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jueves, 13 de octubre de 2022

Cómo Domar A Mi Marido Bestial - Capítulo 34

Capítulo 34. La Mejor Decisión

Annette no dijo nada. Diana estaba de pie frente a ella, con el rostro ansioso por una respuesta. Sabía muy bien que Annette había sido la candidata más fuerte a Princesa Heredera, así que sacar el tema era pura malicia.

Si le hubiera dicho eso a Annette antes de su regresión, ésta se habría sentido muy dolida.

Ella sólo suspiró para sus adentros. Diana había sido su amiga de la infancia, pero ahora era la mejor amiga de Celestine. La fluctuante red de relaciones entre las personas podía ser a veces muy irónica.

Pero todo esto había ocurrido hacía cinco años. Ya no le dolía nada, así que podía reírse de Diana. A menos que hubiera sido la propia Celestine, de quien Annette sospechaba que había sido la que la había inculpado con cargos falsos, nada de eso importaba.

"¿Ah, sí?" preguntó Annette, sonriendo. "¿Sabes si había un diamante azul entre esos regalos, por casualidad? Tengo muchas ganas de verlo, espero que lo lleve en su coronación."

"Bueno... no sé..."

Annette parecía puramente interesada en la tiara en sí, más que en lo que simbolizaba. Diana se estremeció, su decepción era evidente en su rostro. Pero Annette sólo pasó a la ofensiva, rodeando con sus manos el fuerte brazo de Raphael.

"Cariño", dijo, inclinando la cabeza para mirarle cariñosamente. "Creo que preferiría tener un diamante azul, ¿Qué te parece? ¿Me quedaría bien?"

Raphael se limitó a mirarla en silencio, Annette le entró un sudor frío. Por un momento, pensó que él estaría de su lado, porque habían pasado una bonita noche juntos. ¿Ella acaso se había adelantado a la realidad? Sería terrible ser humillada delante de Diana.

Annette se mordió los labios cuando él le quitó sus manos del brazo, y su corazón se desplomó. Tal como ella pensaba, él no tenía intención de involucrarse en un conflicto entre dos mujeres. Pero entonces él le rodeó suavemente los hombros con un brazo, abrazándola.

"Si te hace feliz, puedes vaciar la caja fuerte. Compra un diamante azul y todo lo que quieras."

"¡Oh, Dios!", exclamó Diana al escuchar aquella voz profunda, y se tapó la boca. Era emocionante ver a un hombre siendo tan abiertamente cariñoso con su mujer. Pero Raphael no había terminado.

"Pero creo que un diamante rosa sería mejor", dijo él, bajando la cabeza y acariciando su cara. "Iría mejor con tus bonitos ojos rosas."

Y entonces rozó con sus labios cada párpado. Su tierna muestra de afecto habría derretido el corazón de cualquiera que lo viera. Esto animó a Annette a acabar con su enemigo.

"Gracias, Raphael", dijo ella. "Aceptar casarme contigo ha sido la mejor decisión que he tomado nunca."

La mujer, que nunca había tomado una decisión propia desde que nació, reía como una flor mientras mentía. Tanto ella como Raphael sabían que era una mentira, pero Dama Diana no. Como la mejor amiga de Celestine, sólo había querido burlarse de Annette, pero se convirtió ella misma en la broma.

"Es un poco tarde, Dama McClaire. Deberíamos irnos, ¿Estarás bien sola?"

Con un brazo alrededor de la cintura de Raphael, Annette ofreció sonriente este golpe a Diana, que ni siquiera estaba comprometida. Diana se enamoró fácilmente, pero desgraciadamente el objeto de sus afectos nunca le correspondió. Esa era al menos parte de la razón por la que nunca se había visto envuelta en ningún escándalo. Traducción ReinoWuxia

"Por supuesto que estaré bien", dijo, levantando la voz cuando Annette la golpeó en su punto débil. "Todo este mercado pertenece a mi familia. ¿Sabes lo bien que se venden los productos de hierro estos días? El negocio va tan bien, que apenas he terminado ahora, ¡Ya iba de camino a casa!"

"Oh, ya veo. Envidio tu espíritu de trabajo."

Annette, la hija de la familia más rica de Deltium, sonrió ampliamente. Diana apretó los puños, temblando de rabia. Y Raphael se unió a la diversión por segunda vez, la guinda perfecta del pastel.

"Ahora que lo mencionas, uno de mis regalos de boda fue una mina de hierro. Los ingresos han sido bastante buenos estos días. Annette, ¿te gustaría que la pusiera a tu nombre? Compra todos los diamantes que quieras, sean azules o rosas."

¡Qué extraordinario! Diana se quedó con la boca abierta. Ahora que se había perfeccionado el proceso de fundición, había una gran demanda de productos de hierro, y los nobles con minas de hierro estaban ganando mucho dinero.

¿Y él iba a dárselo todo a Annette?

Diana se sintió humillada, pero también celosa. Hasta hace poco, el hierro no se utilizaba mucho en el Imperio, ya que era muy difícil de refinar. Pero con los nuevos métodos recientemente descubiertos, cada parte de la vida cotidiana parecía necesitarlo de alguna manera. A juzgar por la vajilla de hierro que Annette había visto en el restaurante, incluso ellos habían seguido la tendencia.

El hierro es rentable ahora... eso es interesante.

Annette parpadeó, asombrada por la idea. Tendría que aprender más sobre la mina de hierro de Raphael. No porque se preocupara por ella, pero tal vez eso era lo que le interesaba a su padre.

Perdida en sus pensamientos, apenas sintió que Raphael la abrazaba cariñosamente, aunque se sonrojó cuando él besó la parte superior de su pequeña cabeza. Rápidamente, se despidió de Diana, que los miraba con envidia.

"Mi esposa está cansada, así que nos despedimos, Dama McClaire. Por favor, discúlpenos."

Humillada, Diana se dio la vuelta, aunque no pudo evitar volver a mirar a la pareja mientras se marchaban. Parecían la pareja de un retrato, con sus brazos rodeando los hombros y la cintura del otro, caminando juntos hacia su carruaje. Mirar al poderoso Raphael inclinándose hacia la esbelta Annette haría sonrojar a cualquier observador.

Ya verás, ¡Encontraré un prometido este año!

Con esta decisión en mente, Diana se alejó con los ojos lagrimeando al pensar que, incluso considerando el negocio de artículos de hierro de su familia, nunca podría estar completamente satisfecha. Si su mercancía de hierro se vendía bien, sólo significaba más beneficios para la mina de hierro del Marqués Carnesis, y más diamantes para Annette.

Esto la puso tan celosa que derramó lágrimas desde su corazón. Incluso si Annette no iba a ser más la Princesa Heredera, no importaba. Tenía un esposo sexy que la trataba con cariño, eso hacía que Diana la envidiara diez veces más que a Celestine. Mirar a Annette alejarse del brazo con su esposo era mucho peor que observar a Celestine recibir los regalos de boda de la familia real.

Mientras tanto, Annette se acomodó en el carruaje con un suspiro de alivio. "Mu... muchas gracias por eso, Raphael", dijo con cuidado, sonrojada por la vergüenza. "Por estar de mi lado."

Su expresión de profunda gratitud hizo que Raphael se sintiera inexplicablemente incómodo. Al instante a él le había caído mal Diana, que se comportaba como una zorra. Incluso con el esposo de Annette allí mismo, ella le había insinuado a Annette, ¿no es una pena que no pudiste casarte con el otro hombre? Fue como si miles de agujas le pincharan. Había querido demostrar que el matrimonio de Annette con él no era una desgracia. Eso fue todo.

Pero no podía ser sincero respecto a este impulso infantil. Era un hombre muy obstinado y siempre hablaba con franqueza.

"Si estás agradecida, asegúrate de que tu mano se cure bien", dijo, una respuesta contundente a su agradecimiento. No recordaba cómo se había herido la mano, pero sabía que probablemente fuera culpa suya. Cada vez que veía esa mano vendada, se sentía culpable. Habría preferido que su propia mano estuviera herida.

"Me pondré bien pronto", respondió Annette, con una sonrisa radiante. "Gracias por lo de hoy."

Había habido un pequeño contratiempo a mitad del día, pero su primera salida con Raphael había ido mucho mejor de lo que esperaba. Habían visitado la tumba de Robert, aunque ella ni siquiera había sabido quién era en su vida anterior. Habían comido juntos, bebido juntos, y aunque odiaba la interrupción de Diana, había podido apartarla efectivamente gracias a la ayuda de Raphael.

Ahora que lo pensaba, Diana no parecía saber nada de las falsas acusaciones contra Annette.

Recordando la expresión de Diana y el tono de su voz, Annette sabía que si hubiera sabido de esas acusaciones, Diana se habría burlado de ella inmediatamente. Resultaba sorprendente, teniendo en cuenta que Diana era la mejor amiga de Celestine, que el asunto se hubiera silenciado por completo. Aunque a Annette no le agradaba mucho la familia Bavaria, tenía que admitir que defendían a los suyos.

Mientras Annette se perdía en estos pensamientos, el carruaje rodaba tranquilamente hacia su casa. El pueblo que habían visitado no estaba tan lejos, así que llegaron rápidamente a la mansión. Antes de ir a su habitación, Annette se detuvo junto a Raphael en el pasillo.

"Buenas noches, Raphael. Me ha gustado mucho salir contigo."

Él asintió sin hablar. Ella estaba lo suficientemente familiarizada con su actitud como para no ofenderse. Pero cuando se dio la vuelta, escuchó su voz grave detrás de ella.

"Annette."

"¿Sí?"

 Cuando miró hacia atrás, pudo verlo de pie rígido, en el pasillo oscuro, con su rostro blanco girado hacia ella. Su piel no se había bronceado ni siquiera después de tantas horas de entrenamiento al sol, y parecía tan inmaculado como una estatua de mármol. Sus labios rojos se movieron de forma vacilante, y entonces hizo una pregunta que Annette nunca habría esperado.

"Lo... que dijiste. ¿Era cierto?"

"¿Qué?"

"Que no te arrepientes..."

Raphael no se atrevió a preguntarle directamente, ¿Fue realmente casarse conmigo la mejor decisión que tomaste?

Annette, que nunca había soñado que él pudiera hacer semejante pregunta, abrió mucho los ojos.