No es impotente."

"Entonces, ¿no está castrado?"

"Madre. Deberías usar palabras decentes."

"¿Su miembro no tiene problemas para levantarse?"

"..."

"¿Hay algo malo en la elección de mis palabras?"

Cuando intenté responder, la fuerte voz de Rashta volvió a atraer mi atención.

"¡Su Majestad me forzó a tener un hijo de otro hombre! ¡Todo lo hice por orden de Su Majestad!"

"¡Cállate!"

Gritó fuertemente el Juez de la Corte Suprema con la cara completamente roja, se veía muy enojado.

Aunque hasta ahora la había tratado cortésmente como la Emperatriz del Imperio Oriental, parecía haber estallado por completo al oír a Rashta decir 'castrado' al Emperador Sovieshu.

La audiencia pronto comenzó a gritar al unísono que se callara.

Rashta estaba decidida a no dejarse vencer, así que se quitó los tacones y golpeó uno contra el estrado para silenciar a la audiencia.

Cuando todos se quedaron desconcertados, Rashta lanzó sus zapatos a la audiencia y señaló a los plebeyos.

"¡Cállense! Yo soy quien tiene derecho a hablar porque me encuentro parada aquí, no ustedes."

Los desconcertados plebeyos se callaron, y una joven noble que estaba cerca dejó caer su abanico.

Sovieshu se veía realmente sorprendido. Parecía pasar del enojo a la vergüenza constantemente.

Heinley chasqueó la lengua y susurró,

"Pensé que tenía muchas agallas desde que me acusó de mentiroso delante de todos. La verdad es que no me equivoqué."

... Bueno, pensado en eso, habría sido difícil para cualquier otra persona llamarme "hermana" sabiendo que yo era la emperatriz, más aún si esa persona no tenía poder.

En cualquier caso, no era algo tan bueno.

"Su Majestad, ¿intenta arrastrar al Emperador Sovieshu porque se encuentra en peligro?"

La voz del Juez de la Corte Suprema volvió a calmarse. El Juez de la Corte Suprema era un hombre que se enorgullecía de su trabajo. ¿Hace un momento se alteró porque sintió que Rashta arruinaría su trabajo?

"¡Por supuesto!"

Pero cuando Rashta lo admitió en voz alta, incluso el Juez de la Corte Suprema vaciló.

Rashta miró a su alrededor con burla y dijo sarcásticamente,

"Si no soy la única que hizo mal, ¿por qué debería ser la única que cargue con los crímenes? Por supuesto que uno debe arrastrar a los cómplices. ¿Los aquí presentes estarían dispuestos a morir solos aunque sea injusto?"

"..."

"A pesar del tiempo que la Emperatriz Navier estuvo casada con el Emperador Sovieshu no pudieron tener un hijo, pero en cuanto la Emperatriz Navier se casó con un hombre del país vecino quedó embarazada. Yo, como todos saben, ya he tenido dos hijos. Entonces, ¿quién tiene el problema? ¿No es esto una prueba de que el Emperador Sovieshu no tiene semillas?"

La audiencia miró asombrada a Sovieshu ante las coherentes palabras de Rashta.

Sin embargo, este no era un tema del que se pudiera hablar abiertamente. Además, incluso si Sovieshu fuera realmente infértil, no había forma de determinarlo con certeza. Podrían meterse en problemas si les descubrían murmurar sobre la posible infertilidad del emperador, así que todos sólo miraron en silencio.

"Se puso bueno."

Heinley murmuró en voz baja.

A decir verdad, también estaba disfrutando ver a Sovieshu puesto contra las cuerdas de esta manera por primera vez... ¿eso está bien?

Sovieshu se limitó a mirar a Rashta inexpresivamente, sin responder. Su actitud de ni siquiera pestañear parecía decir, 'veamos hasta dónde llega con sus tonterías', dando la impresión de que no le importaban en absoluto las palabras de Rashta.

Pero Sovieshu y yo pasamos juntos muchos años. Gracias a eso, pude notar que ahora estaba realmente enojado.

Si intentaba intervenir o desmentirla en este punto, sólo empeoraría la situación y dañaría su imagen, así que sólo cuidó su expresión y se mantuvo tranquilo.
junio 03, 2022

Bajo el roble - Capítulo 127

Capítulo 127. La envidia de Riftan (2)

A pesar de que dijo eso, estaba tentada por dentro. ¿De verdad no pensaba mal de ella? De repente, mientras estaba en medio de sus cavilaciones, escuchó el sonido de la puerta abriéndose. Cuando se dió la vuelta , vio a Riftan entrando en la biblioteca.

“¿Qué has estado haciendo hasta esta hora?”

Max se sorprendió por su pregunta.

Ruth respondió sin rodeos mientras revisaba si estaba enojado. "¿Qué estás haciendo en la biblioteca?"

Riftan frunció el ceño y miró alrededor del escritorio. Junto a la desordenada pila de libros estaban los platos y las bandejas que habían usado durante el almuerzo. Se agarró la frente y sacudió la cabeza como si estuviera estupefacto.

"Escuché de las criadas que ustedes han estado atrapados aquí hoy. ¿Has estado leyendo todo el día?"

“Así como el Señor Calipse empuña una espada todo el día, hay un hombre que lee todo el día”.

Hubo un ligero disgusto en el rostro de Riftan ante el tono pomposo de Ruth.

Max empacó rápidamente sus libros, con los nervios de punta por el ambiente extraño. Ella dijo: “Y-yo y-yo estaba a punto de irme”.

Riftan tomó rápidamente el libro en su brazo. "Vamos. Les dije que pusieran la mesa en la habitación”.

"¿No comerás en el comedor?"

Riftan lanzó una mirada torcida por encima del hombro debido a la pregunta de Ruth.

"Todo el mundo va a comer en sus aposentos. Por eso les dije a los criados que me llevarán la comida porque estoy demasiado ocupado”.

"¿Qué diablos has hecho para evitar que la gente venga al comedor?" Preguntó Ruth, temblando.

"¿No estás siendo mezquino acerca de que mi esposa estuvo borracha?"

Max miró a Riftan con cara de sorpresa. ¿Era posible que regañara duramente a los caballeros por lo que vio?

Max negó con la cabeza sintiendo pena por los caballeros que habían sido regañados por su culpa, pero Riftan solo resopló.

“Cuando vi subir la jarra llena de alcohol, una y otra vez, sentí que habían sido indisciplinados, así que les impuse un duro entrenamiento”.

"¿Lo hiciste?" Ruth dijo sarcásticamente y suspiró.

Riftan acaba de salir de la biblioteca, sosteniendo la mano de Max mientras fingió que no había escuchado su comentario.

Max le dió un pequeño saludo de despedida a Ruth y se apresuró por el frío pasillo con su hombre.

"T-todavía…"

Max casi estaba corriendo para alcanzarlo mientras daba largas zancadas. Pero después de un rato se detuvo y volteó a mirarla.

Max aprovechó la oportunidad y habló con cuidado.

"¿S-sigues enojado?"

“…”

"A-a... Yo n-no bebo alcohol así. No beberé d-demasiado de ahora en adelante. No puedo creer que estaba tan borrach. N-no lo sabía".

"No estoy enojado... todavía".

Riftan escupió sin rodeos y reanudó sus pasos. Caminó en silencio con él, mirándolo a escondidas a la cara de vez en cuando. Contrariamente a sus palabras, sus labios estaban severamente fruncidos. Caminaba por el pasillo en silencio, pero cuando subió en la escalera, escupió.


"¿Estás con él cada vez que te quedas en la biblioteca?"


"¿Q-qué?" Max lo miró con toda curiosidad por la repentina pregunta, pero pronto ella asintió lentamente.


“R-Ruth… La mayor parte de su ti-tiempo parece estar en la b-biblioteca. C-casi siempre nos encontramos”.


Max decidió no mencionar que había dejado la torre y ahora está tomando la biblioteca como su lugar de residencia.


Pensó que al menos debería mantener ese nivel de lealtad.


Riftan frunció el ceño levemente y preguntó: “Se comporta como un santo, ¿no?. Es un chico travieso, y a menudo trata de meter a otros en problemas y también está involucrado en experimentos extraños…”


“Soy y-yo quien siempre está molestándolo. P-parece un poco extraño... R-realmente no sé... S-siempre me está enseñando cosas. I-incluso si no ha pasado mucho tiempo desde que llegó e-él ha sido de gran ayuda para mí.”


De alguna manera, el estado de ánimo de Riftan pareció empeorar ante su respuesta. Max estaba ansioso por la extraña tensión que lo rodeaba.


'¿Riftan odia a Ruth?'


Le parecía que había mucha confianza entre ellos, aunque a veces no lo parecía. Max puso los ojos en blanco preguntándose qué hacer con su mirada de disgusto. No fue hasta que estuvieron cerca de la puerta de su habitación que Riftan preguntó.


“¿Te gustan los hombres inteligentes?”


En ese momento se dio cuenta de que Riftan estaba realmente ofendido por la relación de su esposa con otro hombre. Nunca había sido consciente de Ruth de esa manera, de la forma en que nunca pensó que sería agradable para un marido que su esposa pasará mucho tiempo con otro hombre. Max saltó de miedo, preocupada de que pudiera ser sospechosa de infidelidad.


“¡N-no me gusta! Por supuesto que lo r-respeto, pero... ¡no es así! Ruth es mi a-amigo! S-siempre es b-bueno y por supuesto que a-agradezco su ayuda. N-No hay nada... N-no sé. Puedo contar con él cuando estás en problemas, pero yo quiero decir, me regaña mucho… Es como un... Bastante entrometido... No creo que eso sea... ¡No creo que debas...!”


Max, que clamaba desesperadamente por declararse inocente, cerró la boca. Riftan la miraba fijamente. Abría y cerraba la boca como un pescado falto de aire. Sin mirarse en el espejo, podía decir que su rostro estaba sonrojado. Le ardían los oídos y no podía soportar más el silencio, por lo que hizo un comentario incoherente.


“Quiero decir… E-él es confiable… y es un buen j-jinete… E-el tipo de persona q-que siempre es amable… Me refiero a…"


Sorprendida por el ruido sordo, Max levantó la cabeza. Riftan estaba golpeando su cabeza contra la puerta cuando dejó escapar un profundo suspiro, apoyándose en su frente.


"¿Cuánto más raro deberías hacerme sentir?"


“¿Q-qué?…”


Riftan la miró con los ojos entrecerrados, tomó su mano y abrió la puerta. Max fue metida a la habitación y cerró la puerta detrás de él. Luego la levantó y la empujó contra la pared.