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lunes, 13 de junio de 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 400

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 400. Despedida Roja (2)





El Duque Zemensia se marchó después de deambular por la mansión en silencio durante un rato. Una vez que el Duque Zemensia se fue, Kapmen volvió a entrar en la mansión.

Tal vez porque estaba solo en la mansión vacía, el Duque Zemensia había pensado en muchas cosas, por lo que pudo obtener más información de la que esperaba.

Al principio, el Duque Zemensia no pudo empatizar realmente con la ira de su padre. Aunque la muerte de Christa le entristeció, no creía que hubiera razón para enojarse con el Emperador Heinley.

Además, ya tenía sus propios hijos. Aunque quería mucho a su hermana, tenía que cuidar de quienes estaban vivos. Del mismo modo que su padre abandonó a su hija por el futuro de sus nietos.

Pero después de un tiempo todo cambió, el Duque Zemensia fingió una fuerte pelea con su padre en la que fue expulsado para disipar cualquier sospecha de Heinley.

Si el Viejo Duque cometía el crimen, era probable que su esposa, sus hijos y él mismo salieran perjudicados. En cambio, si él cometía el crimen, su esposa y sus hijos podrían buscar la protección de su padre, dado que el Viejo Duque estaba por encima de él.

Sin embargo, no pasó por la mente del Duque Zemensia por qué cambió de repente de opinión ni qué tramaba exactamente.

[Cuando vuelvan felices. Esa será la última vez que sonrían.]

Esto fue lo último que pensó. Su determinación se fortalecía mientras pasaba las manos por los marcos de la ventana.

Cuando Kapmen miró de cerca la ventana en la que el Duque Zemensia permaneció durante un tiempo, notó unas marcas inusuales.

Eran marcas de que la ventana había sido bloqueada.

‘Es por esto.’

Al ver esto, Kapmen se hizo una idea de por qué había cambiado de opinión, pero aún no tenía claro qué tramaba.

Kapmen apretó los puños. Salió rápidamente de la mansión, montó en su caballo y se dirigió a la capital.

El Duque Zemensia lo observó desde la distancia.

***

Después del juicio, fui directamente a la Mansión Troby, pero mi madre había sido llamada por Sovieshu.

"No se preocupe, el Vizconde Langdel debe estar con la Duquesa Troby."

El subcomandante de la 5ª División de los Caballeros Transnacionales que me escoltaba en sustitución del Vizconde Langdel, me informó de que el Vizconde Langdel había sido llamado por Sovieshu junto con mi madre.

¿Por qué Sovieshu llamó a mi madre y al Vizconde Langdel?

Tenía curiosidad, pero mis damas de compañía no estaban a mi lado para discutirlo.

Como había pasado un tiempo desde la última vez que estuvimos aquí, envié a Laura y a la Condesa Jubel a sus respectivas casas.

"Señorita, ¿qué desea cenar?"

Le respondí al mayordomo que primero esperaría a mi madre para cenar con ella.

Afortunadamente, mi madre no tardó en volver. En cuanto mi madre regresó, le pregunté,

"Madre, ¿por qué te mandó a llamar?"

No tenía una expresión seria, así que no parecía que la hubiera llamado para algo malo, pero quería estar segura.

Mi madre se quitó la capa y se la entregó a una sirvienta con una mirada extraña.

"Me dijo que levantara el destierro de Koshar."

"¿De verdad?"

Esta era una buena noticia. Significaba que mi hermano podría suceder a la Familia Troby sin problemas.

"Entonces el Vizconde Langdel..."

"Sí. La razón principal del destierro del Vizconde Langdel fue por su intento de dañar a un descendiente de la Familia Imperial. Como ahora se sabe que Glorym no es hija del Emperador Sovieshu, creo que su destierro también será levantado."

Me alegraba escuchar eso.

No sé si el Vizconde Langdel o mi hermano regresarán de inmediato al Imperio Oriental sólo porque se levante el destierro, pero éste había sido el hogar de ambos durante muchos años.

Mientras estaba sumida en mis pensamientos, mi madre comenzó a reírse de repente.

"¿Qué ocurre, madre?"

Cuando le pregunté desconcertada por su risa inesperada, mi madre sacudió la cabeza y respondió,

"Su Majestad le dijo al Vizconde Langdel que podía imaginar las dificultades por las que había pasado, pero el Vizconde Langdel le respondió fríamente."

"¿Qué le respondió?"

"Para él, la única diferencia de Su Majestad con Rashta es que tiene poder, así que no quería su consuelo porque, por lo demás, tanto Sovieshu como Rashta son iguales."

Desde la posición del Vizconde Langdel, debe ser así.

Aunque al principio sólo estaba enojado con Rashta por difamar a la Duquesa Tuania, Sovieshu después trató de enterrar el asunto y estuvo a punto de morir en el proceso.

"... ¿Su Majestad lo escuchó tranquilamente?"

"Incluso si eso le molestó, no podía actuar de forma imprudente. Está en una situación en la que dentro de poco tendrá que presentar una queja ante la Alianza del Continente Wol por el caso del puerto, no le conviene crear problemas con un comandante de los caballeros de la alianza."

Ya veo. Sovieshu... debió estar muy enojado por dentro porque su orgullo había sido herido.

Después de cenar con mi madre, volví sola a mi habitación.

Puede que con el tiempo me sienta mal, pero ahora no me sentía así.

Tal vez porque vi que Rashta no cayó fácilmente en la Corte Suprema. Además, fue la primera vez que vi a Sovieshu ser humillado públicamente.

En un rincón de mi pecho, sentía como si Heinley bailara convertido en 'Reina'.

Podría decir que lamentaba que Rashta tuviera que permanecer encerrada en una torre el resto de su vida, pero... serían palabras vacías. En realidad no sentía pena por ella.

Este sentimiento puede cambiar más adelante, pero de momento no.

Cuando me puse ropa cómoda para dormir, el mayordomo vino a informarme de la visita de alguien,

"Señorita. Um... ha venido alguien que quiere verla."

"¿Quién es?"

"Es Lord Liedreux..."

Es Sovieshu.

De niños, a Sovieshu y a mí se nos ocurrió la idea de utilizar cada uno un seudónimo que sólo los dos conociéramos para poder escaparnos solos en secreto.

'Lord Liedreux' era el seudónimo que Sovieshu utilizaba en ese entonces.

"¿Señorita?"

"Por favor, dile que estoy dormida."

Hablé con firmeza. El mayordomo salió con la cara rígida, como si pensara que mi expresión era muy severa.

Cerré la puerta, me senté en la cama y cerré los ojos.

¿Cuánto tiempo había pasado? Cuando miré el reloj de la pared debido a la rigidez de mis hombros, me di cuenta de que habían pasado dos horas.

Me levanté y caminé por la habitación, luego salí al pasillo cercano a la habitación y miré por la ventana.

No lo hice pensando que Sovieshu todavía me estaría esperando. Sin embargo... realmente pude ver a Sovieshu.

Su rostro estaba cubierto con una capucha, como cuando fui a la Corte Suprema, pero definitivamente era Sovieshu.

Podía sentirlo.

Estaba apoyado en una pared fuera de la mansión mientras sus hombros parecían temblar levemente.

No podía verlo claramente porque estaba lejos, pero ciertamente se veía de esa manera a mis ojos.

¿Está llorando...?

Después de observarlo por un momento, me di la vuelta y regresé a mi habitación.

Cerré las ventanas, me acosté en la cama y me metí bajo las sábanas.

A la mañana siguiente, ni siquiera miré por la ventana.

"Navier. Dijiste que volverías hoy, ¿verdad?"

"Sí."

"¿Por qué no descansas unos días más antes de irte?"

"No puedo esperar a volver. También quiero compartir las buenas noticias con mi hermano."

Después de quedarse aquí un mes, mis padres vendrán al Imperio Occidental.

Una vez que desayuné y compartí un rato con mis padres porque estaríamos separados por un tiempo, me puse ropa apropiada y me subí al carruaje en el patio de la mansión.

Esta vez, a diferencia de cuando fui a la Corte Suprema, subí a un carruaje con el escudo de nuestra familia.

No quería mirar por la ventana. Aunque sé que Sovieshu ya debe haber regresado al Palacio Imperial, simplemente... simplemente no quería verlo.

Pero entonces sentí que le estaba dando demasiada importancia a Sovieshu, así que cambié rápidamente de opinión y miré por la ventana.

De este modo, quería convencerme a mí misma de que no me importaba lo más mínimo Sovieshu.

En el momento en que el carruaje salió de la mansión y miré hacia la pared exterior donde Sovieshu había estado de pie por la noche, me sorprendí.

Sovieshu... todavía estaba de pie ahí.

Cuando el carruaje pasó en esa dirección, Sovieshu me miró. Por un breve momento, nuestras miradas se cruzaron.


Sus ojos estaban llenos de una oscura desesperación. Parecía pedirme ayuda en silencio.

¿Pero qué podía hacer para ayudarlo?

Me apresuré a evitar su mirada y apoyé mi cabeza sobre el hombro de Heinley, que estaba sentado a mi lado.

Mi corazón latía con fuerza.

A primera vista, los ojos de Sovieshu parecían los de una persona al borde de la muerte.

Cuando giré la cabeza para evitarlo, sentí como si hubiera hecho algo malo.

"¿Reina?"

Heinley me preguntó preocupado.

Sacudí la cabeza, la quité de su hombro y me senté correctamente.

"Puedes seguir apoyándote en mí..."

"Estoy bien."

¿Acaso fui yo quien lastimó a Sovieshu en nuestro matrimonio? No.

¿Había razones para compadecerme por su mirada de súplica? No.

Mientras el carruaje avanzaba, me esforcé por atraer toda clase de pensamientos para sacar de mi cabeza sus ojos de desesperación.

Heinley, que miraba por la ventana, de repente me llamó, "Reina".

"En serio, estoy bien."

Al decírselo de nuevo, Heinley sugirió con una sonrisa,

"No es eso. Mira por la ventana."

No quería mirar. Aunque nos habíamos alejado de Sovieshu, temía volver a ver esa mirada que me suplicaba ayuda.

"Reina, date prisa."

Heinley insistió, así que no tuve otra opción que asomar la cabeza por la ventana.

En ese momento, pude ver olas de tela roja brillante a la vez que oía a personas vitoreando, "¡Su Majestad!", "¡Su Majestad!"

Mi mente se quedó en blanco.

Las personas salieron a la calle, ondeando telas rojas hacia mi carruaje.

"Ah..."

No sé si había sido acordado, pero continuamente se unían personas a la multitud en la calle mientras otras ondeaban las telas rojas desde sus casas y tiendas. Podía ver cómo el número de personas aumentaba a cada minuto. Algunas personas lloraban.

Entonces Heinley murmuró a mi lado,

"¿Están arrepentidos de lo que hicieron en el desfile nupcial de Rashta?"

Sacudí la cabeza. No lo sé. Sin embargo...

Recordé el día de la boda de Rashta.

El silencio de las personas hacia mí, el desprecio y el incómodo trato frío.

Aquellos que habían mostrado su rechazo hacia mí ahora ondeaban telas rojas para desearme que fuera feliz y me aclamaban mientras seguían lentamente el carruaje.

Las comisuras de mis ojos comenzaron a enrojecerse, y finalmente las lágrimas se deslizaron por mis mejillas.

"Reina."

Heinley me llamó en voz baja y me abrazó suavemente.

"Mi Reina. Mi esposa. Navier."

"..."

"El color rojo simboliza la desgracia en el Imperio Occidental, así que se siente un poco incómodo."

"Heinley."

Cuando fingí mirarlo con malos ojos por su broma, Heinley se rió y sacudió la cabeza,

"Sé que en el Imperio Oriental el color rojo simboliza la felicidad. Reina, mira cómo todos desean que seas feliz."

"... Sí."

"De ahora en adelante sólo sucederán cosas buenas. Tú, yo y nuestro hijo que viene en camino... seremos felices para siempre."

***