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viernes, 6 de agosto de 2021

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 347

Capítulo 347. Todavía Me Ama (2)


"Gracias por pensar en mí."

Le susurré al oído.

Heinley se estremeció y también habló en voz baja.

"¿No estás enojada?"

"Decidiste dejar de lado la guerra por mí."

"¿Aunque fui yo quien daño a Evely?"

"También fuiste tú quien le devolvió el maná."

"Si no se lo hubiera arrebatado en primer lugar, habría sido más fuerte de lo que es ahora."

Parecía que su maná aún no había regresado del todo. En esta parte no podía decir que esté bien, ya que no soy Evely.

"¿No estás decepcionada de mí, Reina?"

Tras responder para mí misma, 'Hace tiempo que sé lo astuto que eres', sacudí la cabeza.

"No estoy decepcionada."

"Reina..."

Si Heinley simplemente lo hubiera reconocido y se hubiera disculpado, tal vez me habría sentido de forma diferente a como me siento ahora.

O incluso si hubiera dicho que me amaba, pero que la guerra era absolutamente necesaria como emperador, habría reaccionado de otra manera. Pero dijo que no continuaría con lo que más temía.

¿Qué podía decirle al hombre que había renunciado a su ambición por mí?

Entonces, recordé su confesión de que me amaba.

"Heinley."

Este hombre lo decía en serio. Realmente me amaba.

En medio de mi aturdimiento, llamó mi atención el regalo de Sovieshu que aún estaba sobre el escritorio.

De repente, sentí curiosidad. ¿Cómo habría actuado Sovieshu en esta situación?

"..."

Bueno, no lo sé. Ahora no comprendía su forma de actuar. Cuando estaba en el Imperio Oriental, nunca imaginé que el orgulloso Sovieshu continuaría enviándome tales regalos después del divorcio.

"Por cierto, Reina. Dijiste que tenías dos cosas de las que hablar. La otra es..."

Heinley preguntó con voz nerviosa, mientras estaba sumida en mis pensamientos.

Los músculos de sus hombros y brazos se pusieron rígidos como si estuviera preocupado una vez más, él no sabía que se trataba de Sovieshu.

"No es sobre ti."

"¿?"

"Sovieshu me envió un regalo muy valioso."

"¿Te refieres a las piezas de artesanía que trajo la delegación?"

"No, uno que me envió personalmente."

"Personalmente..."

Heinley murmuró, mirando la caja deformada sobre el escritorio.

"¿Por casualidad es eso?"

Asentí con la cabeza.

"Me gustaría devolverlo porque es un peso muy grande recibir esto de Sovieshu. Pero si lo envío personalmente, podría causar malentendidos. ¿Puedes hacerlo tú?"

La expresión de Heinley se ensombreció. Luego me miró de reojo varias veces, mientras se mordía los labios con incomodidad.

Parecía a punto de ponerse celoso, como cuando le dije que Sovieshu era precavido.

Pero no se comportó como de costumbre, al final suspiró y apoyó su frente en mi hombro.

"Reina. ¿Elegiste deliberadamente este orden?"

"¿Estás decepcionado?"

Cuando pregunté a Heinley, imitando lo que había dicho, se rió dulcemente y levantó la cabeza para mirarme a los ojos. Luego, nos besamos, uniendo nuestros corazones.

***

'Él no es el tipo de persona que se irá sólo porque yo se lo pida. ¡Se sujetará a mi tobillo por el resto de su vida!'

Al principio, Rashta iba a pedirle que por favor desapareciera, aunque eso significara darle una parte importante de sus posesiones. Pensaba que incluso una persona recta se doblegaría si recibiera tanto.

Parecía que su padre conocía bien al periodista Joanson, así que debía saber mejor que nadie en qué situación se encontraba.

Pero no sería así. Rashta se dio cuenta de que estaba equivocada.

A menos que ella muriera, su padre no dejaría de aferrarse a ella. No, tal vez incluso después de su muerte se seguiría aferrando. ¡Usando a Glorym!

'Tengo que deshacerme de él.'

Rashta rechinó los dientes.

A pesar de todo se trataba de su padre, no podía pensar en tratarlo como a cualquier otra persona. Hacer daño a su padre sería como destruir un santuario.

'No. Pensándolo bien, él no es un santuario, sino el principio y la causa de todas mis desgracias. Las raíces podridas deben ser cortadas.'

Firmemente decidida, Rashta se arregló el cabello mientras se miraba en el espejo, se sacó el anillo que se había clavado en su dedo y lo colocó sobre la mesa.

La sangre cayó del anillo ensangrentado y dibujó una línea escarlata.

Rashta buscó unos guantes rojos, se los puso y salió directamente al salón.

En el salón, la sirvienta enviada por su padre estaba sentada en el sofá, charlando con otras sirvientas sobre lo bien que se lo estaba pasando estos días.

Estalló en carcajadas, diciendo que tal vez podría convertirse en la madrastra de la Emperatriz.

Al darse cuenta tardíamente de la presencia de Rashta, la sirvienta se levantó apresuradamente, juntó las manos e inclinó la cabeza.

Pensando que Rashta se enojaría, la sirvienta la miró asustada. Pero en vez de mostrarse enojada, Rashta sonrió y dijo en tono triste,

"Quisiera enviar un regalo a mi padre, pero creo que es demasiado pesado para que lo lleves tú sola."

"No se preocupe. Soy fuerte."

"Aunque seas fuerte, no podrás llevarlo. Tal vez este sea el último regalo, así que Rashta puso muchas cosas."

"¿El último regalo?"

"Actualmente me encuentro en una posición muy complicada. Es imposible que no lo sepas."

"..."

"Además, quiero ver la cara de mi padre una última vez. Así que me gustaría que viniera a buscarlo en persona, ¿puedes decírselo?"

La sirvienta respondió "Sí" con el ceño fruncido.

"Ah. Una cosa más."

"¿Qué?"

"El regalo es muy grande, por lo que llamará la atención enseguida cuando se lo lleve. Si se corriera el rumor de que recibió un regalo valioso de Rashta, tampoco sería bueno para mi padre, ¿cierto? Así que asegúrate de decirle que no se deje ver por nadie. Puede venir por el camino de atrás."

Luego, Rashta volvió a entrar en su habitación y recogió el anillo que había dejado sobre la mesa.

En lugar de limpiar la sangre del anillo, lo cubrió deliberadamente con más sangre de su propio dedo.

Después, se puso una ligera capa negra, se guardó el anillo en un pequeño bolsillo y ocultó una daga dentro de su manga ancha.

Eventualmente, Rashta salió del Palacio del Oeste diciendo que iba a dar un paseo, y se dirigió a la entrada del camino de atrás.

No había un paisaje especial que ver, y si uno iba por este camino, daría más vueltas para llegar a cualquier otro lugar, así que ni los que querían apreciar paisajes ni los que estaban ocupados con el trabajo utilizaban este camino.

Su padre tampoco querría exponerse, por lo que Rashta estaba segura de que vendría por aquí.

Después de esperar un tiempo, su padre apareció finalmente, caminando con arrogancia.

Tenía la cabeza en alto, los brazos extendidos y una sonrisa en la cara.

Rashta se escondía entre los arbustos, esperando que su padre se acercara. Pero de repente vio a un caballero detrás de su padre.

'¿Quién será?' Rashta frunció el ceño, '¿Lo trajo mi padre?'

Ese no parecía ser el caso. Cuando el caballero llamó a su padre desde atrás, éste se sobresaltó.

El caballero habló brevemente con cortesía. Luego, su padre asintió un par de veces y le siguió con una sonrisa codiciosa.

Rashta los persiguió por un momento entre los arbustos, pero al final regresó a su habitación, temiendo ser descubierta.

Pero estaba tan preocupada que ni siquiera podía sentarse en el sillón.

'¿Qué sucedió? ¿Quién se llevó a mi padre? ¿Fue Su Majestad?'

Mientras reflexionaba, vislumbró un rayo de esperanza.

Sí. ¡Debe ser obra de Su Majestad! Definitivamente está interviniendo por mi bien y el de la princesa. A pesar de que su relación con la Emperatriz Navier en el baile de máscaras ya era distante, el Emperador Sovieshu se puso de su lado cuando asistió con un vestido casi idéntico. Porque ella era la Emperatriz. Incluso ahora que nuestra relación se volvió fría, siendo esta una situación crítica, naturalmente se pondrá de mi lado. Porque ahora Rashta es la Emperatriz.

***

La conjetura de Rashta era cierta a medias.