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viernes, 11 de junio de 2021

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 322

Capítulo 322. Negación (1)



Llamó a McKenna a su oficina en medio de la noche. Tan pronto como entró, le dijo,

"Creo que tenemos un problema."

McKenna preguntó amargamente.

"¿Un problema a estas horas de la noche?"

"Está relacionado con el fenómeno de la disminución del maná."

McKenna ladeó la cabeza.

"¿Cómo puede haber un problema?"

La lógica para robar el maná de los magos era sencilla. Sin embargo, era bastante difícil cumplir con las condiciones, por lo que normalmente las personas no se percataban de esa lógica tan sencilla. ¿No fue por un coincidente y terrible accidente en su infancia que Heinley también se dio cuenta de esas condiciones?

"Es por el collar de maná."

"Ah."

McKenna dejó escapar un leve suspiro.

"Aún no es seguro. Pero no hay ningún problema excepto por ese collar."

"Entiendo."

McKenna asintió y preguntó,

"Entonces, ¿debo ir allí a comprobar la situación?"

Quería aprovechar el ir a comprobar la situación para tomarse un descanso. El trabajo había sido pesado últimamente. McKenna se ofreció de nuevo como voluntario, admirando la excelente idea que se le había ocurrido.

"No hay nadie mejor que yo para hacer esto. Iré a comprobar si el collar supone un problema, Su Majestad."

"Tienes que trabajar, McKenna."

"..."

"Es broma. Llamarás demasiado la atención si vas. Ya has sido alcanzado por una flecha."

Heinley, cuyas palabras fueron ambiguas entre la preocupación y la seriedad, lo pensó un momento antes de continuar.

"Me gustaría alguien que no llame la atención y sea prudente."

"¿Qué te parece el cuervo? Es pequeño y rápido."

"Está bien. Entonces envía al cuervo a comprobar la situación. Si realmente considera que nos descubrirán por ese collar, que haga lo que sea necesario para recuperarlo."

"Sí."

"Si no puede traerlo de vuelta, entonces que lo destruya."

"Se lo diré."

Como si el asunto hubiera terminado, Heinley se dio la vuelta después de dar unas palmadas a McKenna en los hombros.

McKenna siguió a Heinley, susurrando en su mente.

'La agenda de hoy también ha terminado. Volveré a casa, dormiré profundamente y le haré muchas preguntas a Heinley en mis sueños.'

Sin embargo, Heinley permaneció de pie frente a la puerta en vez de salir. Aunque sólo tenía que girar el pomo de la puerta, se quedó mirándolo con las manos abajo.

McKenna se acercó y preguntó,

"¿Qué ocurre, Su Majestad?"

Fue entonces cuando Heinley soltó un, "Ahh", con las comisuras de la boca curvadas. Eso fue todo. No hubo respuesta.

'¿Qué tiene de malo?' McKenna miró el pomo de la puerta que miraba Heinley.

En cuanto se fijó en el pomo, McKenna gritó de inmediato, "¡¿Eh?!" El pomo de la puerta estaba blanco.

"¿Qué es esto?"

El pomo se había vuelto tan blanco que incluso a simple vista se podía decir que estaba congelado, y el hielo de encima parecía elevarse 0,7 cm. Alguien acababa de congelar el pomo de la puerta.

"¡Mago De Hielo...!"

McKenna murmuró sorprendido poco después. Sólo un mago podría hacer algo así. Y hasta donde McKenna sabía, no había ningún mago de hielo actualmente en el palacio imperial. De hecho, había muy pocos magos en el Imperio Occidental.

"¡Su Majestad, parece que alguien nos estaba espiando! ¿Es el Imperio Oriental? ¿El Imperio Oriental ha infiltrado un espía?"

McKenna preguntó en pánico. Sin embargo, la expresión de Heinley era tranquila. Heinley puso una mano en el pomo de la puerta sin decir una palabra. Cuando su mano lo tocó, el hielo se desprendió fácilmente del pomo congelado.

***

Cuervo. Collar. Descubierto.

¿Son estas tres las palabras clave...?

Debería haber entrado y preguntado con naturalidad, '¿De qué están hablando?' No obstante, huí del lugar cuando la conversación terminó repentinamente.

No debí haber hecho eso.

Eventualmente, después de deambular por los alrededores, volví a la cama y me acosté de lado.

Pero las palabras de Heinley no dejaban de dar vueltas en mi cabeza. ¿Realmente estaba relacionado con el fenómeno de la disminución del maná? ¿Qué conexión podrían tener un cuervo y un collar? ¿Y si Heinley tuviera que ver con tal fenómeno...? ¿Qué debería hacer?

Recordé a Evely, que sollozaba por haberse vuelto inútil.

En ese momento, escuché el sonido del pomo de la puerta siendo agarrado. El ruido de la puerta al abrirse recorrió cada centímetro de mi cuerpo. Cerré apresuradamente los ojos y me subí las sábanas. A medida que unos suaves pasos se acercaban, sentí una pulsación en la mano con la que sostenía las sábanas.

La presencia de una persona se acercó a mi rostro.

"¿Estás dormida?"


La voz que me susurró al oído era baja y suave. No era diferente de mi habitual Heinley.

"Dulces sueños."

Su voz era más cálida que las sábanas. Después de que me besó en la mejilla con sus labios carnosos, pude sentir que se acostaba cuidadosamente a mi lado, metiéndose en las sábanas.

Se giró hacia mi lado y me atrajo hacia él con su brazo. También pude sentir claramente el firme pecho de Heinley tocando mi espalda. Luego su frente tocando la parte posterior de mi cuello.

Abrazándome, Heinley se quedó dormido.

Mi respiración acelerada se fue calmando gradualmente.

Bajé la mano que sostenía las sábanas y puse mi brazo sobre el suyo que estaba envuelto a mi alrededor.

Aunque Heinley estuviera robando el maná de los magos, no podía culparlo. Parecía tener un espíritu competitivo frente al Imperio Oriental. De hecho, se trataba de un país rival.

Además, era un ciudadano y el Emperador del Imperio Occidental, así que no podía culparlo por poner al Imperio Occidental en primer lugar.

Los estudiantes de la Academia Mágica provenían de todo el mundo, pero la proporción de su propio país, el Imperio Oriental, era la más alta. De hecho, la mayoría de los graduados de la academia eran absorbidos por el Imperio Oriental...

Yo provenía del Imperio Oriental. Mis padres, mi familia, mis parientes, mis antepasados y mis amigos estaban todos allí.

Amaba a mi país, del mismo modo que Heinley amaba al suyo.

Amaría al Imperio Occidental tanto como amaba a Heinley, amaría a las personas del Imperio Occidental tanto como amaba a las personas del Imperio Oriental, y si ambos imperios lucharan por un mismo interés, estaba decidida a darlo todo por el Imperio Occidental.

Sin embargo, no podía pisotear al Imperio Oriental para amar al Imperio Occidental.

Si Heinley era el culpable del fenómeno de la disminución del maná, debía saber cómo me sentía. Sin embargo, seguía buscando formas de perjudicar al Imperio Oriental.

Sí. Racionalmente lo podría entender. Pero emocionalmente, no podría evitar estar resentida con él.

Así que... por favor, espero que no seas tú.
***