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domingo, 12 de marzo de 2023

Cómo Domar A Mi Marido Bestial - Capítulo 64

Capítulo 64. Infiltración (1)

"¡¡¡Ahhhhh!!!"

Annette se asustó tanto que estuvo a punto de desmayarse. La estatua dentro de la tumba se estaba moviendo. Seguro la enfadada Diosa la castigaría por su intrusión indebida. Annette gritó mientras se agachaba en el suelo. Sus ojos estaban blancos de miedo.

Entonces la estatua que se acercaba paso a paso se inclinó hacia Annette. Sintió sensación espeluznante cuando la sombra de la muerte se cernió sobre su cabeza. La asustada Annette miró la estatua con ojos llorosos. De repente salió una risa de la boca de la estatua que la estaba mirando.

"¡Jajaja! Lo siento, cliente. Parece que fui demasiado travieso."

Su voz ronca en términos de color era roja como un rubí. Era imposible que no supiera a quién pertenecía una voz que le resultaba familiar. Annette miró a la estatua desconcertada.

"¿Ra, Railin?"

Al principio no pudo distinguirlo porque estaba demasiado oscuro, pero ahora podía apreciar claramente la cara de Railin. Annette se preguntaba sinceramente qué pensamientos tenía en su estrafalaria cabeza. ¿Quién diablos esperaría a otra persona en un cementerio tan espantoso disfrazado como una estatua? Annette pensó que realmente estaba loco. Railin sonrió con el rostro cubierto de pintura de bronce

"No esperaba que te sorprenderías tanto."

"Por supuesto. Realmente pensé que me iba a dar un ataque al corazón."

Cuando su conmoción desapareció, fue la ira la que llenó el vacío. Annette, que nunca había sido sorprendida de esta manera en su vida, tenía una inusual mirada penetrante. Pero las lágrimas seguían goteando de las comisuras de sus ojos, por lo que no se veía amenazante. La sonrisa de Railin se intensificó al ver a Annette así por primera vez.

'Es adorable'.

La mujer que Railin conocía siempre había tenido una apariencia tranquila digna de una aristócrata. Una elegancia impecable. Una sonrisa ambigua. Es posible que fuera la cara que Annette mostraba al mundo exterior. A pesar de sus exigentes gustos, a Railin le gustaba mucho su máscara.

Pero la cara llorosa de Annette también era estimulante, porque delataba sus emociones reales. Railin sonrió pensando que había podido vislumbrar su verdadera naturaleza. No podía evitarlo aunque pareciera que fuera un pervertido.

Railin le extendió la mano caballerosamente.

"No tenemos mucho tiempo ahora. Debes levantarte."

Annette se levantó agarrándole la mano. Pronto recuperó su habitual tranquilidad, después de limpiarse las lágrimas en su rostro. Pero la voz de Annette aún contenía enfado.

"No vuelva a hacer eso, Railin. Soy un poco nerviosa. Si sucede algo parecido nuevamente, seguro tendrás que enterrar mi cuerpo. ¿Entiendes?"

"Eso sería difícil para mí. No tengo mucha destreza para esos trabajos."

A Annette le disgustó la intensa sonrisa de Railin. Debido a su apariencia nunca sospechó que fuera una estatua aunque solo estaba pintado con pigmentos. Si Railin tuviera las piernas más cortas o un abdomen hinchado, quizás habría notado algo extraño en la estatua. Pero no solo no vio ninguna anomalía, sino que también estaba oscuro.

"Ya está bien de bromas. ¿Trajiste la ropa que prometiste?"

"Por supuesto. Aquí tienes."

Railin abrió la tapa de uno de los sarcófagos colocados en la cripta. Sacó un uniforme de sacerdote de Odessa y una máscara ceremonial. Los bordados de los uniformes eran tan intrincados que no era fácil hacer imitaciones. Annette recibió los artículos preguntándose cómo podría haber preparado esto tan rápidamente. Pero pronto cambió la expresión en su rostro a una de desagrado. 

"Oh. Los he guardado en el sarcófago, así que olerá extraño. Por favor, comprenda."

"...Sí. No pasa nada".

Annette respondió con una mirada reticente. El nuevo uniforme de sacerdote que le dio Railin parecía limpio, pero la tela desprendía un particular olor a moho. Pero no era el momento de quejarse. Annette decidió no pensar en ello. Entonces entró en una habitación de la cripta y salió después de cambiarse.

"¿Cómo me veo?"

Annette, que llevaba puesta la capucha, preguntó inclinando la cabeza. Su elegante rostro acompañado del uniforme blanco, brillaba como una estrella en la oscuridad. Railin sonrió satisfecho observando su aspecto. Incluso sin la máscara ella parecía más un sacerdote que los mismos sacerdotes.

"Railin. ¿Está lista la 'coartada' que solicite?" 

Preguntó ansiosa con la máscara en la mano. Le pidió a Railin que creará una coartada en caso de que tuviera que escapar porque algo salía mal. Por supuesto, Railin la preparó con anticipación. Él sonrió admirando su precaución, puesto que Annette estaba comprobando hasta el último detalle.

"Por supuesto. Nadie esperaría que nuestra clienta se encuentre en ese lugar en ese momento. Todo está perfectamente preparado."

"Es un alivio. Ha hecho un trabajo excelente."

"Mi trabajo es el mejor de Deltium, ¿No? Ahora bien, ¿Nos ponemos en marcha?

"Sí, estoy lista."