Reciente

sábado, 27 de agosto de 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 421

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 421. Necesito Ir Allí (2)




"Um, Su Majestad. Hay una cosa más que necesito decirle."

"¿Qué es?"

"Como le mencioné anteriormente, la memoria de Su Majestad vuelve a sus años de príncipe heredero en el día. Y recientemente ha ordenado realizar ciertas tareas..."

Cuando el Marqués Karl le informó de las acciones del Príncipe Heredero Sovieshu, el Emperador Sovieshu ordenó después de pensarlo un poco más,

"Obedécelo a menos que sea una locura."

"Su Majestad."

"Ahora no quiero hacer ni pensar en nada. Mis ojos se cierran, así que obedécelo y apóyalo."

Al terminar de hablar, Sovieshu entrecerró los ojos como si realmente fuera a quedarse dormido de inmediato.

No obstante, consiguió resistir y dio una nueva orden.

"Tráeme sólo los documentos que deben ser evaluados con urgencia."

Después de eso, Sovieshu trabajó como una máquina y se quedó dormido como si hubiera colapsado al terminar.

Como si él mismo no quisiera estar despierto, el tiempo que el Emperador Sovieshu estuvo despierto era mucho menor que el del Príncipe Heredero Sovieshu.

Karl miró con el corazón destrozado al dormido Sovieshu.

Aunque tenía que irse, le preocupaba dejarlo solo en ese estado, así que al final se quedó a su lado toda la noche.

A la mañana siguiente, Sovieshu levantó su cuerpo recostado sobre el escritorio, se frotó los ojos y preguntó al Marqués Karl con voz desconcertada,

"Marqués Karl, ¿por qué está aquí y no en casa?"

"Su Majestad recobró su memoria anoche. ¿Lo recuerda?"

"¿Yo?"

"Sí."

"No. No lo recuerdo en absoluto."

"Fue durante unas horas por la noche."

"No conservo ningún recuerdo."

Sovieshu murmuró y frunció el ceño. Sovieshu se sintió extraño al pensar que no había conexión entre las dos personalidades, y que esta situación podría permanecer así para siempre.

Pero en vez de expresar estos sentimientos, Sovieshu le habló al Marqués Karl de lo que había estado reflexionando hasta que se quedó dormido.

"Marqués Karl."

"Sí, Su Majestad."

"Hay una cosa en la que estuve pensando mucho ayer."

"Está bien, dígame."

"Necesito ir personalmente al Imperio Occidental."

"¡¿Qué?!"

***

No sé si realmente será una semana entera, pero lo que es cierto es que Heinley ha evitado todo contacto físico durante varios días.

Honestamente, no tenía miedo de la aparición del fantasma del Duque Zemensia, a diferencia de Heinley.

Sin embargo, he tenido pesadillas.

No había tenido pesadillas como estas desde que me divorcié. Después del incidente en el que estuve cerca de morir, empecé a tener pesadillas.

Además, en las pesadillas siempre miraba hacia arriba con temor.

Me habría hecho feliz que Heinley hubiera estado a mi lado en estos momentos para cuidarme. Sin embargo, Heinley todavía me evitaba como si tuviera una enfermedad contagiosa.

"Su Majestad, ¿se ha enterado? Se ha difundido la noticia de que esa mujer llamada Rashta ha muerto."

"Rashta..."

"Sí, se suicidó después de ser depuesta."

Cuando me enteré de la noticia de la muerte de Rashta, mi estado de ánimo se volvió más extraño.

Laura, que me lo contó, también odiaba mucho a Rashta, pero tenía una expresión incómoda.

Era difícil hablar mal de una persona muerta.

"Oh, eso es maravilloso."

La Condesa Jubel no sentía nada de eso.

"Es un alivio no tener que inclinarme ante ella cuando vuelva al Imperio Oriental."

Laura asintió con una expresión seria y preguntó,

"¿Y qué pasará ahora con Su Majestad Sovieshu? ¿Se volverá a casar?"

Si el emperador permanece soltero, recibirá presiones de todas partes para que se case. Cada día será más extenuante y difícil. Sovieshu tenía un fuerte deseo de tener sus propios hijos, así que creo que se volverá a casar pronto.

Después de hablar de Rashta unas tres horas, cené una comida ligera, me acosté en la cama y junté mis manos.

'Me siento un poco intranquila.'

Cuando estaba en el Imperio Oriental, me dedicaba a mi trabajo cuando pasaba por momentos difíciles. Me gustaba dar un paso atrás para poder ver con claridad mis asuntos personales mientras me ocupaba de mi trabajo con la mayor objetividad posible.

Pero ahora que a mi embarazo se le han sumado mis lesiones, no podía trabajar toda la noche para relajarme.

Heinley... tampoco me da fuerzas en estos momentos.

Mientras intentaba conciliar el sueño, sentí una mano grande acariciando mi cabello.


"¿Reina?"

Parece que mis pensamientos finalmente alcanzaron a Heinley. Cuando abrí los ojos, vi a Heinley.

Intenté llamarlo por su nombre, pero me sorprendió ver que me tocaba después de mucho tiempo.

No me había tocado por miedo a las supersticiones. ¿Ahora tiene un poco de valor?

En cuanto lo pensé, se me quitó el sueño y hablé con voz fría.

"Dijiste que no querías tocarme."

Heinley se rió y lo negó.

"Nunca dije que no quisiera, Reina."

"¿No te preocupa tocarme?"

"Reina parecía estar sufriendo."

"No sufrí ni un poco."

"Yo sí sufrí."

"..."

"¿Por qué te ves tan deprimida?"

'¿Yo? No, no estoy deprimida...'

"No estoy deprimida. Es sólo que me siento intranquila porque han pasado muchas cosas a la vez."

Incluso para mí fue difícil entender mis palabras porque mi voz se puso ronca.

"Cof, cof..."

Tras toser levemente, Heinley subió un poco las sábanas para cubrirme.

Mi tos no se debía a un resfriado, pero me hacía feliz tener a Heinley cerca de mí por primera vez en mucho tiempo. Cuando volví a toser, Heinley me puso la mano en la frente con una expresión de preocupación.

"¿Te has resfriado?"

"No."

Después de eso, Heinley continuó haciéndome preguntas sobre mi salud y yo respondí una a una con una sensación de somnolencia mientras tenía la cabeza recostada en su muslo.

"Reina."

Heinley me hizo una sugerencia con una voz bastante seria.

"Haz lo que desees."

'¿Encontró un problema en mis respuestas?'

"¿Por qué dices eso?"

"Creo que estás deprimida."

"¿Yo?"

"Bueno, por lo que he investigado hay ocasiones en las que una mujer embarazada se deprime..."

'¿En serio?'

Heinley examinó mi expresión y preguntó,

"¿Quieres ir de picnic? ¿O quieres que te enseñe el salón principal de joyas? ¿O prefieres ver mi colección de joyas, Reina? Eso te hará sentir mucho mejor."

"Emm, no lo sé."

"¿Qué te parece un paseo en barco? ¿O invitamos al reparto de una obra de teatro al palacio para verla?"

Al principio no lo pensé mucho. Pero a medida que escuchaba a Heinley, poco a poco estuve de acuerdo.

Sí, ahora necesito algo en qué centrar mi mente.