Reciente

viernes, 6 de enero de 2023

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 448

 La Emperatriz Divorciada - Capítulo 448. Día y Noche (1)



El Duque Elgy estaba sentado en la cubierta de un barco mientras daba vueltas al medallón del collar en su mano.

Mantenía la boca cerrada y una expresión indiferente, por lo que no parecía nada feliz a simple vista.

"¿Qué le pasa?"

"No lo sé."

"Déjenlo tranquilo. Siempre se pone así después de acabar lo que quiere. Una vez que encuentre otro lugar que le parezca divertido, volverá a entusiasmarse."

Los piratas no apartaron la mirada de Elgy, pero no se molestaron en hablar con él. Esta atmósfera sombría llevaba más de un par de días.

Mientras soplaba el viento salado del mar, de repente se escuchó el chirrido de una gaviota.

Elgy levantó la vista.

El pájaro que apareció chirriando como una gaviota era una cacatúa. La cacatúa se posó cerca de Elgy y le ofreció con un chirrido la carta que llevaba atada justo en una pata.

Elgy tomó la carta como de costumbre y la desdobló. De inmediato pudo reconocer que era la letra de Heinley.

— ¿No estás ocupado? ¿Podrías ayudarme a recuperar las piedras de maná plantadas en Bohean Azul?


Elgy dobló la carta y la ató de nuevo a la pata de la cacatúa. Parecía que no tenía intención de escribir una respuesta.

La cacatúa tampoco insistió, simplemente se fue volando con la carta. Mientras veía alejarse al pájaro, Elgy se sentó con la espalda apoyada en la pared exterior del camarote.

'Ayudarlo a recuperar las piedras de maná...'

Elgy se sumió en sus pensamientos.

'Cuando vuelva a Bohean Azul seré increpado y aleccionado por aquellos que se enteraron de lo ocurrido en el Imperio Oriental. Sin duda, esa mujer será una de ellos. Con su habitual voz tranquila, dirá que nadie debe ser lastimado. Mi padre estará a mi lado sorbiendo incómodo una taza de café y se marchará en cuanto se le acabe la paciencia. Después de eso...'

***

Cuanto más lo pienso, más me cuesta creerlo y más rabia me da.

Es un desvergonzado. No sólo perdió la memoria, sino también el orgullo.

El Sovieshu que conocía tenía un fuerte orgullo. Ahora su memoria se remontaba a los días de Príncipe Heredero, así que puede que su orgullo no fuera tan fuerte como en sus días de Emperador. Sin embargo, aún debía ser lo suficientemente fuerte como para pensar en marcharse avergonzando al Imperio Oriental al ser atrapado mientras registraba el palacio de otro país con la excusa de que había venido a disculparse.

<< Nota: Navier no sabe sobre las dos personalidades de Sovieshu. >>

Por cierto, me envió melocotones. Cómo pudo enviarme melocotones en una situación en la que incluso enviar una carta de disculpa del tipo 'lo de ayer fue un malentendido, lo siento' sería vergonzoso?

"¿Su Majestad?"

"¿Qué ocurre, Señorita Rose?"

"¿Se encuentra bien?"

"Por supuesto."

No me encontraba bien. La ira hacia Sovieshu, el extraño sentimiento de culpa hacia Heinley, la preocupación por tener que manejarlo todo en su ausencia, la posibilidad de que se descubriera nuestra implicación en el fenómeno de la disminución del maná antes de recuperar las piedras de maná necesarias, el nulo progreso en mi entrenamiento mágico, eso y más no dejaban de abrumar mi mente.

"Su Majestad."

Justo entonces, uno de los caballeros que custodiaban la puerta me informó de que el Gran Duque Kapmen había venido a verme.

Salí al salón para saludarlo y entró en cuanto lo autoricé.

Nada más verlo, recordé lo que había ocurrido hace unos días, por lo que una sonrisa incómoda se dibujó en mi rostro. Me había llevado intencionadamente con él al sitio donde había quedado con su amigo, pero me sorprendió tanto ver a Sovieshu que acabé abandonándolo en la cafetería.

"Siéntese por aquí, Gran Duque."

"¿Volviste sin mayores problemas?"

Ahora que lo pienso, me llevé el carruaje en el que habíamos ido juntos.

"Gracias por lo de antes. Lamento haberme ido primero."

"Era inevitable en esa situación."

Kapmen se sentó finalmente donde le señalé, se quitó el sombrero y se lo puso sobre las rodillas. Mientras intercambiábamos palabras cordiales, Mastas se acercó a dejar el café, otras bebidas y bocadillos sobre la mesa.

Pero extrañamente, una vez que los dos quedamos completamente solos en el salón, Kapmen cortó de repente la conversación tan amena que estábamos sosteniendo hasta el momento.

'¿No ha venido sólo a saber cómo estaba?'

Parece que no. Miró hacia la puerta cerrada e inmediatamente cambió de tema.

"¿De qué hablaste con Dolshi mientras no estuve?"

"¿No lo sabes de todos modos? Tú..."

... has leído sus pensamientos. Omití estas últimas palabras porque el Gran Duque Kapmen quería ocultar esta habilidad mientras la utilizaba de forma útil.

"No es así."

Sin embargo, lo negó. ¿Quién diría que ese patán de Dolshi sería del tipo de persona que tiene cuidado incluso con lo que piensa?

"No puedo oír los pensamientos de Dolshi."

¿Iba más allá de ser cuidadoso con sus pensamientos?

"¿Cómo es eso posible? Puedes oír los pensamientos de todas las personas..."

¿Había excepciones?

"Tampoco sé la razón."

Después de responder con calma, Kapmen sacó del bolsillo de su pecho un papel doblado dos veces y me lo extendió.

"¿Qué es esto?"

Al aceptarlo y desdoblarlo, me di cuenta de que era un dibujo que podía ser descrito como un 'garabato'. Un dibujo que parecía hecho por un niño de tres años al que se le daba especialmente mal dibujar.

"¿Tienes un sobrino?"

"Fue dibujado por Dolshi."

"Uy, lo siento."

"No te preocupes, él sabe que no se le da bien dibujar."

Ya veo. Al menos tienes ojos... pero es aún más curioso. ¿Por qué el Gran Duque Kapmen me da un dibujo que el propio Dolshi reconoce que es malo?

"Dolshi me pidió que se lo diera a la dama de nombre gracioso."

"..."

"Lo siento. No esperaba que el nombre fuera objeto de burla."

Mentira. ¿Qué otra razón habría para llamar 'Navi' a una persona? Sólo en momentos como éste, en los que me quejo internamente, es más cómodo que la otra persona pueda leer mi mente. 

<< Nota: Navi → Mariposa. >>

El Gran Duque Kapmen sonrió con amargura y apretó su taza de café. Me sentí un poco mal por quejarme excesivamente en mi mente ante el absurdo nombre.

"Bueno, parece que no tengo buen gusto para los nombres."

Ya sabía mi opinión por mis pensamientos, así que no había necesidad de responder. Sonreí incómodamente, bebí un poco de la bebida y cambié rápidamente de tema.

"¿Por qué Dolshi te pidió darme esto?"

Él no había mostrado interés en mí. Se ofreció a ayudarme antes de separarnos, pero también dijo algunas cosas raras...

"No lo sé. Sólo me dijo, 'Si hace esto, la ayudaré'."

"¿Quieres decir que me ayudará a dominar mi magia si hago esto?"

"Eso parece."

El Gran Duque Kapmen respondió vagamente, como si fuera realmente molesto no poder oír los pensamientos de la otra persona. Asentí y volví a mirar el dibujo de Dolshi.

"..."

Necesitaba descifrarlo para poder decidir si hacer lo que quería. Pero sin importar cuánto lo miré, el dibujo era tan malo que no pude descifrar lo que significaba. 

Veamos. Hay líneas trazadas de arriba abajo con un poco de espacio entre ellas y en el centro hay un brillo excesivo...

"... No sé qué es. ¿No dijo nada al respecto?"

"Sí, le pregunté. Dolshi dijo, 'Lo sabrá en cuanto lo vea'."

Era un dibujo que yo entendería.
´
Asentí e intercambié algunas palabras más con Kapmen. Una vez que se marchó, llamé a mis damas de compañía y les enseñé el dibujo para que me dieran su opinión.

"¿No es sólo una broma?"

"Creo que se reía mientras trazabas las líneas."

"¿El mar? ¿No es el mar? Olas. ¿No brillan las olas bajo la luz?"

Pero fue inútil, mis damas de compañía tampoco entendieron el dibujo.

Ahora que me encuentro en esta situación, me siento un poco mal por haber intentado transmitir mis sentimientos a Heinley a través de una pintura. ¿Heinley se habrá sentido perdido intentando descifrar el significado de la pintura que le envié?

Por supuesto, no soy tan mala dibujando.

Sí, es cierto. Se me da bien dibujar, así que Heinley no pudo haberse sentido perdido... espera. Pensémoslo de otra manera.

Normalmente, las peticiones se expresan por escrito. En mi caso, envié una pintura con la intención de consolar a Heinley de una manera distinta a la habitual.

Sin embargo, Dolshi podría haber realizado su petición por escrito o haberla comunicado a través de Kapmen.

Aun así, envió un dibujo a pesar de saber que no tenía esa destreza. Creo que este es un punto importante.

En el momento en que entrecerré los ojos porque sentí que una pista me venía a la cabeza, entró el Vizconde Langdel.

Parecía que había venido a informarme de algo, pero mis damas de compañía se le acercaron primero para pedirle su opinión sobre el significado del dibujo. El Vizconde se quedó mirándolo por un momento y dijo,

"¿No es una pared? Creo que es una pared."

"¿Una pared?"

"Ahora que lo menciona, realmente parece una pared, Su Majestad."

"Es verdad. De aquí a aquí es la pared y lo que hay en el centro... ¿qué podría ser?"

Mientras mis damas de compañía discutían al respecto, el Vizconde Langdel miraba de un lado a otro entre mis damas de compañía y yo. Quería decirme algo, pero mis damas de compañía lo tenían envuelto en el asunto del dibujo.

Cuando por fin nuestras miradas se cruzaron, el Vizconde Langdel se apresuró a informar,

"Su Majestad, hace un tiempo me pidió encontrar a la Señorita Rivetti. Finalmente la he encontrado."

Tan pronto estas palabras fueron pronunciadas, mis damas de compañía dejaron de hablar por completo, como si se hubieran puesto de acuerdo de antemano.