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jueves, 6 de octubre de 2022

Cómo Domar A Mi Marido Bestial - Capítulo 30

Capítulo 30. Larga Noche


Los ojos brillantes de Raphael se estrecharon al acercarse a ella. A Annette se le secó la boca al ver el hambre en esos ojos, como si fuera un herbívoro ante un peligroso depredador, a punto de ser devorado vivo. Ella se lamió los labios nerviosa.

"Dime, Annette", dijo él, pasándole el pulgar lentamente por el labio inferior. "Si te digo que lo que quiero, ¿qué harás? Sabiendo lo que es, ¿estarás dispuesta?"

Su voz era profunda, enroscándose alrededor de ella como una serpiente, haciéndole cosquillas en los oídos. Presintiendo el peligro, ella trató de zafarse de su agarre, pero Raphael le quitó el vestido de los hombros y sus s3n0s blancos se escaparon por encima del escote. Bajó la cabeza para lamerlos.

"Ah, Raphael......."

Su intención era clara al frotar sus suaves s3n0s. Con avidez, chupó sus puntas rosadas, excitánd0la al lamer sus p3z0nes con la lengua. Cuando aplastó las sensibles puntas bajo la punta de su lengua, un pl@cer doloroso la recorrió. Era demasiado brusco, la estimulación era excesiva. Sin embargo, extrañamente, a ella le habría gustado que le doliera un poco más.

"No te retuerzas así, Annette. Te vas a hacer daño en la mano."

Una de sus manos, que agarró su mano derecha vendada, la inmovilizó contra la pared. La otra mano le subió la falda y se metió en las br@gas. Cuando sus dedos tocaron la abertura oculta entre sus pétalos, levantó la cabeza con una sonrisa malvada en su boca.

"Estás mojada", le susurró al oído. "¿Estás así de mojada sólo porque te chupo los p3z0nes?"

"Oh, no. No es así..." Intentó protestar, con la cara teñida de vergüenza, pero entonces los labios de él besaron los suyos, interrumpiéndola. Su lengua se introdujo en su boca, arañando su sensible paladar, forzando un suave grito de ella. Ella se sintió mareada. Sus rodillas se debilitaron.

La mano entre sus piernas tocó su núcl3o, y un grueso dedo se deslizó fácilmente dentro de ella, ayudado por su humedad. Luego dos dedos, luego tres, se introdujeron en su húmeda abertura, acariciando sus p@redes int3rnas. Cada vez que esos gruesos dedos se hundían en su interior, enviaban oleadas de sensaciones que palpitaban por todo su cuerpo.

Annette estaba embelesada. Un intenso pl@c3r recorrió su cuerpo de arriba abajo, y pudo escuchar los obsc3nos sonidos de sus caricias mientras cálidas lágrimas brotaban de sus rosados ojos.

"Annette, haaa..." Raphael le lamió las lágrimas, luego la cargó para llevarla directamente a la cama. Ella pensó que la acostaría, pero no lo hizo. Sentándola en su regazo, se quitó la toalla revelando su er3cción.

"Levanta el tr@ser0, Annette". Le mordió ligeramente las orejas, con una voz cargada de deseo. Annette vaciló. Pero antes de que pudiera hacer algo, las grandes manos de él la agarraron por la cintura para levantarla. Introdujo su p3n3 en su abertura, dejando que se hundiera lentamente. La estrecha entrada de ella se estiró a su alrededor mientras su grueso gl@nde.

"Es demasiado pequeño, maldita sea", refunfuñó él, empujando con avidez su gran p3n3 dentro de ella. Su posición sentada lo hizo sentir más profundo que de costumbre. Ella se sintió llena de él. Se tocó el vientre con la mano.

La visión le hizo cerrar los ojos y apretar los dientes, como si estuviera luchando por contenerse. Su virilidad se hinchó, tanto que Annette sintió que iba a reventar.

"Me estás volviendo loco", dijo Raphael, y una serie de palabrotas escaparon de su boca maligna mientras empezaba a pen3trarla salvajemente. Su grueso p3n3 se sintió aterrador al llegar hasta la raíz, su deseo se clavó profundamente en ella, llenando con fuerza su estrecho canal. La visión de Annette vaciló cuando un pl@cer familiar surgió de su interior.

"¡Ah... sí... ummmmmm...!"

Cada vez que empujaba su grueso p3n3 dentro de ella, su carne húmeda recibía empujones, provocando dulces escalofríos en su cuerpo. Su duro gl@nd3 se introdujo profundamente dentro de ella, provocando que chispas blancas brillaran en sus ojos. El pl@cer era tan abrumador que Annette no podía ni siquiera emitir un sonido. Las lágrimas seguían resbalando por sus mejillas.

"Annette, mira esto", le susurró Raphael al oído, levantando las comisuras de su boca en una sonrisa diabólica. "Mira cómo me succionas con tanta hambre."

Bajo su mirada lujuriosa, ella negó con la cabeza, escapándosele un pequeño gemido.

"Mentirosa", susurró él con maldad, luego la agarró por el tr@sero y la penetró más rápido.

Cada vez que su cuerpo se sacudía de arriba hacia abajo, la base de su grueso p3n3 le acariciaba el cl!t0ris. Las piernas le temblaban. Sus entrañas se apretaron con avidez, aferrándose a él, sin permitirle salir de ella mientras él empujaba violentamente, haciéndola g3mir entrecortadamente.

"¡Ahhh...uhh, uhhh, nngh...ahhhh!"

Su cabeza cayó hacia atrás mientras ella se venía, un terrible org@smo sacudió su cuerpo, con electricidad que se extendía desde sus piernas hasta la parte superior de su cabeza. Incluso mientras alcanzaba el cl!m@x, su p3n3 hinchado seguía introduciéndose en ella, presionando su interior. Su tierna carne interior se vio sacudida por el dolor y el pl@cer mientras él la p3n3traba con fuerza. Le gustaba tanto que se sentía como si flotara, como si fuera a caer. Más lágrimas corrieron por sus mejillas mientras resistía impotente, asustada por estas sensaciones, y lo único de lo que podía depender era del hombre que tenía delante.

"¡Raphael, Raphael...!"

Desesperadamente, trató de rodear su cuello con los brazos. Sintiendo su angustia, Raphael inclinó la cabeza para ayudarla a que lo alcanzara. Se sintió tan bien viendo sus delgados brazos alrededor de él.

Annette se sacudió de arriba hacia abajo, jadeando para respirar. El movimiento de su p3n3 dentro de ella, empujando sin piedad, la llenaba de un terrible pl@c3r. Se sentía tan bien que pensó que iba a perder la cabeza.

Cara a cara, Raphael agarró su tr@s3ro, separando para hacer que sus labios v@g!nales se separaran, profundizando la sensibilidad de sus paredes internas. ]Su polla se hundió aún más con fuerza.

"Estás apretada por dentro otra vez, Annette. ¿Te gusta tanto?"

"No... sí... ¡ahh! Ah, ummmmm...!"

Sus piernas temblaban, tensadas por el pl@cer asfixiante. Su segundo org@smo fue tan intenso que se le curvaron los dedos de los pies. Estaba tan caliente por dentro que él casi se fundía en ella. Pero Raphael la giró cuando ella terminó de venirse. Le gustaba estar de cara a ella, pero ver sus bonitos ojos llenos de lágrimas le hacía sentir una punzada en el corazón.

De espaldas a él, Raphael la volvió a p3netrar con fuerza. Las caderas de ella se levantaron, tratando de escapar de la abrumadora estimulación, pero él la agarró por la cintura.

"¡Huh, ah, uh...uh, uh!" Ella gritó ante el pl@cer impulsivo, gritos lastimeros que sacudieron su cuerpo. La cabeza de Raphael se inclinó, lamiendo su cuello y hombros, como un lobo que tranquiliza a su compañera. Toda su piel sensible se estremeció. Las caricias de su p3n3 en todas sus zonas de pl@cer la marearon.

Los dedos de Raphael frotaron su hinchado cl!t0ris rojo, oculto en su vello púbico, mojado con sus fluidos y su s3m3n. Por reflejo, ella se apretó su interior. Cada vez que sus dedos rodeaban su cl!tris, ella gritaba con fuerza. Sentía como si se estuviera derritiendo por dentro debido a la estimulación.

"Oh, maldición, maldición, está caliente... me estás volviendo loco, Annette."