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viernes, 27 de agosto de 2021

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 356

Capítulo 357. Certificado De Esclavitud (1)



Koshar también causaba a menudo problemas que le hacían doler la cabeza, pero al menos no deshonraba al país.

El Duque y la Duquesa Troby no sólo no causaron ningún problema, sino que ni siquiera se expusieron demasiado públicamente.

'¡Cómo pudieron hacer esto los padres falsos de Rashta!'

Incapaz de manejar la creciente ira, Sovieshu caminó de un lado a otro de la habitación, hasta que finalmente tocó intensamente la campana de la mesa y ordenó al caballero que entró.

"¡Llama al Barón Lant!"

Una vez que entró el Barón Lant, Sovieshu rugió con frialdad.

"¡¿Cómo puedes ser tan inútil?!"

"¿Qué ocurre, Su Majestad?"

Desconcertado, el Barón Lant se arrodilló apresuradamente.

La expresión de Sovieshu era tan fría y feroz que parecía que iba a congelar toda la habitación. Era diferente de su habitual expresión indiferente. Evidentemente, estaba muy enfadado por algo.

"Su Majestad, ¿qué puedo hacer por usted...?"

"¿Creías que la orden de cuidar de Rashta sólo implicaba asegurarse de que estuviera viva?"

"Su-Su Majestad."

"¿Qué demonios haces que incluso cuando ocurre un problema relacionado con Rashta nunca sabes nada?"

El Barón Lant palideció e inclinó la cabeza ante la reprimenda de Sovieshu.

La mirada de Sovieshu se volvió espantosa. Su ira acumulada explotó, pero realmente consideraba que el Barón Lant había sido completamente inútil.

Entre los secretarios de Sovieshu, el Barón Lant era el encargado de ayudar a Rashta. Sin embargo, el Barón Lant no estuvo involucrado en ninguno de los problemas de Rashta.

En primera instancia, parecía que el Barón Lant era inocente, pero en otras palabras, también significaba que el Barón Lant no había cuidado bien de Rashta.

En cambio Arian, a quien Rashta tenía como sirvienta, le había proporcionado mucha información.

"Es mi culpa, Su Majestad."

El Barón Lant se disculpó con voz hosca. Supuso que Rashta había causado otro problema.

A pesar de que el Barón Lant comprendía la ira de Sovieshu, le parecía un poco injusto.

Tras llegar al palacio imperial, Rashta buscó inicialmente los consejos y la ayuda del Barón Lant.

Sin embargo, a medida que pasaba más tiempo como concubina y se acercaba más al Duque Elgy, Rashta dejó de buscar el apoyo del Barón Lant.

Después de que el Barón Lant se hiciera cargo de la gestión de sus bienes, apenas le dirigió la palabra.

El Barón Lant deseaba sinceramente ayudar a Rashta, pero no podía hacer nada porque no confiaba en él.

El Barón Lant no se lo dijo a Sovieshu porque sabía que lo consideraría una excusa, así que mantuvo la boca cerrada y miró cabizbajo al suelo.

Sovieshu dejó escapar un fuerte suspiro y agitó la mano.

"Levántate."

El Barón Lant se levantó impotente, juntó las manos y esperó la orden del Emperador.

Sovieshu preguntó, presionando sus sienes palpitantes.

"El certificado de esclavitud. ¿Aún no ha sido encontrado?"

La situación se volvió complicada, así que debía prepararse para lo peor. Ahora que se había ocupado del verdadero padre de Rashta y de los Vizcondes Isqua, faltaba averiguar si la princesa era su verdadera hija. Sería problemático si el certificado de esclavitud apareciera de repente.

"Eso..."

"Responde claramente."

"No."

Sovieshu se culpó a sí mismo por elevar precipitadamente a Rashta a la posición de Emperatriz a pesar del riesgo potencial, ansioso por hacer del bebé en su vientre un hijo legítimo.

Eso no significaba que se hubiera olvidado del certificado de esclavitud. Al contrario, sabía que Koshar había sido el último en tener el certificado, y justo después lo había confinado sin posibilidad de esconderlo, por lo que Sovieshu pensó que sería fácil de encontrar.

Sin embargo, ni el Duque Troby ni el Marqués Farang tenían el certificado. Tampoco estaba en ninguna de las casas de los caballeros que vigilaban que Koshar no escapara, ni siquiera en el Palacio Imperial.

Así que por último, se comenzó a buscar en las habitaciones de los invitados distinguidos en el Palacio del Sur.

Registrar las habitaciones de los invitados distinguidos era peligroso. Hasta el más mínimo descuido podría causar inconvenientes.

Aunque si se descubriera que una habitación había sido registrada, nadie se atrevería a hacer un problema serio por esto ante el Imperio Oriental. Aún así, ya no habría necesidad de actuar como países amigos.

Sovieshu miró detenidamente al Barón Lant, preguntándose si debía mantener a ese inútil como su secretario.

Fue entonces.

"¡Su Majestad! ¡Su Majestad!"

Al otro lado de la puerta se escuchó la voz apremiante del Marqués Karl.

"Entre."

Tan pronto como el Marqués Karl entró en la habitación, gritó,

"¡Su Majestad! ¡El certificado de esclavitud! ¡El certificado de esclavitud!"

La expresión de Sovieshu se volvió fría.

"¿Alguien lo hizo público?"

"¡No! ¡Encontré el certificado de esclavitud!"

Sovieshu se levantó de un salto, la frialdad desapareció de su expresión.

"¿En serio?"

"Sí."

"¿Dónde?"

"Estaba en la habitación del Duque Elgy."

Ante las palabras del Marqués Karl, Sovieshu se sorprendió.

Conmocionado, los ojos del Barón Lant también se abrieron mucho. Pensaba que podría hallarse en el Palacio del Sur, pero no en la habitación del Duque Elgy. Incluso si hubiera salido de la propia habitación de Rashta no habría sido tan sorprendente.

"El Duque Elgy solía mantener su habitación totalmente custodiada, por lo que resultaba difícil registrarla, pero tras reunirse en esta última ocasión con Rashta, se marchó rápidamente a algún lugar sin dejar guardias. Gracias a eso, se pudo registrar cada rincón."

El Marqués Karl continuó con voz temblorosa para contener su ira.

"El certificado estaba completamente oculto en el interior de la alfombra."

Al Marqués Karl no le agradaba Rashta, pero este asunto estaba relacionado con la reputación del Imperio Oriental.

Se enfadó mucho al descubrir que un invitado distinguido, concretamente, el escandaloso Duque Elgy, había estado ocultando vilmente el secreto de Rashta.

"Es más basura de lo que se rumoreaba."

Ante las palabras del Marqués Karl, el Barón Lant asintió rápidamente por reflejo.

No podía haber buenas intenciones por parte del Duque Elgy al mantener oculto el certificado de esclavitud. Si lo hubiera hecho por su amante, habría destruido el certificado, no lo habría ocultado de esa manera.