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sábado, 27 de agosto de 2022

agosto 27, 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 421

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 421. Necesito Ir Allí (2)




"Um, Su Majestad. Hay una cosa más que necesito decirle."

"¿Qué es?"

"Como le mencioné anteriormente, la memoria de Su Majestad vuelve a sus años de príncipe heredero en el día. Y recientemente ha ordenado realizar ciertas tareas..."

Cuando el Marqués Karl le informó de las acciones del Príncipe Heredero Sovieshu, el Emperador Sovieshu ordenó después de pensarlo un poco más,

"Obedécelo a menos que sea una locura."

"Su Majestad."

"Ahora no quiero hacer ni pensar en nada. Mis ojos se cierran, así que obedécelo y apóyalo."

Al terminar de hablar, Sovieshu entrecerró los ojos como si realmente fuera a quedarse dormido de inmediato.

No obstante, consiguió resistir y dio una nueva orden.

"Tráeme sólo los documentos que deben ser evaluados con urgencia."

Después de eso, Sovieshu trabajó como una máquina y se quedó dormido como si hubiera colapsado al terminar.

Como si él mismo no quisiera estar despierto, el tiempo que el Emperador Sovieshu estuvo despierto era mucho menor que el del Príncipe Heredero Sovieshu.

Karl miró con el corazón destrozado al dormido Sovieshu.

Aunque tenía que irse, le preocupaba dejarlo solo en ese estado, así que al final se quedó a su lado toda la noche.

A la mañana siguiente, Sovieshu levantó su cuerpo recostado sobre el escritorio, se frotó los ojos y preguntó al Marqués Karl con voz desconcertada,

"Marqués Karl, ¿por qué está aquí y no en casa?"

"Su Majestad recobró su memoria anoche. ¿Lo recuerda?"

"¿Yo?"

"Sí."

"No. No lo recuerdo en absoluto."

"Fue durante unas horas por la noche."

"No conservo ningún recuerdo."

Sovieshu murmuró y frunció el ceño. Sovieshu se sintió extraño al pensar que no había conexión entre las dos personalidades, y que esta situación podría permanecer así para siempre.

Pero en vez de expresar estos sentimientos, Sovieshu le habló al Marqués Karl de lo que había estado reflexionando hasta que se quedó dormido.

"Marqués Karl."

"Sí, Su Majestad."

"Hay una cosa en la que estuve pensando mucho ayer."

"Está bien, dígame."

"Necesito ir personalmente al Imperio Occidental."

"¡¿Qué?!"

***

No sé si realmente será una semana entera, pero lo que es cierto es que Heinley ha evitado todo contacto físico durante varios días.

Honestamente, no tenía miedo de la aparición del fantasma del Duque Zemensia, a diferencia de Heinley.

Sin embargo, he tenido pesadillas.

No había tenido pesadillas como estas desde que me divorcié. Después del incidente en el que estuve cerca de morir, empecé a tener pesadillas.

Además, en las pesadillas siempre miraba hacia arriba con temor.

Me habría hecho feliz que Heinley hubiera estado a mi lado en estos momentos para cuidarme. Sin embargo, Heinley todavía me evitaba como si tuviera una enfermedad contagiosa.

"Su Majestad, ¿se ha enterado? Se ha difundido la noticia de que esa mujer llamada Rashta ha muerto."

"Rashta..."

"Sí, se suicidó después de ser depuesta."

Cuando me enteré de la noticia de la muerte de Rashta, mi estado de ánimo se volvió más extraño.

Laura, que me lo contó, también odiaba mucho a Rashta, pero tenía una expresión incómoda.

Era difícil hablar mal de una persona muerta.

"Oh, eso es maravilloso."

La Condesa Jubel no sentía nada de eso.

"Es un alivio no tener que inclinarme ante ella cuando vuelva al Imperio Oriental."

Laura asintió con una expresión seria y preguntó,

"¿Y qué pasará ahora con Su Majestad Sovieshu? ¿Se volverá a casar?"

Si el emperador permanece soltero, recibirá presiones de todas partes para que se case. Cada día será más extenuante y difícil. Sovieshu tenía un fuerte deseo de tener sus propios hijos, así que creo que se volverá a casar pronto.

Después de hablar de Rashta unas tres horas, cené una comida ligera, me acosté en la cama y junté mis manos.

'Me siento un poco intranquila.'

Cuando estaba en el Imperio Oriental, me dedicaba a mi trabajo cuando pasaba por momentos difíciles. Me gustaba dar un paso atrás para poder ver con claridad mis asuntos personales mientras me ocupaba de mi trabajo con la mayor objetividad posible.

Pero ahora que a mi embarazo se le han sumado mis lesiones, no podía trabajar toda la noche para relajarme.

Heinley... tampoco me da fuerzas en estos momentos.

Mientras intentaba conciliar el sueño, sentí una mano grande acariciando mi cabello.


"¿Reina?"

Parece que mis pensamientos finalmente alcanzaron a Heinley. Cuando abrí los ojos, vi a Heinley.

Intenté llamarlo por su nombre, pero me sorprendió ver que me tocaba después de mucho tiempo.

No me había tocado por miedo a las supersticiones. ¿Ahora tiene un poco de valor?

En cuanto lo pensé, se me quitó el sueño y hablé con voz fría.

"Dijiste que no querías tocarme."

Heinley se rió y lo negó.

"Nunca dije que no quisiera, Reina."

"¿No te preocupa tocarme?"

"Reina parecía estar sufriendo."

"No sufrí ni un poco."

"Yo sí sufrí."

"..."

"¿Por qué te ves tan deprimida?"

'¿Yo? No, no estoy deprimida...'

"No estoy deprimida. Es sólo que me siento intranquila porque han pasado muchas cosas a la vez."

Incluso para mí fue difícil entender mis palabras porque mi voz se puso ronca.

"Cof, cof..."

Tras toser levemente, Heinley subió un poco las sábanas para cubrirme.

Mi tos no se debía a un resfriado, pero me hacía feliz tener a Heinley cerca de mí por primera vez en mucho tiempo. Cuando volví a toser, Heinley me puso la mano en la frente con una expresión de preocupación.

"¿Te has resfriado?"

"No."

Después de eso, Heinley continuó haciéndome preguntas sobre mi salud y yo respondí una a una con una sensación de somnolencia mientras tenía la cabeza recostada en su muslo.

"Reina."

Heinley me hizo una sugerencia con una voz bastante seria.

"Haz lo que desees."

'¿Encontró un problema en mis respuestas?'

"¿Por qué dices eso?"

"Creo que estás deprimida."

"¿Yo?"

"Bueno, por lo que he investigado hay ocasiones en las que una mujer embarazada se deprime..."

'¿En serio?'

Heinley examinó mi expresión y preguntó,

"¿Quieres ir de picnic? ¿O quieres que te enseñe el salón principal de joyas? ¿O prefieres ver mi colección de joyas, Reina? Eso te hará sentir mucho mejor."

"Emm, no lo sé."

"¿Qué te parece un paseo en barco? ¿O invitamos al reparto de una obra de teatro al palacio para verla?"

Al principio no lo pensé mucho. Pero a medida que escuchaba a Heinley, poco a poco estuve de acuerdo.

Sí, ahora necesito algo en qué centrar mi mente.

lunes, 22 de agosto de 2022

agosto 22, 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 420

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 420. Necesito Ir Allí (1)


'Pero, ¿por qué? ¿Por qué sospechó de inmediato del Emperador Heinley?'

Afortunadamente, eso también estaba registrado.

La razón número uno es que el decano de la academia mágica afirmó que el patrocinador que dio el collar a Evely era del Imperio Occidental.

'¿Quién es Evely?'

No importa... la razón número dos es que el collar de Evely era clave en la investigación del fenómeno de la disminución del maná, pero un pájaro lo robó antes de obtener los resultados.

'¿No hay otros países más famosos por sus pájaros?'

No obstante, de acuerdo con el informe, su futuro yo sospechó del Imperio Occidental en cuanto apareció ese pájaro.

La última razón es que el decano le confesó que el Emperador Heinley era un mago excepcional. Esto no era de conocimiento público.

"Es una locura..."

Sovieshu dejó el informe sobre el escritorio y se sumió en la ansiedad. La situación en el futuro era realmente desalentadora. 

Eso no es todo, Sovieshu se rió porque le pareció absurdo no que el Emperador Heinley fuera un mago, sino que la investigación se detuviera sin pruebas concluyentes.

"¿Me convertí en un tonto en el futuro?"

Los magos eran la fuerza y el motivo de que el Imperio Oriental se mantuviera como el país más poderoso. No importaba lo difícil que fuera, esta investigación debía continuar. ¿Cómo pudo detener la investigación aquí?

Una vez que Sovieshu volvió a meter en la bolsa el informe sobre el fenómeno de la disminución del maná, examinó sus otros libros de registros personales, y confirmó que aquí sólo había constancia de sus días después de ascender al trono.

Había perdido sus recuerdos a partir de los 19 años, pero los libros de registro de aquí sólo correspondían a los tres últimos años, por lo que los tres años del medio estaban en blanco.

'Esos libros de registro también deben estar en alguna parte...'

De momento, Sovieshu anotó resumidamente en el libro de este año lo que había descubierto hasta ahora. 

"También tengo que reunirme con Navier. Definitivamente."

Mientras estaba ocupado escribiendo, de repente empezó a quedarse dormido.

Se frotó los ojos en un intento de mantenerse despierto, pero el sueño que le invadió era difícil de resistir.

Incapaz de soportarlo, Sovieshu se levantó tambaleante de su escritorio.

Pero antes de que pudiera levantarse del todo, se sentó de nuevo en la silla y se quedó dormido sobre el escritorio.

***

Mientras tanto, el Marqués Karl se reunió con los demás secretarios para informarles de la condición de Sovieshu.

Todos los demás secretarios sabían que la memoria de Sovieshu había vuelto a sus días de príncipe heredero porque ayer había sido presenciado por muchas personas.

No obstante, sólo el Marqués Karl y el caballero que estuvo de guardia en el dormitorio de Sovieshu sabían que su memoria había vuelto a la normalidad por la noche. 

De eso es de lo que hablaría.

"... No sé si su memoria sólo volvió esa vez. No sé si Su Majestad recuerda los sucesos del día después de que recupera la memoria o si su personalidad original volverá siempre por la noche."

A continuación, el Marqués Karl transmitió adecuadamente a los secretarios las órdenes dadas por el Príncipe Heredero Sovieshu.

"Ah. Su Majestad pidió ver a todos mañana por la mañana. También quiere saber sobre los últimos seis años, así que cada uno de nosotros debe proporcionar un registro de los últimos seis años."

Una vez terminadas sus palabras, el Marqués Karl volvió a mirar a los secretarios y preguntó,

"¿Alguien tiene preguntas?"

Todos tenían muchas preguntas que querían hacer, pero como aún no habían visto a Sovieshu en persona, no tenían claro qué decir.

Aun así, el Conde Pirnu, que escuchó en silencio al Marqués Karl, preguntó.

"¿Qué pasará si Su Majestad tiene dos personalidades durante mucho tiempo?"

"Primero hay que confirmar que su personalidad original vuelve por la noche, en caso de ser así, hay que ser honesto con él para encontrar una salida."

"Estoy de acuerdo."

Al final de la conversación, el Marqués Karl añadió impotente,

"Por si acaso, le pediré a la Señorita Evely una vez que vuelva que use su magia curativa sobre Su Majestad. Aunque el médico del palacio dijo que no sufrió ninguna lesión importante en la cabeza..."

***

Después de esa discusión, el Marqués Karl volvió deliberadamente al Palacio del Este por la noche para confirmar si Sovieshu cambiaría a su personalidad original de emperador.

Sin embargo, Sovieshu no estaba en el Palacio del Este.

"¿Su Majestad aún no ha vuelto?"

"No, desde que salió con usted antes."

'¿Todavía está en la oficina?'

El Marqués Karl se dio la vuelta y se dirigió a la oficina del palacio principal.

Como esperaba, dos caballeros estaban delante de la puerta de la oficina. Cuando Karl llamó, escuchó una voz decir desde el interior,

"Adelante."

Cuando entró, la atmósfera alrededor de Sovieshu era diferente a la de antes. El Marqués Karl se sobresaltó. Se dio cuenta en cuanto lo vio.

Sovieshu, que ahora estaba sentado en su escritorio, tenía una mirada mucho más profunda y hundida que el príncipe heredero Sovieshu, a quien vio durante el día.

Aunque el Marqués Karl había entrado, Sovieshu sólo miraba con esa cara los papeles extendidos sobre el escritorio.

"¿Qué ocurre, Su Majestad?"

'Ha recuperado la memoria. Parece que realmente tiene dos personalidades.'

Convencido en su interior, el Marqués Karl habló como si no lo supiera. Sin embargo, la respuesta que recibió fue completamente inesperada.

"Karl."

"Sí, Su Majestad."

"El sol no sale."

"Su Majestad..."

"Mi mundo se ha vuelto oscuro."

"¿Eh?"

"¿Me he vuelto loco?"

Mientras el Marqués Karl tenía dificultades para responder, Sovieshu murmuró.

"Cuando me desperté la última vez, era de noche. ¿He dormido todo el día? Aunque haya dormido todo el día, ¿por qué llevo esta ropa y dónde me encuentro? Esta no es la oficina del Palacio del Este, sino la del Palacio Principal."

Mientras continuaba hablando, Sovieshu señaló con el dedo el escritorio.

Había todo tipo de papeles sobre el escritorio. Aunque no era visible desde la distancia del Marqués Karl, en uno de los papeles había una frase escrita hace unas horas por la personalidad del Príncipe Heredero Sovieshu, 

— ¿Me he vuelto loco en el futuro?

"Oh, eso es..."

El Marqués Karl entró en pánico, pero Sovieshu le instó a hablar,

"No importa, dime la verdad."

Al final, Karl confesó todo lo que sabía sobre la diferencia de su personalidad entre el día y la noche.

"¡Maldita sea!"

Sovieshu, que soltó una breve maldición, no pudo responder fácilmente. En cambio, pensó un poco antes de preguntar,

"¿Qué ocurrió con Navier? ¿Hay noticias de ella?"

"Sí, se despertó sana y salva. También se dice que la Señorita Evely fue de gran ayuda."

"... Gracias a Dios."

Sovieshu murmuró aliviado.

Desde que vio la ilusión de Rashta mirando a Navier desde arriba había estado preocupado. Por un momento pensó que Navier había muerto. Afortunadamente, ahora estaba bien.

viernes, 19 de agosto de 2022

agosto 19, 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 419

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 419. El Hombre Que Se Casó Con Mi Esposa (2)



El Emperador del Imperio Occidental luchaba por deshacerse de las maldiciones y recuerdos indeseables que permanecían en su mente, mientras que el Emperador del Imperio Oriental luchaba por recuperar los recuerdos perdidos.

Un día se despertó y se encontró con que su madre, su padre y su esposa habían desaparecido. Para Sovieshu, esa era la situación actual. Incluso le parecía absurdo e increíble que su yo del futuro fuera el causante de todo esto.

Sin embargo, Sovieshu no se desesperó.

"¿Esta es mi oficina?"

"Sí, Su Majestad."

"Está bien. Gracias por ayudarme."

Sovieshu decidió recuperar tranquilamente lo que había perdido.

Afortunadamente, cada una de sus acciones quedaba registrada porque era el emperador.

Además, Sovieshu tenía el hábito de registrar por su cuenta la información necesaria, sus pensamientos del momento y los asuntos importantes.

No creía que ese hábito hubiera desaparecido de repente con los años, así que primero revisaría los registros.

"Marqués Karl, ¿quiénes son mis secretarios?"

"El Conde Pirnu, el Conde Noreille y yo. Somos tres en total."

"¿Tres? ¿Sólo tres? ¿Fui tan ahorrativo? ¿Yo?"

Ante el comentario sorprendido de Sovieshu, el Marqués Karl disimuló su expresión de incomodidad,

"Había uno más, pero renunció por orden de Su Majestad."

Cuando terminó de hablar, el Marqués Karl examinó rápidamente sus palabras para asegurarse de que no había dicho nada inapropiado.

Ahora hablaba con más cuidado que nunca.

Temía decir algo inapropiado que pudiera duplicar la conmoción de Sovieshu y empeorar aún más su estado.

Entre los recuerdos perdidos de Sovieshu, había muchos que realmente quería olvidar, por lo que tenía que ser muy, muy cuidadoso al momento de hablar.

Además, Sovieshu todavía sufría con todos esos malos recuerdos que reaparecían en su mente después de la puesta de sol.

"Ya veo."

Por suerte, Sovieshu no pareció interesado en el secretario que renunció a su trabajo por ahora.

Sovieshu pasó la mano por encima del escritorio, tiró de la silla hacia atrás y se sentó en la misma.

"Este escritorio es diferente al de mi padre. ¿Lo escogió Navier?"

"¿Cómo lo supiste?"

"Es exactamente del estilo de Navier. A ella le encanta el oro."

Sovieshu pasó los dedos por el escritorio cubierto de oro con una sonrisa de satisfacción y preguntó al Marqués Karl,

"Bueno. ¿Así que han pasado seis años desde los últimos días que recuerdo?"

De camino a la oficina, Sovieshu repasó con Karl fechas importantes del pasado, por lo que el Marqués Karl estaba convencido de que la memoria de Sovieshu había vuelto a seis años atrás.

"Sí."

"Seis años no es un problema. Puedo ponerme al día pronto."

"Sí, por supuesto."

"Veamos... primero reúne aquí a todos los secretarios mañana por la mañana. También trae todos los periódicos, registros, todo lo que puedas conseguir de los últimos seis años."

"Sí."

"Qué más necesito... ah. Marqués Karl, pide a las personas que han estado cerca de mí que escriban sobre los acontecimientos importantes de los últimos seis años y tráemelos."

"¿Se refiere a todo lo que recuerdan de los últimos seis años?"

"Sí. No tiene que ser formal, no tiene que ser detallado ni tampoco tiene que ser objetivo. Quiero saber qué ha pasado desde los diferentes puntos de vista de las personas."

"¡!"

"Si se escucha a una sola parte, se puede obtener información sesgada."

Una vez que el Marqués Karl se marchó, Sovieshu miró a su alrededor mientras se frotaba las manos.

La mano de Navier estaba por toda la oficina, no sólo en el escritorio.

Cortinas de color marfil combinadas con estampados de oro, sillas cubiertas de oro, alfombras rojas combinadas con estampados de oro, esculturas de oro talladas en pilares...

'Nuestra relación no pareció deteriorarse justo después de ascender al trono. Es extraño.'

Sovieshu, que hablaba para sí mismo, abrió el cajón de su escritorio.

Sovieshu no sólo anotaba y recopilaba información que podría utilizar un día, sino también lo que pensaba, lo que necesitaba recordar, entre otras cosas.

Sabía que si el emperador perdía la memoria, podían ocurrir cosas terribles.

Era un hábito que su madre le había inculcado desde la infancia, así que si no lo abandonó en cuanto ascendió al trono, los registros personales debían estar en alguna parte de la oficina.

"Aquí está."

Después de sacar un montón de archivos del cajón, metió la mano y sintió una madera hueca mientras tanteaba minuciosamente.

Al presionar los extremos del interior del cajón, la madera que bloqueaba el fondo se abrió y lo que había dentro quedó al descubierto. Sovieshu lo sacó todo y lo puso sobre el escritorio.

Una bolsa llena de papeles, sobres y libros de registros personales...

Tras echar un rápido vistazo al contenido de los sobres, Sovieshu abrió un libro de registro en la parte superior.

'Por la fecha que aparece en este libro, están registrados los eventos del año pasado. En ese momento todavía no estábamos divorciados.'

Sovieshu cerró el libro de registro del año pasado y abrió el de este año.

Al abrirlo por la mitad, apareció el nombre que los cortesanos susurraban.

Rashta.

Entonces Sovieshu pasó a la primera página, ese nombre también apareció aquí.

Rashta.

Sovieshu volvió a abrir el libro de registro del año pasado que había dejado a un lado y revisó las últimas páginas.

El nombre 'Rashta' apareció en el invierno de ese año, semanas antes de las celebraciones de Año Nuevo.

Todo comenzó así.

— Rescaté a una mujer que cayó en una trampa en mi coto de caza.

"¿Una trampa?"

— Tenía el aspecto más lamentable que había visto en mi vida.

— Una mujer completamente indefensa.

— Nunca había visto a nadie llorar como si todo su mundo se hubiera derrumbado.

— Parecía un ángel abandonado.

Sovieshu levantó las cejas. Cuando se enteró de que se había enamorado de una mujer llamada Rashta y que se había divorciado de Navier, no podía creerlo, aunque sabía que el Marqués Karl no mentiría.

Por el libro de registro, era evidente que esa mujer llamada Rashta le había causado una fuerte impresión. En cualquier caso, el final de esa página del libro de registro trataba de lo sorprendido que estaba cuando la encontró.

Sovieshu pasó a la siguiente página.

— Navier preguntó sobre la identidad de la mujer. Pensé que había hecho algo bueno, pero de repente me sentí incómodo, como si hubiera hecho algo malo.

— Cuando fui al jardín central del palacio para averiguar a qué se debía el alboroto, vi a una dama de compañía de Navier empujar a Rashta en silla de ruedas y gritarle 'sucia'.

— Rashta estaba tan asustada que ni siquiera pudo responder adecuadamente.

— Me sorprendió que Navier no hiciera nada.

Sovieshu volvió a pasar a la página siguiente.

— Rashta se maravilla con los pequeños detalles. Se conmovió mucho con un pastel que le di. No importa cuán dura sea la esclavitud, ¿qué clase de vida ha llevado?

— Haré que el Conde Pirnu redacte un informe sobre la condición de los esclavos.

— Le dije cosas a Navier que no debí decir. Por más enojado que estuviera, no debí compararla con nadie más.

— Las personas que menos tienen se conmueven por las pequeñas cosas. Aunque Navier lo tiene todo, también debería dar importancia a las pequeñas cosas. Creo que realmente vivimos en una burbuja.

— ¿Debemos esperar el mismo nivel de modales que el nuestro de personas que no tienen el mismo nivel de instrucción? ¿No se puede ser comprensivo y dejar pasar sus acciones?

— ¿Qué considera Navier que es Rashta? ¿Una porquería? ¿Insultó a Rashta sólo porque se sentó en una silla en la que podía sentarse cualquiera?

— Muchas personas murmuran sobre si Rashta es una esclava, a pesar de que castigaría a cualquiera que lo hiciera. Fui deliberadamente amable con ella en público para acallar las voces de todos.

— ¿No es que no le gustaba bailar? Navier bailaba muy feliz con el príncipe playboy del Reino Occidental.

"¿Quién es el príncipe playboy?"

Sovieshu murmuró con el ceño fruncido antes de cerrar este libro de registro.

"El Sovieshu del futuro... es un idiota."

Murmuró mientras se presionaba las sienes.

Incluso revisando estos libros de registro, que fueron escritos desde su perspectiva, quedaba claro que Navier y él se estaban distanciando emocionalmente.

'Fue un idiota que ni siquiera trató de comprenderla.'

Sovieshu no podía soportar seguir revisando los libros de registro, así que chequeó el contenido de la bolsa.

"¿Hmm?"

Lo que contenía eran documentos bastante recientes.

La expresión de Sovieshu se volvió rígida mientras hojeaba los documentos, incluso antes de haber pasado el primero.

"¿Qué es esto?"

Se trataba de un informe sobre el extraño fenómeno de la disminución del maná, que se había agravado en los últimos años, y de una investigación al respecto.

'De acuerdo con este escrito, la persona de la que mi yo del futuro sospecha como culpable es...'

"Heinley, el hombre que se casó con mi esposa."

lunes, 15 de agosto de 2022

agosto 15, 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 418

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 418. El Hombre Que Se Casó Con Mi Esposa (1)



El funcionario nos miró a Heinley y a mí con la boca levemente abierta mientras sostenía el libro de registros contra su pecho.

Cuando señalé con la cabeza hacia atrás, los ojos de Heinley se entrecerraron. También apareció una sonrisa en su boca y se inclinó hacia mí.

"¿Qué quieres comprobar, Reina?"

"Del lado izquierdo al lado derecho de tu cabeza."

"¿Qué?"

"Sólo sígueme."

En cuanto llevé a Heinley a una habitación vacía del palacio, cerré la puerta y me le acerqué.

Después de empujar su pecho para que se sentara en el sillón con una mirada firme, examiné su rostro de izquierda a derecha.

Heinley me sonrió mientras apretaba los reposabrazos del sillón,

"¿Eh? No parece que quieras examinar mi cabeza."

Heinley hizo la pregunta con sus hermosos ojos púrpura entrecerrados, luego volvió a abrirlos lentamente mientras respiraba hondo.

Esa acción trivial me hizo enloquecer.

En vez de responder, levanté suavemente su barbilla con el dedo índice y acerqué despacio su cara a la mía.

Heinley no se resistió. Nuestras caras se acercaron lo suficiente como para sentir el aliento del otro.

En el momento en que pensé que lo sucedido ayer podría haber sido producto de mi imaginación, Heinley exclamó de repente como si se hubiera acordado de algo.

"Ah."

"¿Qué pasa?"

Cuando le pregunté desconcertada, Heinley se levantó apresuradamente del sillón y miró a su alrededor.

"Ahora que lo pienso, tengo un asunto urgente que atender. Lo olvidé por un momento."

En un instante, la atmósfera que había sido tensa pero erótica desapareció por completo.

'Ciertamente parece que evita besarme.'

Ese comportamiento me convenció de que Heinley me estaba evitando.

Disgustada, lo empujé de vuelta al sillón.

"¿Reina?"

"¿Por qué me evitas?"

"¿Qué?"

"¿Por qué evitas besarme?"

Los ojos de Heinley se crisparon, pero no lo solté y presioné sus muslos con mis rodillas. Empujé sus hombros contra el respaldo del sillón para que no pudiera moverse mientras me acercaba.

Mientras lo miraba en ese estado, Heinley abrió lentamente la boca.

"Reina... es demasiado difícil para mí. No hagas esto."

Fruncí el ceño. ¿Es demasiado difícil? ¿Es tan difícil para él soportarme? Me sentí triste y enojada a la vez.

Además, Heinley respiraba pesadamente, como si tratara de mostrar lo complicado que era para su cuerpo.

'Espera... ¿Por qué tiene esa cara? ¿Sus mejillas están ruborizadas?'

Ahora que lo miro atentamente, parece que está excitado...

Mientras lo observaba, Heinley se levantó lentamente del sillón. Cuando se puso de pie, pude ver claramente a qué se refería con 'difícil'.

Levanté la vista con incomodidad al darme cuenta de que lo había malinterpretado.

Pensándolo bien, siempre dormíamos tomados de la mano desde que surgió la posibilidad de que estuviera embarazada. En estos días, ni siquiera me tomaba de la mano.

¿Entonces por qué? ¿Por qué me evita a pesar de estar tan excitado por estar cerca de mí?

"Reina. A decir verdad, escuché demasiadas cosas malas en el proceso de lidiar con la Familia Zemensia."

Heinley, que afortunadamente había cambiado de opinión, no tuvo otra opción que confesármelo.

Lo miré con asombro.

"¿Por esa razón me evitas?"

"No te evito."

"No quieres tocarme."

"Me preocupa mucho tocar a Reina en este estado."

"Castigaste a quienes lo merecían. No tienes que sentirte mal."

"Aun así, prefiero no hacerlo."

Pensé que Heinley estaba bromeando, pero parecía hablar en serio. No pude evitar suspirar.

"Entonces, ¿cuánto tiempo piensas estar así?"

"Una semana."

"¿Por qué una semana?"

"Porque estoy purificando mi cuerpo con baños de agua fría. Lo haré sólo una semana más."

Entiendo cómo se siente Heinley, pero... lo que necesitaba ahora era su calor y su piel.

Me molestaba que no quisiera tocarme. Sin embargo, no podía oponerme porque lo hacía por mí.

Murmuré que lo entendía con una expresión tranquila, luego me di la vuelta y me fui primero.

***

En la oficina de Heinley. McKenna, que se enteró de lo que había ocurrido hace cuarenta minutos, chasqueó la lengua y murmuró,

"Me temo que Su Majestad estará muy disgustada si esto continúa."

Heinley presionó la punta de la pluma contra el frasco de tinta y preguntó,

"¿Te preocupa o te emociona?"

"Por supuesto que lo primero."

"Entonces, ¿por qué tienes un tono de voz tan animado?"

"... ¿Es evidente? ¿Debería ser más apagado?"

Cuando McKenna preguntó en un susurro, Heinley miró hoscamente a su primo por un momento. McKenna sonrió. Heinley negó con la cabeza y volvió a mirar los documentos para aprobación sobre el escritorio.

Mientras Navier estaba inconsciente, se retrasó un poco en la aprobación de documentos por tratar con la Familia Zemensia de todas las maneras posibles.

Tenía la intención de resolver en su totalidad el retraso acumulado durante este tiempo en el que no podía tocar a Navier.

Heinley no se dio cuenta de la expresión de preocupación de McKenna en cuanto volvió a bajar la mirada.

McKenna se lamentó en su interior.

'La Familia Zemensia lanzó todo tipo de maldiciones e insultos a Navier y a su bebé.'

En ese momento, Heinley trató todas esas palabras como tonterías y no mostró piedad. Pero por lo visto, sí le afectó.

'Heinley no suele tener miedo a esas cosas.'

Entonces, unos golpes en la puerta sacaron a McKenna de sus pensamientos.

"Adelante."

Cuando Heinley lo autorizó, un sirviente entró e informó,

"Su Majestad. Crow ha vuelto del Imperio Oriental."

{Nota: Crow = Cuervo.}

Una vez que Heinley asintió, el sirviente salió y esta vez entró un hombre de aspecto inteligente con cabello y ojos oscuros.

El hombre que entró intercambió saludos con McKenna antes de acercarse al escritorio de Heinley.

"¿Estás de vuelta?"

Heinley levantó brevemente la vista para saludar con amabilidad al hombre, luego volvió a centrarse en los documentos.

Aun así, siguió hablando con el hombre.

"¿Cómo estuvo?"

"El Imperio Oriental es muy caótico en estos momentos. Esa 'mujer' murió después de ser depuesta, encerrada en una torre, y el Emperador Sovieshu incluso resultó herido después de ver alucinaciones."

"¿Qué alucinaciones?"

"No pude averiguarlo."

McKenna murmuró,

"Pensé que eso había sido una mentira para que Evely volviera lo antes posible. Ya veo que no es el caso."

Heinley también murmuró con una voz carente de sentimientos,

"Sí. Parece que realmente ha resultado herido."

No le importaba si estaba herido. De hecho, todos tenían pensamientos similares, así que Heinley preguntó inmediatamente después.

"¿Qué hay del Duque Elgy?"

"Se marchó al puerto, pero no conozco los detalles porque tenía la atención puesta en el Palacio Imperial."

"Buen trabajo, eso es suficiente. De seguro irá a ver a su madre después de pasear un poco por el mar."

***

jueves, 11 de agosto de 2022

agosto 11, 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 417

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 417. La Conmoción del Marqués Karl (2)



Cuando uno se encuentra solo en un lugar oscuro, le vienen a la mente pensamientos tenebrosos sin motivo.

Ese era el caso del caballero. Por supuesto, no estaba exactamente solo. El Emperador Sovieshu estaba dormido en la cama frente a él.

Sin embargo, cuando recordó las acciones del emperador durante el día, no se sintió tan tranquilo de estar con él.

Era una noche sin siquiera luna y un viento frío corría por el dormitorio. El caballero desvió la mirada hacia la ventana porque no parecía estar bien cerrada. Mientras se frotaba los brazos, el caballero dio tres pasos en esa dirección para asegurarse de que la ventana estuviera completamente cerrada.

Sovieshu, que estaba dormido como si se hubiera desmayado, se despertó abruptamente.

Al caballero casi se le sale el corazón del pecho, pero consiguió mantener la calma, cambió de dirección y se acercó al emperador,

"Su Majestad, ¿se encuentra bien?"

Sovieshu no respondió a la pregunta, miró a su alrededor y de repente corrió hacia la ventana.

‘¿Qué le pasa? Esta vez ni siquiera ha bebido.’

Asustado, el caballero siguió a Sovieshu con los brazos extendidos por precaución.

Pero Sovieshu no saltó, sino que se agarró al marco de la ventana y miró hacia abajo. Luego volteó la cabeza hacia el caballero y le preguntó con urgencia,

"¿Dónde está Navier? ¿Se encuentra bien?"

"¿Eh?"

El caballero parpadeó desconcertado mientras recordaba que Sovieshu también había preguntado si Navier se encontraba bien cuando se despertó por la mañana.

'No puede ser, ¿lo volvió a olvidar?'

El caballero no pudo responder de inmediato porque estaba nervioso, Sovieshu reprimió su sorpresa y preguntó bruscamente,

"Pregunté si Navier se encuentra bien."

El caballero, que pensó en los acontecimientos del día, hizo a Sovieshu la misma pregunta que el Marqués Karl,

"Su Majestad, ¿Navier no está en el Imperio Occidental?"

En ese momento, los párpados de Sovieshu temblaron y sus pupilas se dilataron inusualmente. Su mirada se desplazó hacia la pared donde se habían quitado las dos pinturas.

La pared estaba vacía. Después de que Sovieshu cayera por la ventana, el Marqués Karl ordenó deliberadamente colgar las pinturas de Navier y Glorym en otro lugar, dispuesto a soportar la ira de Sovieshu.

El caballero contuvo la respiración porque le pareció extraño.

Durante el día, el emperador no había notado en absoluto lo que faltaba en la pared. Pero ahora el emperador miraba fijamente donde habían estado las dos pinturas antes de ser quitadas.

"¿Su Majestad? ¿Qué ocurre?"

Cuando el caballero preguntó cuidadosamente, Sovieshu lo volvió a mirar,

"¿Qué pasó con las pinturas?"

El caballero se horrorizó y tragó con fuerza.

"¿Disculpe?"

"¿Dónde están las pinturas?"

'¿Su memoria... ha vuelto?' El caballero respondió naturalmente a pesar de que estaba confundido,

"El Marqués Karl ordenó colgarlas en otro lugar por un tiempo porque hacen daño a Su Majestad."

"Qué tontería."

Una voz fría salió de la boca de Sovieshu. El caballero volvió a tragar con fuerza.

Cuando Sovieshu se echó el cabello hacia atrás con una mano, notó la venda en su mano y murmuró, "Sí, no hay manera de que Navier esté aquí."

Luego, se puso ambas manos sobre la cabeza y cerró los ojos.

Las lágrimas cayeron de sus ojos cerrados, por lo que el caballero se apresuró a mirar hacia otro lado.

***

Al día siguiente, el Marqués Karl se inquietó cuando recibió la noticia de que Sovieshu había recuperado la memoria.

Fue una verdadera suerte que Sovieshu recuperara la memoria tan rápido, pero al mismo tiempo una lástima porque volvería a sufrir.

Sin embargo, sin duda era bueno para el país porque ahora había mucho trabajo por hacer.

Después de que el Marqués Karl se arregló la barba frente al espejo, fue inmediatamente al dormitorio de Sovieshu y se anunció en voz alta, "Su Majestad, es Karl."

"Entra."

Una voz somnolienta respondió.

El Marqués Karl abrió la puerta, se inclinó y examinó su semblante.

Aunque le preocupaba mucho cómo estaría después de recuperar la memoria, no se veía tan mal como esperaba.

'Es un alivio.'

Mientras el Marqués Karl se alegraba de que estuviera mejor, Sovieshu se levantó de la cama y le dio instrucciones.

"Marqués Karl. No te lo pregunté ayer, eres mi secretario, ¿cierto? ¿Dónde está mi oficina? ¿Es el mismo lugar que solía usar mi padre? Vamos allí. Necesito mucho de tu ayuda."

"¿Eh?"

'¿Qué está pasando...?' El Marqués Karl parpadeó sin comprender.

Sovieshu se quitó la ropa de dormir, la dejó en la cama e hizo sonar la campana sobre la pequeña mesa.

Cuando los sirvientes escucharon el sonido de la campana, se apresuraron a entrar, lo lavaron cuidadosamente por sus lesiones y le cambiaron la ropa.

Una vez que estuvo listo, Sovieshu miró con curiosidad el atuendo del emperador y volvió a dar instrucciones al Marqués Karl.

"Vamos. Hay mucho que examinar y considerar sobre mi yo del futuro."

El Marqués Karl abrió la boca con asombro.

'¿La personalidad de Su Majestad... se ha dividido en dos?'

***

Ahora que mi cuerpo se ha recuperado lo suficiente como para poder salir a caminar a un ritmo no demasiado lento, es el momento de resolver el problema que he estado posponiendo, que no es otro que la revelación involuntaria de mi magia.

Era un poco extraño describirlo como un problema. El asunto del 'intruso que utiliza magia de hielo' había sido un tema de discusión en el pasado debido al peligro que representaba... los rumores se extienden rápidamente, así que ya todos deben saber que soy yo, pero aun así era mejor aclararlo personalmente.

Por esa razón, asistí a una reunión por primera vez en mucho tiempo, en parte para mostrar que estaba recuperada y en parte para hablar de mi magia.

Como entré deliberadamente un poco más tarde que los demás, los funcionarios que ya estaban reunidos discutiendo, me miraron al mismo tiempo.

"Me alegra su pronta recuperación, Su Majestad."

"La Familia Zemensia ha sido completamente destruida, así que no tendrá que preocuparse más."

"De ahora en adelante, se reforzará la seguridad en el palacio imperial para que no vuelva a ocurrir nada parecido."

Después de aceptar con una sonrisa las amables palabras que me transmitieron uno a uno los altos funcionarios, reconocí oficialmente que había utilizado magia de hielo.

"¿Así que Su Majestad es una maga?"

A decir verdad, todavía no controlaba bien mi magia, así que me daba un poco de vergüenza responder a eso.

Sin embargo, una emperatriz debe actuar con dignidad sin importar la situación, así que respondí con calma,

"Así es."

Mientras fingía que había ocultado intencionadamente mi magia hasta ahora, levanté levemente la barbilla y mantuve una expresión serena.

Los nobles engañados me elogiaron excesivamente, diciendo que era una habilidad adecuada para mí, una habilidad extraordinaria y poderosa.

"¡Así que la habitual atmósfera fría alrededor de Su Majestad se debe a su inclinación mágica!"

... A veces hacían comentarios completamente absurdos, pero en general, el ambiente era bueno. No se podía comparar con la primera vez que llegué a Occidente con Heinley.

Luego me senté en una silla a escuchar la reunión mientras se discutían los puntos del orden del día, pero lentamente comencé a sentirme cansada, así que abandoné la sala de reuniones primero y me dirigí a mi habitación.

'Creo que todavía no me encuentro lo suficientemente fuerte como para permanecer sentada en una posición incómoda por mucho tiempo.'

Se lo comentaré al médico del palacio más tarde y le pediré que me recomiende ejercicios que no requieran demasiado esfuerzo.

En cualquier caso, ahora que he sido descubierta, quisiera aprender más en serio sobre la magia... Dios mío, ¿qué es eso?

"¿Su Majestad?"

Cuando me detuve bruscamente, el Vizconde Langdel me llamó con preocupación, giró la cabeza en la dirección que yo miraba y se puso rígido de inmediato.

No muy lejos, había una pareja de enamorados abrazándose y besándose con intensidad.

Tal vez no tuvieron la intención de besarse en público porque estaban escondidos entre los arbustos, pero por desgracia, podía verlo todo. No parecieron darse cuenta de nuestra presencia.

"Vamos por otro camino."

Tosí secamente y me di la vuelta mientras el Vizconde Langdel me seguía con una expresión seria. Mis damas de compañía susurraron entre sí y se echaron a reír.

Al principio también me reí un poco por el asombro. Sin embargo, mientras caminaba escuchando el sonido de las pisadas sobre la hierba, comencé a preocuparme al recordar el comportamiento de Heinley anoche.

¿Por qué Heinley retrocedió de repente cuando me iba a besar? No creo que haya sido por miedo a los fantasmas.

¿Será porque todavía me estoy recuperando? Tampoco creo eso, no trató de besarme intensamente, se detuvo cuando estaba a punto de besarme en la mejilla.

Además, no tenía heridas externas gracias a la magia curativa.

Por supuesto, todavía debía tener cuidado, porque si no descansaba adecuadamente, los efectos de la magia curativa desaparecerían o disminuirían.

¿Recibir un beso en la mejilla está incluido entre las cosas con las que debo tener cuidado? No, absolutamente no.

Entonces, ¿por qué no me besó?

Mientras reflexionaba, el causante apareció no muy lejos.

Parecía que la reunión había terminado, Heinley bajaba un corto tramo de escaleras con un funcionario a su derecha y McKenna a su izquierda.

"Heinley."

Cuando lo llamé, Heinley se acercó a mí con una hermosa sonrisa.

No parecía la persona que se detuvo ayer cuando estaba a punto de besarme.

"¿Tienes un momento?"

Tenía que salir de dudas, así que le pregunté rápidamente.

"Hay algo que quiero comprobar contigo. ¿Podemos estar a solas un rato?"

Pondré a prueba a Heinley para saber si estaba evitando besarme o fue una cosa del momento. Esa era la forma más rápida de salir de dudas.

lunes, 8 de agosto de 2022

agosto 08, 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 416

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 416. La Conmoción del Marqués Karl (1)



Sovieshu frunció el ceño como si eso no tuviera sentido, tan descabellado que ni siquiera merecía la pena escucharlo.

"¿Qué dices? ¿Navier no está casada conmigo?"

"Después de divorciarse de Su Majestad, se volvió a casar."

"¿Se divorció de mí?"

No había tensión en la voz de Sovieshu. No parecía creer en las palabras del Marqués Karl.

Cuando el Marqués Karl tiró de su barba para demostrar que no era falsa, las pupilas de Sovieshu se sacudieron.

Aunque en su interior sabía que algo no estaba bien, inconscientemente lo evitaba porque todo parecía absurdo.

"¿Por qué me divorcié de Navier? ¿Navier... me engañó con otro hombre? ¿No me quiere? ¿O es porque fue golpeada por los melocotones?"

El Marqués Karl tuvo ganas de llorar y reír al mismo tiempo, por lo que una sonrisa se formó en sus ojos y un llanto salió de su boca.

Escuchar ahora las palabras de Sovieshu le hizo recordar lo buena que había sido la relación entre Navier y Sovieshu en el pasado.

En ese entonces, nadie habría pensado que Sovieshu se divorciaría de Navier. Incluso esta pelea por unos melocotones era la peor que el Marqués Karl podía recordar.

'¿Cómo pudo acabar así esta pareja?'

"Su Majestad trajo a otra mujer y la convirtió en su concubina."

"¡!"

"Eso no es todo, le pidió a Navier el divorcio para elevar a esa concubina a la posición de emperatriz."

"¿Qué...? Eso es... eso es ridículo..."

"Eso es lo que pasó. Así que Navier se fue al Imperio Occidental, donde se volvió a casar."

Sovieshu sacudió la cabeza con los ojos totalmente abiertos.

"Eso no tiene sentido. ¿Me enamoré de otra mujer y le pedí el divorcio a Navier? ¿Yo? ¿Fui capaz de hacer eso?"

"Sí, lo hiciste."

Sovieshu, que sacudía rápidamente la cabeza, se detuvo de repente y preguntó.

"¿El nombre de esa mujer es Rashta?"

"¿Lo recordaste?"

"No. Lo oí de los susurros de los cortesanos en el dormitorio mientras me despertaba. No dejaban de mencionar ese nombre."

Luego, Sovieshu lo pensó un poco más y preguntó,

"¿Esa mujer tiene el cabello rojo?"

"No, es completamente diferente."

El Marqués Karl respondió con resolución.

"No puedo creerlo. No puedo creer que me haya casado con otra mujer. No puedo creer que le haya pedido el divorcio a Navier. Es absolutamente imposible."

"Su Majestad..."

"¡Basta de bromas tontas, por favor!"

Después de esas palabras, Sovieshu se apresuró a ir al Palacio del Oeste.

El Comandante de la Guardia Imperial lo ayudó sin decir una palabra.

Sovieshu, que caminó en silencio hacia el Palacio del Oeste, entró en la habitación utilizada por Navier en ese entonces, pero estaba completamente vacía.

Sovieshu incluso entró en la habitación de la emperatriz, pero también estaba vacía.

En cuanto vio las habitaciones vacías, Sovieshu perdió la fuerza en las piernas y casi se derrumba.

El Comandante, que lo había ayudado en el camino, evitó rápidamente que Sovieshu se derrumbara.

Sovieshu miró al Marqués Karl con una expresión rígida. El Marqués Karl inclinó la cabeza, con el corazón adolorido.

Si la memoria de Sovieshu había vuelto realmente a sus días de príncipe heredero, entonces, desde su perspectiva, habría perdido repentinamente tanto a su madre como a su esposa. La desesperación debía ser enorme.

Sovieshu dirigió su mirada al suelo por un momento y luego dijo, "Volvamos."

De vuelta a su dormitorio en el Palacio del Este, Sovieshu fue examinado por el médico del palacio y preguntó al Marqués Karl, que estaba a su lado.

"Marqués Karl. ¿Navier... sufrió mucho? ¿Por mi culpa?"

"Sí. Sufrió mucho, mucho."

"..."

"Lo pasó muy mal."

El Marqués Karl pensó que ahora Sovieshu le preguntaría por Rashta. Pensó que le preguntaría de qué clase de mujer se había enamorado para dejar a Navier. Mientras elegía las palabras adecuadas para responder, Sovieshu hizo otra pregunta.

"¿Podemos traer de vuelta a Navier?"

El Marqués Karl lo miró sorprendido. El médico del palacio, que estaba usando el estetoscopio, también miró a Sovieshu con los ojos bien abiertos.

Sin embargo, Sovieshu no parecía estar bromeando. Tenía una expresión seria.

Sovieshu miró al Marqués Karl con ojos decididos y volvió a preguntar,

"Está bien. ¿No dijiste que soy el Emperador? Lo averiguaré por mí mismo."

"¡Su Majestad!"

"Otra pregunta, Marqués Karl. ¿Con quién se volvió a casar Navier?"

El Marqués de Karl respondió de acuerdo con la memoria actual de Sovieshu.

"Se casó con el Príncipe Heinley del Reino Occidental."

Sovieshu se sobresaltó.

"¡Mentira! ¡Maldición, dime que esto es una broma! ¡Por favor! ¿Quieres decir que se casó con ese niño que siempre huía de casa y era atrapado? ¡¿Navier?!"

Sovieshu levantó su mano y se la pasó por la cabeza.

"Es absurdo. Por más afectada que estuviera Navier... por el divorcio, cómo pudo casarse con ese niño..."


El Marqués Karl estuvo a punto de olvidar la triste situación y reírse. Podía adivinar el motivo de la reacción de Sovieshu.

"Ya no es un niño pequeño, Su Majestad."

Cuando el médico del palacio habló en su lugar, Sovieshu dijo con el ceño fruncido,

"Ahh, es cierto. Ese príncipe también debe haber crecido."

El Marqués Karl añadió unas palabras más.

"Ya no es un príncipe."

"¿En serio?"

"Ascendió al trono como Emperador del Imperio Occidental."

"¿Ascendió al trono del Imperio Oriental? Espera, ¿qué quieres decir con el Imperio Occidental, no es el Reino Occidental?"

"El Reino Occidental se autoproclamó un Imperio."

"¿Cómo pudo ese país que sólo tiene joyas autoproclamarse un Imperio?"

En este tiempo, Sovieshu entendió sobre las cuestiones prácticas, un poco sobre la situación actual, e incluso tomó la iniciativa en varias cosas, por lo que con buena ayuda, recuperaría sus anteriores capacidades rápidamente en un par de años.

Pero había mucho trabajo que hacer ahora mismo. Estaban los problemas con el Duque Elgy, el problema de Glorym, además de todo tipo de cosas que surgían cada día...

El Marqués Karl se lamentó en su interior, 'Qué vamos a hacer... tendremos que arreglárnoslas de alguna manera.'

Sentía que con tanta presión los secretarios de Sovieshu morirían en pocos años.

A pesar de estar angustiado, el Marqués Karl preguntó al médico del palacio sin mostrar ningún indicio.

"¿Cómo se encuentra?"

"Tiene contusiones, esguinces y daños en los huesos, pero nada demasiado grave. Si se cumple con el tratamiento, se recuperará."

El Marqués Karl miró a Sovieshu y preguntó en voz baja, "¿Qué hay de su cabeza?"

Sovieshu entrecerró los ojos porque la voz no fue lo suficientemente baja como para no escuchar, pero sabía que su condición era extraña, así que también esperaba la respuesta.

El médico del palacio sacudió la cabeza sin confianza.

"No sufrió ningún golpe grave en la cabeza... en mi opinión...."

Mientras el médico del palacio dudaba si estaba bien decir, 'Parece que es un problema mental', Sovieshu preguntó primero, "¿Estoy loco?"

Una vez que el médico del palacio sacudió la cabeza apresuradamente, Sovieshu suspiró y se tumbó completamente en la cama,

"Me levantaré después de una buena siesta. Me duelen mucho las extremidades. Además… no sé por qué tengo tanto sueño."

"Te cambiaré las vendas."

"Está bien."

Cuando el médico del palacio le aplicó una pomada en las zonas afectadas y le puso nuevas vendas, Sovieshu ya estaba dormido como si se hubiera desmayado.

El Marqués Karl ordenó a todos los cortesanos reunidos en el dormitorio que salieran. Luego salió junto con el médico del palacio.

Sin embargo, dejó a un caballero en el dormitorio para evitar cualquier posibilidad de que Sovieshu se volviera a lastimar.

***

viernes, 5 de agosto de 2022

agosto 05, 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 415

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 415. Memoria De Sovieshu (2)



En el lujoso dormitorio, los cortesanos susurraban mientras dirigían sus miradas de vez en cuando a la cama con dosel.

Era el tercer día después de la caída del Emperador Sovieshu por la ventana. Aunque se había lesionado el brazo y la pierna derecha, no había sido una lesión tan seria como para no poder despertarse. Sin embargo, el Emperador Sovieshu todavía estaba inconsciente.

Al principio, los cortesanos esperaban en silencio a que Sovieshu despertara, pero al segundo día comenzaron a susurrar poco a poco entre ellos.

Unos decían que se oían llantos lamentables desde la torre donde había muerto Rashta, y otros decían que Rashta parecía intentar llevarse al Emperador Sovieshu.

"¿No habrá visto el fantasma de Rashta?"

"¡Oye, no digas cosas siniestras!"

"¿No lo has pensado? Aunque no resultó gravemente herido, lleva varios días sin despertarse..."

En ese momento, una voz pesada vino del interior del dosel.

"¿Quién es Rashta?"

Era la voz del Emperador Sovieshu.

Los cortesanos se miraron sorprendidos, sus bocas se cerraron y sus ojos se abrieron ampliamente.

Tardíamente recuperaron sus sentidos y comenzaron a llamarlo, "¿Su Majestad?" "¡Su Majestad!"

Una mano salió del dosel y lo abrió bruscamente.

Cuando el dosel fue apartado, se vio a Sovieshu sentado en una posición incómoda en la cama, con una mano en la cabeza.

"Maldición. Me duele la cabeza."

Mientras Sovieshu murmuraba en voz baja, un cortesano salió de la habitación y los otros dos se le acercaron rápidamente.

"Su Majestad, ¿se encuentra bien?"

"¿Se encuentra bien, Su Majestad?"

"Si no hicieran tanto escándalo, no me dolería tanto la cabeza."

Cuando Sovieshu agitó su mano, las bocas de los cortesanos volvieron a cerrarse al mismo tiempo.

Sólo entonces, Sovieshu se quitó la mano de la cabeza y preguntó con una expresión seria,

"¿Qué pasó con Navier? ¿Está bien?"

Los cortesanos, que se habían quedado en silencio, se volvieron sorprendentemente más silenciosos. Se miraron desconcertados mientras una pregunta similar aparecía en sus mentes.

'¿De qué habla Su Majestad?'

Sin embargo, no tardaron en llegar a una misma conclusión.

'Ah... Navier, que se marchó al Imperio Occidental, había resultado gravemente herida, por lo que Su Majestad pregunta si hay noticias suyas.'

"Todavía no sabemos nada."

Ante la respuesta de un cortesano, Sovieshu salió de la cama y se levantó,

"Iré a verla yo mismo."

'¿Al Imperio Occidental? No, ¡ni siquiera debe levantarse en su estado!'

Los cortesanos agitaron sus manos con preocupación.

El médico del palacio descartó que fuera una lesión grave, pero sí necesitaba reposo porque los huesos de su brazo y pierna derecha habían sufrido daños. No debía levantarse todavía.

Como cabía esperar, Sovieshu apretó inmediatamente los dientes de dolor y se tambaleó.

Los dos cortesanos lo sostuvieron al mismo tiempo. Acto seguido, el Marqués Karl y el médico del palacio entraron en cuanto se enteraron de que Sovieshu se había despertado por el cortesano que salió a buscarlos.

"¡Su Majestad!"

"¡Cielos, Su Majestad!"

Sovieshu, que mantuvo el equilibrio apoyado en el hombre de los cortesanos, miró extrañado a los dos hombres que se le acercaron corriendo con caras al borde de las lágrimas.

Luego murmuró con el ceño fruncido,

"¿Su Majestad...?"

Antes de que terminara lo que quería decir, levantó repentinamente las cejas, volvió a mirar al Marqués Karl y preguntó desconcertado,

"¿Marqués Karl? ¿La barba... te ha crecido tanto en un día?"

El Marqués Karl, que estaba a punto de preguntar con lágrimas en los ojos a Sovieshu si estaba bien, se detuvo, "¿Qué?"

'¿De qué está hablando?'

Pensó que había oído mal, pero el dedo de Sovieshu apuntaba precisamente a su barba. El Marqués Karl pasó ambas manos por su barba y respondió,

"¿Su Majestad? He tenido esta barba desde hace cinco años."

"¿Qué?"

La expresión de Sovieshu se distorsionó un poco. Fue como si hubiera escuchado una historia sin sentido.

"¿Qué estás diciendo? Siempre te aplicas cremas raras en la barbilla y debajo de la nariz porque no te crece. ¿Quieres decir que ha funcionado en un día como si tuvieras barba desde hace cinco años?"

Los cortesanos volvieron a mirarse entre sí. Las pupilas del Marqués Karl se contrajeron y la mandíbula del médico del palacio, que esperaba el momento para examinar a Sovieshu, se abrió tanto que pareció caerse.

Sovieshu los miró a todos aún más extrañado y preguntó.

"Además, ¿por qué irrumpes en mi dormitorio sin permiso, Marqués Karl? ¿Por qué están todas estas personas reunidas en mi dormitorio? ¿Por qué me llaman Su Majestad?"

El médico del palacio se cubrió la boca con ambas manos. Aunque el Marqués Karl no era médico, podía darse cuenta del extraño estado en el que se encontraba Sovieshu.

Pero Sovieshu, quien había sumido a los presentes en la confusión, miró a todos como si estuvieran locos y se dirigió hacia la puerta,

"Necesito ver a Navier primero. Antes de caerme, vi claramente que estaba en una posición en la que sería golpeada por los melocotones que caían."

Sovieshu salió tambaleándose del dormitorio, pero nadie lo detuvo.

El Marqués Karl fue el primero en entrar en razón, llamó al Comandante de la Guardia Imperial que esperaba fuera del dormitorio y siguió a Sovieshu. El Comandante se apresuró a ayudar a Sovieshu.

Apoyado en su hombro, Sovieshu bajó las escaleras que conducían al Palacio del Oeste y continuó por el pasillo.

El Marqués Karl le siguió en silencio mientras pensaba, 'No, no, no puede ser'.

"Su Majestad, ¿Navier... no está en el Imperio Occidental?"

'Maldición, creo que me rompí la pierna'.

Sovieshu preguntó mientras caminaba con los dientes apretados por el dolor,

"¿Qué? ¿Cómo Navier estaría en el Imperio Occidental? Justo ayer salimos a escondidas a recoger melocotones."

"..."

El Marqués Karl se acarició la barba con una mano. Aunque era un poco desconcertante, ahora no tenía dudas. Parte de la memoria de Sovieshu... había desaparecido.

Además, por lo que decía, su memoria parecía haberse detenido en sus días de príncipe heredero. No de cuando era demasiado pequeño, sino de cuando tenía entre 18 y 19 años.

Le quedó claro al escucharle hablar del tiempo en que no le crecía la barba, y de lo que pasó en el árbol de melocotones.

Cuando Sovieshu era el príncipe heredero, una vez se subió a un gran melocotonero, que tenía deliciosos melocotones maduros, para recoger unos y dárselos a Navier.

Era extraño que el príncipe heredero se subiera a un árbol a recoger melocotones, pero Navier, en sus días de princesa heredera, tenía una dieta estricta para controlar su peso cada vez que se acercaba una celebración importante.

Sovieshu le llevaba comida a escondidas cada vez que podía, y esa había sido la primera vez que se subía a un árbol.

'Es como si lo hubieran leído juntos en una novela romántica el día anterior, tal vez les pareció romántico y decidieron intentarlo...'

En cualquier caso, Sovieshu consiguió subirse al árbol, pero se cayó bruscamente al tirar de un puñado de melocotones, los cuales golpearon a Navier en la cabeza y le provocaron un chichón.

Por lo visto, Sovieshu pensaba que hoy era el día siguiente.

"Su Majestad."

El Marqués Karl habló con voz grave.

"¿Por qué todos actúan de forma tan extraña?"

Sovieshu miró al Marqués Karl con incomodidad y se frotó su brazo adolorido,

"Todo es extraño, empezando por tu barba. ¿Por qué me llamas Su Majestad...? No, espera un momento, ¿por qué estaba acostado en el dormitorio del Emperador?"

"Su Majestad."

"Estoy seguro de que cuando subí al melocotonero... ¡Maldición! ¡Los melocotones! ¡Navier!"

"Su Majestad."

"Primero comprobemos que Navier se encuentre bien."

"Su Majestad."

Mientras Sovieshu intentaba darse prisa, el Marqués Karl lo llamaba repetidamente detrás suyo.

"Veamos primero a Navier, Marqués Karl. Parece que hoy también me golpeará con su almohada. Navier podría poner melocotones dentro de la almohada para que los golpes sean más fuertes."

"... Su Majestad cayó desde una ventana del segundo piso, no desde un árbol."

"¿Qué estás diciendo?"

"Como he dicho, Navier no está aquí."

Sovieshu se detuvo un momento y preguntó con preocupación,

"¿Se ha ido de viaje porque está enojada? ¿Acaso los melocotones le golpearon fuerte?"

El Marqués Karl respondió con voz grave.

"Navier... se casó con otro hombre."

lunes, 1 de agosto de 2022

agosto 01, 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 414

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 414. Memoria De Sovieshu (1)



Desde el Imperio Oriental llegó un mensaje urgente para Evely. Sovieshu había resultado herido, por lo que esperaban que volviera lo antes posible una vez que mi estado de salud mejorara.

Cuando escuché esa noticia, recordé al Sovieshu que vi en mis sueños. ¿Se encontraba gravemente herido?

"No se menciona que su estado de salud sea grave, así que ¿no debería estar bien?"

Evely habló con relativa tranquilidad, pero era imposible saberlo.

El estado de salud del emperador, especialmente si era delicado, no solía comunicarse debidamente al público.

Por el contrario, hubo muchos casos en los que un emperador mintió con que estaba enfermo para tender una trampa.

"Quería quedarme más tiempo con Su Majestad..."

"Habrá otras oportunidades. Ven a visitarme de vez en cuando."

"¿No puedo venir a menudo?"

"Puedes venir a menudo, pero no quiero que te sientas presionada."

"Por favor, permítame visitarla a menudo..."

"Está bien, ven más a menudo."

Evely juntó las manos mientras movía los pies alegremente.

En ese momento, recordé el carruaje de carreras que Sovieshu me envió como regalo por mi embarazo.

Le pedí a mi ayudante que preparara ese carruaje para Evely. Entonces Evely hizo las maletas y partió directamente hacia el Imperio Oriental.

'Estará bien...'

Incluso después de que Evely se fuera, todavía estaba preocupada por Sovieshu.

¿Fue una verdadera maldición? ¿Podría ser que mi maldición lo alcanzó misteriosamente? En realidad, mi habilidad mágica no es el hielo, sino las maldiciones....

Mientras caminaba despacio por el jardín, sumida en la preocupación, oí una voz llamarme no muy lejos.

"Su Majestad."

Cuando me di la vuelta, vi a Kapmen mirándome en su silla de ruedas.

"Gran Duque Kapmen."

Después de saludarlo con una sonrisa alegre, el sirviente que estaba detrás del Gran Duque Kapmen acercó la silla de ruedas.

"Déjanos un momento a solas."

"Sí."

Una vez que el sirviente se retiró, también le pedí al Vizconde Langdel, que estaba a mi lado, que nos dejara un momento a solas.

"No puedo, lo siento. No podría estar tranquilo si me separo de Su Majestad."

Dado que el Vizconde Langdel se negó rotundamente, el Gran Duque Kapmen y yo fuimos a una habitación cercana.

Sólo entonces el Vizconde Langdel nos dejó a solas y se quedó afuera.

A excepción de nosotros dos, no había nadie en la habitación, sólo se oía el tic-tac del reloj en medio del silencio.

Antes, me habría sentido incómoda al estar a solas en esta atmósfera con el Gran Duque Kapmen. Conocía los efectos de la poción de amor, así que sabía que se sentía atraído por mí de forma involuntaria.

Pero ahora no me sentía de esa manera.

Por supuesto, aún no había escuchado una respuesta concreta, pero estaba convencida de que la poción de amor había perdido su eficacia en el Gran Duque Kapmen.

"En primer lugar, muchas gracias por salvarme la vida."

"Nos salvamos el uno al otro."

"No creo que sea así."

"Si Su Majestad no hubiera ralentizado un poco la caída de ese hombre, podría haber muerto al instante."

"... Lo estás exagerando demasiado, eso fue una coincidencia."

"Sólo bromeaba. ¿Te diste cuenta?"

El Gran Duque Kapmen se rió y jugueteó con el guante que se quitó de una mano.

Mientras observaba cómo el guante blanco cambiaba constantemente de forma en sus manos, hice la pregunta que más quería hacer.

"Los efectos de la poción de amor..."

"Se han ido."

El Gran Duque Kapmen respondió con firmeza antes de que terminara mi pregunta, y dejó de juguetear con su guante.

"Ahora puedo ocultarlo."

"¿Ocultarlo?"

"¿Cómo va tu recuperación?"

'Parece que acaba de cambiar de tema.'

Entrecerré los ojos. El Gran Duque Kapmen podía escuchar mis pensamientos, pero lo ignoró y no respondió.

De repente, sentí que había pasado algo por alto. Incluso antes, cuando el Gran Duque Kapmen acababa de despertarse.... algo no encajaba...

"Te ves bien. La Señorita Evely tiene mucho talento."

La pista que estaba a punto de alcanzar en mis recuerdos me fue arrebatada de las manos por la voz del Gran Duque Kapmen.

Fue una lástima, pero al final desistí de rebuscar en mis recuerdos y respondí con una sonrisa,

"Sí, estoy bien. No puedo hacer movimientos bruscos, pero es mejor que nada."

Kapmen sonrió levemente y se puso el guante que se había quitado.

***

Kapmen, que se había acomodado los guantes como si estuviera a punto de marcharse, permaneció en la habitación incluso después de que Navier saliera primero.

Mientras contemplaba el asiento donde se había sentado Navier, murmuró como si todavía estuviera sentada allí,

"Sólo pude tenerte en mis brazos una vez. Me hace feliz que haya sido para salvarte."

La voz era muy baja para que nadie pudiera escucharlo.

Kapmen miró el asiento vacío, se quitó un guante, y se puso la mano sobre el corazón.

'Todavía me duele... pero ahora puedo ocultarlo.'



'Eso es todo lo que importa. Al menos, eso espero.'

***

El clima de la noche era frío y húmedo.

Envuelta en las sábanas doradas, levantaba la cabeza hacia la ventana cada vez que el viento soplaba fuerte.

Tenía muchas ganas de dormir en los brazos de Heinley, pero el médico del palacio insistió en que utilizara la cama separada hasta que me recuperara por completo.

Por esa razón, hoy estaba acostada sola en la cama de mi habitación, como he estado en los últimos días, y miraba a la ventana sin nada más que hacer.

Heinley...

"¿Qué has estado haciendo desde hace un rato?"

Tenía en sus manos un frasco dorado del tamaño de dos manos con el que esparcía algo alrededor de mi cama, los marcos de las ventanas, los marcos de las puertas, y demás.

"¿Heinley?... ¿Heinley?... Heinley."

Lo llamé tres veces seguidas mientras estaba envuelta en las sábanas, Heinley, que estaba ocupado con lo que estaba haciendo, levantó la cabeza y dijo, "¿Sí?"

Saqué una mano por encima de las sábanas y señalé los cristales blancos que había puesto en una ventana.

"¿Qué estás esparciendo?"

"Hmm..."

Heinley no respondió inmediatamente y jugueteó con los cristales blancos del frasco con una mano.

"Si no respondes, lo congelaré todo."

"Iba a responder. Además, ¿por qué te pones tan violenta? Haces que mi corazón se acelere."

"... ¿Te acelera el corazón?"

"¿No te he dicho que eso me gusta?"

"..."

"Oh, aún no te lo he dicho. Olvídalo, Reina. Te lo contaré con calma en otra ocasión."

Heinley se acercó a mí, tomó unos pocos cristales blancos y los puso en la palma de mi mano.

Me acerqué la palma de la mano a la cara, pero seguía sin saber qué era.

"Es sal."

"¿Sal?"

¿Qué clase de sal?

Cuando lo miré desconcertada, Heinley recogió la sal de la palma de mi mano y dijo,

"La esparzo para alejar las malas energías."

"¿Las malas energías?"

"No es que eso me dé miedo, pero nunca se sabe..."

"¿Es por si aparece el fantasma del Duque Zemensia?"

¿Tiene miedo de que el hombre que sacrificó su vida para atacarme reaparezca como un fantasma? ¿Era eso lo que temía?

"Ah, bueno. Así es."

Antes, en el alboroto del fantasma causado por el Marqués Ketron, Heinley nunca tuvo miedo. Fingió estar asustado delante de mí, pero estaba convencida de que realmente no lo estaba.

Pero ahora que lo veo esparcir sal por todas partes, mi convicción desapareció. ¿De verdad tiene miedo a los fantasmas?

Mientras lo observaba esparcir la sal, sacó una joya azul de su bolsillo y la pasó por la sal.

"¿Es una piedra aromática de mar?"

"Sí."

Se dice que la piedra aromática de mar tiene el efecto de alejar las cosas impuras...

"Ahora es seguro. ¿Verdad, Reina?"

"Me habría sentido segura incluso sin todo eso."

"Yo no. Como te dije, tengo miedo."

Heinley murmuró mientras se acercaba a mí,

"Por favor, reconfórtame. Tengo miedo."

Luego puso sus labios en mi mejilla. No, estuvo a punto de hacerlo.

Sin embargo, se detuvo y volvió a retroceder.

"¿Heinley?"

¿Por qué no me beso?

Mientras lo miraba con curiosidad, Heinley se tocó torpemente la comisura de los labios y, de repente, volvió a tomar el frasco de sal que había dejado.

"Esparciré un poco más."

¿Heinley?

***

viernes, 29 de julio de 2022

julio 29, 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 413

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 413. Volverse A Separar (2)



Evely venía una vez al día a usar su magia curativa, tomaba las medicinas prescritas por el médico del palacio y descansaba en la cama, por lo que mi cuerpo se recuperó rápidamente.

Por un instante, creí que realmente moriría. Ahora mi condición física casi ha vuelto a ser la de antes.

"Eso es lo que piensa Reina."

Sin embargo, Heinley insistía en que no me había recuperado.

"Creo que estás exagerando un poco."

"¿Exagerando? Reina, si hubiera sido al revés, estarías tan preocupada como yo."

A pesar de mi mirada indignada, Heinley se mantuvo firme.

"Todavía no estás bien. Debes permanecer en reposo absoluto hasta que te hayas recuperado por completo."

"De acuerdo, deja de regañarme."

Cuando giré la cabeza molesta, Heinley se acercó a la cabecera de la cama, tomó un tazón pequeño del carrito de comida con una mano y una cuchara de plata con la otra.

"¿Quieres darme de comer otra vez?"

"Reina está convaleciente."

"Mis manos están bien."

"Reina, si fuera al revés, harías lo mismo por mí."

"..."

"Vamos. Abre la boca y di, 'aah'. Es la sopa de res que Reina quería comer."

Por mucho que quisiera rechazarlo, no podía porque Heinley utilizaba el 'si fuera al revés' como arma. No había forma de luchar contra eso.
.
En cualquier caso, debió de ser peor para Heinley, que no pudo dormir bien mientras estuve en coma, que para mí, que perdí el conocimiento al instante.

Mi hermano, mis damas de compañía y mis padres, que volvieron a toda prisa al Imperio Occidental... todos estaban muy preocupados. McKenna incluso oró, 'No importa que deba ocuparme de todo tu trabajo, lo haré sin quejarme, así que por favor despierta'.

Finalmente, abrí la boca y comí lo que Heinley me dio con la cuchara.

"Dejaré esto claro. No es a mí a quien estás alimentado."

"Entonces, ¿a quién estoy alimentando?"

"Al pajarito en mi barriga."

"Entonces, pajarito, abre la boca y di 'aah' de nuevo."


Mientras comía obedientemente la sopa, pensé de repente en la Familia Zemensia.

Escuché que el perpetrador, el Duque Zemensia, murió en el acto. El Viejo Duque fue traído en su lugar para reunirse a solas con Heinley.

Después, todos los miembros de la Familia Zemensia fueron arrestados y condenados a muerte o a la esclavitud por intento de asesinato a la Emperatriz.

Sin embargo, no me enteré de los detalles.

Eso no podía ser todo, así que quería saber más, pero la Condesa Jubel fue la única que me contó un poco a regañadientes, mis otras damas de compañía mantuvieron la boca cerrada. Lo mismo pasó con mis ayudantes y caballeros.

Todos decían que lo mejor sería no escuchar esas historias por el bien del bebé en mi vientre. Decían que había pasado por muchos sobresaltos, así que a partir de ahora solo debía prestar atención a las cosas buenas.

"¿Reina? ¿No harás 'aah'?"

"Aah."

Mientras Heinley me daba de comer, la voz ansiosa de Laura vino desde fuera de la puerta.

"¡Su Majestad, Su Majestad! ¡Tengo algo que decirle!"

Me disculpé naturalmente con Heinley y dejé entrar a Laura. En cuanto le di permiso, Laura entró con una expresión de felicidad, se inclinó ante Heinley y exclamó,

"¡Su Majestad, el Gran Kapmen ha despertado!"

Me sorprendí e intenté levantarme, pero Heinley me detuvo. Después de que lo miré con el ceño fruncido, le pregunté rápidamente a Laura.

"¿Cómo se encuentra? ¿Está bien?"

"No lo sé. Se quedó sentado con la mirada perdida desde que se despertó."

La voz de Laura estaba llena de alegría. El Gran Duque Kapmen y Evely son ahora tratados como héroes por haberme salvado.

Laura, que es cercana a mí, estaba por supuesto más contenta.

Le indiqué con la mirada a Heinley que quería ir a verlo.

Kapmen y Evely no sólo fueron héroes, sino también mis salvadores. En especial Kapmen, que resultó más herido que yo, y estuvo en coma hasta ahora porque me protegió con su cuerpo. Quería verlo despierto y sano.

Afortunadamente, Heinley esta vez me extendió su mano para ayudarme a levantar y me dijo,

"Vamos juntos."

Fuimos directamente a la habitación donde se hospedaba el Gran Duque Kapmen.

La habitación del Gran Duque Kapmen se encontraba inicialmente donde se hospedaban los invitados distinguidos, pero después de que fue herido al intentar salvarme, fue trasladado a la habitación frente a la mía para que ambos pudiéramos recibir tratamiento rápido del médico del palacio. Esto me facilitó visitarlo.

Laura se adelantó y abrió la puerta.

Con la ayuda de Heinley, entré en la habitación donde se hospedaba el Gran Duque Kapmen.

En el centro de la habitación iluminada tenuemente, el Gran Duque Kapmen estaba sentado en la cama con las manos sobre las rodillas. Como había dicho Laura, tenía la mirada perdida, pero también parecía un poco confundido.

Al menos no tenía heridas externas por la magia curativa. Por supuesto, su cuerpo aún necesitaba tiempo para volver a su condición anterior.

El Gran Duque Kapmen pareció oírnos entrar, así que movió un poco la cabeza para mirar hacia nosotros. Sin embargo, sus ojos todavía estaban desenfocados.

Tal vez... perdió la vista. Tuve un pensamiento terrible. Le pregunté varias veces en mi mente si se encontraba bien. Debería ser capaz de oírme.

No sé si fue porque las preguntas que hice en mi mente fueron molestas, o si fue sólo casualidad, pero los ojos del Gran Duque Kapmen comenzaron a enfocarse lentamente.

"Oh."

Laura suspiró sorprendida a mi lado, parecía que no era la única que podía ver el cambio.

Cuando me acerqué al Gran Duque Kapmen, su enfoque se hizo aún más claro.

"¿Estás bien?"

La preocupación que sólo había expresado en mi mente, salió de mi boca. El Gran Duque Kapmen parpadeó varias veces.

Mientras lo observaba con más preocupación, el Gran Duque Kapmen finalmente habló.

"Estoy bien."

Contrariamente a su mirada perdida inicial, su voz era tranquila y precisa. Si a esto se le añade que tenía cierta frialdad, era el Kapmen saludable que recordaba.

'Gracias a Dios... parece que está bien.'

Suspiré aliviada y recordé que debía agradecerle. Aunque ya lo había hecho dentro de mí, tenía que decírselo como es debido.

"Gracias."

"... No es nada."

"Me enteré que salvaste mi vida. Muchas gracias, Gran Duque Kapmen."

"Sólo hice lo que debía hacer."

El Gran Duque Kapmen me miró a los ojos con una sonrisa. Su mirada inquebrantable era amistosa y cálida. Oh... Dios mío. Mi boca se entreabrió por sí sola.

Le pregunté con la mirada al Gran Duque Kapmen, '¿Quizás...?'

Pareció entenderme y asintió levemente. Mi boca se abrió por completo.

Laura me miró con extrañeza porque no entendía lo que estaba pasando. Heinley también parecía desconcertado, pero no podía explicarlo bien, así que me reí.

¡El Gran Duque Kapmen finalmente se libró de los efectos de la poción de amor!

***

martes, 26 de julio de 2022

julio 26, 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 412

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 412. Volverse A Separar (1)


Cuando abrió los ojos, estaba de nuevo en su dormitorio.

Pero las sábanas, que solían mantenerse cálidas, estaban hoy lo suficientemente frías como para sentir escalofríos por todo su cuerpo. 

"Mi hija. Papá lo lamenta. Papá lamenta que te hayas ido primero. Papá lamenta no haber creído que eras mi hija."

Sovieshu se paró frente a las pinturas con pasos poco firmes.

Desmontó sus dos preciadas pinturas, las colocó una al lado de la otra en el suelo y abrió los brazos para abrazarlas.

Con un brazo abrazó a Navier y con el otro a Glorym.

Pudo sentir el calor de las pinturas.

En su imaginación, las dos mujeres de las pinturas también abrieron sus brazos y le abrazaron al mismo tiempo.

Un recuerdo de su infancia vino a su mente.

— Seremos una pareja cuando crezcamos, Navier.

— ¿Ya no somos una pareja?

— Es diferente, espero que tengamos un bebé que se parezca a nosotros. Nos haremos un retrato familiar con nuestro primer hijo. Lo colgaré en mi habitación.

Sovieshu sonrió levemente.

"Mi familia..."

Mientras su voz se desvanecía, vio a una niña en la distancia, de pie sobre la nieve blanca.

La niña, que estaba llorando, le preguntó por qué no había venido antes y corrió hacia él cuando lo vio.

"Glorym."

Sovieshu dio un paso hacia la niña.

Pero justo antes de ir por ese camino, alguien lo agarró.

Era Navier.

Navier sacudió la cabeza.

"No te vayas. Quédate, Sovieshu."

Él miró alternadamente a Navier y a Glorym.

Tras un momento de duda, lo entendió. Moriría si iba por ese camino.

Tenía claro que podría volver a estar al lado de su hija si iba por ese camino.

Cuando sus ojos se encontraron con los de Navier, no pudo dejar de llorar.

Recordó haberla esperado fuera de la Mansión Troby en la oscuridad de la noche. Recordó el momento en que sus miradas se cruzaron mientras ella se marchaba en el carruaje. Recordó su boda, su boda con Heinley.

"No te vayas, Sovieshu."

La niña le insistía en que viniera rápido mientras Navier tiraba de él por detrás.

Las dos significaban mucho para él. Las dos estaban en direcciones opuestas.

Sovieshu las miró varias veces, sonrió impotente y apartó la mano de Navier.

"Tú te quedas. Vive, Navier. Sé feliz."

'La bebé murió, pero no Navier.'

Quería estar con Navier, quería ir con Navier, no quería perderla dos veces, pero sabía que esta vez tenía que dejarla ir.

"No vengas por este camino, vive sin prisa por muchos años. Puede que incluso cuando estés aquí no nos volvamos a encontrar."

Dándose la vuelta, consoló a la niña asustada y caminó por un sendero sin final a la vista.

***

El Marqués Karl se movía ansiosamente por el pasillo sin poder apartarse del dormitorio de Sovieshu.

De repente, escuchó un fuerte ruido no muy lejos, que fue seguido por una serie de gritos, 

"¡Su Majestad! Su Majestad!"

'¿Cómo está afuera...?'

Cuando el Marqués Karl salió sorprendido, descubrió que Sovieshu se había caído por la ventana de su dormitorio.

"¡El médico del palacio! ¡Traigan al médico del palacio!"

Aterrado, el Marqués Karl ordenó llamar al médico del palacio.

"¡Evely! ¡Traigan a la Señorita Evely!"

También ordenó llamar a Evely, la preciada maga de curación.

Sin embargo, recordó de inmediato que Evely había ido al Imperio Occidental para curar a Navier.

"Navier..."

Una voz débil vino de Sovieshu.

"¡Su Majestad, Su Majestad! ¡El médico del palacio! ¡Traigan al médico del palacio!"

El Marqués Karl gritó desesperado.

***

"¡Despertaste!"

Escuché un grito de alegría. Cuando abrí los ojos, vi el rostro lloroso de Heinley frente a mí.

"... ¿Heinley?"

Me dolía mucho la garganta, pero conseguí abrir la boca y pronunciar su nombre.

"¡Reina!"

Heinley gimió, me agarró la mano y se la puso en la frente.

¿Mi mano está fría o Heinley tiene fiebre? Sentía su frente especialmente caliente.

Todavía estaba un poco aturdida mientras Heinley sollozaba.

"Reina, creí que te perdería... tenía mucho miedo de perderte..."

Detrás de Heinley, pude ver la sombra de Sovieshu.

La sombra, que parecía preocupada, brilló un instante en cuanto la vi, y desapareció a través de la pared.

Esto me hizo recordar un sueño que tuve. Sovieshu intentaba ir por el camino equivocado, así que lo detuve, pero apartó mi mano y me dijo que no lo siguiera. Quería que viviera. Quería que viviera feliz durante muchos años. Entonces tomó la mano de una niña que estaba cubierta de sangre de pies a cabeza y se marchó.

Me dolía extrañamente el corazón.

Sentía una extraña sensación de pérdida, como si algo hubiese sido arrancado de mí.

***

Sólo pude conocer la historia completa de lo que había sucedido un día después de que me desperté.

El primer día, el médico del palacio había hecho todo lo posible para que descansara.

"Estoy feliz de poder devolver la gracia de Su Majestad."

"Salvaste mi vida..."

El Gran Duque Kapmen y Evely fueron quienes me salvaron.

De acuerdo con Heinley, también se debió a que utilicé mi magia de hielo sobre el Duque Zemensia justo antes de que cayera sobre mí, pero no podía recordarlo bien...

Sin embargo, hubo muchas personas que vieron esa escena, por lo que tal vez sea un pequeño problema una vez que me recupere por completo.

En cualquier caso, gracias a que usé mi magia de hielo y a que el Gran Duque Kapmen me envolvió en sus brazos, pude sobrevivir a un hombre que saltó sobre mí desde lo alto para aplastarme.

Pero quedé en coma, así que Evely vino desde el Imperio Oriental a curarme.

Evely inclinó la cabeza, su cara se puso completamente roja y sonrió alegremente. Balanceaba su cuerpo de un lado a otro y me miraba brevemente. Parecía muy orgullosa de sí misma.

"Te has convertido en una persona increíble, Evely."

¡Sí! ¡Salvé a Su Majestad! Y a... um... no recuerdo de qué país es... bueno, no importa... ¡también salvé a un Gran Duque!"

"No es porque me hayas salvado, realmente te has convertido en una persona increíble."

Los magos con habilidades curativas eran muy apreciados. Por supuesto, cada mago tenía una habilidad diferente, por lo que qué habilidades no eran apreciadas. Sin embargo, las habilidades curativas eran especialmente apreciadas por su naturaleza.

"También es gracias a Su Majestad."

"Yo no hice nada."

Evely rápidamente sacudió la cabeza de un lado a otro, indicando que ese no era el caso en absoluto.

Me reí porque se veía muy adorable, pero... también estaba preocupada.

A diferencia de mí, que me desperté sana y salva, a la vez que se confirmó que el bebé en mi vientre estaba bien, el Gran Duque Kapmen aún no había despertado. ¿Estará bien?

De acuerdo con el médico del palacio, ya se encontraba en un estado en el que debía despertar en cualquier momento. Evely también me contó que había utilizado más de su magia en el Gran Duque Kapmen.

"Disculpe, Su Majestad."

"¿Sí? ¿Qué ocurre?"

"Su Majestad, el Emperador... eh... me refiero al Emperador Sovieshu..."

¿Qué intentaba decir? Evely me miraba con una extraña vacilación.

Cuando le indiqué que podía hablar tranquila con una suave sonrisa, continuó como si no supiera cómo decirlo.

"¿Su Majestad tiene una mala relación con el Emperador Sovieshu?"

Sonreí incómodamente. Era una pregunta difícil de responder.

Mi relación con Sovieshu... es complicada. Éramos amigos, éramos una pareja destinada a pasar la vida juntos, pero de repente se convirtió en una persona que odiaba ver, incluso desee que no fuera feliz, pero es un poco incómodo verlo tan mal.

Sin embargo, como ambos representamos a un imperio, no podía expresar estos sentimientos personales.

"Es una relación normal."

Al final, acabé mi respuesta con un, "¿Por qué lo preguntas?" para que fuera al punto.

Evely dudó, sonrió tímidamente y se rascó la mejilla.

"Parece que el Emperador Sovieshu todavía ama y se preocupa por Su Majestad."

"..."

"Lo siento. No quiero hacerle sentir incómoda. Pero cuando me envió, se veía realmente desesperado y pálido..."

"¿Te envió Sovieshu?"

"Sí. En cuanto se enteró de la noticia, me llamó de inmediato y me ordenó salvar a Su Majestad."

Recuerdo que la noche del día del juicio de Rashta, Sovieshu se quedó llorando en una pared fuera de la mansión de mis padres hasta que me marché en el carruaje. ¿Debería escribirle una carta de agradecimiento?

***

viernes, 22 de julio de 2022

julio 22, 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 411

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 411. La Desesperación De Sovieshu (2)



A pesar del profundo deseo de Sovieshu y del Marqués Karl, no se encontró a Glorym.

Se realizó una búsqueda exhaustiva en los pueblos y en el bosque cercano, e incluso, con el consentimiento de los países vecinos, en todos los pueblos fronterizos, pero no se encontró a la bebé de cabello plateado.

La posibilidad de que la bebé sobreviviera sola en el bosque era prácticamente nula, así que los caballeros lamentaron informar de que lo más probable es que Glorym hubiera muerto.

Sovieshu comenzó a dormir de nuevo. Sólo cuando dormía podía ver a las personas que quería ver aunque fuera en sus sueños.

Sovieshu se desempeñaba a la perfección en su trabajo diario y en las audiencias con los ciudadanos, por lo que muchos creían que había olvidado las cosas malas del pasado y había vuelto a su papel original de emperador.

Sin embargo, bebía de cinco a seis botellas de alcohol fuerte por la noche. Incluso con la puerta cerrada, el llanto salía de su dormitorio.

"No debe beber más alcohol. Se encuentra muy mal del estómago. Por favor, detenlo."

El médico del palacio, que no soportaba verlo, suplicó al Marqués Karl. Pero no había forma de detener a Sovieshu, el emperador del país, aunque fuera su secretario.

"Lo mejor sería que llegara la noticia de que la Emperatriz Navier ha despertado bien..."

Los secretarios de Sovieshu estaban muy preocupados.

Pero antes de que llegaran noticias sobre Navier, llegó otra terrible noticia sobre Glorym.

Uno de los caballeros que buscaba en el bosque encontró la ropa de Glorym manchada de sangre en una cueva.

La bebé parecía pertenecer a una importante familia noble, por lo que el líder de los bandidos mil eternos ordenó fingir su muerte por si acaso, sus subordinados utilizaron deliberadamente la ropa de la bebé para conseguirlo.

Los caballeros, que ni siquiera sabían que los bandidos mil eternos se habían llevado a la bebé, estaban seguros de que Glorym había muerto.

Sovieshu perdió completamente sus sentidos cuando sostuvo la ropa de la bebé.

"Glorym... mi hija."

Mientras sostenía la ropa de la bebé con ambas manos, no pudo cerrar la boca y sus ojos se abrieron ampliamente. Ya había visto esta ropa de la bebé antes.

"Mi hija. Mi niña. Mi bebé."

Los ojos de Sovieshu se llenaron de lágrimas.

Con un nudo en la garganta, cayó de rodillas y apretó la ropa de la bebé contra su pecho. Las lágrimas se deslizaron por su rostro.


"¡Glorym!"

Sovieshu entró en su dormitorio y se acercó a la pintura de Glorym.

Abrazando la ropa de la bebé manchada de sangre, dejó escapar un suspiro al mirar a la bebé en los días en que estaba sana y feliz.

Recordó sus pequeñas extremidades, su amplia sonrisa, sus lindos labios, y la primera vez que la escuchó decir, '¡Bubu!'

Sovieshu volvió a suspirar de dolor y se retorció.

'Eché a esa bebé que había sido tan adorable, a mi propia hija. Es como si la hubiera matado.'

— ¡Por favor, créeme!

La voz llena de rencor de Rashta resonaba en sus oídos.

— ¡Es hija de Su Majestad!

Recordó cómo se meneaba la bebé cuando la tenía en sus brazos.

Era una bebé muy pequeña y frágil. Una bebé a la que había que proteger. Era la bebé más preciosa y dulce del mundo.

"Hija, llévate a tu padre. ¡Hija, llévate a tu padre contigo!"

Sovieshu no pudo soportarlo. Sollozaba y se golpeaba la cabeza contra la pared.

'Navier murió. Mi hija murió. Todo fue en vano.'

La sensación de pérdida, rabia y frustración que crecía en su interior era insoportable.

El dolor que sentía cada vez que se golpeaba la cabeza contra la pared suprimía por un momento el dolor en su corazón.

"¡Su Majestad! ¡Cálmese, Su Majestad!"

Sus secretarios se unieron para sujetarlo, pero Sovieshu se los sacudió de encima y continuó golpeando su cabeza contra la pared.

No paró de hacerse daño hasta que su frente comenzó a sangrar.

Sovieshu sintió que el corazón casi se le salía del pecho cuando la bebé, a la que había abandonado, apareció asustada frente a sus ojos como si esperara ser encontrada antes de morir.

"¡Glorym! ¡Glorym! ¡Mi bebé! ¡Traigan a mi bebé! ¡Marqués Karl, encuentra a mi bebé!"

Un caballero de la Guardia Imperial, que no soportaba ver el estado actual de Sovieshu, se acercó y lo noqueó. Estaba preparado para recibir un castigo severo.

Sin embargo, el Marqués Karl le indicó al caballero que lo había hecho bien.

El caballero acostó a Sovieshu en la cama y preguntó,

"¿No sería mejor... atar a Su Majestad hasta que se calme un poco?"

El Emperador parecía completamente fuera de sí, hasta el punto de hacerse daño delante de otras personas. Le preocupaba qué más podría hacer impulsivamente.

El Marqués Karl sacudió la cabeza después de que lo pensó por un momento.

"No se puede hacer sin una buena razón."

También consideraba que Sovieshu se encontraba en un estado grave, pero no se atrevió a atar al emperador.

"¿Qué hay del enviado que siguió a Evely al Imperio Oriental? ¿Aún no ha vuelto?"

"No."

"Bueno, aún es pronto para que vuelva, pero... espero que regrese antes. Creo que eso calmará un poco a Su Majestad."

El Marqués Karl dudó sobre si debía quitarle la ropa de la bebé. Al final, la escondió cuidadosamente y salió.

Esto último fue un error.

Cuando Sovieshu se despertó, vio las dos pinturas en su dormitorio y lloró intensamente. Las dos pinturas se fusionaron en su vista nublada por las lágrimas.

Navier y Glorym. Su amada esposa y su amada hija. La familia perfecta con la que siempre había soñado apareció frente a sus ojos llorosos.

Sovieshu se golpeó el pecho mientras lloraba y gritó sus nombres varias veces. Luego extendió sus manos hacia la esposa que siempre había estado a su lado y la llamó,

"Navier... Ayúdame, Navier. Es doloroso. Navier. Por favor, ayúdame."

Sin embargo, cuando recordó la historia que le contó el enviado del Imperio Occidental sobre cómo Navier acabó en coma, sus hombros temblaron y se rió.

No porque fuera divertido, sino porque la tristeza alcanzó su punto máximo y una risa extraña salió naturalmente.

'En primer lugar, debí evitar que Navier fuera a ese maldito país.'

Sus decisiones estúpidas y egoístas le causaron un enorme dolor y arrepentimiento.

Le parecía que Navier lucía hoy inusualmente pálida en la pintura. Como un cadáver.

Sovieshu pensaba que Navier había muerto como su bebé.

Sovieshu se derrumbó ante el retrato de Glorym.

"Bebé. Mi bebé. Glorym, ¿dónde estás?"

Las lágrimas, que fluían sin cesar, nublaron más su vista.

"Glorym. Papá está aquí. Mi bebé, ¿dónde estás?"

Mientras sollozaba, de repente se asustó.

'¿Qué tan aterrada estaba mi hija sin su padre a su lado? Debe tener mucho miedo.'

Le asustaba sólo de pensar que si no la tomaba de la mano con fuerza, no sería capaz de dar un solo paso. Incluso ahora estaba separada de la Vizcondesa Verdi, que cuidaba de ella.

'Una bebé tan angelical merece al menos ir al cielo. Pero ni siquiera podrá encontrar ese camino mientras llora y llama a su padre.'

Sovieshu ordenó a un sirviente traer alcohol y volvió a beber.

Después de beber mucho alcohol, una ilusión de Navier apareció frente a sus ojos. Aparecía cada vez que bebía.

Sovieshu habló con Navier entre lágrimas.

— No sé si podré hacerlo bien.

"Lo harás bien. El único que se ha equivocado he sido yo."

— Deja de beber.

"Navier... Navier... por favor, vive. Dime que estás viva. Dime que eres feliz. Por favor."

Entonces, la ilusión de Navier desapareció.

'¿Será porque empecé a hablar de la realidad?'

Sovieshu se levantó rápidamente y miró a su alrededor.

En ese momento, vio a Navier alejarse a través de la ventana. Estaba vestida exactamente como aquel día en que se marchó fríamente después de que pelearon por Rashta.

Como aquella vez, Sovieshu tenía las manos apoyadas firmemente sobre el alféizar de la ventana. La diferencia era que ahora lloraba y sacudía la cabeza.

‘Lo siento, lo siento, lo siento...’

Se disculpó varias veces en su interior, pero entonces vio a una persona parada en el techo.

Era Rashta. Con su cabello plateado empapado de sangre revoloteando, miraba a Navier pasar.

Los ojos de Sovieshu se abrieron mucho.

‘Es una ilusión, es una ilusión…’

Mientras se repetía esto en su mente, Rashta volteó la cabeza hacia él.

Sonrió ampliamente con sangre alrededor de su boca y apuntó con su dedo hacia abajo.

Sovieshu sacudió la cabeza.

'¡No lo hagas! ¡No lo hagas! Por favor, ¡no lo hagas!'

Pero Rashta saltó del techo hacia Navier.

"¡Nooo!"

Sovieshu gritó y saltó por la ventana.