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domingo, 31 de julio de 2022

Matrimonio Depredador - Capítulo 355

Capítulo 355. Vino (3)

En la botella de vino se había introducido 'eso' mediante un agujero en el corcho. Luego se rellenó el agujero del corcho sin que se notara ninguna diferencia. El sabor de la bebida no habría cambiado mucho porque se realizó hace poco.

Podría haberlo hecho suyo lentamente, pero esta vez no disponía de tanto tiempo. Si se demoraba más tiempo Herodes podría tener a la Reina primero. Judia odiaba quedarse atrás de ese tipo.

Ella puso la botella de vino sobre la mesa.

"Necesito una copa..."

Cuando estaba a punto de decir que iba a traer una copa de vino, Ishakan le dio la vuelta al plato profundo en el que se habían servido los dátiles. Los dátiles se esparcieron por la mesa. Ishakan ordenó extendiendo el plato hacia ella.

"Sírvelo."

Judia esbozó una pintoresca sonrisa. Su comportamiento rudo lo volvía aún más encantador. Le encantaría que se comportara de la misma manera en la cama.

Inclinó su cuerpo hacia adelante mientras servía el vino, para que Ishakan pudiera apreciar mejor su cuerpo. El plato profundo estaba lleno de vino. Ishakan se lo bebió sin dudarlo. Su manzana de adán se movía rápidamente. El plato quedó vacío pronto.

Judia se mordió el labio inferior al observar el plato vacío. Le resultaba difícil contener la risa cuando pensaba que el arrogante Kurkan pronto se arrodillaría suplicándole por su amor.

Ella lo miraba con expectación. La poción pronto haría efecto.

"......"

Pero fue extraño. No hubo ninguna reacción después de bastante tiempo. Los ojos dorados permanecieron tranquilos. La pasión que Judia esperaba no estaba presente en sus ojos.

¿Por qué? Había utilizado muchas veces 'esto' en el pasado. Nunca había tardado mucho tiempo en hacer efecto. Algo andaba mal.

Mientras el nerviosismo de Judia aumentaba, una gran mano bronceada agitó ligeramente la botella de vino. Los labios de Ishakan se curvaron mientras miraba el líquido de la botella.

"Es falso."

Judia, que estaba distraída con sus ojos dorados, respondió tardíamente.

"...¿Qué?"

Ishakan inclinó la botella lentamente hacia abajo derramando el vino en el suelo. El olor dulce del vino se extendió por el lugar.

El líquido rojo salpicó sus pies. La atónita Judia ni siquiera se dio cuenta de que el vino había manchado la falda de su vestido. Se levantó de su asiento conmocionada.

"Oh, cómo lo has sabido... No, no puede ser... Obviamente es la botella correcta..."

Ishakan preguntó mientras recogía un dátil que había sobre la mesa.

"¿Parece que estoy enamorado?"

"......"

No había nada que pudiera decir. Judia, que sólo miraba a Ishakan desde la distancia, se asustó cuando de repente escuchó una voz detrás de ella.

"Él también le daría esto a Leah, ¿no?"

Dos Kurkan estaban parados detrás de ellas. La mujer Kurkan habló con expresión sombría.

"Creo que esto es más grave que un intento de asesinato."

Ishakan respondió después de reírse.

"Sí, es un crimen muy grave."

Los Kurkan emergieron uno a uno en las sombras. La posada vacía se llenó rápidamente.

Su visión se volvió negra por el miedo incontrolable que se apoderó de ella. Un fuerte zumbido resonó en sus oídos. Los Kurkan se rieron viendo a la temblorosa Judia.

"Reina."

El hombre Kurkan se inclinó hacia Judia para preguntarle.

"¿Has escuchado lo que les pasó a los que intentaron asesinar a la Reina de Estia?"

Judia no pudo responder. Su mirada se movió de un lado a otro, buscando ansiosamente un lugar por el que escapar. El hombre dijo con pesar frunciendo el ceño.

"No sabes, ¿verdad?"

El hombre hablaba con una voz simpática.

"Entonces lo averiguaras pronto."

Un grito desgarrador sacudió la posada. Un nuevo líquido rojo se añadió al vino en el suelo.

***