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jueves, 3 de junio de 2021

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 318

Capítulo 318. ¿Por Qué Está Aquí? (1) 



Rashta agarró y soltó repetidamente los reposabrazos del sillón.

Su mirada estaba puesta en el suntuoso tapiz de la pared de enfrente, pero en realidad no estaba mirando el tapiz.

Estaba recordando la advertencia de Joanson.

Eventualmente, Rashta se levantó del sillón. Cuanto más pensaba en eso, más le dolía la cabeza, así que iba a acostarse en la cama para echar una siesta. ¿Qué mejor lugar para olvidar y escapar de la realidad que un dulce sueño?

"Su Majestad. El Emperador está aquí."

Pero ahora parecía que ni siquiera podría escapar. Al escuchar que Sovieshu había venido, Rashta murmuró con miedo e impotencia.

"Dile que entre..."

En el pasado, ella se sentía bien sólo con verlo. ¿Cómo se convirtió en una relación de este tipo en menos de un año?

Rashta miró con tristeza al hombre que abrió la puerta y entró. A diferencia de la demacrada Rashta, Sovieshu todavía desprendía dignidad y encanto.

Pero tenía una expresión fría y escalofriante, lo que hizo que Rashta se asustara aún más. ¡Ha leído el artículo! 

"¿Eso es cierto?"

Sovieshu no le dio vueltas. Preguntó de inmediato nada más cerrar la puerta. Como Rashta temía, parecía haber leído el artículo en el periódico de hoy.

"Pregunté si eso cierto, Rashta. ¿Es cierto lo que se afirma en el artículo?"

Rashta respondió débilmente.

"¿Viniste buscando una respuesta o ya tienes una?"

Su voz desdichada y su expresión pálida podían provocar lástima, pero la mirada de Sovieshu permanecía indiferente. ¿A dónde fue el hombre que cantaba canciones de cuna a mi vientre hace unos meses?

'Este hombre también me arrebató a mi hija.'

"¿Creerás en la respuesta de Rashta?"

"¿Y si no te creo? ¿Hay algún problema?"

"..."

"Sé honesta. Tienes que decírmelo ahora para poder solucionarlo."

Rashta se mordió el labio.

Sovieshu continuó, mirando el periódico extendido sobre la mesa baja.

"Tanto si esa persona es tu verdadero padre como si no, no es tu culpa que haya aparecido tan inesperadamente. No pretendo culparte por esto. Así que sé honesta conmigo. Hagámoslo fácil."

"Si Rashta miente... ¿Su Majestad abandonará a Rashta?"

"No tengo tiempo para juegos."

"¿A qué te refieres con hacerlo simple?"

"Rashta."

Se sintió realmente asfixiada por la voz de Sovieshu.

Rashta dudó y respondió,

"No es mi verdadero padre."

Rashta bajó los ojos, evitando la mirada fija de Sovieshu.

Después de mirar a Rashta en ese estado durante un tiempo, Sovieshu respondió con calma, "Está bien." Entonces, se dio la vuelta y salió. No volvió a preguntar si era cierto.

¿Se dio cuenta de que mentí? Temiendo que volviera y la presionara en cualquier momento, Rashta se congeló aterrorizada, tragando fuertemente.

No obstante, Sovieshu no volvió y ella se arrepintió tardíamente.

Lo hizo porque no quería ser una molestia para Sovieshu. Aunque Sovieshu lo solucionara, no quería que pensara en el proceso, 'Es una mujer incompetente y agobiante'.

Sovieshu ya sabía de las mentiras de Rashta. Nada más entrar en la oficina, se lo comentó al Marqués Karl, que le estaba esperando,

"Al final mintió."

"¿Otra vez?"

"Sí. Otra vez."

El Marqués Karl suspiró,

"... Pero esta vez me da un poco de lástima. Debe haber sido por ese hombre que Rashta se convirtió en esclava. Y ahora volvió a aparecer."

Sovieshu asintió. Le había dicho a Rashta que se encargaría si respondía con honestidad, fue una oportunidad que le dio con esto en mente.

"¿Qué piensa hacer, Su Majestad?"

"Si lo dejo tranquilo, perjudicará a mi hija. Una persona así no tiene escrúpulos y no hay forma de que cambie en el futuro. Hay que encargarse discretamente antes de que sea demasiado tarde."

"¿Nos encargamos ahora?"

"Hay mucha gente prestando atención en este momento. Será mejor encargarse de eso una vez que la atención de la gente se desplace a otra parte... o después de salir de la capital."

* * *

"Bueno, es mejor encargarse de eso lo antes posible. Más adelante el embarazo estará muy avanzado. Eso también dificultará el movimiento..."

Heinley, que había estado acariciando mi vientre en silencio, había decidido finalmente cómo manejar el asunto de ir a Wirwol.

Parecía pensar que sería mejor ir ahora que en otra ocasión en el futuro.

"Pero el médico del palacio me indicó que los primeros meses son los que más cuidados requieren."

El cojín en mi espalda no dejaba de inclinarse, así que extendí la mano hacia atrás para acomodarlo.

Recostándome de nuevo en el cojín levantado, Heinley volvió a poner su mano en mi vientre con naturalidad y respondió,

"Eso también me preocupaba mucho, Reina. Pero más adelante no podrá ocultarse que estás embarazada."

"Eso es verdad."

Cuando mi barriga crezca, todo el mundo sabrá que estoy embarazada. La noticia llegará también a otros países.

Heinley suspiró.

"¿No están los países vecinos en alerta desde que nos autoproclamamos un imperio? Si se corre la voz de que Reina está embarazada, los ojos de los asaltantes podrían iluminarse."

"Tienes razón."

"Preparé un carruaje grande y cómodo. Piensa en ello como un viaje."

"Sí."

Respondí, y puse mi mano sobre la mano de Heinley en mi vientre.

Heinley giró su mano, entrelazó sus dedos con los míos y susurró,

"Reina. Si vamos a Wirwol, también pasaremos por allí."

"Donde cenamos juntos."

"Sí. Ese lugar."

Nuestras mentes estaban conectadas, Heinley susurró suavemente, besando nuestras manos entrelazadas y sonriendo entre dientes.

Aunque no se sabe cuándo va a salir hielo de mi mano, no parecía tener el más mínimo miedo.

También me incliné y besé la frente de Heinley.

Aunque íbamos a Wirwol por el asunto de la magia, los dos deseábamos salir juntos después de tanto tiempo.

Ahí es donde le pedí que se casara conmigo...

En cuanto nos decidimos, comenzamos a preparar el viaje.

Como no se trataba de una visita oficial, sino de una visita breve, los preparativos no fueron nada del otro mundo.

Se preparó principalmente lo esencial, y el carruaje se decoró como un carruaje noble normal.

Heinley mencionaba ocasionalmente los nombres de los deliciosos restaurantes de Wirwol, y decía con gran entusiasmo que iríamos de uno en uno.

Pero dos días antes de partir. Llegó un mensaje urgente del lado de Whitemond. El Rey de Whitemond vendría en persona para reunirse con Heinley. Quería discutir el problema del puerto directamente, no a través de una delegación.

Para el momento en que llegó el mensaje, el rey ya debía haber dejado el país.

Whitemond no era un país lejano. Si el rey envió el mensaje y partió de inmediato, llegaría aquí justo después de que Heinley y yo nos hubiéramos marchado, a menos que se diera alguna circunstancia especial.

Sujeté su cabeza con ambas manos y consolé a Heinley, que estaba sufriendo.

"Quédate aquí. Puedo ir sola."

Lo sentía por Heinley, que tenía mucha ilusión en que hiciéramos el viaje juntos, pero tenía que hacerlo.

"No, Reina. Es peligroso."

"El Vizconde Langdel dijo que me acompañaría con los Caballeros Transnacionales. ¿Qué podría ser peligroso?" 

"Pero..."

"Heinley. El rey de otro país nos visitará en persona. Los dos no podemos estar ausentes al mismo tiempo. Especialmente tú."

Tras hablar con firmeza, Heinley asintió a regañadientes. Aunque a veces parecía actuar emocionalmente, en realidad Heinley no tenía problemas para separar los asuntos públicos de los personales.

"Volveré tan pronto como pregunte sobre la magia."

Una vez que se lo prometí, Heinley volvió a asentir sin ánimo.

* * *