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lunes, 20 de marzo de 2023

Cómo Domar A Mi Marido Bestial - Capítulo 71

Capítulo 71. Coartada (2)

Annette desconocía esta extraña faceta de sí misma. Se había infiltrado imprudentemente sin pensarlo dos veces. Independientemente si le gustaba, ella también era Bavaria de sangre azul. Había crecido como la hija de Allamand, así que también desarrolló la capacidad de pensar de forma meticulosa.

De todos modos, los guardias de Celestine no vieron el rostro de Annette que estaba cubierto con la máscara. Por lo tanto, sospecharían que el culpable fue la sacerdotisa que conocieron antes de quedarse dormido. Sería difícil que descubrieran su identidad, sobre todo un día como hoy. El templo de Odessa era bastante grande, además habían varias sacerdotisas enmascaradas debido a la ceremonia de otoño.

Así que ellos nunca encontrarían a Annette. Porque ni siquiera era una sacerdotisa.

'Pero las cosas podrían complicarse un poco si Celestine me menciona'.

En el peor de los casos, Celestine podría acusarla como intrusa. Pero incluso ese caso estaba incluido en el plan. Celestine fue la única persona que había visto su cara. No importaba si se llevaba a cabo una investigación basada en sus acusaciones. Había preparado una coartada perfecta mediante Railin.

'Realmente... soy una Bavaria'. 

Annette sonrió con desgana. La ropa que llevaba puesta la había elegido para que su coartada fuera perfecta. Si Raphael supiera esto, seguro sentiría repudio. Odiaba las peculiares artimañas de la familia Bavaria.

Ella de repente recordó los ojos de Raphael mientras estaba perdida en sus pensamientos. Sus ojos situados bajo sus cejas definidas como un halcón, se veían tan azules como el mar invernal. Por eso, cuando sus ojos la miraban fríamente, sentía un dolor insoportable.

Un dolor punzante invadió su corazón cuando pensó en la fría mirada que tenía Raphael mientras decía que la odiaba. Raphael odiaba a los Bavaria.

Annette cerró los ojos en silencio con la cabeza apoyada en la pared del carruaje. Quería irse a Osland lo antes posible y mirar con sus propios ojos el pueblo al que se mudaría. No tenía otra alternativa, puesto que no pudo mejorar su relación con su esposo.

El viaje de regreso a la mansión de un hombre que la odiaba fue desolador.

Cuando llegó a la mansión, ella recorrió el primer piso. No encontró a Raphael en ninguna parte. Ladeó la cabeza extrañada por su ausencia. Justo en ese momento pasó una sirvienta cerca de ella, así que le preguntó.

"¿Lo has visto?"

"El maestro aún no ha regresado del palacio real."

La sirvienta respondió después de inclinarse cortésmente. Annette asintió en respuesta, luego subió las escaleras. Ya sabía que Raphael había sido llamado hoy al palacio real. Gracias a ello, su plan para infiltrarse en el templo se completó sin tener que preocuparse por Raphael. Pero no esperaba que demorara tanto en regresar.

Annette quería saber de qué estaba hablando el Rey con Raphael. Era bueno que se preocupara por su hijo ilegítimo, porque tener el favor del Rey significaba poder. Por lo que, incluso la nobleza de Deltium que valoraba el linaje, no podían ignorar a Raphael. Pero a Annette le pareció extraña la forma de expresar afecto del Rey.

'Me gustaría que no compare a su Alteza Ludwing con Raphael'.

Annette aún recordaba el rostro desdichado del dolido Ludwing. El sensible Ludwing no podía soportar que lo compararan con su hermanastro Raphael. Lo que más lastimaba a Ludwing era su pobre aptitud física.

El Rey Selgratis estaba disgustado con esa debilidad de Ludwing. Por eso dijo con orgullo en presencia de Ludwing, 'Raphael debió haber sido mi hijo legítimo'. Debido a ese tipo de cosas, los sentimientos de Ludwing hacia Raphael eran bastantes complicados.

Además, ahora su prometida estaba casada con Raphael… era natural que sus emociones empeoraran. Annette ya no sentía nada por Ludwing, pero recordaba vívidamente su distorsionado rostro lloroso. Obviamente odiaba a Raphael.

'¿Entonces que pensara Raphael... sobre su Alteza Ludwing y su Majestad Selgratis?'

Annette de repente tuvo curiosidad sobre la postura de su esposo.