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jueves, 22 de julio de 2021

I Raised A Black Dragon - Capítulo 175

Capítulo 175. Conociendo Su Verdadera Apariencia (1)


La cabeza del dragón negro sobresalía de la cuna. Inmediatamente, Kyle desvió su mirada y se puso al borde del acantilado, desvelando su tenacidad. No hubo vacilación en sus pasos, aunque sabía que se rompería los huesos si se caía.

Los traficantes buscaban a los responsables. Uno de ellos estaba en un estado de incredulidad, pensando que sus oponentes debían poseer armas de fuego.

Kyle estaba en la distancia justa para que la bala especialmente procesada ejerciera su máxima potencia. Sería la forma más eficaz de capturar a tres personas vivas al mismo tiempo desde este acantilado.

Kyle apuntó el revólver hacia una roca dura que formaba parte del acantilado con el dedo índice en el gatillo. El revólver mejorado por Yanak, el mejor herrero del continente y descendiente de un enano, absorbía parte del maná que fluía dentro del cuerpo de su portador aumentando la potencia doce veces. Había cargado una bala con un recubrimiento especial. Kyle apretó el gatillo y sonó un segundo disparo más fuerte que el anterior.

Un borde del acantilado explotó con un fuerte sonido, esparciendo fragmentos de piedra y tierra. Una parte del acantilado había colapsado. En ese momento Kyle dijo. "Vamos, Mu. No mates", ordenó. El joven dragón, que entendió correctamente la señal de Kyle, voló.

El gigantesco dragón negro abrió la boca de par en par, mostrando sus afilados colmillos, y se tragó de un solo golpe a tres traficantes que caían, pero Kyle miraba hacia otro lado. 

Rápidamente volvió a recorrer la ladera. Pasando por una pequeña entrada siguió caminando hacia la cuna sin dudarlo. Decenas de hadas amarillas revoloteaban sobre la cuna. Algunas volaron a su alrededor mientras hablaban en un idioma que Kyle no podía entender, haciendo que su corazón empezara a latir con nerviosismo.

Kyle accedió a la cuna sin dedicar una sola mirada a las criaturas voladoras. El espacio estaba sutilmente teñido por un matiz dorado emitido por las alas de las hadas. Bajo el acantilado, la cuna del dragón estaba tranquila, como si no hubiera pasado nada.

Entonces, un grito resonó en el valle. Sonó como una piedra que se golpeaba contra una roca lisa, provocando un eco.

"¿Señorita Noah?" Kyle gritó.

No hubo respuesta.

Frunció el ceño mirando alrededor. Entonces, encontró a alguien apoyado en una pared que antes no estaba allí. No estaba seguro de quién se trataba, pero comenzó a caminar hacia la persona como si estuviera poseído. Sus pasos fueron volviéndose más apresurados, así que la distancia se redujo rápidamente. Una mujer con la cabeza agachada apoyaba su cuerpo contra la pared. Sus delgados hombros temblaban débilmente.

Sin mucho esfuerzo, Kyle reconoció enseguida que se trataba de Noah. Pero no tenía una apariencia distinta. La mitad de su rostro estaba oculto bajo los mechones de su cabello.

La conversación que mantuvieron en la sala de interrogatorios del cuartel general de Tezeba se repitió en su mente.

Señorita Noah, ¿Cuál era su color de cabello original??

—Marrón.

—¿De qué color eran tus ojos?

Mis ojos eran similares al color de mi cabello. Marrones brillantes. Escuché decir que no tenían mucha pigmentación.

En efecto, su cabello poseía la tonalidad de la avellana, ausente de toda tonalidad rojiza.  A diferencia de las ondas albaricoque de Eleonora, que le llegaban hasta la cintura, su cabello sólo le llegaba a los hombros. Su cuerpo era mucho más pequeño y delgado que el de Eleonora. 

Cabeza pequeña, hombros pequeños, cuerpo pequeño... No esperaba que fuera mucho más baja que Eleonora, que medía 1,70 metros.

Sus piernas estaban al descubierto por su short, que apenas le cubrían la mitad de los muslos. Kyle miró más hacia abajo, algo aturdido, y vislumbró sus diminutos pies descalzos. Respiró, "¿Qué... qué es esta vestimenta?"