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martes, 31 de mayo de 2022

mayo 31, 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 396

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 396. No Moriré Sola (2)



El Conde Pirnu fingió estar ocupado, recogió rápidamente sus cosas y salió de la oficina.

El Marqués Karl bajó la mirada mientras se reprochaba a sí mismo, 'No debí responder de esa manera'.

Los labios de Sovieshu se movieron varias veces, pero al final no pudo decir ni una palabra. Poco después, preguntó de repente con el ceño fruncido,

"¿Qué hay del Duque Elgy? ¿Todavía está en la capital?"

Una vez que el caso del puerto se hizo público, Sovieshu notificó formalmente al Duque Elgy que abandonara el palacio imperial.

En el pasado, le había permitido quedarse en el Palacio del Sur debido a las costumbres y la reputación de un país poderoso, pero ahora que estaban abiertamente enfrentados, no había necesidad de mantener las apariencias.

Sin embargo, el Duque Elgy se quedó en la capital una vez que abandonó el palacio imperial, lo que hizo que Sovieshu se sintiera intranquilo.

A pesar de todo el lío que armó, no entendía lo que en realidad quería conseguir.

Mientras permaneciera en el Imperio Oriental, no recibiría buenos comentarios, ni de los nobles ni de los plebeyos.

"Sí, ha estado quieto desde que se reunió con la Vizcondesa Verdi."

"Con la Vizcondesa Verdi..."

Sovieshu entrecerró los ojos. Hace unos días, un espía de Sovieshu le informó que el Duque Elgy se había reunido con la Vizcondesa Verdi y le había propuesto 'huir a otro país con la Princesa Glorym'.

Sovieshu no confiaba en el Duque Elgy, pero su propuesta le pareció interesante, así que lo dejó en paz.

Si el Duque Elgy ayudaba a escapar a la Vizcondesa Verdi, tenía la intención de sustituir a los subordinados del Duque Elgy en el camino por sus propios subordinados para llevar a Glorym a un lugar adecuado.

Glorym se parecía demasiado a Rashta para ser criada como noble en el Imperio Oriental.

No soportaría ver a Glorym en otra familia del Imperio Oriental, ni tampoco soportaría ver cómo su rostro se convertía en el de Rashta.

No tenía la confianza para amarla como antes. Sin embargo, los momentos que pasó a su lado no se borrarían fácilmente de su corazón.

Realmente amaba a Glorym. Amaba al lindo angelito que le sonreía mientras hacía un extraño, 'abu, abu'.

Dado que los padres de Glorym son criminales, Glorym estaba condenada a convertirse en esclava, al igual que Ahn.

Aunque así funcionaba el sistema, no podía ver a la niña que consideró su hija convertida en esclava.

Como se compadecía de su situación, podía hacer una excepción para que viviera como una plebeya, pero ¿la niña sería capaz de soportar la mirada de desprecio de los demás una vez que creciera?

Por eso, tenía la intención de darle la identidad de una hija de una pequeña familia noble de otro país y el dinero necesario para que viviera sin preocupaciones el resto de su vida.

Entonces habrá hecho su mejor esfuerzo por su bienestar y el dolor que sentía cada vez que pensaba en esa niña desaparecería. Al menos eso es lo que creía Sovieshu.

"¿Cuánto falta para que comience el juicio?"

"Faltan unas dos horas, Su Majestad."

"Bien, iré a descansar media hora."

Con un pesado suspiro, Sovieshu salió de su oficina y subió a su dormitorio.

Una vez dentro, se sentó en la cama y miró con ojos llenos de lágrimas la pintura de Navier y la pintura de su hija.

Cuando cerró los ojos, las lágrimas cayeron por sus mejillas.

***

Fue durante mi estancia en la primera posada tras cruzar la frontera con el Imperio Oriental cuando me di cuenta de que el juicio... podría ser más intenso de lo que esperaba.

Fue allí donde me enteré del caso del puerto. Además de las confesiones del Vizconde Roteschu y de los Vizcondes Isqua en la última comparecencia en la Corte Suprema...

¿Rivetti estará bien?

La sentencia aún no ha sido ejecutada y el nombre de Rivetti no ha salido en los periódicos. Aun así, me sentí preocupada desde que leí que el Vizconde Roteschu y su hijo serían ejecutados.

Me preguntaba qué había pasado con Rivetti, la chica que lloró desconsoladamente delante de mí cuando se enteró de mi divorcio...

Le pedí a alguien que la buscara, espero que esté bien.

Estaba sentada frente al tocador mirándome en el espejo mientras reflexionaba sobre lo que ocurría en el Imperio Oriental. En ese momento, Heinley llamó a la puerta y preguntó,

"¿Estás lista, Reina?"

"Sí."

Me levanté tan pronto como respondí.

Heinley entró vestido como un joven noble común, con una capa oscura por encima y la capucha puesta para ocultar su rostro. La capa oscura, con sólo bordes dorados, parecía sencilla en comparación con el estilo habitual de Heinley.

Imagino que me veía de la misma manera, ya que tenía puesta una capa similar, sólo que de otro color.

Si Rivetti es encontrada, recibiré un mensaje de la Mansión Troby. McKenna había decidido quedarse en la Mansión, así que al menos estaré bien informada.

"¿Segura que estás bien?"

Heinley me preguntó una vez más antes de que subiéramos al sencillo carruaje que ni siquiera tenía el escudo de la Familia Imperial.

Sólo asentí. Rashta y Sovieshu fueron las personas que más daño me hicieron. Como el Emperador, Sovieshu fue el principal responsable de que nos divorciáramos... pero eso no significaba que no odiara a Rashta.

Aunque me sintiera incómoda en el juicio, quería ver a Rashta caer de la posición de emperatriz.

Recordaba cómo Rashta me miraba con una sonrisa en el momento en que el Sumo Sacerdote mencionó la solicitud de divorcio de Sovieshu delante de todos, y en el momento en que acepté dejar mi posición como Emperatriz del Imperio Oriental.

"¿Reina?"

"Dime."

"Si te sientes abrumada o simplemente no quieres continuar viendo, házmelo saber de inmediato. Los caballeros estarán esperando afuera en el carruaje para que podamos irnos enseguida."

Después de una breve conversación, el carruaje se detuvo finalmente frente a la Corte Suprema.

Ya había muchas personas aquí, por lo que nadie se fijó en nosotros cuando bajamos del carruaje, que era bastante común.

Subimos a los asientos de los nobles y nos sentamos en el fondo.

Algunos nos miraron, pero volvieron a girar la cabeza sin prestar mucha atención.

Después de un tiempo, la puerta del interior de la Corte Suprema se abrió y apareció Sovieshu.

Cuando entró Sovieshu, las personas reunidas para ver el juicio se levantaron de sus asientos.

Sovieshu levantó su mano en señal de saludo y se sentó en su trono.

Al cabo de un rato, Rashta entró por la misma puerta.

A cada lado de Rashta había un caballero, uno de los cuales pude reconocer.

Fue uno de los caballeros que se arrodilló ante mí... cuando salí de mi habitación para afrontar el divorcio.

Rashta, escoltada por ellos, se sentó tranquilamente junto a Sovieshu.

Heinley me tomó de la mano para hacerme saber que estaba a mi lado.

Luego, entró el Juez de la Corte Suprema y se detuvo frente a su asiento.

La audiencia se quedó en silencio en ese instante.

El Juez de la Corte Suprema miró a su alrededor por un momento y habló con firmeza,

"Daremos comienzo al juicio de la Emperatriz Rashta por su presunto fraude a la Familia Imperial, así como por otros crímenes."

***

Los primeros testigos en subir al estrado fueron el Vizconde Roteschu y los Vizcondes Isqua.

Habían sido sentenciados a muerte, pero no hubo noticias de su ejecución. Parece que se les mantuvo en prisión.

Reiteraron las declaraciones que hicieron en el juicio anterior.

Aunque la audiencia ya lo sabía, los susurros se volvieron a escuchar como si fuera la primera vez.

Rashta los observaba declarar con una expresión sombría.

Alan fue el único que dijo algo diferente,

"¡No sé nada, Su Señoría! ¡Realmente no lo sé, Su Majestad! Incluso si es cierto, fue obra de Rashta y de mi padre, ¡realmente no sé nada!"

Mientras Alan gritaba, el Vizconde Roteschu cerró los ojos con tristeza y Rashta apretó con fuerza los reposabrazos del asiento.

"A mí tampoco me agrada esa mujer, pero ese hombre es..."

Heinley chasqueó la lengua a mi lado antes de terminar sus palabras. Él no era el único que pensaba mal de ese hombre, desde todas partes se oían voces que lo criticaban.

Incluso en medio del alboroto, Rashta miraba inexpresivamente a los Vizcondes Isqua.

Después de que los cuatro declararon, la siguiente persona en comparecer fue...

¿El Presidente de la Corporación Oso? ¿Por qué está aquí?

Ah... Es por los pagarés.

"La Emperatriz Rashta quiso utilizar pagarés emitidos por nuestro equipo de comercio para ayudar a numerosas instituciones, como orfanatos y hogares de ancianos. Pero tras varias investigaciones, descubrimos que esos pagarés no pertenecían a Su Majestad Rashta, sino a Navier."

Como esperaba, estaba relacionado con mi caso de los pagarés. Es también por este caso que el Imperio Oriental me pidió que viniera a testificar.

Debido a que me negué, compareció el propio Presidente de la Corporación Oso.

"Hubo un artículo en el periódico de los plebeyos que hacía sospechar de esto hace un tiempo. Entonces, ¿era cierto?"

"Así es."

"Guardaste silencio en ese momento, ¿por qué lo cuentas ahora?"

"En aquel entonces, el apoyo público de la emperatriz Rashta era muy alto y su posición como emperatriz también era sólida, por lo que pensé que saldría perjudicado."

El Presidente de la Corporación Oso era un hombre muy inteligente, que actuaba estrictamente en función de los beneficios.

En vez de mentir, reveló la verdad y se disculpó sinceramente,

"Ciertamente, es mi culpa por no atreverme a hablar en su momento y permanecer callado."

Ahora que lo pienso, ¿dónde está el Barón Lant?

Todos los secretarios de Sovieshu estaban presentes. Sólo faltaba el Barón Lant.

¿No era el Barón Lant el único secretario de Sovieshu que trataba a Rashta con afecto?

Heinley se dio cuenta rápidamente que desvié mi atención y preguntó,

"¿Reina? ¿Qué ocurre?"

"Nada, nada."

Sacudí la cabeza y volví a concentrarme en el juicio.

Tal vez por la presencia de Sovieshu, el juicio se desarrollaba en una relativa calma, a excepción de cuando Alan protestó.

La siguiente persona en subir al estrado fue una mujer que no conocía.

¿Quién es?

A primera vista me resultaba familiar... pero no podía recordarla.

Mientras la miraba fijamente, ella apretó con fuerza los reposabrazos del asiento del estrado y habló,

"Yo... era la sirvienta... de la Emperatriz.... Delise."

Oh, era una sirvienta de Rashta.

"Continúa."

"La Emperatriz Navier.... rechazó... pájaro azul... que Emperador Sovieshu... envió como regalo... Rashta aprovechó... arrancar... las plumas... del pájaro vivo... y mintió... al Emperador Sovieshu... para culpar... a Emperatriz Navier."

¿Qué le pasa?

Su forma de hablar era lenta y su pronunciación un poco deficiente. Combinado con el hecho de que sus palabras se entrecortaban, daba la impresión de que le resultaba difícil hablar.

Su forma de hablar pareció desesperar a parte de la audiencia, un hombre rudo refunfuñó en voz alta, "¿Por qué hablas así?"

En la zona de prensa, un periodista se levantó rápidamente enojado.

Delise hizo una pausa y se estremeció. Su mirada se desvió por un momento hacia la fuente de la voz.

Sin embargo, respiró profundamente y continuó con calma.

"Mi lengua... está cortada por la mitad.... Emperatriz Rashta... ordenó que... se me cortara... por descubrir eso."

Un revuelo estalló entre la silenciosa audiencia.

"¡Oh, Dios mío!"

"¡Es una locura!"

"¿Lo dice en serio?"

"¡¿Cómo pudo hacer eso?!"

La audiencia miró ferozmente a la persona que había dicho las anteriores palabras desagradables a Delise.

Varias personas a mi alrededor también se estremecieron y agitaron los brazos, como si el simple hecho de pensarlo fuera aterrador.

El Juez de la Corte Suprema miró a Delise con ojos compasivos y preguntó a Rashta.

"Eso es cierto. ¿Su Majestad?"

Rashta respondió con firmeza.

"No."

Insultos estallaron desde la audiencia, pero Rashta ni siquiera parpadeó mientras miraba fijamente a Delise.

La siguiente persona en comparecer era una cara familiar... era Evely.

Evely confesó que Rashta la había insultado y acosado junto a los Vizcondes Isqua que siempre la habían despreciado por no pertenecer a la nobleza, además del atentado que sufrió en el carruaje de camino al Imperio Occidental...

A continuación subió al estrado el Vizconde Langdel, que había desaparecido ayer tras confiarme a sus hombres. Desveló la investigación que había realizado para limpiar el nombre de Nian.

"... En ese entonces, Su Majestad estaba tan cegado por Rashta que ni siquiera prestó atención al informe de mi investigación."

Al final, añadió unas palabras en contra de Sovieshu, pero… desafortunadamente este era el hogar de Sovieshu. La audiencia no reaccionó positivamente.

Luego, subió al estrado el secretario de Sovieshu, el Marqués Karl. Habló de cómo Rashta siempre pedía dinero prestado al Duque Elgy para cubrir los gastos de su amante Alan y de su primer hijo Ahn, habló del caso del puerto que había causado un revuelo en todo el imperio, y por último habló de los escándalos que habían surgido a lo largo de su relación con el Duque Elgy.

Tal vez porque estos casos habían salido a la luz anteriormente, a excepción del caso de Delise, el ambiente en la Corte Suprema no era tan feroz como temía.

Sin embargo, cada vez que comparecía un testigo y revelaba las pruebas correspondientes, la atmósfera se volvía más fría.

Aun así, cada vez que el Juez de la Corte Suprema le preguntaba a Rashta si era cierto, ella lo negaba rotundamente.

Después de que el Marqués Karl bajó del estrado, alguien en la zona donde estaban reunidos los periodistas gritó de repente, "¡Su Señoría! ¡Hay algo que quiero revelar!"

Era el mismo periodista que se había levantado enojado cuando Delise había sido ofendida antes.

"¿Quién eres tú?"

Cuando el Juez de la Corte Suprema preguntó con el ceño fruncido, el periodista salió rápidamente de la zona de prensa y subió al estrado.

Al igual que otros periodistas, llevaba una libreta en una mano y una pluma en la otra, pero además llevaba un documento bajo el brazo.

Los ayudantes del juez trataron de sacarlo, pero cuando apareció el periodista en el estrado, los plebeyos comenzaron a gritar su nombre, "¡Joanson!", "¡Es Joanson!", "¡Joanson!" "¡Joanson!"

Joanson... cuando estaba en el Imperio Occidental, fue un nombre que vi en varias noticias destacadas en los periódicos del Imperio Oriental.

Parecía muy estimado por los plebeyos.

"Dale esto a Su Señoría."

Debido a que la audiencia coreaba el nombre de Joanson, los ayudantes no pudieron sacarlo por la fuerza. Joanson extendió el documento que había traído consigo al ayudante que se encontraba más cerca.

"Tráemelo."

Cumpliendo la orden del Juez de la Corte Suprema, el ayudante aceptó el documento y se lo entregó.

La expresión del Juez de la Corte Suprema se distorsionó mientras revisaba el documento.

¿De qué será ese documento?

La audiencia también sentía curiosidad por el cambio de expresión del Juez de la Corte Suprema, por lo que dejó de corear el nombre de Joanson y permaneció en silencio.

"¿Qué es ese documento?"

Cuando Sovieshu preguntó en nombre de la audiencia, el Juez de la Corte Suprema se puso de pie y respondió,

"Este es un documento judicial de un criminal condenado a esclavitud por fraude."

¿Qué tenía que ver ese criminal condenado por fraude en el juicio de Rashta? Mientras la audiencia murmuraba confundida, Joanson intervino rápidamente.

"El nombre de ese criminal es exactamente el mismo que el del hombre que una vez afirmó ser el verdadero padre de la Emperatriz. El nombre de su hija es Rashta. Su edad coincide actualmente con la de la Emperatriz. El lugar donde fue condenado a la esclavitud junto con su hija resulta ser Rimwell."

Los murmullos se hicieron más fuertes. Como si el silencio hasta ahora hubiera sido una mentira, había un revuelo por todas partes.

"¡¿Eso quiere decir que la Emperatriz Rashta era una esclava, no una plebeya?!"

"¡¿Una esclava?! ¿No una plebeya, sino una esclava?"

¡¿Así que la supuesta representante de los plebeyos era una esclava que se hizo pasar desvergonzadamente por miembro de la nobleza?!

Poco después, estallaron insultos desde todos los asientos de la audiencia donde estaban reunidos los plebeyos.

Gritaron y protestaron airadamente, como si se tratara del crimen más grave que jamás se hubiera cometido.

"¡Bájenla!"

"¡¿Cómo se atreve una esclava a sentarse junto al Emperador?!"

"¡Deben bajarla y hacer que se arrodille!"

"¡Santo Dios!"

"¡¿Cómo se atreve una esclava a hacerse pasar por noble para convertirse en la Emperatriz?! ¡Es una vergüenza para el Imperio Oriental!"

"¡Bájenla! ¡Bájenla!"

En contraste, los nobles estaban tan sorprendidos que permanecieron en silencio.

Al menos, tenía claro que esto no estaba en los planes de Sovieshu. Aunque Sovieshu parecía indiferente por fuera, podía notar que estaba muy enojado.

Esta declaración impactante y las protestas de la audiencia habían acabado por completo con la paciencia de Rashta, que había intentado mantener la calma en todo momento.

Rashta abandonó furiosa su asiento, se dirigió al estrado, empujó a Joanson y gritó,

"¡Su Majestad Sovieshu está castrado!"


viernes, 27 de mayo de 2022

mayo 27, 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 395

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 395. No Moriré Sola (1)


"He visto a Su Majestad llorar mientras pronunciaba repetidamente el nombre de Navier. Su Majestad ahora intenta hundir a Rashta en su enojo por haberse separado de esa mujer, ¿no es así?"

Sovieshu suspiró y se levantó,

"¿Acaso he dicho que es tu culpa que seas la Emperatriz? No, es mi culpa. Soy el único culpable de haber terminado con Navier. Incluso es mi culpa el haber creído en ti."

"..."

"Serás castigada es por todos los crímenes que has cometido, Rashta. ¿Cuándo lo admitirás?"

"¡¿Qué hice?!"

"¿Realmente no lo sabes?"

"No lo sé."

"Bueno, no importa si no lo sabes. A donde vas, no hace falta que respondas bien."

Sovieshu habló secamente y caminó hacia la puerta.

Rashta, que protestaba airadamente, se levantó de la cama asustada al escuchar 'a dónde vas'.

"Su Majestad, Su Majestad, espere un momento."

Corrió a toda prisa, se arrodilló y agarró a Sovieshu por la cintura.

"No me opondré a que sea depuesta. Aceptaré el divorcio de inmediato. Así que por favor, deja que Glorym y yo vivamos tranquilamente en un lugar apartado en el campo. Por favor, no quiero ir a la corte. Tengo miedo de la gente."

Sovieshu miró las manos temblorosas de Rashta. Sin embargo, Sovieshu apartó fríamente las manos de Rashta.

"Es absurdo que acepte un trato en la posición en la que te encuentras, Rashta."

Rashta se derrumbó impotente en el suelo, pero no se rindió y gritó con la cara completamente roja,

"¡Soy inocente! ¡Es injusto que sea castigada! ¡Es Su Majestad quien debe ser castigado por sus crímenes!"

"Escucharás en la corte suprema cada uno de tus crímenes."

"¡Yo revelaré los tuyos!"

"¿Qué?"

"¡Su Majestad engañó a todos porque siempre supo que yo era una esclava fugitiva! ¡Lo contaré todo! ¿Por qué no hablar si voy a morir de todos modos? ¡Lo contaré todo!"

Rashta gritó con todas sus fuerzas, pero el hombre que tenía delante se mantuvo firme, sin siquiera inmutarse.

"Dilo."

"¡!"

"No importa si lo dices porque no hay pruebas. Incluso si las personas te creen, me verán como un tonto emperador cegado por el amor. Pero eso es todo. Con el tiempo se olvidará."

"Umm..."

"Más bien, ¿no serán tus dos hijos los que realmente sufrirán?"

"¿Qué...?"

"Bueno, tu primer hijo se convertirá en un esclavo de cualquier manera, hables o no del asunto de la esclavitud."

Rashta miró desconcertada a Sovieshu y preguntó con voz nerviosa,

"¿Qué quieres decir? ¿Por qué Ahn? ¿Por qué Ahn sería un esclavo? ¿Qué hizo Ahn?"

"Ahn no hizo nada, pero sus padres cometieron crímenes."

Rashta no sentía el menor afecto por Ahn. Al menos eso pensaba ella.

Sin embargo, en el momento en que escuchó las palabras de Sovieshu, la desesperación invadió su corazón y sintió un dolor insoportable.

Aunque Rashta no amaba a Ahn tanto como a Glorym, no quería que Ahn sufriera.

"¡¿No te reconozco?! ¡¿No te reconozco?! ¡Eres peor que el Duque Elgy! ¡Maldito bastardo, cómo puedes hacer esto!"

Sovieshu evitó fácilmente a Rashta, que se abalanzó sobre él con los ojos en blanco. Luego abrió la puerta y se marchó.

Un jadeo sofocante como el de un ciervo atrapado salía del dormitorio cerrado.

***

El día del juicio de la Emperatriz Rashta finalmente había llegado. El cielo estaba de un color gris opaco. La gente acudía masivamente a la corte para presenciar el histórico juicio en un estado de ánimo inestable.

Sus mentes estaban enredadas.

Una mujer de belleza incomparable que consiguió cautivar al emperador y expulsar a una auténtica emperatriz cuando era concubina. La emperatriz que intentó engañar al emperador para que su hija, nacida de su amante, se convirtiera en una princesa. La emperatriz que intentó matar a una mujer inocente por miedo a que el emperador fijara sus ojos en otra mujer. La emperatriz que cedió un puerto porque estaba enamorada del apuesto Duque de otro país. La emperatriz que al final fue capturada tratando de escapar por miedo a las consecuencias.

Aunque les alegraba que esa emperatriz fuera finalmente castigada, esa emperatriz, era la 'esperanza de los plebeyos' a la que una vez alabaron y amaron.

Era una esperanza falsa, pero era la luz que anhelaban.

Ahora que Rashta estaba realmente perdida, muchas cosas pasaban por la cabeza de todos.

El Conde Pirnu, que odiaba a Rashta, tampoco estaba muy alegre.

Sin embargo, la razón de su falta de alegría no era por Rashta. Se debía a que dos emperatrices tuvieron que abandonar el trono en poco tiempo.

Ahora que la situación había llegado a este punto, la próxima emperatriz definitivamente no saldrá de los plebeyos.

La posición de Emperatriz del Imperio Oriental era la más alta a la que podía ascender una persona que no perteneciera a la Familia Imperial.

Sólo pensar en la cantidad de familias nobles que competirán ferozmente para elevar a sus hijas a esa honorable posición ya era un dolor de cabeza.

El Conde Pirnu tenía papel y pluma para registrar los resultados del juicio de hoy. Por supuesto, hay personas encargadas de eso, pero él tenía la intención de registrar los eventos de hoy a su manera.

"Conde Pirnu."

La mano ocupada del Conde se detuvo ante la voz de Sovieshu.

"Sí, Su Majestad."

"¿Dónde está Navier? ¿Ha llegado?"

El Conde Pirnu no tenía una respuesta. Afortunadamente, el Marqués Karl, que acababa de entrar, respondió en su lugar.

"Su Majestad. Navier llegó anoche a la Mansión Troby."

"¿A la Mansión Troby?"

"El Duque Troby se desvió en el camino, mientras que la Duquesa, Navier y Heinley entraron en la mansión."

La expresión de Sovieshu se volvió complicada.

"¿Va a venir al juicio?"

"Como le informé anteriormente, Navier vendrá sólo a observar. Tiene la intención de observar discretamente, así que es mejor no buscarla..."

"¿Eso quiere decir que la veré entre la audiencia general? ¿O en los asientos de los nobles?"

"Sobre eso..."

El Marqués Karl había intentado no hablar de forma inapropiada. Sin embargo, ¿cuánto tiempo podría evadir cortésmente lo que en realidad quería saber el Emperador Sovieshu? Eventualmente, no pudo contenerse más.

"Su Majestad. Navier no vino aquí como la Emperatriz del Imperio Occidental, sino como su ex-esposa, así que le pido que no pregunte por los detalles..."

La expresión de Sovieshu se volvió rígida.

martes, 24 de mayo de 2022

mayo 24, 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 394

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 394. La Desesperación De Rashta (2)



"No importa cuán enojado esté el Duque Tuania, no le hará daño frente al Barón Lant."

"Aún así... ¿no habría sido mejor enviar al Conde Pirnu?"

"El Duque Tuania es un tonto."

"¿Qué?"

'Tan tonto como yo.' Sovieshu sólo respondió en su interior.

El templo nunca anularía su matrimonio con Rashta. Incluso si lo anulara, sería imposible deshacer el divorcio con Navier.

Navier se convirtió en la Emperatriz del Imperio Occidental y llevaba en su vientre al sucesor de ese país. Parecía que no había forma de que Navier volviera a su lado.

Por mucho que la extrañara, por mucho que le importara, por mucho que llorara y suplicara, o incluso si Navier cambiara de opinión, ya no podría ser su esposa.

El hecho de que la Emperatriz Navier volviera a casarse tan pronto como se divorció asombró a todo el mundo, pero si dejara a su segundo esposo para volver con el primero dañaría completamente su reputación.

Más aún ahora con el sucesor del Imperio Occidental en su vientre.

No quería que Navier sufriera el escarnio público por volver a su lado.

Aunque a veces deseaba que Navier volviera sin importar las consecuencias, sabía que era una falsa ilusión.

El Duque Tuania se parecía mucho a él. Perdió a su amada esposa por tonterías.

Sovieshu se enojaba cada vez que veía al Duque Tuania porque se veía reflejado en él.

Dejó en sus manos traer de vuelta a Rashta para sentirse un poco mejor. No había otra razón.

***

Mientras tanto, Delise caminaba con alegría después de salir del palacio imperial por primera vez en mucho tiempo.

Estaba realmente feliz de ser libre de nuevo.

La torre tenía ventanas, por lo que siempre podía ver el cielo de cerca. Sin embargo, ahora el cielo se veía mucho más hermoso.

Además, en la salida del palacio imperial recibió un documento del Marqués Farang que le causó un extraño placer.

Mientras caminaba, escuchó voces airadas en la calle principal.

Delise detuvo sus pasos. '¿Qué ocurre?' 

Era un enorme revuelo.

'¿Acaso es una pelea de pandillas?' Delise ladeó la cabeza mientras pensaba en ir por otro camino si ese era el caso.

"Encierren a la Emperatriz en la prisión!"

"¿Qué emperatriz? Intentó huir después de que se descubriera que había engañado a Su Majestad. ¡¿Cómo puede ser llamada Emperatriz?!"

"¡Miren su miserable rostro!"

"¡La supuesta esperanza de los plebeyos resultó ser una estafadora!"

Cuando escuchó con atención, pudo distinguir algunos de los gritos. En cuanto Delise escuchó la palabra 'Emperatriz', le vinieron a la mente los rostros de dos mujeres.

El revuelo se fue acercando en la dirección de Evely. Unos caballeros sujetaban a una persona por los brazos, mientras que los plebeyos los rodeaban como si estuvieran observando a esa persona. Al mismo tiempo, la maldecían y acusaban sin piedad.

Cuando la curiosa procesión se acercó bastante, Delise vio a una de las emperatrices que tenía en mente. Era la segunda emperatriz.

Una emperatriz muy hermosa con un rostro angelical, cabello plateado puro y ojos negros brillantes llenos de desolación.

La emperatriz que en el pasado quiso y admiró...

Entre la multitud de personas, los ojos de Rashta se posaron increíblemente rápido en Delise. En medio de todo el revuelo, las dos pudieron reconocerse claramente.

Rashta no estaba atada, pero no podía moverse libremente porque los caballeros la sujetaban con fuerza, incluso si consiguiera librarse de los caballeros estaba rodeada de plebeyos que querían agredirla. No tenía escapatoria. 

Sin embargo, el orgullo de Rashta pareció herido cuando vio a Delise. Se quedó mirando a Delise con los labios apretados.

Delise se acercó a Rashta paso a paso. Había demasiadas personas alrededor de Rashta que le resultaba imposible acercarse por completo, pero aun así se acercó lo más que pudo.

Cuando se sintió lo suficientemente cerca. Delise sonrió ampliamente y sacó la lengua.

Su lengua cortada por la mitad apenas estaba unida y sobresalía como si fuera a desprenderse.

***

"¿Rashta fue traída desmayada?"

Sovieshu, que se encontraba trabajando, levantó una ceja ante el informe del Conde Pirnu.

"¿Fue herida por la gente? No. Puede que le sorprendiera que los plebeyos, que siempre la recibían con vítores, la insultaran."

El Conde Pirnu ladeó la cabeza y respondió,

"No parecía eso."

El Conde Pirnu recordó lo que Rashta murmuraba con el rostro pálido mientras estaba inconsciente, "Pégatela. Lo siento. Tienes que pegártela. No, no te la arranques". Estaba claro que había visto algo horrible.

En ese momento, Sovieshu pensó en Delise. '¿Tal vez se encontró con ella?'

Cuando Sovieshu se enteró de que Rashta había ordenado que le cortaran la lengua a Delise, envió rápidamente a alguien a donde estaba encerrada para impedirlo. Pero la mitad de la lengua de Delise ya había sido cortada.

Incluso le pidió a Evely que tratara de curarla cuando supo que tenía magia curativa, pero no pudo unir la mitad de la lengua caída.

"Su Majestad."

El Conde Pirnu preguntó al pensativo Sovieshu,

"Cada vez que Rashta parece recuperar la conciencia, dice el nombre de Su Majestad... ¿qué piensa hacer?"

Al principio, Sovieshu se mostró inflexible, "Olvídalo". No quería ver la cara de Rashta.

Sovieshu se compadecía de Rashta incluso cuando sonreía. Debido a su lamentable vida desde que nació, cada vez que le suplicaba a solas entre lágrimas, Sovieshu sentía una inexplicable presión en su pecho.

Sólo cuando no la veía a la cara o estaba con un grupo de personas podía evaluar sus crímenes con frialdad.

"Sólo infórmame cuando se recupere."

Pero en menos de un minuto, Sovieshu cambió de opinión.

"No. Iré a verla personalmente."

De todos modos, tenía que hablar con ella en algún momento. Todavía quedaba un poco de tiempo antes de que comenzara el juicio, así que sería mejor hablar ahora.

***

La habitación de Rashta estaba decorada con una armoniosa combinación de color crema suave, un púrpura cálido y un dorado espléndido.

Parecía un lugar de cuento de hadas, por lo que todo niño creería que aquí vivía un príncipe o una princesa.

Sin embargo, aquí no estaban ni la princesa ni el príncipe siempre feliz que cualquier niño imaginaba. Hubo un tiempo en que este lugar estaba lleno de felicidad y risas, pero ahora era más sombrío que nunca.

La habitación no estaba fría, pero tampoco cálida. Dentro estaba el médico del palacio, algunos caballeros y sirvientas, carentes de compasión.

"Su Majestad."

Cuando Sovieshu entró, todos los presentes lo saludaron cortésmente.

Sovieshu preguntó inmediatamente al médico del palacio.

"¿Cómo se encuentra?"

"Tiene pequeños moretones por la caída, pero por lo demás está bien. Parece que tuvo un fuerte sobresalto."

Sovieshu hizo un gesto con su mano para que todos salieran de la habitación. Una vez que los caballeros, las sirvientas y el médico del palacio salieron, Sovieshu dijo fríamente mientras miraba a Rashta,

"Deja de hacerte la dormida."

"..."

"Sé que estás despierta."

En cuanto Sovieshu terminó de hablar, los párpados de Rashta temblaron y se abrieron, revelando sus ojos negros.

Rashta se sentó en la cama y miró a Sovieshu con resentimiento. Las lágrimas se acumularon lentamente en sus ojos.


"Huir no fue una buena decisión."

"Fuiste tú quien me puso contra las cuerdas para que no tuviera más remedio que huir."

"¿Yo? Fue tu decisión, Rashta."

"Estaba encerrada aquí, así que no sabía lo que pasaba afuera. Ni siquiera las sirvientas me contaban. No habría escapado si Su Majestad no me hubiera hecho ver el juicio del Vizconde Roteschu y el juicio de los Vizcondes Isqua..."

Rashta hizo una pausa mientras hablaba, se sobresaltó y preguntó a Sovieshu con voz temblorosa.

"¿Lo hiciste a propósito? ¿Querías que me asustara para que huyera?"

"De ninguna manera."

"¡Mientes! ¡Eso lo explica todo!"

"Siempre culpas a los demás. Al menos debes asumir la responsabilidad de tus decisiones, Rashta."

"¿Qué hay de Su Majestad? ¿No me culpa a mí también?"

"¿Yo?"

sábado, 21 de mayo de 2022

mayo 21, 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 393

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 393. La Desesperación De Rashta (1)



"¿Cómo está Arian?"

"Hice lo mejor que pude para tratarla, pero... su estado es delicado porque fue apuñalada en los pulmones."

"Tienes que salvarla."

"Lo haré, Su Majestad."

"Por si acaso, busca a Evely. Escuché que esa chica posee magia curativa."

"Entendido."

El médico del palacio se fue al terminar su reporte. Poco después, Sovieshu salió de su oficina. El Marqués Karl y unos caballeros le siguieron.

De esta forma, Sovieshu se dirigió a una torre situada a un lado del Palacio Imperial.

La estrecha escalera de caracol hacía un ruido sordo con cada escalón que subían. A mitad de camino, la voz del Marqués Karl se mezcló con el sonido de sus pasos.

"Su Majestad, qué bueno que decidió mantener vigilado al Barón Lant."

Sonaba aliviado. Sovieshu no respondió, pero el Marqués Karl suspiró y volvió a murmurar,

"No esperaba que Arian intentara salvar a Rashta al final."

***

El tercer equipo de comercio también llegó con éxito a Rwibt desde otra dirección, e informó por medio de una paloma mensajera que había empezado a comerciar.

Con esto, todos los equipos que partieron de tres direcciones diferentes y llegaron a tres puntos distintos, comenzaron a comerciar correctamente.

Aunque en esta primera carta no se sabía cómo le fue al tercer equipo en el comercio, tanto el primero como el segundo equipo obtuvieron buenos resultados. Se esperaba que el tercer equipo de comercio obtuviera resultados similares, salvo sorpresas.

Kapmen cerró los ojos, dobló la carta y se la guardó en el bolsillo. Su deseo de establecer un comercio entre el Continente Wol y el Continente Hwa fluía como una vela con viento a favor.

'Pero, ¿por qué mi corazón se siente tan vacío? ¿Por qué mi alegría no es mayor cuando todos los que han trabajado en esto se acercan a mí con una sonrisa a felicitarme? A decir verdad, no tiene sentido que todavía me pregunte 'por qué'. Ya sé la razón, pero no encuentro una solución. Hay momentos en los que pienso si sería mejor que me fuera, pero eso tampoco solucionaría el problema. La última vez que me alejé de Navier, no cambió nada. Por el contrario, sólo me causó más dolor.'

Kapmen había aprendido por el incidente de la boda lo que podía pasar si el dolor crecía demasiado. Incluso comenzó a pensar recientemente que mientras siguiera con vida podría volver a lastimar a Navier.

Con un suspiro, Kapmen se levantó del asiento y se dirigió al amplio jardín situado en la parte más externa del palacio imperial.

'Tal vez pueda disminuir un poco este dolor si camino por un rato mientras tomo aire fresco...'

[Maldición. ¿Quién diablos salvó a la Emperatriz con magia de hielo?]

Los pasos de Kapmen se detuvieron. Miró hacia atrás con una expresión rígida.

A diferencia del palacio principal de Rwibt, cuyo acceso estaba estrictamente controlado, el acceso al palacio principal de los diferentes países del Continente Wol era relativamente libre.

Por lo que Kapmen vio a su alrededor, aunque había ciertas diferencias de un país a otro, en general los espacios donde se trataban los asuntos importantes de estado y los espacios donde residía la familia gobernante estaban estrictamente custodiados, mientras que los amplios jardines exteriores eran de fácil acceso.

En este amplio jardín, los visitantes podían acceder con relativa facilidad.

En pocas palabras, este jardín era casi como un parque, con todo tipo de personas que entraban y salían de este extenso espacio.

[¿La Emperatriz tendrá un niño o una niña?]

[¿Hay alguna posibilidad de que Nian deje al Vizconde Langdel por mí...?]

[Espero que el Imperio Oriental sea destruido por los conflictos internos...]

[Aunque el viejo Duque Zemensia está acabado, todavía actúa con arrogancia]

Kapmen oía la voz interior de muchas personas desde todas las direcciones. Era difícil saber quién fue la persona que se preguntó quién salvó a la Emperatriz Navier.

Kapmen salió apresuradamente del jardín y se dirigió al departamento de investigación para hablar con el inspector que llevaba el caso del sirviente cuyas piernas fueron congeladas cuando intentó acercarse a la Emperatriz Navier.

"Quisiera reunirme con el inspector que lleva el caso en el que se vio envuelta la Emperatriz Navier."

Aunque consiguió reunirse con el inspector, no pudo escuchar de él cómo avanzaba la investigación.

"Gran Duque, espero que no se sienta ofendido. El Gran Duque no es del Imperio Occidental, así que no puedo revelar información sobre este caso. Si tanto desea saber sobre esto, puede traer a una persona que esté en posición de asumir la responsabilidad."

A pesar de ser un invitado distinguido, ningún inspector querría mostrar los resultados de una investigación que podría ser una deshonra para el país a un extranjero, ni siquiera a Kapmen, que es de otro continente.

"Lo entiendo."

Kapmen asintió tranquilamente y se marchó. 

El inspector finalmente se sintió aliviado. Aunque se negó rotundamente, estaba secretamente nervioso por el alto estatus de la otra parte.

Sin embargo, el inspector no se habría sentido aliviado si hubiera podido leer la mente de Kapmen.

'No ha descubierto nada.'

Esto se debe a que Kapmen ya había confirmado hasta qué punto avanzó la investigación a través de la información que obtuvo de los breves pensamientos de otros inspectores.

El sirviente todavía afirmaba que aceptó el dinero, pero no con la intención de hacer daño a la Emperatriz. Lo vio como una forma de tener dinero extra. Nunca lo habría aceptado si esa persona hubiera mostrado malas intenciones. La persona que le dio el dinero tenía la cara cubierta con la capucha de su capa larga, por lo que no sabía quién era.

'Creo que sería mejor reunirme personalmente con el sirviente...'

[Él no sabe nada al respecto, ¿cierto?]

En ese momento, volvió a escuchar aquella voz interior del jardín.

La voz se detuvo al mismo tiempo que Kapmen detuvo sus pasos.

'No es seguro. Pero es bastante similar a esa voz.'

Kapmen giró lentamente la cabeza hacia atrás.

***

Sovieshu se detuvo al final de la escalera de la torre. Ahí había una sólida puerta de hierro.

Sovieshu, que se acercó a la puerta, tocó en vez de abrirla.

Poco después, la puerta se abrió desde dentro y salió una mujer.

Era Delise. (Es la sirvienta a la que Rashta ordenó encarcelar y cortar la lengua)

"Su Majestad."

Ella lo saludó cortésmente, se veía delgada y demacrada. Aunque no parecía enferma, habló con la boca entrecerrada de forma poco natural.

"Sufriste mucho."

Sovieshu habló a Delise con voz compasiva. Luego hizo una señal a uno de los caballeros.

Al recibir la señal, el caballero extendió rápidamente la bolsa que sostenía a Delise.

"Esto es..."

Delise se sobresaltó cuando tomó la bolsa y revisó su interior. Estaba llena de brillantes monedas de oro.

Cuando miró a Sovieshu con los ojos bien abiertos, él asintió,

"Ya no podrá hacerte daño. Llévate eso a casa."

Delise vaciló por un momento.

"Sí... Sí..."

Pero pronto, Delise apretó la bolsa entre sus manos y se inclinó en agradecimiento con una expresión compleja.

"Gracias. Por salvarme. Por esconderme."

Delise descendió por la torre junto a Sovieshu con pasos tambaleantes.

Una vez afuera, Sovieshu trató de hacer que un caballero la acompañara, pero sacudió sus manos repetidamente y se marchó sola.

Mientras permanecía en la torre, incluso cuando daba un paseo por los alrededores al anochecer, un caballero de Sovieshu siempre estaba a su lado para protegerla.

Aunque estaba agradecida, también se sentía agobiada. Parecía querer estar sola para disfrutar de su libertad.

Sovieshu observó la espalda de Delise mientras se alejaba y ordenó a un caballero en voz baja,

"Asegúrate de que vuelva a casa a salvo, síguela desde la distancia para no molestarla."

"Sí, Su Majestad."

El caballero, que a menudo tenía la tarea de escoltar a Delise, asintió y la siguió discretamente.

Una vez que los dos se alejaron por completo, Sovieshu volvió a su oficina.

El Marqués Karl, que permaneció en silencio durante todo el camino de vuelta a la oficina, le hizo una pregunta cuando faltaba poco para llegar,

"Su Majestad, ¿por qué informó al Duque Tuania del escape de Rashta? Es posible que el Duque Tuania intente hacer daño a Rashta antes del juicio."

miércoles, 18 de mayo de 2022

mayo 18, 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 392

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 392. Alguien En Quien Confiar (2)



Arian intentó disuadirla de nuevo, pero Rashta respondió entre lágrimas,

"¡Dices eso porque no estuviste en la Corte Suprema, no sabes lo indignados que están todos! ¡No me escucharán!"

Arian miró a Rashta en silencio por un momento, luego suspiró y dio un paso atrás.

"Entonces márchese rápido, Su Majestad. Haré como si no la hubiera visto."

Rashta se secó las lágrimas mientras miraba a Arian con asombro.

"¿Qué quieres decir?"

"Haré como si no hubiera visto huir a Su Majestad. ... Márchese rápido."

Rashta se quedó mirando a Arian sin palabras. 

'¿En serio? ¿Lo dice en serio?'

Encontró extraño que Arian, quien acababa de decirle que no debía huir, de repente dijera, 'haré como si no la hubiera visto, así que huya'.

Rashta se alejó vacilante, pero no apartó la mirada de Arian.

"Gracias, gracias."

Rashta murmuró y caminó hacia la puerta. Aunque no sabía por qué la sirvienta cambió repentinamente de opinión, se sintió aliviada...

'No.'

Sin embargo, Rashta se detuvo con los ojos entrecerrados en cuanto agarró el pomo de la puerta. 

'Arian sólo actúa así para salvar su propio pellejo.'

Rashta recordó a quienes la traicionaron. Todas las personas que consideró 'diferentes' la defraudaron. Desde Alan, a quien creía bondadoso, hasta Sovieshu, su salvador.

Arian, con quien ni siquiera tenía una relación cercana, ¿ahora quería ayudarla?

'Por supuesto que no. En cuanto me marche, irá directo a decirle a Su Majestad que me escapé. Es por eso que actúa tan obediente ahora.'

Después de pensarlo, Rashta sacó cautelosamente la daga que traía escondida y la sujetó con fuerza detrás de su espalda.

"Arian... muchas gracias."

Luego se acercó lentamente a Arian con lágrimas en los ojos.


***

Cuando llegó a la puerta principal del Palacio del Oeste a la hora indicada por el Barón Lant, ciertamente no vio a los caballeros.

A juzgar por el bullicio que venía de no muy lejos, parecía que el Barón Lant había utilizado algún truco para forzarlos a perseguir a otra persona.

En cuanto Rashta salió del Palacio del Oeste, se puso la capa holgada que había preparado de antemano y ocultó su rostro con la capucha.

Una vez que entró en el corredor cercano a la entrada del Palacio del Oeste, la luz del sol sobre su cabeza fue bloqueada y los alrededores se volvieron silenciosos en un instante.

Mientras caminaba en línea recta a un paso rápido, vio un pequeño carruaje estacionado al final del corredor.

"Por aquí."

El Barón Lant la llamó en voz baja desde el interior del carruaje. Rashta corrió rápidamente, abrió la puerta del carruaje y se sentó para recuperar el aliento.

Le temblaban las manos. La sensación de atravesar la carne aún permanecía en sus dedos.

"¿Su Majestad?"

"¿Si? ¿Sí?"

"Desprende un olor a sangre, ¿se encuentra bien?"

"Me descubrieron de camino aquí, así que tuve una pequeña pelea..."

Cuando Rashta habló con los labios temblorosos, el Barón Lant no hizo más preguntas. En cambio, quitó la cubierta del asiento de enfrente.

Rashta observó las acciones del Barón Lant mientras todo su cuerpo temblaba con los brazos envueltos alrededor suyo. En medio de esto, sintió un poco de curiosidad sobre por qué había quitado la cubierta del asiento.

"Su Majestad. Por favor, entre aquí."

"¿Aquí?"

Cuando Rashta preguntó sorprendida, el Barón Lant respondió con un rápido "sí".

"Navier debió utilizar este método para escapar. Parece sencillo, pero nadie busca aquí a menos que se realice una inspección exhaustiva del carruaje. Además, la mayoría de los carruajes no tienen el interior de los asientos huecos porque los asaltantes podrían atacar los carruajes por debajo."

"Está bien."

El espacio interior del asiento parecía estrecho e incómodo, pero Rashta se metió rápidamente y se acurrucó.

El Barón Lant volvió a poner la cubierta del asiento. Al cabo de un rato, el carruaje comenzó a sacudirse levemente.

No era fácil permanecer encerrado solo en un espacio oscuro. Cada vez que el carruaje traqueteaba o escuchaba voces cerca, a Rashta se le encogía el corazón y se abrazaba con más fuerza a sus rodillas.

Para deshacerse de sus temores, se forzó a pensar en cosas divertidas y esperanzadoras.

'Si salgo de aquí... al menos no volveré a ser una esclava, venderé las joyas que traje para comprar una casita. ¿Qué más puedo hacer...? Supongo que cualquier cosa. Eso si, no volveré a enamorarme. Tampoco confiaré en otras personas.'

¿Cuánto tiempo he estado así?

"¿Ya salimos de la capital?"

El Barón Lant le informó en voz baja,

"Sí, hemos salido de la capital. Estamos a mitad de camino de nuestro destino. Puedes estar tranquila."

Rashta suspiró aliviada. Las lágrimas se deslizaron por sus mejillas y mojaron el piso del carruaje.

"Cuando lleguemos al próximo pueblo, me aseguraré de encontrar un cochero que lleve a Su Majestad a otro país y volveré enseguida. Si permanezco demasiado tiempo fuera de mi puesto, levantaré sospechas."

Rashta se acurrucó aún más y agradeció al Barón Lant varias veces.

'¿Puedo realmente... confiar en el Barón Lant? Es el secretario de Su Majestad Sovieshu. ¿No acabará sintiéndose culpable y le contará lo sucedido?'

Aunque la situación se volvió un poco más segura, comenzó a sentirse intranquila de nuevo.

'Sovieshu confiaba en el Barón Lant. Si el Barón Lant era una persona en la que podía confiar, ¿está bien que sea una persona en la que Sovieshu también puede confiar?'

En ese momento, se oyó un repentino traqueteo y el carruaje se detuvo bruscamente.

'¿Qué está pasando?'

Rashta se quedó en silencio con los ojos bien abiertos. Pero los latidos de su corazón eran tan fuertes que no podía oír lo que ocurría afuera. Aunque parezca absurdo, así es como se sentía Rashta.

Lentamente, las voces circundantes se volvieron claras. El nombre del 'Barón Lant' y el nombre del 'Duque Tuania' salieron a relucir en medio de la multitud de voces.

'¿Duque Tuania?'

No tuvo tiempo de sorprenderse por el inesperado nombre, ya que de repente sintió como si el carruaje se hubiera volcado. Sobresaltada, Rashta quitó las manos de sus rodillas y trató de sostenerse al interior del asiento con sus extremidades.

El carruaje, que se había volcado completamente hacia un lado, se detuvo tras un fuerte golpe. Rashta no pudo mantenerse firme y cayó de lado.

Se esforzó por utilizar ambas manos para quitar la cubierta del asiento. Sin embargo, había quedado en una posición más incómoda para moverse después de que el carruaje se volcara.

Aunque la cubierta del asiento estaba alta, abrirla no era difícil. El problema era salir.

Tenía que subir un poco para llegar a una altura en la que pudiera salir por su cuenta, pero el interior del asiento era tan estrecho que no tenía espacio para moverse.

Sin embargo, había demasiado alboroto afuera como para quedarse en el carruaje.

"¡He dicho que no hay nadie dentro!"

"¿No hay nadie? ¿Quieres decir que puedo atravesar todo el carruaje con una lanza?"

"¡No puedes tocar el carruaje de otra persona sin su permiso!"

"¿Desde cuándo se volvió tan ingenuo, Barón Lant? ¿Eh?"

"¡No puedes hacerlo! ¡No puedes hacerlo!"

"Te pagaré por el carruaje. ¡Soldados, atraviesen todo el carruaje con sus lanzas!"

""¡Entendido!""

Rashta trató nerviosamente de salir del espacio estrecho con ambas manos, pero seguía resbalándose.

Le temblaban las manos... entró en pánico.

En ese momento, la afilada punta de una lanza atravesó la parte superior del asiento con un sonido chirriante.

"¡Aaah!"

Rashta gritó aterrorizada. No hubo la más mínima piedad en la lanza que atravesó el carruaje.

Tan pronto como esa lanza atravesara la parte inferior del asiento, estaba segura de que sería apuñalada.

Sin tiempo para calmar su asombro, varias lanzas atravesaron el carruaje desde diferentes direcciones con una fuerza similar.

"¡Sáquenme! ¡Sáquenme! ¡Hay alguien dentro! ¡Sáquenme!"

Rashta gritó aterrorizada. Tan pronto como lo hizo, las lanzas que atravesaban el carruaje se detuvieron.

Rashta lloraba con la cara cubierta de lágrimas. Su cabeza estaba hecha un lío, no podía ni pensar en lo extraño que había sido que atravesaran el carruaje con sus lanzas, en vez de inspeccionar primero el interior del mismo.

Poco después, la puerta se abrió con un estruendo y varias manos grandes la sacaron del interior del asiento.

Cuando Rashta vio la situación afuera, todo su cuerpo se estremeció.

Soldados la rodeaban por todos lados.

El Barón Lant se encontraba tendido en el suelo. Por la forma en que se retorcía, parecía haber sido golpeado mientras intentaba detener a los soldados.

Pero el más llamativo de todos fue el Duque Tuania con una sonrisa cruel en su rostro.

"Perdí a mi esposa por tu culpa. He estado esperando el día en que pudiera vengarme desde que descubrí lo que hiciste, Rashta."

Rashta se puso pálida y retrocedió tambaleándose.

"Déjame ir... ¡Déjame ir!"

***

viernes, 13 de mayo de 2022

mayo 13, 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 391

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 391. Alguien En Quien Confiar (1)



De vuelta al Palacio del Oeste, las manos de Rashta temblaban mientras tiraba de su cabello.

Nunca imaginó que los Vizcondes Isqua la traicionarían al final de esta manera.

El intento de engañar al emperador era un crimen sumamente grave, que no podía compararse con el intento de matar a Evely.

Por esa razón, el Juez de la Corte Suprema los sentenció a muerte en el acto.

Más adelante, la sentencia podría ser anulada en función de los resultados de la prueba de paternidad del templo.

'No será anulada.'

Rashta sacudió la cabeza. No era su verdadera hija, así que el resultado de la prueba de paternidad era obvio. La sentencia definitivamente no sería anulada.

Ahora que esto había sucedido, sólo había un escenario posible. Morirían como malvados y miserables nobles caídos que se aliaron con la concubina del emperador para engañarlo, por otro lado Rashta...

"¡No! ¡No!"

Rashta gritó y rompió el juego de té. Hubo un estruendo, pero no lo encontró tan fuerte.

Rashta respiraba con dificultad. No podía creerlo. Sus crímenes se agravarían debido a la escandalosa confesión de los Vizcondes Isqua.

Una parte de su vida se había convertido rápidamente en una farsa. 

'¡Por las mentiras de personas despreciables!'

Ya era un crimen grave hacer creer al emperador que Glorym era su hija, pero ahora era como si el propio matrimonio hubiese sido una artimaña.

"¡No! ¡No es así! ¡Ese bastardo de Sovieshu fue quien me pidió que me casara con él!"

Rashta gritó, empujando la mesa y pateando la silla.

"¡Y el Duque Elgy fue quien trajo a los Vizcondes Isqua!"

Apretó el puño, pateó la cama con furia, mordió una almohada y la tiró al suelo.

"¡Vizconde Roteschu, maldito bastardo! ¡No estaré satisfecha incluso si lo torturo hasta la muerte! ¡Debí matarlo primero! ¡Debí matarlo primero!"

A pesar de desahogarse, su ira no disminuyó. Rashta gritaba, se retorcía, tiraba de su cabello y sollozaba.

'El Vizconde Roteschu. El Vizconde Roteschu siempre fue una maldita basura, pero a los Vizcondes Isqua realmente los quería. Incluso llegué a desear que fueran mis verdaderos padres.'

La última traición de los Vizcondes Isqua se convirtió en una lanza enorme que se clavó en su corazón.


Rashta sollozaba de rodillas.

'¿Por qué todos me traicionan? ¿Por qué todos me atacan? ¿Por qué nadie me apoya?'

Rashta recordó a las personas que lanzaban huevos y frutas a Alan mientras maldecían. Junto con las horribles voces que pedían a gritos que la Emperatriz Rashta fuera arrastrada con ellos de una vez...

Eventualmente, el miedo se hizo más fuerte que la ira.

"Debo, debo huir."

Rashta murmuró nerviosa,

"La propuesta de huir del Barón Lant no es un disparate. No puedo permanecer aquí por más tiempo. ¡Todos me culpan!"

Rashta llamó desesperada a Arian, la sirvienta más experimentada. Aunque Rashta tampoco confiaba en ella, no podía abandonar el Palacio del Oeste por su cuenta.

Sólo el Barón Lant podía ayudarla a huir, así que tenía que pedirle a Arian que lo llamara.

"¿Su Majestad?"

Arian se sobresaltó al ver cómo Rashta había puesto la habitación patas arriba.

Rashta pidió a Arian con ojos llenos de lágrimas,

"El Barón Lant... Llama al Barón Lant. Por favor, ¡date prisa!"

Arian dudó un momento antes de salir.

Rashta no estaba segura de que Arian le haría este favor, pero al cabo de un rato el Barón Lant sí apareció.

En cuanto Rashta indicó a Arian que saliera de la habitación, se aferró al Barón Lant y le suplicó entre lágrimas,

"Tengo miedo. Tengo miedo, Barón Lant. Todos me culpan de sus propios errores. Exageran mis errores para tratar de salvarse. A este paso definitivamente me condenarán a muerte. No quiero morir. ¡No quiero morir! Por favor, ¡ayúdame a escapar!"

El Barón Lant levantó las manos torpemente con una expresión complicada.

Le había propuesto huir en un impulso momentáneo, ya que pensó en la inocente Rashta de los días de concubina, pero ahora estaba entrando lentamente en razón.

Todavía se compadecía de ella, pero había demasiados factores a tener en cuenta como para actuar sólo por compasión.

Además, la situación era peor que cuando le propuso huir. El Vizconde Roteschu se declaró culpable, y los Vizcondes Isqua soltaron una bomba que nadie previó.

"Su Majestad..."

"Por favor, Barón Lant. Por favor."

Mientras el Barón Lant dudaba, Rashta lo miró con ojos suplicantes como un cachorro.

Se veía tan lamentable que haría estremecer el corazón de cualquier persona. Sus ojos negros parecían los de un animal acorralado en un momento de desesperación.

"No puedo ayudarte del todo, pero... te ayudaré a salir de la capital."

Al final, el Barón Lant cedió. Aunque podía hacer oídos sordos a la petición de Rashta, sentía que tendría pesadillas el resto de su vida si no la ayudaba.

"¡Gracias! ¡Muchas Gracias!"

"Debemos salir de aquí de inmediato."

"Pero los caballeros me impiden salir del Palacio del Oeste."

"Puedo distraer a los caballeros por un tiempo. No es fácil hacerlo muchas veces, pero una sola vez es suficiente para tener éxito, así que date prisa y toma todo tu dinero."

A Rashta no le quedaba mucho dinero. Esto debido a que cuando les pidió a los Vizcondes Isqua que se fueran de este lugar, les dio la mayoría de las joyas que tenía porque se sintió apenada.

Nunca tuvo acceso directo a los fondos de los que disponía la emperatriz, así que no podía utilizarlos.

"Espera unos minutos."

Aun así, Rashta comenzó a buscar en cada centímetro de la habitación. En un sitio donde no tendría conexiones, identidad ni parientes, lo único que podía ayudarla era el dinero. Así que decidió tomar todo lo que pudiera ser usado como dinero.

"Me adelantaré para hacer los preparativos..."

El Barón Lant recordó el carruaje que había preparado para Rashta hace unos días, confirmó su reloj y dijo,

"En 30 minutos haré que los caballeros abandonen sus puestos en la puerta principal del Palacio del Oeste. Sal por ahí, dirígete al corredor y sigue en línea recta."

"De acuerdo."

"Vístete como lo harías normalmente hasta llegar a la puerta principal del Palacio del Oeste. Una vez afuera, ponte inmediatamente una capa para cubrir tu ropa y tu cara."

El Barón Lant salió de la habitación después de que le dio algunas explicaciones. Rashta todavía se movía afanosamente por la habitación, recogiendo joyas y objetos de valor. Al mismo tiempo, no se olvidaba de comprobar la hora.

Rashta dejó la habitación cuando faltaban 15 minutos. Consideró que sería mejor irse antes que quedarse sin tiempo.

Sin embargo, cuando pasó por el salón se encontró con Arian, que parecía estar esperándola. Rashta se detuvo sorprendida.

"¿No dijiste que... que ibas a lavar la ropa?"

Rashta tartamudeó y examinó a Arian. La expresión de Arian era firme, no su habitual expresión obediente e indiferente.

En cuanto Rashta vio esa expresión, supuso que Arian había tomado una decisión importante.

'Es evidente que quiere delatarme.'

Rashta miró amenazadoramente a Arian mientras su rostro palidecía.

Arian le aconsejó como si estuviera preocupada,

"Su Majestad, huir solo empeoraría su situación. En vez de huir, es mejor enfrentarse a las acusaciones."

Pero a Rashta, estas palabras le sonaron falsas.

'¿Desde cuándo ella se preocupa por mí?'

Incluso cuando las sirvientas dejaron de obedecerla, Arian, la más experimentada de las sirvientas, no las disuadió.

Si no hubiera sido por el artículo sobre que sustituía a sus sirvientas con demasiada frecuencia, Rashta habría asignado inmediatamente a Arian a otro lugar o simplemente la habría despedido.

Le resultaba sorprendente que ahora hablara así.

"Su Majestad, si ha hecho algo malo, debe pagar el precio, y si no es así, debe defenderse. Huir no es lo correcto."

martes, 10 de mayo de 2022

mayo 10, 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 390

Capítulo 390. Testamento (2)



Como Evely vivía en el Palacio del Sur, pudo enterarse en pocas horas del escandaloso juicio contra los Vizcondes Isqua.

Se enteró de que los Vizcondes Isqua, que tanto protegían a la Emperatriz Rashta, revelaron por su propia cuenta que Rashta era una hija falsa.

Evely chasqueó la lengua tan pronto como el mago de la corte le contó lo sucedido,

"Tienen personalidades tan parecidas que no puedo creer que sean una familia falsa. Es bastante sospechoso. ¿Son realmente padres falsos? ¿No será parte de un plan de los tres?"

El mago de la corte también chasqueó la lengua,

"No lo creo, ¿cómo puedes ser tan negativa?"

"Maestro, eso es porque no vivió lo mismo que yo. Si viera el mundo desde mis ojos, se daría cuenta de que es un lugar retorcido."

"¿Qué hay de mí? ¿También parezco una persona retorcida a tus ojos?"

"Te lo diré cuando me dejes tu posición como mago de la corte."

Cuando los ojos del mago de la corte comenzaron a entrecerrarse, Evely dejó de hablar y salió rápidamente del laboratorio con un frasco.

Una vez afuera, asomó la cabeza hacia el laboratorio a través de la puerta abierta. Dentro, el mago de la corte murmuró, "Mañana estarás en problemas."

Aunque el mago de la corte la amenazó, Evely lo encontró divertido. Luego, se alejó con una sonrisa.

El mago de la corte había sido la persona que más la cuidaba últimamente, a pesar de que a menudo la reprendía.

No podía decir que la cuidaba como un padre, pero sí como un amigo cercano de sus padres. A veces incluso como un pariente.

Ese nivel de atención era lo suficientemente bueno para Evely.

La Emperatriz Navier había sido su benefactora y todavía la consideraba como tal, pero había una inevitable sensación de distancia debido a su posición como emperatriz.

En cambio, el mago de la corte no era un benefactor, sino alguien cercano. Aunque no eran miembros de su familia, ambos eran muy importantes para ella.

En este momento, su estado de ánimo era realmente bueno porque la Emperatriz Rashta y los Vizcondes Isqua, a quienes tanto odiaba, iban en picada.

Ella bajó felizmente las escaleras y recorrió el pasillo hasta su habitación, sólo para encontrar a una mujer con traje delante de la puerta.

Era la primera vez que la veía, así que preguntó con cautela. 

"¿Quién es usted?"

La mujer no respondió, en cambio se acomodó los lentes y preguntó,

"¿Es usted la Señorita Evely, la asistente del mago de la corte?"

"... Sí, soy yo."

Evely miró con atención la puerta cerrada. La mujer no parecía una ladrona, pero todavía levantaba sospechas. ¿No habrá robado algo mientras estuve en el laboratorio? 

La mujer habló con calma a pesar de que sabía que Evely estaba en guardia,

"Soy la administradora de los bienes de los padres de la Señorita Evely."

"¿Qué? ¿Mis... padres?"

Evely preguntó desconcertada mientras daba un paso atrás con más cautela.

"¿Eres una estafadora?"

Después de pasar toda su vida como huérfana, ahora aparece de repente una mujer que afirma ser la administradora de los bienes de sus padres. Era una estafadora a todas luces.

La mujer le mostró su pase de acceso al palacio imperial y su licencia de administradora de bienes acreditada por el Estado.

Evely le echó un vistazo, pero no tenía forma de saber si era falsa o real porque no conocía ese campo.

Aun así, fingió reconocerla y preguntó con los ojos bien abiertos,

"¿A qué has venido?"

La mujer le explicó,

"Señorita Evely, sus padres la estuvieron buscando todo este tiempo. Por fortuna, ahora ha sido encontrada."

"¿Pero por qué en vez de venir mis padres... vino una administradora de bienes? ¿Acaso mis padres quieren que asuma sus deudas? Todavía me pareces una estafadora."

"No son deudas, es su patrimonio."

"¿Su patrimonio?"

Evely frunció el ceño. Si la administradora de bienes hubiera venido a decir que debía asumir sus deudas, sin duda sería una estafa, pero esto también resultaba sospechoso.

"¿Por qué mis padres me dejarían su patrimonio?"

"Porque han fallecido."

"... Han.. fallecido... ¿ambos?"

"Así es. En su testamento pidieron encontrar a su hija y darle su patrimonio."

Evely se quedó aturdida por las noticias inesperadas. Una administradora de bienes le habló de repente de sus padres, del patrimonio que le habían dejado y de que habían muerto...

"Es una suma enorme. Si no me cree, puede llevar a otra persona con usted para los trámites de la herencia."

"¿De verdad estás hablando de mis padres?"

Evely preguntó tardíamente con los bordes de los ojos enrojecidos. Los padres que nunca tuvo. Los padres que odió toda su vida porque pensaba que la habían abandonado. Los padres que no creía necesitar.

Sus padres habían muerto mientras la buscaban, e incluso después de su muerte pidieron que la búsqueda continuara. Evely sintió un vacío y una tristeza en un rincón de su corazón.

Ni siquiera podía pensar en la herencia. Sus ojos naturalmente se llenaron de lágrimas.

La mujer miró a Evely con una expresión complicada y asintió en silencio.

Evely preguntó mientras se limpiaba los ojos.

"¿Cómo se llaman mis padres? ¿Cuándo murieron? ¿Son del Imperio Oriental? ¿Qué hay de sus familiares? ¿Fueron enterrados cuando murieron? ¿Puedo visitar sus tumbas?"

Aunque nunca sintió la necesidad de saber sobre sus padres, estas preguntas surgieron espontáneamente.

Pero la mujer sacudió la cabeza y no respondió una sola pregunta,

"Lo siento, Señorita Evely. Sus padres me pidieron que no revelara sus nombres."

"Por qué..."

"No fueron buenas personas. Se sentían tan avergonzados que me pidieron que no revelara sus nombres a la Señorita Evely."

Evely parpadeó incrédula y exclamó con voz llorosa,

"¡Es absurdo! ¡No me importa si fueron malas personas! Me dijiste que mis padres pasaron toda su vida buscándome, ¡pero ni siquiera puedes decirme sus nombres!"

Las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos. Cuando recobró el sentido, el frasco que sostenía con fuerza ya estaba inclinado, y el líquido de su interior caía al suelo.

"Está escrito en el testamento."

"¡Tonterías!"

"... Aunque no fueron buenas personas, siempre amaron a la Señorita Evely. Nunca perdieron la esperanza de encontrarla."

Evely sacudió la cabeza, sus ojos le ardían,

No puede ser. Ahora que lo pienso, ¿qué clase de padres dicen que aman a su hija, le dejan su patrimonio, pero no revelan sus nombres?

"No están muertos, ¿verdad? Sólo me dejaron una parte de su patrimonio porque temen que me convierta en una molestia. ¿Acaso soy la hija ilegítima de algún noble?"

Cuando Evely preguntó entre lágrimas, la administradora de bienes respondió con una sonrisa amarga,

"No, no lo eres."

De hecho, a excepción de que le dejaron su patrimonio y de que nunca dejaron de buscarla, todo era mentira.

Los padres de Evely seguían vivos. Sus padres fueron los protagonistas del juicio que hoy causó un revuelo en todo el país.

Sin embargo, no querían que sus nombres se asociaran con el de Evely. Sólo querían que su hija recibiera un caudal de riquezas, en vez de convertirse en la heredera de una familia llena de deshonra. Además de las palabras que deseaban decirle.

"También te dejaron estas últimas palabras."

Evely aceptó el papel y lo leyó con un nudo en la garganta. 

— Realmente te amamos, te amaremos por siempre. Nunca te abandonamos, por lo que si pensaste eso, te pedimos que lo olvides. No pudimos cuidarte mientras estuvimos vivos, pero prometemos cuidarte desde el cielo.

Evely levantó la mirada mientras derramaba lágrimas en silencio. La administradora de bienes le extendió un pañuelo con una sonrisa de dolor. 

***

viernes, 6 de mayo de 2022

mayo 06, 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 389

Capítulo 389. Testamento (1)



Una vez que acepté la propuesta de Heinley, nos preparamos para partir hacia el Imperio Oriental.

Mis padres también querían acompañarme porque habían pasado mucho tiempo fuera de casa. Ellos no asistirán al juicio, sino que aprovecharán la ocasión para ir a su territorio.

De hecho, mis padres podrían testificar contra Rashta en la corte. Rashta había contratado a un asesino para acabar con sus vidas. Un crimen grave.

Sin embargo, lo que dificultaba hacer esto público en la corte es que fue un informante secreto de Heinley quien lo descubrió. 

Heinley les dijo a mis padres que podía hacer de su informante secreto un testigo si así lo deseaban, pero mis padres sacudieron las manos.

"No es necesario. Una vez que Rashta sea depuesta, no podrá intentar nada parecido de todos modos."

"Sólo el caso de la princesa falsa es suficiente para que sea depuesta, sería en vano mencionar este caso sin motivo. No nos beneficia en nada."

"No sería bueno revelar que hay informantes secretos del Imperio Occidental ocultos en el Imperio Oriental. Así que es mejor dejarlo pasar, Su Majestad."

A pesar de eso, mis padres parecían muy felices de que Heinley fuera tan considerado.

Yo también...

Poco después, partimos hacia el Imperio Oriental. En el camino, Heinley se acercó a caballo al carruaje en el que iba con mis damas de compañía, y me preguntó a través de la ventana.

"Reina. ¿Cuántos puntos crees que tengo ahora con mis padres?"

Habría preferido que no me preguntara esto en presencia de otras personas.

"¿Por qué no les preguntas tú mismo?"

"Cierto, no puedo confiar en ti."

"¿No puedes confiar en mí?"

"Desde que Reina palmeó mi trasero sin mi consentimiento, he perdido la confianza."

"Heinley, tu voz."

"Sé que te gusta mi voz."

Quise decir que bajara la voz. Antes de que pudiera volver a hablar, Heinley susurró con voz dulce,

"Te amo."

Es un... zorro. No, es una mezcla entre un perro zorro y un pájaro zorro. Así es, es un perro pájaro zorro. ¿Es esto último demasiado ofensivo?

Heinley no sabía qué pasaba por mi mente. Cuando nuestras miradas se cruzaron, sonreí inocentemente.

Heinley deslizó su cabeza por la pequeña ventana del carruaje para darme un beso. Luego fingió no haber hecho nada y enderezó su postura sobre el caballo.

Era tan lindo como travieso, así que extendí mi mano para pellizcar su muslo. Heinley se rió ante el leve dolor y agarró mi mano.

"Reina, ¿recuerdas este camino?"

"¿Cómo no voy a recordarlo?"

"Aquella vez, atravesamos este camino a caballo para llegar al Imperio Occidental. A veces recuerdo ese día. Sin duda, nunca lo olvidaré."

Yo tampoco lo olvidaré...

Pero si estuviera de acuerdo con sus palabras, Heinley podría preguntar si era porque me había abrazado fuertemente mientras montábamos juntos a caballo.

Por supuesto, ese momento fue inolvidable, pero cambié deliberadamente el enfoque de la conversación.

"En mi caso, lo que recordaré por siempre es cómo tuve que escapar incómoda en el espacio secreto dentro del asiento de un carruaje."

Eso era cierto.

Heinley dijo entre risas, "Por supuesto que también recordaré eso por el resto de mi vida."

Él se reía fácilmente.

Después de mirar un rato por la ventana, la cerré y dirigí mi atención al interior del carruaje.

Si continuaba abriendo la ventana, Heinley sólo se enfocaría en mí en vez de en el camino por delante.

Las palabras de Heinley me hicieron recordar vívidamente ese día.

Aunque no me sentía bien y temía que nos atraparan, nuestra huida estuvo llena de esperanza.

Heinley me envolvió cariñosamente entre sus brazos y avanzamos en una sola dirección, con nuestros cuerpos presionados el uno contra el otro.

Aunque no quería volver a pasar por lo mismo, Heinley definitivamente había dado color a mi pasado. Ahora podía recordar los momentos difíciles que pasé con una sonrisa.

"Reina. Reina. Se me ocurrió una buena idea."

Incapaz de resistirse, Heinley volvió a llamar a la ventana del carruaje.

En cuanto abrí la ventana, Heinley propuso emocionado mientras igualaba el paso de su caballo con el del carruaje.

"Reina, cuando nuestro hijo crezca un poco, ¿qué te parece si montamos a caballo juntos?"

"Suena divertido."

"McKenna cuidaría a nuestro hijo, que montaría un potro, mientras nosotros dos montaríamos a caballo juntos por la pradera. ¿No crees que lo disfrutaríamos?"

"Sí."

¿Pero McKenna también lo disfrutaría?

McKenna, que montaba a caballo al lado de Heinley, no parecía feliz en absoluto.

Cuando los ojos de McKenna se posaron en mí, metí la cabeza y cerré la ventana. Unos cinco segundos después, oí a McKenna quejarse ante Heinley.

Una sonrisa apareció naturalmente en mi rostro.

¿Cómo podía ser esto tan divertido?

Laura, que estaba sentada en silencio frente a mí, murmuró con las manos entrelazadas,

"Nunca me interesaron los hombres, Su Majestad. Pero cuando la veo junto a Su Majestad Heinley, siento que me gustaría casarme también."

"¿En serio?"

"Sí."

"¿Entonces la Señorita Laura piensa comprometerse pronto?"

La familia de Laura no quería que tuviera un matrimonio político demasiado pronto. Incluso la propia Laura no estaba interesada en las relaciones amorosas.

Pero si Laura lo deseaba, había muchos jóvenes nobles de familias respetables preparados para casarse con ella.

Cuando salió el tema del compromiso, Laura pensó seriamente, 'Hmm...'. Luego sacudió la cabeza.

"No es así."

"¿No dijiste hace un momento que te gustaría casarte?"

"Está bien si es un hombre como Su Majestad Heinley, pero si por mala suerte me toca un hombre como el esposo de la Condesa Jubel o Su Majestad Sovieshu— ¡Ay! ¿Por qué me pellizca, Condesa?"

***

martes, 3 de mayo de 2022

mayo 03, 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 388

Capítulo 388. Pena De Muerte (2)



El Juez de la Corte Suprema estaba muerto de miedo. La pareja involucraría al Emperador para tratar de reducir sus cargos, sin importar si era cierto o falso.

El Juez de la Corte Suprema se sobresaltó al calcular rápidamente su responsabilidad en lo que estaba a punto de suceder.

Pero la audiencia, que se amparaba en el anonimato, no tenía nada que temer. El Emperador no castigaría a todos los que vinieron a ver.

"El Emperador Sovieshu no lo sabe."

Sin embargo, la respuesta de los Vizcondes Isqua también desafió las expectativas en esta ocasión.

"Rashta nos prometió que si se convertía en la Emperatriz, nos ayudaría a encontrar a nuestra hija y nos otorgaría todo tipo de riquezas."

"Nos aliamos con Rashta para engañar al Emperador Sovieshu."

"No tenemos por qué mentir sobre esto."

"Si es necesario, podemos hacer una prueba de paternidad con Rashta."

Rashta quería gritar, 'No, Sovieshu sabía que yo era una esclava.'

Sovieshu no sabía sobre los Vizcondes Isqua, pero sí sabía que sus verdaderos padres no pertenecían a la nobleza.

Además, fue el Duque Elgy quien los trajo.

'Por cierto, ¿por qué se discute este tema?' Rashta se sintió hundida y agraviada, quería acabar con este juicio.

Sin embargo, no podía porque había venido en secreto. Rashta se quedó mirando los huevos rotos y las frutas aplastadas esparcidas por el suelo.

No podía imaginar lo que pasaría si se revelara ahora para desmentir las palabras de los Vizcondes Isqua.

El Juez de la Corte Suprema, que permaneció en silencio durante mucho tiempo, entró en una sala de reuniones discreta con otros funcionarios importantes.

El Juez no apareció a pesar de que pasó un tiempo considerable. La audiencia permaneció en su lugar, ni una sola persona se marchó.

Antes de que Rashta se diera cuenta, no sólo los Vizcondes Isqua, sino también el Vizconde Roteschu y Alan estaban en el sitio de los acusados.

Rashta se percató de una escena extraña mientras observaba a la pareja y al Vizconde Roteschu intercambiar miradas. La pareja miraba con odio al Vizconde Roteschu.

Para otros podría no ser significativo, pero no para Rashta...

'El Vizconde Roteschu les contó lo de Evely.'

Rashta comprendió la situación enseguida. De no ser así, no había razón para que los Vizcondes Isqua cambiaran repentinamente de postura, ni tampoco para que miraran al Vizconde Roteschu de esa manera.

Cuando el Juez de la Corte Suprema finalmente salió de la sala de reuniones, las personas que hablaban ruidosamente se callaron, como si hubieran llegado a un acuerdo tácito.

El Juez de la Corte Suprema volvió a su asiento alto, levantó su mazo y golpeó su escritorio varias veces con una expresión solemne. Recitó una a una las acusaciones y los cargos contra el Vizconde Roteschu, Alan y los Vizcondes Isqua. Luego añadió unas palabras propias antes de dictar firmemente la sentencia.

"Roteschu Rimwell. Pena de muerte. Alan Rimwell. Pena de muerte. Marsha Isqua. Pena de muerte. Gillimt Isqua. Pena de muerte."

***


El Imperio Oriental quería que testificara como víctima en el caso de los pagarés.

También podría testificar en otros casos, pero el Imperio Oriental quería que fuera lo más detallada posible sobre lo ocurrido en el caso de los pagarés...

Como no pude responder de inmediato, Heinley me pidió que lo pensara bien. Esa noche, dormimos abrazados sin decir una palabra.

Al día siguiente, incluso después de que Heinley se fuera a trabajar, todavía pensaba en este asunto. Así que decidí contárselo a mis damas de compañía, la primera en reaccionar fue la Condesa Jubel, que habló con determinación,

"¡Por supuesto que tienes que ir! ¡Debes contarlo todo! Lo de llamar a Su Majestad 'hermana', lo de imitarla, lo de intentar seguirla al banquete especial al que sólo asistían invitados distinguidos de muy alto estatus, lo de provocar un escándalo en la cena previa al banquete especial, lo de mentir sobre que Sir Koshar la empujó para forzar a que fuera desterrado, lo de llevar el mismo vestido y afirmar que Su Majestad se había copiado, lo de enviar una carta a un noble del Imperio Occidental diciendo que Su Majestad era infértil.... ¡Uf! ¡Uf! Sólo hablar de eso hace que me altere."

A su lado, Laura añadió con los puños cerrados,

"¡Desearía que también dijera que Rashta mintió cuando mencionó que Su Majestad le envió todo tipo de regalos para darle la bienvenida como concubina y que afirmó falsamente ser la persona con la que el Emperador Heinley intercambiaba cartas! Ah, además que cuando Su Majestad empezó a bailar con el Emperador Sovieshu en el baile de Año Nuevo, ¡se puso a llorar deliberadamente para detener el baile!"

Rose y Mastas, que no sabían por lo que pasé en el Imperio Oriental, se quedaron repetidamente con la boca abierta.

"¿Su Majestad soportó todo eso?"

"¿Su Majestad sufrió unilateralmente?" 

"No fui atacada unilateralmente."

A pesar de mi corrección, Rose y Mastas me miraron con ojos de tristeza.

... Hablaba en serio. Aunque pasé por alto mucho de lo que me hizo Rashta debido a mi posición de Emperatriz, al menos me desquité de algunos agravios en el acto. Incluso lo de llamarme hermana, Evely se desquitó por mí.

"Su Majestad, ¿va a ir?"

Laura preguntó con una expresión de 'espero que vayas', mientras entrelazaba sus manos con fuerza.

Dudé un momento antes de responder con honestidad,

"Lo estoy pensando."

Todo lo que dijeron la Condesa Jubel y Laura me dolió en su momento. Incluso pensar en eso ahora me enojaba.

Pero no serviría de nada decir este tipo de cosas en el juicio... además, Sovieshu fue quien envió regalos a Rashta en mi nombre y la llevó a la cena previa al banquete especial.

Por más enojada que estuviera por lo que me hizo, no podía asistir a la corte a tratar asuntos personales como, 'La Emperatriz Rashta me llamó hermana y se copió de mi vestido'.

Tampoco podía mencionar en el juicio que mi hermano fue acusado falsamente de empujar a Rashta y de contratar a padres falsos para Rashta.

Lo que ocurrió en el caso de los padres falsos no fue planeado por Rashta, sino por Sovieshu. Aparte de que el juicio se llevaría a cabo en el Imperio Oriental, no había pruebas, ni era posible contactar con los implicados. ¿Qué obtendría si lo contara?

En cuanto al hecho de que mi hermano fue castigado por la falsa acusación de empujar a Rashta... no daba un paso al frente porque mi hermano intentó que Rashta perdiera a su hijo con drogas abortivas, aunque fracasó.

Sobre la carta que Rashta envió al Duque Liberty, ya se había presentado un reclamo oficial al Imperio Oriental. No quería tratar en la corte un asunto por el que debía recibir una disculpa pública y formal.

"También me han pedido que asista."

¿Eh? Mientras reflexionaba, la voz de un hombre me interrumpió. Era el Vizconde Langdel. No solía intervenir cuando hablaba con mis damas de compañía.

"Al Imperio Oriental..."

"Sí. Parece que el Imperio Oriental quiere que testifique sobre el informe que preparé y que Su Majestad Navier entregó al Emperador Sovieshu para liberarme."

Oh, finalmente eso será revelado.

"La difamación sobre Lady Nian será borrada."

"Sí, así que definitivamente iré. Iré para limpiar el nombre de Nian y para ver la caída de esa mujer con mis propios ojos."

El Vizconde Langdel habló con severidad.

Una emoción ardiente se reflejó en sus ojos. Como si estuviera feliz de deshacerse de un resentimiento que le había acompañado durante mucho tiempo.

"Si Su Majestad Navier va, puedo seguir escoltándola ya que iremos al mismo lugar."

El Vizconde Langdel me hizo una propuesta mientras se regocijaba.

"Su Majestad también debe tener un odio profundo arraigado en su corazón. Ir al Imperio Oriental para presenciar su caída te hará sentir mejor."

Heinley dijo que tomara mi propia decisión.

Una parte de mi corazón quería ver que pasaría con Rashta, quien me empujó a abandonar mi país. La otra parte de mi corazón no quería ver lo débil que se había vuelto.

Cuando confesé mis sentimientos, Mastas me preguntó con una expresión de no entender,

"Entonces, ¿Su Majestad perdonará a esa mujer?"

"No voy a perdonarla. Es sólo que no quiero sentirme culpable por odiar a esa mujer al verla débil. Por mucho que odie a una persona, ver su lado más lamentable es capaz de sacudir mi corazón."

Sí. De vez en cuando me enojo cuando pienso en Rashta, 'qué mujer tan loca', lo mismo me pasa cuando pienso en Sovieshu, 'qué hombre tan malo'.

Pero después de que vea caer a Rashta, ¿seré capaz de odiarla con todo mi corazón? Aunque tal vez sí, ¿no me sentiría mal?

Después de mucho meditarlo, tomé la decisión de ir, así que fui a decírselo a Heinley,

"¿Quieres testificar, Reina? ¿Sobre el daño que te ha hecho?"

"No, iré sólo a observar."

"¿Sólo a observar?"

Heinley me preguntó con preocupación,

"Puede que escuches muchos comentarios desagradables. No de ti, sino de esa mujer."

"Lo sé."

"¿No sería mejor no escuchar nada sobre esa mujer? Además, no podrás quedarte en el carruaje..."

"Aunque la situación es grave, Rashta es popular entre los plebeyos, por lo que no habrá muchos comentarios desagradables a pesar de que muchas personas estén decepcionadas por lo ocurrido. Creo que Rashta sólo será depuesta como castigo."

Heinley estuvo de acuerdo después de pensarlo por un momento,

"Entonces vayamos juntos, Reina. Sólo así me sentiré tranquilo."

sábado, 30 de abril de 2022

abril 30, 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 387

Capítulo 387. Pena De Muerte (1)



Rashta se quedó atónita, incapaz de salir de su asombro.

Ni siquiera se movió después de derramar un par de lágrimas, por lo que incluso el Conde Pirnu, al que no le agradaba Rashta, temía que fuera a derrumbarse.

Cuando Rashta recobró el sentido, los Vizcondes Isqua ya habían sido llevados al sitio de los acusados.

Ella dejó escapar un leve suspiro de alivio.

Los Vizcondes Isqua habían sido leales hasta ahora. De entre toda las personas, eran en quienes más podía confiar.

Además, el juicio contra los Vizcondes Isqua no tenía relación con Glorym, sino con Evely.

Rashta recuperó el aliento porque se sentía más cómoda que antes.

Lamentaba que los Vizcondes Isqua se encontraran en esta situación, pero aunque fueran declarados culpables en este caso, no serían castigados severamente.

A la audiencia tampoco parecía importarle mucho este caso, no estaban tan animados como con el caso anterior. Algunos incluso abandonaron el salón como si el espectáculo hubiera terminado.

"Marsha Isqua. Gillimt Isqua. ¿Siguen manteniendo la misma postura sobre el caso de la Señorita Evely?"

Rashta escuchó a una persona cercana refunfuñar, "No lo reconocerán de nuevo". También vio al grupo de esa persona asentir.

"No, lo reconocemos."

Pero no fue así.

La declaración hecha por los Vizcondes Isqua causó un pequeño revuelo en el salón. El Juez de la Corte Suprema levantó la mano para indicar a la audiencia que se callara. Una vez que todos se calmaron, hizo otra pregunta a los Vizcondes Isqua,

"¿Reconocen que intentaron matar a la Señorita Evely en su camino hacia el Imperio Occidental?"

Los ojos de Rashta se abrieron mucho. '¿Por qué reconocerían eso los Vizcondes Isqua?' Se preguntó extrañada, pero no le dio más importancia.

Este era un asunto únicamente de los Vizcondes Isqua. Rashta ni siquiera sabía si realmente habían intentado matar a Evely.

Por la forma en que lo reconocieron, tal vez realmente intentaron matarla. ¿Podría ser que se encontraron pruebas irrefutables?

"Sí, lo reconocemos."

"¿Hicieron esto por su hija, la Emperatriz Rashta?"

"Así es, la Señorita Evely es una maga talentosa, por lo que se quedó en el Palacio del Sur y se convirtió en asistente de un mago de la corte. La Emperatriz Rashta siempre estuvo preocupada de que ella pudiera ser la razón del cambio de actitud del Emperador Sovieshu. Es por eso que... hicimos una cosa tan horrible."

El revuelo se hizo un poco más fuerte. El Juez de la Corte Suprema hizo otra pregunta a la pareja con disgusto.

"¿Entonces atentaron contra la vida de la Señorita Evely a pesar de no ser la concubina del Emperador?"

"... Sí."

"Es correcto."

"¿La Emperatriz Rashta está involucrada en esto?"

Aunque la declaración de los Vizcondes Isqua cambió un poco, la audiencia pensó que se mantendrían firmes en este punto.

La declaración de la pareja puede haber cambiado debido a nuevas pruebas o porque estaban cansados del juicio en curso, pero el hecho de involucrar a la Emperatriz Rashta en el crimen estaba en un nivel completamente diferente.

Después de haber mostrado un profundo amor por su hija en todo momento, incluso el Juez de la Corte Suprema pensó que la pareja volvería a defender a la Emperatriz Rashta en esta ocasión.

"Sí."

Por esta razón, esta única palabra del Vizconde Isqua fue suficiente para sorprender a todos.

Los ojos de Rashta se abrieron ampliamente mientras observaba la situación a unos pasos de distancia. Por un momento pensó que había entendido mal. '¿Qué...? ¿Qué quiso decir con eso?'


"¿Quieres decir que fue por orden de la Emperatriz Rashta?"

"Sí."

Cuando la Vizcondesa Isqua también reconoció resueltamente la implicación de Rashta en este crimen, los murmullos se hicieron más fuertes.

"¿Por qué cambiaron de repente sus palabras?"

Preguntó el Juez de la Corte Suprema con el ceño fruncido porque le parecía un comportamiento bastante sospechoso.

Si los Vizcondes Isqua hubieran cambiado su declaración por una falsa debido a las amenazas de otra persona, tampoco sería correcto.

Ya se había confirmado la implicación de Rashta en el crimen cometido por el Vizconde Roteschu y Alan. No podía añadir un crimen falso contra ella sólo porque la detestaba.

Sin embargo, el siguiente comentario del Vizconde Isqua fue varias veces más impactante que sus anteriores afirmaciones.

"Hemos soportado toda clase de insultos por parte de alguien que ni siquiera es nuestra verdadera hija. La Emperatriz Rashta, que es la causante de este hecho, se limitó a observar en silencio como todo el peso caía sobre nosotros. Ya no podemos aguantar más."

Los murmullos se multiplicaron de repente. La corte se sumió en un caos como si se hubiera roto una presa.

"¿No es su verdadera hija?"

"¿Ellos están hablando de la Emperatriz Rashta?"

"¿No es la Emperatriz Rashta la verdadera hija de la pareja?" 

Rashta dio dos pasos hacia atrás, ni siquiera podía respirar. '¿Qué están diciendo? ¿Por qué están haciendo esto ahora?'

El Juez de la Corte Suprema estaba demasiado sorprendido para hablar. Sólo cuando su asistente le susurró, 

"Juez de la Corte Suprema."

Pudo preguntar en voz alta,

"¿Están diciendo que la Emperatriz Rashta no es su verdadera hija?"

Si esto fuera cierto, sería otro completo escándalo. Ni siquiera podría compararse con el caso de Evely.

"Sí."

"Es correcto."

La pareja respondió al mismo tiempo. La audiencia se miraba con cara de asombro. La conmoción fue tan enorme que la Corte Suprema se quedó en silencio como si hubiera caído un balde de agua fría sobre todos.

El Juez de la Corte Suprema dudó antes de seguir indagando,

"Pero ustedes han afirmado que la Emperatriz Rashta es su hija desde antes de subir al trono. La Emperatriz Rashta también ha afirmado siempre que ustedes son sus verdaderos padres."

El Vizconde Isqua respondió fríamente con un rostro inexpresivo.

"Necesitábamos dinero para encontrar a nuestras hijas mientras que la Emperatriz Rashta necesitaba padres nobles para subir al trono. No es raro que una persona busque padres nobles falsos para lavar su identidad de esta manera."

Una persona de la audiencia no pudo evitar preguntar,

"¿Quiénes son los verdaderos padres de la Emperatriz Rashta? ¿Acaso es el plebeyo que hace poco afirmó ser su verdadero padre?"

La Vizcondesa Isqua también respondió fríamente,

"No lo sabemos. Lo que sí podemos asegurar es que no pertenecen a la nobleza."

El Juez de la Corte Suprema recobró lentamente la razón. Sacó un pañuelo y se secó el sudor frío de la frente. Si esto era cierto, esto... esto era un enorme problema.

La cuestión era si el Emperador Sovieshu lo sabía, y si fue idea suya.

Sin embargo, el Juez de la Corte Suprema estaba en problemas porque no podía preguntar sobre esto aquí. Si se trataba de un lavado de identidad que se realizó por iniciativa del Emperador Sovieshu, no podía dejar que los Vizcondes Isqua revelaran la verdad delante de todos.

En la audiencia había muchos espectadores plebeyos, también varios periodistas. Si los Vizcondes Isqua mencionaban al Emperador Sovieshu, la Familia Imperial sería ridiculizada.

Incluso si la Familia Imperial fuera ridiculizada, seguía siendo la Familia Imperial, pero el Juez de la Corte Suprema que permitió que esto sucediera estaría en problemas.

Pero esta era sólo la situación del Juez de la Corte Suprema. A la audiencia no le importaba si esto lo afectaba.

Mientras el Juez de la Corte Suprema pensaba en varias soluciones, otra persona de la audiencia preguntó en voz alta, 

"¿Ustedes conspiraron para engañar al Emperador Sovieshu, o el Emperador Sovieshu estuvo de acuerdo con esto?"