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viernes, 20 de octubre de 2023

octubre 20, 2023

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 550

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 550. El Pasado Del Duque Elgy (6)



'Supongo que no tengo otra opción.'

Sentía los párpados pesados tras una larga noche de contemplación. Sin embargo, me encontraba mucho más tranquila.

'No puedo amenazar a Imona, así que tendré que amenazar a Ángel.'

Ángel disfrutaba los juegos. Usaré eso para echarlo.

Pero antes de que me pusiera el atuendo adecuado, un caballero llamó a la puerta.

"Su Majestad, el Comandante de la 4ª División está aquí."

'¿Ángel? ¿A esta hora?'

Eché un vistazo al reloj. Aún no había amanecido. Fuera de la ventana, el mundo aún parecía oscuro. ¿Por qué vino a verme tan temprano?

"Hazle pasar."

Estaba nerviosa, pero no podía rechazarlo. Me puse rápidamente una prenda exterior y abrí la puerta. De todos modos, necesitaba enfrentar este problema para solucionarlo.

Ángel entró, sonriendo más alegremente que de costumbre.

'¿A qué viene esa sonrisa?'

"Acabo de reunirme con Imona."

Lo sabía. ¿Acabó accediendo a sus demandas? Volví a mirar el reloj.

'Espera, ¿acaba de reunirse con ella?'

Todavía faltaba un poco para que el sol saliera. Tal vez en Rwibt, el día comenzaba antes.

"Usted vuelve a ganar, Lady Navier."

'¿Ganar? ¿Está siendo sarcástico?'

Fruncí el ceño. Se puso una mano de manera dramática en el pecho.

"Otra derrota total. Me ha atrapado de nuevo, Lady Navier. Verá, no estoy acostumbrado a perder. Cada vez que lo hago, sufro durante días. Veo a quien me derrotó en mis sueños."

"¿Ahora me culpas de tus sueños?"

En vez de responder, Ángel ladeó la cabeza.

"Por cierto, Lady Navier, no me di cuenta antes, pero... a veces habla de forma casual y otras veces habla formalmente. ¿Por qué?"

***

Ángel se fue, pero sus palabras se repitieron en mi mente. Había dicho que le había derrotado, pero sentía curiosidad por esa supuesta victoria.

'¿Hizo algo Kapmen? Será mejor que lo averigüe.'

Le pedí al guardia que me acompañara a la residencia del Gran Duque Kapmen.

"¿Desea ir a esta hora?"

"Sí. Veo que en Rwibt se empieza a trabajar desde antes del amanecer."

El guardia ladeó la cabeza, confundido, pero me acompañó obedientemente.

***

"Mis disculpas. No esperaba que viniera a esta hora."


Resultó que me había equivocado. El Gran Duque parecía somnoliento, su cabello, normalmente arreglado, estaba alborotado como un nido de pájaros. Cuando le miré, se sonrojó.

"Espere un momento."

Kapmen entonces volvió a entrar.

El guardia me dirigió una mirada que decía, 

'Te lo dije.'

"Es mi primera vez en Rwibt."

Murmuré, avergonzada, mientras seguía al caballero al salón. Tras una breve espera, Kapmen volvió vestido con una bata ligera y el cabello bien alisado.

"Lo siento. Creí que aquí las personas comenzaban su día desde antes del amanecer."

"Imona es la única."

Respondió el Gran Duque. Lo que significaba que él probablemente sabía por qué había venido a verle tan temprano. Cuando sonreí torpemente, él hizo lo mismo.

"Debes saber por qué estoy aquí."

"Eso creo."

En un parpadeo, la sonrisa de Kapmen se volvió rígida. Le miré directamente,

"A Imona definitivamente le había convencido la oferta de Ángel. Sin embargo, de repente cambió de opinión. ¿Tuviste algo que ver con eso?"

Vaciló antes de responder tensamente,

"Por favor, no lo malinterprete. Sólo hice lo que más me convenía."

"No estoy aquí para expresar mi gratitud. Yo también tenía un plan para luchar contra Ángel. Si interviniste para ayudarme, sólo déjame decirte que no era necesario."

***

Después de que la Emperatriz Navier se marchó, Kapmen sonrió amargamente. La Emperatriz Navier había controlado sus pensamientos más de lo habitual, pero justo antes de salir, pensó,

'Si le hablo así, será más fácil que se eche atrás, independientemente de lo que le haya dicho a Imona... ¡Cielos, él oirá esto!'

Eso, unido al hecho de que su expresión facial no cambió ni una sola vez, la hacía tan increíblemente hermosa que le dolía el corazón.

"Si tan sólo no hubiera tomado la poción de amor..."

Kapmen murmuró impotente. Conoció a la Emperatriz Navier casi al mismo tiempo que el Emperador Heinley. Sin embargo, el Emperador Heinley reconoció sus sentimientos y se acercó a ella lentamente.

En cambio, Kapmen atribuyó sus sentimientos a la poción de amor y la evitó. Ahora las consecuencias de esa evasión le estaban pasando factura. Oyó su suave voz interior afuera y se apoyó contra un pilar cercano, cerrando los ojos.

'Me pregunto qué estará haciendo Heinley ahora. ¿Se habrá enterado de que estoy a salvo? Le extraño. Espero que no esté demasiado preocupado...'

Para él, sus pensamientos eran los más dolorosos y, a la vez, los más agradables de escuchar.

***

En un día claro y soleado, todo el pueblo salió de picnic llevando canastas. Incluso los que trabajaban en las tiendas abrieron las puertas para tomar el sol.

En un campo amplio y verde, una niña sostenía la mano de su madre mientras ésta recogía flores. De repente, la niña señaló al cielo.

"¡Mamá, mira eso!"

La mujer estaba ocupada tejiendo una corona de flores para la niña, por lo que no pudo levantar la vista,

"¿Hay algo ahí arriba?"

"¡Un águila! Una enorme águila dorada."

"Qué majestuosa."

La mujer siguió tejiendo la corona. Luego, la niña saltó y señaló con el dedo,

"¡Le persigue un gorrión!"

La mujer se rió entre dientes,

"¿Un águila perseguida por un gorrión?"

"¡Mhm! El pajarito lo está alcanzando. ¡Huye, águila!"

"Los niños tienen una increíble imaginación."

La mujer levantó la corona de flores terminada y miró finalmente en la dirección que señalaba su hija. Entonces dejó caer la corona de flores conmocionada.

Una inmensa águila dorada revoloteaba por el cielo, perseguida por un diminuto pájaro azul que chirriaba.

"¿Los gorriones son los pájaros más fuertes?"

Preguntó la niña con una sonrisa.

La mujer se frotó los ojos. Por supuesto, ¿cómo iban a saber madre e hija que la enorme águila dorada y el diminuto pájaro azul eran en realidad el Emperador del Imperio Occidental y su hombre más cercano?

miércoles, 18 de octubre de 2023

octubre 18, 2023

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 549

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 549. El Pasado Del Duque Elgy (5)



Tenía muchas más cosas en la cabeza tras mi conversación con Imona. El futuro mismo de nuestro comercio estaba en riesgo. No necesitaba preocuparme por esto cuando sólo trabajaba con el Gran Duque Kapmen, pero ahora era inevitable.

El Gran Duque había recorrido todo el Continente Wol en busca de un país con el que comerciar. No se había opuesto a darme derechos comerciales exclusivos, por la ayuda que le di a cambio. Pero Imona no tenía motivos para priorizar el comercio con mi país.

Además, ella era más que un miembro de la realeza; era una gobernante. No era de extrañar que no quisiera dar el monopolio al primer país que comerciara con el suyo. Nuestras posiciones eran directamente opuestas.

Practicidad frente a lealtad. ¿Cuál debería anteponer un líder? Era un dilema sorprendentemente común.

De repente, me di cuenta de que el Gran Duque Kapmen estaba cerca. Estaba sentado en un banco, mirando las estrellas.

'¿Qué está haciendo?'

Cuando me acerqué, me miró.

"Estaba recordando viejos tiempos."

"¿De cuando eras un niño?"

'Es difícil imaginarlo así.'

Los labios del Gran Duque se curvaron en una sonrisa,

"Yo también fui un niño. Pero no. No eran mis recuerdos."

"¿Estabas pensando en la infancia de otra persona? ¿De quién?"

Él asintió,

"Mantendré su identidad en secreto. Por respeto."

"Lo entiendo."

Me acerqué y Kapmen se puso de pie, haciéndome un gesto.

"Por favor, siéntese."

Sacudí la cabeza,

"Me iré pronto."

Me miró por un momento antes de volver a mirar al cielo. Por último, miró al suelo,

"Le propuse matrimonio a la Princesa Charlotte."

Mis labios se abrieron en shock,

"¿En serio?"

Sin mirarme a los ojos, asintió,

"Sí."

Me quedé sin palabras.

'La Princesa Charlotte y el Gran Duque Kapmen.'

Ni una sola vez me pasó por la cabeza tal pareja. Era inimaginable...

"¿Gran Duque? ¿Está seguro?"

Pregunté, intentando disimular mi amargura.

Durante todo el camino hasta aquí— en el buque, en la isla y desde que llegamos a Rwibt— parecía preocupado cada vez que hablaba de su matrimonio. A veces incluso parecía infeliz. Pensé que no quería casarse. Pero si él lo había propuesto...

'¿Tiene otra razón para casarse con la Princesa Charlotte?'

No había oído hablar de un matrimonio arreglado entre Rwibt y Whitemond.

Kapmen movió los labios como si estuviera debatiendo qué decir. Finalmente, se armó de valor,

"Deseo este matrimonio. Su Majestad no necesita preocuparse por ello."

'¿Me vio como una entrometida?'

"... Tiene razón."

Sintiéndome avergonzada, me di la vuelta.

***

Mientras veía alejarse a la emperatriz, Kapmen se reprochó no haber sido más amable. Una vez que desapareció el dobladillo de las faldas de Navier, se levantó y se dirigió hacia Imona.

"¿Está dormida?"

Preguntó al guardia que estaba delante de su puerta.

"Todavía no, pero... por favor, vuelva mañana."

"Hazle saber que estoy aquí."

Ante la orden de Kapmen, el guardia asintió y entró. Un minuto después, regresó y mantuvo la puerta abierta.

"Dice que entre."

Al entrar, lo primero que vio Kapmen fue una pared abierta. La arquitectura de los palacios del Continente Hwa era muy diferente a la del Continente Wol. Los pisos estaban hechos de piedras costosas, y las paredes se dejaban abiertas, por lo que todo el suelo brillaba bajo la luz de la luna.

Imona estaba sentada en el suelo, sosteniendo un instrumento tradicional parecido a un arpa.

"Imona."

"Llevas mucho tiempo fuera. Tu comportamiento es descuidado."

Imona levantó una ceja. Como él no respondió, ella suspiró,

"Es una broma. Adelante."

"Tengo noticias que compartir."

Imona dejó el instrumento en el suelo y se volvió hacia Kapmen.

"Dime."

"Me he enamorado de una mujer."

Imona se echó a reír,

"Qué buena noticia. ¿Quién es?"

"La Princesa Charlotte de Whitemond. Del Continente Wol."

"Whitemond..."

"Sí. El país cuyo puerto tomamos prestado para el comercio."

"¿Cómo te enamoraste? ¿Cómo es ella? Tengo curiosidad."

Imona se inclinó hacia delante, pero Kapmen desvió la mirada.

"Debido a nuestro enamoramiento, la Princesa Charlotte rompió su compromiso."

"Oh, no. ¿Tenías un competidor?"

Imona pareció aún más intrigada. Kapmen era recto y directo. La idea de que formara parte de un triángulo amoroso le resultaba divertido.

"En un principio, la Princesa Charlotte se comprometió a casarse con el hermano de la Emperatriz Navier."

Al oír eso, la sonrisa de Imona se borró. No frunció el ceño, pero apoyó la barbilla en su mano, preocupada.

"Por discreción, aún no hemos anunciado nuestro compromiso. Sin embargo, estaré en una posición difícil una vez que lo anunciemos. Aunque nadie tiene la culpa, algunas personas se sentirán agraviadas."

"Rompiste un compromiso, así que debes estar preparado para eso."

"Así es. Sin embargo, si Rwibt comercia con la alianza en vez de con el Imperio Occidental, mi reputación en el Continente Wol se verá arruinada. Por otro lado, una vez que me case con la Princesa Charlotte, podremos usar la posición de Whitemond para mantener a raya al Imperio Occidental. Todo lo que le pido es que tenga esto en cuenta."

Dicho eso, Kapmen se despidió de Imona. Imona le vio darse la vuelta y luego bajó lentamente la mano de su barbilla.

"Siempre has sido así. Terrible para ocultar tus verdaderos sentimientos."

Al ver que no reaccionaba, ella sonrió.

"Hijo mío, ¿de verdad estás enamorado de la Princesa Charlotte?"

***

domingo, 15 de octubre de 2023

octubre 15, 2023

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 548

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 548. El Pasado Del Duque Elgy (4)



"¿Por qué no asistió a la fiesta, Señorito?"

Preguntó Alessia a Elgy. Se estaba preparando para la segunda fiesta del día siguiente.

Elgy se encogió de hombros,

"Estar en un sitio con demasiadas personas es perjudicial para mi salud."

Ella lo examinó detenidamente. Se veía un poco pálido, pero su cuerpo no parecía débil.

"Es una enfermedad hereditaria. Mi padre me dijo que no fuera a lugares concurridos."

"Ah."

Alessia asintió torpemente. 

'Tal vez sea la misma enfermedad que tiene la princesa.'

El mayordomo mencionó que los padres de la princesa murieron jóvenes, y que ella no tenía otros familiares directos. Debe ser una enfermedad peligrosa. 

'Qué desafortunado.'

Pero Elgy sonrió como si no se lo tomara demasiado en serio,

"Además, escuché que nadie de mi edad fue de todos modos."

"Es verdad, no vi a nadie."

Alessia hizo una pausa.

"Bueno. Excepto por uno."

"¿Quién?"

Preguntó, inmediatamente interesado.

"Uno de los invitados del Reino Occidental. Tenía más o menos tu edad. El segundo príncipe."

"¿Cómo era?"

Los ojos de Elgy se abrieron de par en par.

Alessia sacudió la cabeza.

"Apenas lo vi. No lo recuerdo bien."

En realidad, si lo recordaba. El chico tenía el cabello dorado claro y unos misteriosos ojos púrpuras. Los presentes se quedaron boquiabiertos ante su belleza, pero a pesar de que era joven, actuaba con arrogancia. Se notaba que estaba aburrido.

"Tú eres mucho mejor."

Ante esas palabras, Elgy ladeó la cabeza y sonrió angélicamente,

"Me gustaría conocerlo y juzgar por mí mismo."

***

"Es un alivio. Su Alteza parece estar mucho mejor de salud."

"¡Es una persona muy carismática! Me pregunto por qué rehuyó de la sociedad durante tanto tiempo."

Murmullos circulaban por la fiesta. A medida que la fiesta continuaba, todos querían saber más sobre la misteriosa princesa.

"Por favor, llámenos en el futuro."

"Pronto organizaremos un banquete. Si no desea asistir, estaremos encantados de ir a cenar a su mansión, sólo nuestra pequeña familia."

Alessia sonrió y agradeció a los simpatizantes. Imitar a la princesa enfermiza fue fácil. Tal como había dicho el mayordomo, la gente no sabía nada de ella. Aparte del rey, por supuesto, que hizo la vista gorda ante toda la farsa.

Esa noche, aparentemente satisfecho de haber actuado mejor de lo previsto, el príncipe habló durante el viaje en carruaje a casa,

"Bien hecho. Me preocupaba que algunos sospecharan, pero todos parecían encantados contigo."

"¡Oh! Gracias."

 Alessia se sonrojó.

"El Duque y la Duquesa Zemensia del Reino Occidental te elogiaron especialmente."

'El Duque y la Duquesa Zemensia.'

Alessia recordó a una pareja que parecían tigres. La duquesa le daba miedo, pero el duque era francamente aterrador. Incluso el príncipe de su propio país parecía estar resentido con ellos. Se preguntó qué le habrían hecho al pobre chico.

En cualquier caso, si le cayó bien a gente tan estirada, debió de hacer un buen trabajo. Mientras el carruaje se acercaba a la mansión, Alessia se armó de valor,

"Um... ¿Su Alteza?"

"¿Sí?"

En el pasado, él la habría ignorado. Esto era un progreso.

Ella se aclaró la garganta,

"¿Podría quedarme así? ¿Sustituyendo a la Princesa— sólo cuando sea absolutamente necesario— y ayudando con las tareas cotidianas?"

Ella esperaba un no inmediato, pero no estaba de más preguntar.

Para su sorpresa, el príncipe hizo una larga pausa,

"Lo pensaré."

"¿En serio?"

Las cejas de Alessia se alzaron.

El príncipe no respondió y bajó del carruaje sin decir una palabra. Ahora sola, apretó los puños y cerró los ojos con fuerza.

'Por favor, déjeme seguir viviendo como la doble de la princesa. Por favor, por favor.'

***

"¡No!"

Alessia miró estupefacta a Elgy. De todas las personas que podían protestar, no se lo esperaba de él.

El niño miró a su padre con el ceño fruncido y los ojos llenos de lágrimas,

"Me cae bien la Señorita Alessia, pero mi madre está viva. ¿Cómo puedes simplemente reemplazarla con la Señorita Alessia? No me gusta, padre."

"Alessia no la reemplazará."

El Príncipe dijo,

"Ella sólo mostrará su rostro un par de veces al año como mucho. Como ha hecho esta semana."

"¡No!"

Elgy dio un pisotón.

"No te opusiste a ello esta vez."

Señaló su padre.

"¡Tampoco estuve del todo de acuerdo! Todo el mundo murmura sobre mi madre a sus espaldas, por lo que pensé que si tolerábamos la farsa por una vez, dejarían de hablar."

"Si la Señorita Alessia sustituye a tu madre, nadie volverá a hablar mal de ella."

"¡Pero ella no puede reemplazar a mi madre!"

Alessia se quedó en un rincón, mirando ansiosamente entre Elgy y el Príncipe. Ella nunca había visto muestras abiertas de afecto entre ellos, pero tampoco los había visto pelearse así.

Finalmente, el príncipe sacudió la mano,

"No tengo que justificarme con un niño. Nunca debí intentarlo. Márchate."

Elgy abrazó a su gato, mirando entre su padre y Alessia. Una sombra familiar apareció en el brillo de los ojos de Elgy. De repente, le recordó a Sovieshu.

Alessia dio un paso adelante,

"Señorito—"

Sin embargo, Elgy dio media vuelta y se marchó furioso.

Ella lo observó marcharse, luego se volvió hacia el príncipe. Él estaba inmóvil, absorto en sus pensamientos, con una expresión grave en el rostro.

"Su Alteza, yo—"

"Ve a tu habitación."

Por un momento, Alessia vaciló. Luego obedeció y regresó a su habitación. El príncipe no le dirigió la palabra al día siguiente, ni al siguiente. Tampoco Elgy.

Mientras tanto, los sirvientes llevaron a Alessia a otra fiesta. Allí, el Duque y la Duquesa Zemensia se acercaron a ella. Alessia disimuló sus problemas y forzó una sonrisa. El tiempo que pasó en la fiesta pasó volando y, antes de que se diera cuenta, los sirvientes vinieron a acompañarla de vuelta a casa.

Tendría que volver a ser la lamentable Alessia, una ex cautiva de piratas, en vez de una princesa.

La Duquesa Zemensia le sonrió con simpatía,

"¿Hoy te volverás a ir temprano?"

Alessia echó un vistazo al mayordomo, luego al príncipe. Ambos estaban cerca.

Finalmente, se acercó más a la Duquesa,

"En realidad... hay una mujer que se está quedando en nuestra mansión que se parece a mí. Mi esposo la rescató de unos piratas, pero ahora se ha encariñado con ella. Al principio me daba lástima, pero ahora está acabando con mi paciencia."

jueves, 12 de octubre de 2023

octubre 12, 2023

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 547

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 547. El Pasado Del Duque Elgy (3)



"Señorita Alessia."

Una voz cercana hizo que Alessia se sobresaltara y soltara al gato. El gatito blanco saltó al regazo de Elgy.

"¿Sí?" 

Se levantó de inmediato y parpadeó al ver al mayordomo en la puerta. 

'¿En qué momento llegó aquí?'

"Su Alteza desea verle en el salón."

'Finalmente.'

Alessia tragó saliva. Parecía que el príncipe por fin revelaría sus verdaderos colores. Probablemente le pediría que fuera su amante. ¿La echaría si se negaba?

Pero cuando llegó al salón, se quedó paralizada, desconcertada. 

'¿Qué es esto?'

El príncipe, vestido con un traje impecable, estaba parado frente a una ventana abierta, rígido como una espada. En el centro de la habitación había un caballete con una tela encima. El mayordomo estaba de pie a un lado, agarrando la tela.

Ante la indicación del príncipe, el mayordomo retiró la tela del cuadro. Los ojos de Alessia se abrieron en estado de shock. La mujer del cuadro era idéntica a ella.

"Este es un retrato de Su Alteza la Princesa."

"¿De la Princesa?"

'Así que sí existía la madre de Elgy.'

Sin embargo, Alessia no había visto ningún rastro de ella en la mansión. Miró más de cerca el cuadro. No eran idénticas, pero sí lo bastante parecidas como para confundirlas como primas o hermanas.

'¿Por eso el príncipe me miraba tan fijamente?'

Alessia lo miró. 

'¿Me rescató por nuestro parecido? ¿Quiere utilizarlo de alguna manera?'

El príncipe no había pronunciado ni una palabra. El mayordomo hablaba en su lugar,

"Su Alteza está dispuesto a concederle una nueva identidad y un nuevo hogar. Siempre y cuando haga lo que se le diga."

"¿Una nueva identidad?"

El pulso de Alessia se aceleró. Ya no tendría que ser Alessia de Krom ni Alessia la pirata cautiva. Con una nueva identidad, podría vivir libremente, bajo sus propios términos.

"¿Es-Es en serio?"

"Tome asiento."

Expresó el mayordomo,

"Es una larga historia, pero le explicaré todo."

***

"Su Alteza la Princesa perdió a sus padres muy joven. Ella se mudó al campo con unos parientes lejanos. Pero su cuerpo se debilitó. No toleraba los bailes ni los eventos largos, por lo que nunca debutó en la alta sociedad. El Príncipe se refugió en una ocasión de una tormenta en su pueblo, allí se conocieron. Se enamoraron y se casaron, tras lo cual Su Alteza la Princesa se mudó aquí."

"Ya veo."

"Sin embargo, después de mudarse a la mansión, su cuerpo se debilitó aún más. No le gusta ver a desconocidos, así que..."

Cuando el mayordomo terminó la explicación, Alessia volvió a su habitación, tratando de asimilarlo todo. El estado de salud de la introvertida princesa era delicado, por lo que vivía aislada aquí. Últimamente, su estado se había agravado tanto que no podía salir de su habitación, y mucho menos de la mansión.

El Rey de Bohean Azul, que deseaba mantener a raya a su joven y saludable hermano el príncipe, pareció agradecido al principio por su enfermedad. Pero recientemente se había peleado con su reina, y ella le había abandonado para volver a su tierra natal.

Bohean Azul necesitaba una mujer al frente de la alta sociedad. La princesa heredera era aún demasiado joven, ni siquiera había debutado en la alta sociedad.

La esposa de su hermano, vista como la princesa recluida, era la que debería ocupar esa posición, pero no estaba en condiciones de hacerlo.

La nobleza de Bohean Azul, que hasta entonces no le había prestado mucha atención, comenzó a quejarse de su reclusión egoísta y de su falta de antecedentes familiares nobles. Para empeorar las cosas, el Reino Occidental, con el que Bohean Azul llevaba años enzarzado en una silenciosa lucha por el poder, enviaría una delegación para tratar de acercar posturas.

Su Alteza el Principe quería que Alessia se hiciera pasar por la princesa enferma para recibir a los invitados distinguidos del Reino Occidental.

"No tendrás que entablar conversaciones ni bailar. Todo el mundo sabe que Su Alteza está enferma. Todo lo que tienes que hacer es mostrar tu cara."

El príncipe esperaba que la aparición de la princesa en esta ocasión sirviera para acallar las quejas de los nobles en los años venideros.

Alessia miraba ansiosa por la ventana, reflexionando sobre sus opciones. El príncipe había prometido ocuparse de todo, incluso de explicar la situación a las pocas personas que ya conocían a la princesa. Pero aún así... 

'¿Fingir ser otra persona?'

Justo entonces, el viento sopló con fuerza. Las hojas crujieron. Una rama se partió por la mitad, y el sonido la hizo estremecerse. Se imaginó el cuello del joven en la horca. Muriendo por los crímenes de otro.

'Tengo que hacerlo.'

Con un escalofrío, Alessia apretó los puños. 

'Lo que sea necesario para vivir.'

***

Unos días más tarde, llegaron los invitados distinguidos del Reino Occidental. El mayordomo detuvo a Alessia cuando ella estaba por subir al carruaje.

"La fiesta durará una semana. Todo lo que la Señorita Alessia necesita hacer es sentarse al lado de Su Alteza. No la obligará a quedarse mucho tiempo."

Ella asintió. Acto seguido, se dio cuenta de que Elgy estaba en la puerta. La miraba fijamente con el gato entre sus brazos. 

'¿Es porque voy vestida como la princesa?'

Alessia sonrió y lo saludó.

Elgy movió la pata del gato como si ambos le devolvieran el saludo.

Dentro del carruaje, ella calmó su respiración,

"Lo haré bien."

Prometió al Príncipe mientras el carruaje avanzaba traqueteando. Como de costumbre, Su Alteza no respondió.

Ella sonrió amargamente. 

'No sé por qué pensé que este hombre se había enamorado de mí. Ni siquiera me habla.'

Unas horas más tarde, llegaron a su destino. En cuanto entró en el vestíbulo, lleno de música suave y perfume caro, la nostalgia cautivó a Alessia. Todas sus dudas desaparecieron. Irradiaba su encantadora confianza en sí misma.

"El Príncipe y la Princesa Claude han llegado." 

Anunció un caballero.

Todo el mundo se volvió hacia ellos. Alessia esbozó una elegante sonrisa y se sumergió en el glamour.

***

Tardaron casi cinco horas en vestirla de princesa, pero sólo permaneció en el salón de banquetes diez minutos. Con el último acorde resonando aún en sus oídos, Alessia se apoyó en la ventanilla del carruaje. Recordó los viejos tiempos— los tiempos de paz, cuando tenía muchos amigos amables y sus padres eran estrictos pero bondadosos.

El príncipe se aclaró la garganta,

"¿Eras de la nobleza?"

Era la primera vez que él le hablaba desde que llegó a la mansión.

"Sí."

Al instante, se arrepintió de haberle dicho la verdad. Pero era demasiado tarde. 

'¿Y si me pregunta de dónde soy?'

"Sin embargo, no lo mencionaste antes, supongo que también estás huyendo de problemas."

Dicho esto, se volvió hacia la ventana.

Ella observó su rostro, rígido como una piedra, y se preguntó cómo sería la verdadera princesa. Elgy hablaba a menudo de su madre, pero era difícil hacerse una idea real. Claramente, Elgy la idealizaba.

'Si no me hubiera enredado con el Emperador Osis, podría haber vivido en paz aquí.'

El pensamiento le hizo recordar su pasado. Alessia miró por la ventana, tratando de calmar su corazón tras saborear de nuevo el dulce confort de la vida noble.

***


lunes, 9 de octubre de 2023

octubre 09, 2023

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 546

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 546. El Pasado Del Duque Elgy (2)



Mientras Alessia se aseaba y cambiaba de ropa, una de las sirvientas que la ayudaba comenzó a reírse. Luego, susurró a su amiga,

"Ella es una pirata saqueadora, pero ahora será perdonada gracias a su cara bonita."

"A pesar de lo ingenua que parece, mintió para salvarse. ¡Nada menos que después de que vio morir a su camarada!"

"¿Por qué el Príncipe Claude invitaría a una criminal a su casa? Su Alteza no estará contenta."

Ante esas últimas palabras, la desesperación se apoderó de Alessia.

'Este hombre ya tiene esposa. Como me pasó la última vez.'

Ella se preguntó si tenía algo especial, o si la mayoría de los hombres de la realeza simplemente carecían de conciencia. Este pensamiento la inquietó durante todo el camino hasta la mansión del príncipe.

¿Cómo debería comportarse? ¿Debería revelar su verdadera identidad? Eso probaría que era una noble, realmente capturada por piratas...

'No.'

Si se supiera que estaba con vida, alguien eventualmente se lo diría a sus padres. No se sabía cómo reaccionarían ellos o el Ducado Krom. Todos temían las represalias del Imperio Oriental.

Ella no quería estar con otro hombre casado, pero ¿qué otra opción tenía? Sin documentos de identidad, no podría conseguir trabajo si huía.

Decidió hacer lo que fuera para sobrevivir. Tal vez, cuando el interés del príncipe por ella disminuyera, tendría dinero para comprarse una nueva identidad. 

'Me tragaré mi orgullo si eso significa salvar mi vida.'

***

Alessia siguió al príncipe hasta su mansión. Tan pronto como entraron, vio a un niño de la edad del Príncipe Heredero Sovieshu. Instintivamente, el terror invadió a Alessia.

Sovieshu fue la razón principal por la que había terminado así. Él la había incriminado. ¿Estaba la historia a punto de repetirse? ¿Su destino aquí sería aún peor?

Alessia se quedó paralizada de terror. A sus ojos, este simple niño era como el guardián de las puertas del mismísimo infierno.

"Elgy."

El Príncipe llamó a su hijo.

El niño, que sostenía un gato blanco esponjoso, se acercó obedientemente al lado de su padre.

"¿Quién es esta dama, padre?"

No había el menor rastro de hostilidad en su voz. De hecho, el acento noble del niño sonaba bastante dulce.

El Príncipe señaló a Alessia.

'¿Quiere que me presente?'

Alessia, que había aprendido a ser útil e invisible durante sus años con los piratas, había desarrollado un ingenio rápido. Con su voz más suave, dijo, 

"Mi nombre es Alessia, Señorito."

"Es un bonito nombre."

El niño se acercó y le extendió su pequeña mano. Alessia puso su mano sobre la suya sin pensarlo, como haría cualquier dama de la nobleza. El niño besó suavemente el dorso de su mano.

Después de dos años de duras tareas, tenía las manos ásperas como cepillos viejos. Pero el niño no le dio importancia.

El niño le recordaba a Alessia a un angelito, con sus rizos castaños y dorados, sus grandes ojos verdes y sus mejillas regordetas. Parecía un Príncipe Azul. Sin duda, todas las niñas del reino se enamorarían de él algún día.


El Príncipe miraba a su hijo con cariño y orgullo. A Alessia le recordó la mirada que el Emperador Osis había dirigido a la niña que estaba agarrada de la mano con su hijo. 

"Elgy."

"¿Sí, Padre?"

"La Señorita Alessia estuvo en manos de piratas. Su vida ha sido dura."

"Cielos..."

El rostro del niño decayó, la compasión inundó sus ojos.

Alessia se sintió aliviada. 

'Es un niño muy bueno. No mentirá como el Príncipe Heredero Sovieshu.'

Puede que no le agradara Alessia una vez que se convirtiera en la amante de su padre, pero al menos no la inculparía de crímenes horribles. 

'Lo siento.'

Pensó Alessia, mirándole fijamente. Un momento después, rompió a llorar.

Los ojos del niño se abrieron por completo. Le extendió un pañuelo,

"Por favor, llore todo lo que necesite, señorita. Llore hasta que ya no le duela. Yo secaré sus lágrimas."

Ella aceptó el pañuelo, y sonrió. El niño le devolvió la sonrisa. Recordando la ira de Sovieshu, ella se prometió a sí misma,

'Nunca. Nunca le haré daño de esa manera. Sólo estaré aquí el tiempo necesario para sobrevivir. Tan pronto como pueda irme, lo haré.'

Esperaba que algún día, cuando él descubriera la verdad, la lastimara un poco menos.

***

'¿El Príncipe realmente se enamoró de mí?'

Una semana después, Alessia dudaba de lo que había supuesto. Siguió a Elgy por la mansión, jugando con su gato blanco. Mientras tanto, la puerta del dormitorio del príncipe permanecía bien cerrada.

Ella aún no había cruzado el umbral. Ni siquiera había hablado con el príncipe en privado. Vivía como una auténtica invitada en su mansión.

Elgy debió notar su confusión, porque preguntó,

"¿Qué pasa, señorita?"

"Oh, nada."

"Si algo le preocupa, por favor dígamelo."

"No es preocupante. Simplemente me parece extraño."

"¿Qué es extraño?"

"Tu manera de hablar. ¿No estás muy por delante de otros niños de tu edad?"

Los ojos de Elgy se abrieron de par en par,

"¿Es extraña mi forma de hablar? Las hijas de las mujeres de la nobleza me dicen que sueno maduro y digno."

"A eso me refiero."

Alessia se rió. 

'Aun así se ve lindo.'

"Hablo así por mi madre."

El niño finalmente explicó,

"Mi madre me trata como a un bebé, pero no se da cuenta de que ya soy grande. Quiero ser fuerte por ella."

Eso la tomó por sorpresa. Ella no esperaba que tuviera un motivo real. 

'Independientemente de cómo hable, es sólo un niño.'

Alessia se detuvo, frunciendo el ceño.

'Hablando de la madre del niño, ¿dónde está?'

Las sirvientas que vistieron a Alessia mencionaron a la esposa del Príncipe Claude. El niño hablaba como si su madre estuviera a su lado. Sin embargo, Alessia no la había visto ni una sola vez.

sábado, 7 de octubre de 2023

octubre 07, 2023

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 545

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 545. El Pasado Del Duque Elgy (1)



El Emperador de Rwibt, Imot, estaba fuera del palacio, así que sólo la Emperatriz Imona y yo quedamos para comer al día siguiente.

Varias personas hermosas estaban a nuestro alrededor, tocando música suave con instrumentos que nunca antes había visto.

"Siempre me he preguntado cómo es el Continente Wol. Gracias a que finalmente he conocido a Su Majestad Navier, puedo hacerme una idea de cómo es."

Ella sonrió y se sirvió una copa del licor verde oscuro especial de Rwibt. Se la llevó a la boca.

Le devolví la sonrisa, pero no pude evitar darme cuenta de que no había dicho lo que pensaba del Continente Wol ni de mí. 

'Se nota su experiencia en el ámbito político.'

"Me das una impresión completamente distinta a la del hombre que me visitó anoche."

Luché por ocultar mi sorpresa. 

'¿Quién la visitó?'

Esta conversación tenía cierto matiz extraño, como si estuviera bromeando conmigo. La miré fijamente.

Cuando nuestras miradas se cruzaron, Imona se echó a reír. La curva de sus ojos bajo su corona de joyas me recordó a alguien. 

'Ángel.'

Desapareció ayer. ¿Fue aquí donde vino? Si se reunió con Imona en secreto, no creo que haya sido para hablar bien de mí. Resistí el impulso de chasquear la lengua y dejé la copa.

"¿A quién prefiere, Emperatriz Imona? ¿A mí o al hombre que vio ayer?"

Ella se sorprendió. Pero un momento después, esbozó una sonrisa,

"¿Tengo elección?"

***

"¿Imona nos elegirá?" 

Preguntó el subordinado, abanicándose por el calor.

"No lo sé."

Respondió Ángel. Se inclinó para examinar una flor.

"¿Cómo se llama esta flor?"

"¿A quién le importan las flores? ¡La Emperatriz Navier se encuentra reunida con la Emperatriz Imona ahora mismo!"

Gruñendo, el subordinado se masajeó la frente.

"Me pregunto cómo va la conversación... Navier probablemente le esté diciendo a Imona que todo lo dicho por ti fueron tonterías."

Ángel silbó, aparentemente despreocupado.

"¿Cómo reaccionaría Navier si le diera esta flor?"

"Probablemente te golpearía con ella."

Ángel lanzó a su subordinado una mirada aterradora. El hombre tragó fuertemente,

"Um, ¿gentilmente y con cariño?" 

Luego sacudió la cabeza,

"La Emperatriz Navier tiene poder más que suficiente para amenazar a Rwibt."

"Sin duda."

"¿Y si intentar impedir el monopolio de Navier pone en peligro todo el comercio con el Continente Hwa?"

Ángel se encogió de hombros,

"Eso es posible."

"Pero eso no es bueno."

"¿Por qué no? Si el acuerdo comercial fracasa, nada cambiará para nosotros."

El subordinado ladeó la cabeza, confundido,

'Cierto.'

Arruinar el comercio con Rwibt sólo perjudicaría a los países que ya se beneficiaban de dicho comercio. No afectaría a la Alianza del Continente Wol.

"No te preocupes. El monopolio puede ser bueno para el Imperio Occidental, pero no para Rwibt."

Y si la Emperatriz Navier amenazara a Rwibt con el monopolio, su relación empezaría con el pie izquierdo. Parecería desconsiderada con Rwibt.

Ángel sonrió,

"Nuestra emperatriz debe estar pensando en todo esto también."

"Hablando de la emperatriz. ¿No dijiste que le darías esa flor?"

Su subordinado lo miró desconcertado.

***

Kapmen se llevó las manos a la espalda y observó al hombre que paseaba por el jardín. 

'Ángel.'

Desde que llegaron a Hwa, había estado pensando en cosas inútiles e incongruentes. Kapmen no tenía ni idea de cómo había aprendido a hacer tal cosa.

Pero ahora, Ángel finalmente había dejado escapar algunos de sus verdaderos pensamientos.

Kapmen se dio la vuelta y se dirigió a toda prisa al palacio donde estaban reunidas Navier e Imona. Tenía que informar a la Emperatriz Navier de los planes de Ángel. Sin embargo, en cuanto llegó al palacio, Navier salió, habiendo terminado la comida.

Aliviado, Kapmen caminó hacia ella. Pero de repente se quedó helado. 

'Oh, cielos.'

Su mente estaba llena de preocupación por el encuentro de Ángel con Imona. El Gran Duque estaba seguro de que si se acercaba a ella, sólo empeoraría su ansiedad.

Él dio un paso atrás, a punto de marcharse, cuando nuevos pensamientos inundaron su mente. Pensamientos sobre algo que ocurrió en el Imperio Oriental.

'Duque Elgy.'

Kapmen sólo lo había visto una o dos veces de pasada, pero reconoció los pensamientos del duque a medida que inundaban su mente. Parecía que él también se había enfrentado a una situación difícil. Kapmen se adentró en los recuerdos del Duque Elgy.

***

Alessia volvió en sí demasiado tarde. El horror se apoderó de ella. En realidad, el almirante había hecho un trato con el capitán de los piratas. Para ocultar el hecho de que había ejecutado a un chico ordinario, no a un verdadero comandante, el almirante necesitaba ahora colgarla a ella también como pirata.

Incluso si el almirante no interviniera, no había forma de que un miembro de la realeza creyera en las palabras de esta mujer. De lo contrario, cada pirata capturado afirmaría ser un prisionero.

'Yo también seré colgada.'

El rostro de Alessia se puso completamente pálido. En un momento de confusión, había destruido su vida.

"Mis disculpas, Príncipe Claude."

Intervino el almirante,

"Esta mujer también es una pirata. Haré que la capturen ahora mismo."

Alessia se quedó helada, presa del pánico. Sin embargo, el miembro de la realeza entrecerró los ojos,

"He dicho alto."

Por un segundo, la expresión del almirante se retorció. Pero luego forzó una sonrisa.

El miembro de la realeza, al que ella había oído ser llamado Príncipe Claude, la examinó detenidamente. 

'¿Me reconocerá?'

Aunque había nacido en una familia noble, hace tiempo que Alessia había descartado a los nobles y a la realeza como dignos de confianza. Sin embargo, estaba convencida de que el príncipe se había interesado por ella. En el pasado, se habría sentido felizmente sorprendida. Ya no. La realeza no era capaz de amar.

Pero tal vez su interés podría salvarla. 

'Si mi rostro te agrada, sálvame.'

Alessia suplicó internamente.

Como si el Príncipe Claude hubiera escuchado, murmuró,

"Pobrecita. No parece una pirata."

La expresión del almirante se volvió rígida. Pero sabía lo que su príncipe quería oír,

"Es cierto. Ahora que lo menciona, no lo parece."

Asintiendo, el príncipe se puso de pie,

"Yo me encargaré de esa mujer."

***

viernes, 6 de octubre de 2023

octubre 06, 2023

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 544

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 544. Navier En Rwibt (12)



Después de un largo viaje, finalmente llegamos a la capital de Rwibt. Aunque la capital se veía impresionante, esta vez no pudimos explorarla. Teníamos demasiado que hacer.

Lo primero era lo primero, necesitaba buscar al resto de nuestra tripulación. El Gran Duque Kapmen me llevó directamente al palacio con ese fin. Una vez allí, él localizó al cortesano encargado de los visitantes.

"¿Dónde están los invitados del Continente Wol?" 

"Han alquilado una mansión cerca del palacio."

Respondió el cortesano, obviamente sorprendido de ver al Gran Duque Kapmen.

"Su Alteza, todos nos aterrorizamos al oír que cayó por la borda. ¡Nada menos que con una Emperatriz de Wol!"

El Gran Duque Kapmen se aclaró la garganta y me miró. El cortesano se quedó helado al darse cuenta de quién debía ser yo.

Se puso pálido e hizo una profunda reverencia,

"Le pido disculpas, Su Majestad. No le reconocí con ese uniforme de guardia."

Desde que llegamos al puerto, Ángel y Kapmen habían estado tratando de encontrarme otra ropa. Pero todo resultaba muy revelador. Al final, no fui lo suficientemente valiente como para vestirme como una nativa de Rwibt, así que me quedé con el uniforme.

"No pasa nada."

El cortesano nos explicó en detalle dónde estaba nuestro grupo. Luego Kapmen y yo abandonamos el palacio, no sin antes enviar un mensajero a la Emperatriz Imona de Rwibt, disculpándonos por nuestro retraso y solicitando una reunión para mañana.

Tan pronto llegamos a las puertas de la mansión, Laura salió corriendo a recibirnos.

"¡Su Majestad!"

Ella saltó hacia mí y la abracé con fuerza. De repente, los días de inquietud desaparecieron.

"Su Majestad, no podía creerlo cuando supe lo que pasó, yo..."

Laura se detuvo, sollozando.

La abracé con fuerza, conteniendo mis propias lágrimas. Durante todo el camino hasta aquí, me había distraído con el paisaje y las costumbres inusuales. Aún no había procesado por lo que había pasado.

Al cabo de un rato, Laura dejó de llorar. Ella me soltó, avergonzada,

"Recibí su carta, pero no estaba segura de lo que significaba. ¿Por qué ha venido con la 4ª División?"

Estaba a punto de responder, pero me detuve.

'Ángel.'

De repente, me di cuenta de que no lo había visto desde que salimos del palacio. El resto de los caballeros de la 4ª División seguían conmigo, pero...

'¿Adónde ha ido su comandante?'

***

"Gracias por permitirme reunirme con usted a estas horas, Su Majestad Emperatriz Imona."

Imona estaba sentada en un gran sillón lujoso, mirando con curiosidad al hombre de Wol arrodillado ante ella. El hombre, que se había presentado como Ángel, tenía el cabello plateado. Sus ojos parecían sonreír y sus labios rebosaban buena voluntad. Era muy hermoso.

Imona le sonrió con benevolencia,

"Ya que hemos establecido una alianza con el Continente Wol, puedo excusarte. Ahora, ¿de qué quiere hablarme un caballero de Wol?"

"En primer lugar, fue una bendición haber podido rescatar al Gran Duque Kapmen."

"Ah, sí. Ya me he enterado. Como Emperatriz de Rwibt, me gustaría expresar mi gratitud."

Ella se tocó la barbilla,

"¿Tal vez estás aquí en busca de una recompensa?"

"Sé que Rwibt ha establecido un comercio exclusivo con el Imperio Occidental en Wol."

"Así es."

Imona se tensó, adivinando ya lo que Ángel estaba a punto de decir. 

"Tú también rescataste a la Emperatriz Navier. ¿No son aliados?"

"Podríamos considerarnos una especie de rivales."

Luego se levantó y se acercó a la emperatriz,

"No estoy de acuerdo en que se permita que una sola fuerza domine a todos. ¿Qué hay de usted, Su Majestad?"

"Hmm."

Ella bajó la mirada.

"El poder concentrado en un solo lugar es una amenaza para la paz del mundo. Si sólo comercian con el Imperio Occidental, crecerán tanto que será difícil oponerse a ellos."

"¿Así que crees que deberíamos comerciar contigo?"

Ángel sonrió,

"Correcto."

"Pero si eres rival de la Emperatriz Navier, ¿no te opones a los países aliados del Imperio Occidental, como el mío?"

"En absoluto. Me gustaría establecer rutas comerciales adicionales con ustedes para que no sean también controlados por ella. La Emperatriz Navier ya tiene una enorme influencia en el Continente Wol. ¿Qué le parece?"

Ángel sonrió mientras colocaba un documento en la mesa delante de Imona, 

"Por favor, léalo."

miércoles, 4 de octubre de 2023

octubre 04, 2023

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 543

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 543. Navier En Rwibt (11)



Antes de que McKenna pudiera responder, 'Su Majestad Navier', Heinley se encogió en un parpadeo. Un enorme pájaro dorado surgió de debajo de su capa, desprendiéndose de las telas. Dio dos pasos firmes hacia delante y luego voló hacia la puerta.

Encontrándolo divertido, los dos bebés se transformaron para aletear tras su padre, antes de que McKenna pudiera detenerlos.

"¡Dios mío, Su Majestad!"

McKenna corrió y extendió los brazos,

"¡Espere!"

McKenna consiguió sujetarlo. Enfurecido, Heinley batió las alas salvajemente. McKenna se cubrió la cara con una mano, mientras con la otra se aferraba a la pierna de Heinley,

"¡Su Majestad, sus garras! Por favor. ¡Argh!"

Sólo después de dejar unas cuantas líneas rojas en la cara de McKenna, Heinley volvió a su forma humana, resoplando.

Al encontrarse de repente abrazado a un Heinley desnudo, McKenna se apartó tambaleándose,

"Puaj. ¡Mis ojos! Esto es un asesinato."

McKenna se estremeció mientras se frotaba su cara sangrante.

"¿Por qué me detuviste?"

Gruñó Heinley. Entretanto, los pajaritos revoloteaban a su alrededor, disfrutando del alboroto. Heinley se inclinó y agarró a los pajaritos.

"Sabes por qué lo hice. No puedes simplemente irte así. ¿Volarás tú mismo hasta el Continente Hwa? ¿Buscarás a Su Majestad por todo el océano?"

Heinley se quedó mirando a los pajaritos. En respuesta, Kai se mordió el dedo.

"Su Majestad, usted ya no es el príncipe de espíritu libre. Ya no puede abandonar sus responsabilidades como hizo con sus padres o su hermano."

"Eso lo sé."

"Saberlo no es suficiente. Tiene que actuar responsablemente."

McKenna soltó un suspiro,

"Sé que es difícil mantener la calma en una situación tan angustiante. Pero debe hacerlo, Su Majestad."

Laurie observó a su padre y a su tío. Luego levantó el pie y pateó a Kai. Indignado, Kai la mordió, lo que hizo que Laurie le golpeara en la cabeza con el ala. Heinley los miraba, intentando calmar su corazón afligido. 

"Tienes razón. Recibimos la noticia a través del pájaro mensajero, ¿cierto?"

"Sí."

"En ese caso, el resto de la delegación ya debe haber llegado al Continente Hwa. Algunos miembros volverán pronto para brindarnos más información. Entonces decidiremos a quienes culpar."

Heinley apretó los puños, frunciendo el ceño. Después de un momento, asintió.

 "Llama a Crow."

Dicho esto, se marchó furioso.

Después de cambiarse, Heinley fue a su oficina. McKenna había traído a Crow, como le ordenó. Crow parecía confundido. Claramente, aún no se había enterado de la noticia. Mientras Heinley le explicaba, el rostro de Crow se tornó pálido.

"Pero, yo..."

"Busca a lo largo de la ruta prevista entre Whitemond y Rwibt. Comprueba cualquier isla remota o barco de rescate cercano. Cuando encuentres a mi reina, vuelve con las noticias o quédate para servirle de guardia, si crees que necesita protección extra."

***


"Es muy emocionante explorar el Continente Hwa de esta manera. En cualquier momento podríamos ser apuñalados por la espalda por quienes nos acompañan."

Susurré con una sonrisa irónica.

El Gran Duque Kapmen se rió. Pero sus ojos se desviaron hacia Ángel, que estaba cerca. 

'¿Me oyó?'

Ángel se detuvo y se volvió hacia nosotros,

"Emperatriz Navier. ¿Lo dice por mí?"

Levanté la barbilla,

"No. Pero no me importa si crees eso."

Él suspiró, fingiendo que le había dolido. Hace tres horas, acepté que se uniera a nosotros en nuestro viaje a la capital. Había buscado en el puerto a la tripulación de nuestro buque, pero no encontré a nadie. Necesitábamos ponernos en marcha.

"Pensaba que al menos uno nos esperaría en el puerto."

Murmuré al Gran Duque.

"Tal vez no nos cruzamos con quienes fueron dejados en el puerto. Deben haber enviado una delegación a la capital con la esperanza de que estuviéramos allí."

Acaricié la cabeza de mi caballo, con el ceño fruncido. 

Espero que Heinley reciba mi carta pronto. Si se entera sobre mi desaparición antes de saber que estoy a salvo, podría hacer alguna locura...

No podía esperar a llegar a casa para contarle a Heinley y a los bebés todo sobre este viaje— sobre el océano, mi naufragio y ahora este vasto desierto. Los animales de carga andaban tranquilamente por la arena como si fuera roca sólida. Gente con poca ropa paseaba, acompañada de sirvientes con enormes sombrillas. Algunos incluso viajaban en sillas llevadas por sirvientes.

Intentaba recordarlo todo para poder contárselo a mi familia. Pero mi mirada se detuvo en seco cuando me encontré con los ojos del zorro de cabello plateado. Ángel sonrió falsamente.

Había pensado que si viajábamos juntos a la capital, sería menos probable que conspirara contra mí. ¿Fue una decisión equivocada?

***

Me preocupaba que tuviéramos que acampar en el desierto, pero llegamos a salvo a otra ciudad justo antes del anochecer. Dado que los viajeros aquí solían alquilar casas enteras en vez de habitaciones en posadas, Ángel negoció una mansión espaciosa para todos nosotros.

Las paredes exteriores eran de color arena, y las interiores talladas en piedra exquisita. Curiosamente, casi no tenía puertas en el interior.

'Un lugar interesante para pasar una noche.'

Sin embargo, no me gustaría quedarme a vivir aquí. 

Bien entrada la noche, subí a la azotea y me quedé mirando el cielo oscuro. 

'¿Heinley está mirando estas mismas estrellas, deseando verme?'

"Su Majestad."

Una voz me sacó de mis fantasías. El Gran Duque Kapmen se acercó,

"¿Puedo acompañarle?"

Bajé la mano y me volví hacia él,

"Por supuesto."

El Gran Duque Kapmen se puso a mi lado. Se había cambiado al atuendo de Rwibt. En nuestro continente solía llevar pantalones de su país, pero normalmente los combinaba con nuestras camisas. Ahora, toda la parte superior de su cuerpo estaba desnuda, como era costumbre aquí.

Mi mirada se desviaba hacia esa zona, así que rápidamente levanté la vista hacia el cielo. Esperaba que no tomara mi vergüenza por descortesía. Simplemente no tenía valor para mirar tan de cerca a alguien con el atuendo de este país.

"Está bien. De todos modos, eres más valiente que yo."

Mis mejillas se sonrojaron,

"Por favor, no respondas a mis pensamientos."

Kapmen se rió,

"Pero es verdad."

"¿Necesitas más valor para afrontar una situación en particular de tu vida?"

"Así es. Es una decisión sencilla, pero no puedo tomarla."

"¿Es sobre tu matrimonio?" 

Como no respondió, le miré fijamente,

"Si no quieres casarte, no lo hagas. ¿A no ser que estés buscando alguna ventaja de la unión?"

Él sonrió amargamente. Luego dio unos golpecitos en la barandilla de piedra y murmuró,

"Ya ves, ni siquiera tengo el valor de responder."

"Te cases con quien te cases, al final me enteraré. Y sea quien sea, te prometo que eso no cambiará nuestra amistad."

No respondió, pero las comisuras de sus labios se curvaron hacia arriba. De repente, me pregunté si debería inmiscuirme. 

'¿Realmente quiere hablar de eso? ¿Esa es la razón por la que no deja de mencionarlo?'

"No, no es por eso."

"Te dije que no respondieras a mis pensamientos."

Lo fulminé con la mirada, pero se rió entre dientes y miró a su alrededor. No había nadie que pudiera oírnos. La persona más cercana era el Caballero de la 4ª División que hacía guardia nocturna abajo.

"¿Qué pasa? ¿Hay algo que quieres decirme sobre Lord Ángel?"

"Sí."

Miré expectante al Gran Duque. Ángel era un misterio. Durante todo el viaje se había mostrado modesto y amable. Sin embargo, una vez encerró a uno de nuestros caballeros en una jaula que se encogía para sacarle información. También había atrapado a Heinley en una jaula de pájaros, y una vez nos ofreció unir fuerzas, pero se fue a nuestras espaldas al Imperio Oriental.

Por más que Ángel se mostrara amigable, no se podía confiar en él.

"No puedo entenderlo."

Mis ojos se abrieron por completo,

"¿No puedes leer sus pensamientos?"

"Sí, pero no sé en qué cree realmente. De todas las personas que he conocido, tiene la mente más enrevesada. Siempre está pensando cosas contradictorias. Nunca sé cuándo está siendo sincero."

"Eso significa..."

"Que su mente funciona así de rápida y caótica, en constante cambio, o que lo hace a propósito. Sea lo que sea, debes tener cuidado con él. Siempre."

"¿Tienes alguna idea de por qué vino a Rwibt?"

El Gran Duque negó con la cabeza,

"Él no ha pensado en eso ni una sola vez."

***

lunes, 2 de octubre de 2023

octubre 02, 2023

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 542

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 542. Navier En Rwibt (10)



Uno o dos días no eran suficientes para llegar a Rwibt. Dado que no tenía ropa de recambio, tendría que ponerme también el uniforme de la 4ª División. Antes de cambiarme, levanté el uniforme blanco, luchando contra mi orgullo.

'¿Debería cambiarme la ropa sucia por una limpia, aunque fuera ropa de mi enemigo?'

"¿Su Majestad?" 

El Gran Duque Kapmen llamó a la puerta de mi camarote. Debió preocuparse porque entré a cambiarme y no volví.

"Enseguida salgo."

Con un suspiro, me puse el uniforme de la 4ª División. Me miré en el espejo.


'Qué extraña me siento.'

Una vez, durante un desfile, había llevado el uniforme de un caballero del Imperio Oriental. Pero ahora, vestía el uniforme de los Caballeros Transnacionales...

Está bien. Es lo más conveniente. Sería más extraño que continuara llevando ropa que apestara... o peor aún, que no llevara nada.

Finalmente, abrí la puerta del camarote. Me quedé paralizada en la entrada al ver una multitud de caballeros de la 4ª División mirándome boquiabiertos. Resistí el impulso de volver al camarote y cerrar la puerta de golpe.

'¿Por qué me miran todos?'

Apreté con fuerza el pomo de la puerta. En ese momento, Ángel caminó hacia mí, riendo,

"Lo siento, Su Majestad. Mis hombres están emocionados de verla usando su uniforme."

Aun así, ¿tenían que amontonarse en mi puerta? Miré furiosamente a su comandante, deseando que los ahuyentara. 

'Eres un hombre detestable.'

Cuando me paré de brazos cruzados, la sonrisa de Ángel se hizo más amplia, 

"Su Majestad, por favor salga. Les diré a todos que se retiren. No puede quedarse en su camarote para siempre."

***

Durante tres días, o tal vez cuatro, el viento sopló con tanta vehemencia que el buque se estremeció. Me dio náuseas, pero aparte de eso, nuestro viaje fue tranquilo.

Bueno, Ángel también se burlaba de mí cada vez que nos cruzábamos.

"El uniforme le queda bien, Su Majestad. Es una lástima que no se una a nosotros."

"Incluso si me uniera, no habría razón para que llevara el uniforme."

"¿Por qué no?"

"Porque sería yo quien te daría las órdenes. Como Líder de la Alianza."

Ángel se limitó a sonreír,

"Creo que disfrutaría que Su Majestad me diera órdenes. Si alguna vez se postula a Líder de la Alianza del Continente Wol, tiene mi voto."

'¿Este hombre es un zorro o una serpiente?'

Se suponía que era el ayudante más cercano del Líder de la Alianza. Pero actuaba como si estuviera por encima suyo.

Justo entonces, el vigía anunció que había avistado tierra. El Gran Duque Kapmen y yo nos apresuramos a la cubierta. Un caballero me pasó su telescopio. Mirando a través del mismo, vi un puerto en la distancia. 

"¿Es allí?"

Pregunté al Gran Duque, cediéndole el telescopio. Una vez que él miró a través del telescopio, lo bajó y me sonrió,

"Sí. Ese es mi hogar."

Al poco tiempo pudimos ver el puerto a simple vista. Mi corazón se llenó de emoción ante la exótica escena,

"Tu hogar es muy animado."

"Ciertamente. Durante mucho tiempo he soñado con mostrar a Su Majestad mi tierra natal."

"Pasaste por mucho para que este comercio se hiciera realidad. Me alegro de que finalmente hayamos llegado a este punto."

"Igualmente. De hecho, me hace más feliz haberlo logrado con alguien a quien aprecio."

Fruncí el ceño, estudiándolo. 

'Si es así, ¿a qué viene esa expresión?'

Pensé, sabiendo que me oiría. 

'¿Estás preocupado por el matrimonio?'

Su rostro se ensombreció aún más, pero no respondió.

'Debe haberme oído. ¿Tal vez no quiere hablar de eso? No insistiré.'

Me puse a observar el puerto con el telescopio. Era extraño ver otro continente por primera vez. Mi corazón se aceleró con un tipo de emoción distinta a la que sentía por Heinley.

'¿Vendré aquí con Heinley algún día?'

***

Por fin, el buque echó anclas. Su enorme casco acechaba en el puerto. Los trabajadores instalaron un puente entre el buque y el puerto. Finalmente pisé tierra firme. Las piernas me temblaron mientras me readaptaba.

Me sentía extraña, pero me forcé a permanecer firme y hacer como si no pasara nada. Todavía llevaba el uniforme de la 4ª División, así que tenía que mantener todo el honor que pudiera.

"No te rías."

Exclamé al sonriente Gran Duque Kapmen. Estaba tratando de preservar mi orgullo,

"Finge no darte cuenta."

"Eso es lo que siempre hago."

"Es obvio que estás sonriendo."

"Mis disculpas, no puedo evitarlo. Miraré entonces hacia otro lado."

Le fulminé con la mirada, pero la escena que nos rodeaba no tardó en atraer mi atención. Hacía mucho más calor que en el Continente Wol. 

'Me pregunto si hace tanto calor todo el año o si simplemente es verano.'

"Siempre hace calor. Todo el año."

Murmuró el Gran Duque.

"Por eso tu ropa siempre..."

Hice una pausa. Preferí decirlo en mi mente.

'Por eso tu ropa siempre muestra mucha piel...'

"Sí. Pero a veces, cuando el sol está demasiado fuerte, nos cubrimos para evitar los daños causados por el sol."

"Toc, toc."

Dijo Ángel, acercándose a nosotros. Los dos nos quedamos callados, frente a él. 

"¿Adónde se dirige ahora, Su Majestad? ¿A la capital?"

Si digo que no, no me creerá. No podía ocultar del todo mi destino. 

"Necesito comprobar si el resto de mi grupo llegó a un puerto cercano. Luego planeo ir a la capital."

Ángel asintió,

"Eso es lo que imaginaba."

Hizo una pausa. Un momento después, dijo con una amplia sonrisa,

"Yo también tengo negocios en la capital. ¿Vamos juntos?"

Para ser honesta, me lo esperaba. Pero, ¿debería dejar que nos acompañara? Para empezar, ¿por qué vino a Rwibt? ¿Ir juntos ayudaría o perjudicaría a nuestra causa?

Me esforcé por pensar una respuesta, mirando a Kapmen. Nadie entendería mejor que él los motivos de Ángel. Tal vez podría darme una pista sobre si deberíamos aceptar o no.

Aunque el Gran Duque Kapmen notó claramente mi mirada, se quedó en silencio. Se limitó a mirar fijamente a Ángel. Finalmente, se volvió hacia mí y abrió la boca.

***

"¡¿Su Majestad Navier se cayó por la borda?!"

McKenna exclamó atónito al leer la carta del pájaro mensajero. Pero éste era un pájaro normal, incapaz de responder. Se dejó caer, exhausto.

McKenna se tapó la boca con una mano.

"¿Cómo pudo pasar esto?"

Él se apresuró a la oficina de Heinley, pero no estaba allí. 

"¿Dónde está Su Majestad Heinley?"

Preguntó al caballero más cercano. El hombre negó con la cabeza. McKenna corrió por el palacio, preguntando por todas partes hasta que finalmente localizó a Heinley en la sala de las joyas con los dos bebés en brazos. 

"¡Su Majestad!"

Con una expresión radiante, Heinley se giró para mirar a McKenna. Estaba en medio de mostrar su colección de joyas a los bebés.

"McKenna, mira. Laurie tiene los mismos gustos que yo."

McKenna sacudió la mano, agitado,

"Estoy seguro de que tienen más de unos pocos intereses en común. Pero tenemos un problema."

"¿Qué ocurre?"

Kai aprovechó la distracción de su padre y agarró una joya, metiéndosela en la boca. Heinley se la sacó antes de que la mordiera.

"Por favor, eche un vistazo a esto."

McKenna le extendió la carta. Heinley le pasó los bebés, y luego aceptó la carta. McKenna agarró a Kai y Laurie, luego retrocedió apresuradamente, su conmoción se transformó en miedo.

Heinley se inclinó sobre el papel. Sus ojos lo recorrieron de un lado a otro. Cuando llegó a la última línea, se quedó helado. Parecía una escena de una obra de terror. McKenna tragó fuertemente.

Lentamente, Heinley levantó la cabeza,

"¿Quién... se cayó por la borda?"

En el momento en que sus enormes ojos púrpuras se encontraron con los suyos, McKenna pensó, 

'Tenemos un gran problema.'

viernes, 29 de septiembre de 2023

septiembre 29, 2023

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 541

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 541. Navier En Rwibt (9)



En el puerto de Rwibt, las personas procedentes del Continente Wol llamaron la atención. Los transeúntes del Continente Hwa señalaban y cuchicheaban sobre sus extrañas ropas y la nueva ruta comercial del Imperio Occidental.

Parecieron aún más interesados cuando el sirviente del Gran Duque Kapmen transmitió un mensaje urgente a los soldados de Rwibt.

"¿Qué les pasó?"

"Esos son los Comerciantes de Wol, ¿cierto? Se ven muy afectados."

"No se puede confiar en nadie de Wol."

"Pero están llorando..."

Quienes desembarcaron del buque no se percataron de las miradas de la multitud, mucho menos de los susurros. Todavía estaban conmocionados por la pérdida de la Emperatriz y el Gran Duque.

Sir Artina se abalanzó sobre el primer soldado de Rwibt que vio,

"¿Alguien ha encontrado supervivientes de algún naufragio recientemente? Un hombre y una mujer. Al menos... a uno."

El Vizconde Langdel se sumó,

"Estamos buscando a una mujer de nuestro continente. Se reconoce a simple vista. Estaba acompañada por un hombre de Hwa..."

Pero sin importar con quién hablaron, nadie del Imperio Occidental obtuvo información. Finalmente, todos se reunieron con expresiones sombrías. 

"¿Alguna novedad?"

Preguntó Sir Artina al grupo.

El Vizconde Langdel y los comerciantes negaron con la cabeza. Por otra parte, Laura enterró la cara entre sus manos y gritó,

"¡Imposible! ¿Por qué el monstruo marino atacó nuestro buque? Cómo Su Maje— quiero decir, ¡cómo Lady Navier y el Gran Duque Kapmen pudieron caer por la borda tan fácilmente!"

El mensajero del Gran Duque Kapmen bajó la cabeza,

"No hay una ruta marítima fiable entre los dos continentes, por lo que no es raro que ocurran catástrofes."

Las piernas de Laura cedieron. Se desplomó en el suelo,

"Esto no puede ser cierto."

El segundo al mando se volvió hacia el capitán,

"Deberíamos volver. Exploremos la zona donde ocurrió el siniestro. Puede que haya una isla cerca que hayamos pasado por alto."

El capitán frunció el ceño,

"Sin duda iniciaremos una operación de rescate. Sin embargo..."

"¿Cuál es el problema?"

Preguntó el Vizconde Langdel.

"También debemos llevar los bienes comerciales. La fruta aún está congelada, pero no permanecerá así mucho tiempo sin magia de hielo."

***

Después de unas horas de discusión, el segundo al mando envió un pájaro mensajero urgente al Continente Wol. Entonces el grupo se dividió. Un puñado regresaría al Imperio Occidental para informar del siniestro. Los demás se unirían a la operación de rescate o se dirigirían a la capital de Rwibt.

"Tengo la sensación de que no se ahogaron."

Ante las palabras de Sir Artina, el Vizconde Langdel asintió,

"Yo igual. Tal vez una vez que estén a salvo, buscarán la manera de llegar al puerto de Rwibt. Si no nos encuentran aquí, irán a la capital."

"El Gran Duque Kapmen está con ella. Eso debería ser de ayuda."

"Por supuesto, existe la posibilidad de que él no— me disculpo."

El Vizconde Langdel se detuvo cuando vio que a Laura se le salieron las lágrimas,

"Sir Artina tiene razón. El Gran Duque la ayudará."

Laura, que se dirigiría a la capital, se aferró a Sir Artina, quien planeaba quedarse en el puerto. 

"Sir Artina, ¿no puedo quedarme con usted? Su Majestad probablemente vendrá aquí."

"Laura, si Su Majestad no arriba a este puerto y se dirige directamente a la capital, estará encantada de ver una cara familiar."

***

El mar que nos había arrojado al Gran Duque Kapmen y a mí por la borda ahora estaba en calma. Incluso las aves marinas planeaban pacíficamente.

Pero ni las aves ni el mar parecían tan tranquilos como el Comandante de la 4ª División. Ángel estaba sentado frente a mí sorbiendo su té. 

"¿Así que algo atravesó el agua cerca del buque... pero no viste qué era?"

Cerré los ojos, tratando de recordar,

"Parecía... como una pierna enorme. Pero no una pierna humana."

"¿Un calamar gigante?"

Sacudí la cabeza,

"Realmente sólo vi la ola. Eso, y un montón de peces pequeños saltando. No pude ver lo que causó todo."

Fui sincera con él. No era el momento para una confrontación por las alianzas.

Ángel asintió. Mirando a su subordinado, preguntó,

"¿Anotaste todo eso?"

El subordinado respondió tan pronto terminó de escribir los apuntes,

"Sí."

Entonces, Ángel se volvió hacia el Gran Duque Kapmen,

"¿Usted vio lo mismo, Gran Duque?"

El rostro del Gran Duque permaneció inexpresivo. Incluso sus labios apenas se movieron,

"No vi nada."

"¿Pero no estaba usted también en la cubierta?"

"Sí, pero mi mente estaba en otra parte."

"Si no es molestia, ¿se puede saber qué ocupaba su mente en ese momento?"

Preguntó Ángel. El Gran Duque no respondió, simplemente bebió un sorbo del té que nos había traído su subordinado. Los ojos de Ángel se entrecerraron mientras sonreía. El Gran Duque Kapmen frunció el ceño.

Me pregunto qué estará pensando Ángel. El Gran Duque parecía sentirse ofendido.

"Bueno, en conclusión, Su Majestad Navier vio algo, pero no lo tiene claro. Y usted no vio nada en absoluto. Ninguno de los dos es de mucha ayuda."

Ángel chasqueó la lengua.

No hacía falta que este cretino dijera sus pensamientos en voz alta, podía imaginarme lo desagradables que eran. Fantaseé con volver a golpearle con un abanico. Cada vez que me encontraba con Ángel, me cuestionaba si yo era en realidad una persona violenta.

El Gran Duque Kapmen se rió entre dientes antes de poder contenerse.

Ángel entrecerró los ojos. Preocupada de que el astuto zorro descubriera otro secreto, me aclaré la garganta,

"¿Por qué se dirige a Rwibt, Comandante Ángel?"

Ángel apartó la mirada del Gran Duque para mirarme a mí,

"¿Cómo supiste que iba a Rwibt?"

Preguntó, sorprendido.

"Porque sabías que me dirigía al Continente Hwa. Nunca te ofreciste a llevarnos de vuelta a Wol ni te disculpaste con tus hombres por desviarte hacia Hwa. Eso debe significar que ibas en la misma dirección que nosotros desde el principio."

La expresión de Ángel se iluminó,

"Siempre acabamos yendo en la misma dirección, incluso si Su Majestad toma un camino diferente."

'¿Se supone que eso es un cumplido?'

***

lunes, 25 de septiembre de 2023

septiembre 25, 2023

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 540

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 540. Navier En Rwibt (8)




Después de que Alessia fue acusada por el Príncipe Sovieshu de dar a su madre galletas mezcladas con drogas abortivas, sus días de ensueño en el palacio imperial se hicieron añicos. Ella lo negó todo, pero nadie la escuchó.

El Imperio Oriental la expulsó de vuelta al Ducado Krom.

"Has deshonrado a tu familia."

Expresaron sus padres a su regreso.

La actitud de ambos la sorprendió, pero afortunadamente sólo duró un momento. No tardaron en escuchar su historia con ternura. Maldijeron al Emperador Osis y a su abominable emperatriz, así como a ese pequeño demonio que era el príncipe heredero. Pero el pequeño ducado no podía permitirse iniciar un conflicto internacional por un problema como éste.

Alessia decidió enviar una carta al emperador para explicarle el malentendido.

"¿Su Majestad lo entenderá?" 

Ella preguntó a sus padres.

"No lo sabremos hasta que la envíes."

Contestó su padre. Por otro lado, su madre añadió, 

"Vale la pena intentarlo. Si se corre la voz de que intentaste dañar a la emperatriz, tu posición aquí podría peligrar."

Entonces Alessia escribió la carta.

Era injusto. El único crimen que había cometido era enamorarse. Ni siquiera había hablado con el príncipe heredero, y mucho menos enviado galletas mezcladas con drogas abortivas. Una vez que envió la carta, Alessia rompió a sollozar. Recordar tiempos felices en palacio sólo la entristecía más.

"Bebe esto."

Le dijo su padre, compadeciéndose de ella. Le había traído chocolate caliente.

Aceptó la taza. Olía dulce. Entre sollozos, Alessia murmuró,

"No volveré a poner un pie en el Imperio Oriental, Padre. Lamento haberlos decepcionado."

"No pasa nada."

Alessia bebió el chocolate caliente y se secó las lágrimas. La dulce bebida la animó.

"No importa lo que digan los demás, nosotros creemos en ti."

Su padre abrió los brazos y la abrazó,

"No eres el tipo de chica que haría algo así."

Su suave voz la adormecía. Mientras le escuchaba, se quedó profundamente dormida. Ella esperaba que al despertar al día siguiente se hubiera olvidado de lo sucedido. Tal vez haya sido por tanto llorar. Quería superarlo y vivir una buena vida.

Ella apartó de su mente el recuerdo de los ojos del príncipe, llenos de resentimiento.

Cuando despertó, se encontró en medio del océano.

"¿Por qué? ¿Por qué me hicieron esto? Dijeron que me creían."

Enterró la cara entre sus manos y rompió a llorar.

Ser expulsada por un crimen que no había cometido era terrible, pero ser abandonada por sus padres era peor. 

'Ahora moriré ahogada o de sed.'

Ambas posibilidades la aterrorizaban. Incluso el chapoteo de las olas le asustaba.

Ella lloró durante horas, hasta que finalmente logró quedarse dormida al amanecer. Antes de dormirse, se hizo una promesa a sí misma.

Si sobrevivía, no dejaría que nadie volviera a utilizarla.

Cuando volvió a abrir los ojos, Alessia yacía en el suelo de un enorme barco. Se levantó sobresaltada y miró a su alrededor. El sol del mediodía se cernía sobre ella. A su alrededor, hombres con cicatrices la miraban con el ceño fruncido.

En lo alto, había una bandera pirata negra.

Un chico andrajoso se acercó a la aterrorizada Alessia. Le entregó una escoba,

"Si estás despierta, trabaja. Barre aquí, después pasa el trapeador y sécalo con un trapo."

***

"Ya han pasado dos años y sigues siendo una inútil."

Dijo el chico andrajoso. Alessia lo había confundido con un niño mucho más pequeño cuando lo conoció. Ahora tenía unos dieciséis años, sólo que su cuerpo no se había desarrollado adecuadamente debido a la desnutrición.

Dos años más tarde, lo único que había crecido era su regaño. Alessia lo fulminó con la mirada. Él había sido rescatado apenas medio año antes que ella, pero aun así actuaba como un superior.

"Si sólo estás aquí para molestarme, cállate."

"En lo único que has mejorado es en maldecir."

"Si no puedes cerrar la boca, ¿te la cierro yo?"

Alessia agitó el afilado cuchillo de cocina que sostenía. El joven soltó una risita y se apartó del camino.

'Tengo un montón de cosas que hacer como para aguantar sus molestias.'

Pero entonces se quedó inmóvil, con la mirada puesta en la cintura del chico.

"¿Qué es eso?"

Ella señaló la nueva arma que él llevaba.

"Una daga."

"Ya lo veo. ¿Por qué la llevas?"

El chico sonrió y desenvainó la daga para blandirla por encima de su cabeza,

"Me llevarán a la próxima incursión."

"¿Qué?"

Todavía parecía demasiado joven. Él volvió a envainar la daga,

"Estoy bromeando. Aún no tengo edad suficiente para eso. Únicamente debo fingir que sé luchar."

"¿De qué estás hablando?"

"El capitán me enviará a reunirme con el almirante."

Alessia palideció. Al vivir con los piratas, había oído muchos rumores terribles. El Almirante de Bohean Azul era el peor. Decían que era tan cortante y frío como una espada, dispuesto a ejecutar a cualquier pirata que atrapara.

"Ni siquiera sabes pelear todavía. ¡No vayas!"

"¡Sólo estaré ahí parado!"

"¿Parado dónde... en la cubierta o en la horca?"

"El almirante no siempre lucha con los piratas. A veces quiere comerciar."

"¡No puedes confiar en los nobles!"

Pero el joven no quiso escuchar. Al día siguiente, dejó el barco.

***

Unos días más tarde, el joven estaba en la horca, con una cuerda blanca alrededor de su cuello. Un cartel atado a su pecho decía: 'Tercero al mando de una infame banda de piratas.'

Alessia se quedó paralizada en medio de su recorrido por el mercado, estupefacta ante la escena,

"Ese idiota."

Otro pirata que le había acompañado a hacer las compras chasqueó la lengua. Él había rescatado al chico y le había enseñado el oficio.

Alessia lo agarró del brazo y lo zarandeó,

"¿Por qué lo llaman nuestro tercero al mando? No creo que el almirante se haya creído eso. El chico es un tonto."

"Estoy seguro de que no lo cree. Pero el Príncipe Claude, el hermano del rey, quiere eliminar a los piratas. El almirante debe seguirle el juego. Una vez muerto, ¿quién puede decir si es el tercero al mando o no?"

"¡Eso es ridículo!"

"El capitán no quiso poner en peligro a ninguno de sus hombres más preciados, así que envió al chico como si fuera uno de ellos para las negociaciones."

Alessia palideció. Entonces un estruendo resonó en la plaza. El suelo debajo del joven cayó. Ella reprimió un grito de horror al ver cómo pataleaba y forcejeaba.

El joven, que solía llevarle fruta y galletas cada vez que lloraba, ahora se retorcía como un pez. El almirante y el rey observaban con desinterés.

Ella tragó con dificultad,

'Al menos he sobrevivido. Es mejor estar viva.'

Justo entonces, el pirata que estaba a su lado le susurró,

"Huye."

Alessia lo miró sorprendida, mientras él mantenía la mirada al frente,

"Eso es lo que el chico me dijo antes de marcharse. Si tuviera que morir, lo aceptaría con gusto si eso sirviera para que huyeras. No quiere que acabes como todos los piratas."

"Yo, yo..."

Los ojos de Alessia se llenaron de lágrimas. Volvió a mirar a la horca. El joven seguía luchando.

"Sobrevive, pase lo que pase. Ese es su último deseo."

En ese momento, ella prestó atención a los murmullos de la multitud que veía al chico,

"Se lo merece."

"El mundo se convertirá en un lugar más limpio."

'No. Él sólo fue rescatado y mantenido cautivo. Como yo.'

Ella quería gritar. Pero en cambio se mordió el labio y apretó los puños. Si hablaba, la acusarían de ser su compañera y la colgarían junto a él.

"Vete. Haré la vista gorda."

El pirata a su lado la empujó.

Con su cabeza aún dando vueltas por la confusión, Alessia avanzó entre la multitud. Sin embargo, se dirigió hacia el joven.

Detrás de ella, el pirata maldijo,

"¡Idiota! ¿Por qué vas en esa dirección?"

Pero en lo único que podía pensar Alessia era en que el joven la viera por última vez. Siguió adelante hasta llegar a la horca. En cuanto sus miradas se cruzaron, el joven dejó de forcejear.

Alessia gritó y se acercó a la horca, mirando al almirante.

El almirante se puso de pie de inmediato. Tras un vistazo a su mirada llena de odio, hizo una señal a sus hombres para que se llevaran a la mujer. Sus hombres agarraron a Alessia.

"¡Suéltenme! ¡He dicho que me suelten!"

De nada servía el forcejeo de Alessia.

"¡Alto!"

Alguien ordenó. Un miembro de la realeza estaba sentado al lado del almirante, con la mano levantada. Al oír su voz, los guardias soltaron a Alessia.

"¿Qué está pasando?" ´

La multitud empezó a murmurar.

El viento sopló, balanceando el cuerpo del joven. Al girar hacia Alessia, sus ojos sin vida volvieron a encontrarse con los de ella. Fue entonces cuando recordó el último deseo del joven muerto.

'Sobrevive, pase lo que pase.'

Alessia se quitó de encima a los guardias y se acercó al hombre de la realeza,

"He sido capturada por piratas. Por favor, ¡sálvame!"