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miércoles, 21 de julio de 2021

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 340

Capítulo 340. Atraer La Atención (1)



"Escuché que estás embarazada. Felicidades, Emperatriz Navier."

La Princesa Soju giró la cabeza, haciendo una mueca de desdén.

Ella sólo había visto a Rashta como una concubina que intentaba imitarme. No quería verla en su posición actual.

De hecho, yo tampoco quería ver a Rashta.

Por cierto, ¿por qué no entró junto al Gran Duque Lilteang? ¿Acaso vinieron por separado?

"Sí. Gracias."

Bueno, eso no importa. Me limité a responder secamente con una sonrisa.

Los que sabían de la relación que tenía con Rashta nos miraban conteniendo la respiración.

Por mi parte, observaba a Rashta en silencio. Ahora que me felicitó, tenía curiosidad por ver lo que realmente quería hacer.

Probablemente me daría un regalo. En el pasado, no le gustó que le diera una espada decorativa, así que puede que haya traído un regalo que me disgustara.

"Ah, te he traído un regalo."

Fue completamente como esperaba. Oh, corrección... Fue un poco diferente de lo que esperaba. El regalo que Rashta me extendió no resultó ser un regalo que me disgustara.

"Me resulta familiar."

La espada decorativa que le di anteriormente. Era exactamente esa espada. Así que Rashta, me estaba devolviendo el regalo que le di.

"¿No es increíble el destino?"

Ella me preguntó, los extremos de sus ojos se curvaron en forma de media luna y su voz era nuevamente muy dulce.

Parecía querer mostrar que no tenía malas intenciones. Pero si lo que quería de mí era que reaccionara enojada, jamás lo conseguiría.

"Gracias por devolverlo."

Deliberadamente, acepté su regalo con una sonrisa y elegí la palabra 'devolver'. Luego, hablé en voz baja para que sólo Rashta pudiera escuchar.

"En realidad, nunca quise darte nada de lo que es mío."

La expresión de Rashta se volvió rígida, pero no le di importancia.

***

Como si no quisiera quedarse más tiempo, Rashta me miró fríamente, se dio la vuelta y se marchó.

En cuanto Rashta se alejó considerablemente, la Princesa Soju, que se había escondido detrás de Mastas, caminó lentamente hacia su posición original y preguntó,

"No me agradaba antes, pero viéndola ahora me desagrada aún más. ¿No crees que su humor ha cambiado un poco?"

"Su expresión es más fría."

En el pasado, siempre trataba de parecer débil y lamentable.

He oído que han pasado cosas malas en el Imperio Oriental, ¿ha cambiado por eso?

Mientras estaba sumida en mis pensamientos, el Marqués Farang preguntó.

"Por cierto, ¿vio el regalo que le envió Su Majestad Sovieshu?"

Aunque parecía estar divirtiéndose con mi hermano, sus oídos debían estar inclinados hacia aquí.

"Me regaló un carruaje a través del Gran Duque Lilteang." Mientras observaba la espalda distante de Rashta, me di cuenta de que iba en dirección a Heinley, así que la miré fijamente y respondí, "Un carruaje de carreras capaz de acelerar rápidamente."

Pero el Marqués Farang dijo, "¿Eh? No," sacudiendo la cabeza.

"No el regalo enviado a través del Gran Duque Lilteang."

"¿Envió otro regalo?"

"Sí. Envió a esa chica llamada Eber o Evely."

El inesperado nombre captó mi atención. Aparté la mirada de Rashta y pregunté sorprendida al Marqués Farang.

"¿Evely? ¿Estás seguro?"

¿No debería Evely estar ahora en la academia mágica?

Cuando le pregunté desconcertada, el Marqués Farang murmuró, "Ah. ¿No ha llegado todavía?"

"¿Estás seguro de que Evely realmente va a venir?"

Al volver a preguntar, el Marqués Farang me describió algunos rasgos de Evely, y una vez que le respondí que parecía ser la misma Evely que yo conocía, dijo ladeando la cabeza,

"Partió casi a la misma vez que yo, tiempo suficiente para haber llegado. Pensé que vendría enseguida. ¿A dónde más podría haber ido? Es extraño."

"Se habrá perdido..."

"No puede ser. No creo que esté conduciendo el carruaje por sí misma."

Eso es cierto. Si venía como un regalo de Sovieshu, no vendría por su propia cuenta.

Me sentía intranquila. ¿Se encontró con bandidos o ladrones en el camino? ¿Se averió el carruaje? En cualquier caso, estaba preocupada.

Eventualmente, ordené que se investigara la situación porque uno de los invitados no había llegado.

"Estará bien, Su Majestad. No es que venga sola, ¿cierto?"

Aseguró el Marqués Farang.

***

Pero contrariamente a lo que aseguró el Marqués, Evely no apareció esa noche, ni la mañana del día siguiente, ni después.

Hasta el punto de que temía que le hubiera pasado algo realmente malo. Evely ni siquiera apareció al final de la fiesta.

Como resultado, no pude evitar preocuparme por Evely incluso cuando me senté a comer con algunos de los invitados distinguidos que aún permanecían en el palacio imperial.

No podía comer bien debido a eso, pero una risa clara despertó mi mente.

¿Quién se estaba riendo? Mi estado de ánimo empeoró rápidamente. La risa era de Rashta.

"Por supuesto. Probablemente no habrían sido Navier y Su Majestad Heinley los que estuvieran sentados uno al lado del otro, sino Su Majestad Heinley y yo."

Además, cuanto más escuchaba, más evidente resultaba que la risa no era el problema. ¿Qué tonterías estaba diciendo?

"Entonces la Emperatriz Navier y yo estaríamos en posiciones contrarias, ¿no es así?"

Seguía diciendo tonterías. Aunque Rashta siempre había sido así de todos modos.

Heinley lo negó repetidamente, pero en cada ocasión Rashta se reía en tono de broma e insistía en su punto.

Naturalmente, la expresión de Heinley se oscurecía con cada segundo que pasaba.