El artículo en sí no era muy relevante dentro del periódico. Estaba en un pequeño apartado al final del mismo.
Sin embargo, el contenido del artículo era impresionante.
El periodista relató que se había reunido con un hombre que afirmaba ser el verdadero padre de Rashta y, aunque aclaró que no podía asegurarlo, publicó cada una de las declaraciones del hombre con todo detalle.
El hombre que afirmaba ser el verdadero padre de Rashta hizo tres declaraciones principales. Trabajaba tan duro para mantener a su hija que ni siquiera sabía que se había convertido en la Emperatriz. Su hija parecía haber buscado padres falsos entre la nobleza porque se avergonzaba de ser una plebeya. Visitó a su hija, pero fue rechazado y expulsado.
Este era un resumen del extenso artículo, pero algunas personas quedarían confundidas al leer las enrevesadas declaraciones.
Sovieshu se frotó la sien. Estos artículos sobre individuos de alto estatus solían ser escritos de forma anónima por los periodistas. Sin embargo, este periodista reveló con orgullo su nombre.
Incluso esto resultaba desfavorable para Rashta. Al revelar su nombre en un artículo como éste, lo estaba respaldando, lo cual conducía a que se formara una determinada opinión pública.
Aunque ahora era sólo una afirmación...
"¿Qué hay del certificado de esclavitud? ¿Aún no los has encontrado?"
"Es difícil de encontrar porque hay que buscarlo en secreto."
"¿Qué hay del certificado de esclavitud? ¿Aún no los has encontrado?"
"Es difícil de encontrar porque hay que buscarlo en secreto."
Un nudo ardiente le subió a la garganta. Sovieshu suspiró, tratando de calmar su ira. Pero su ira no se calmó, y ardió aún más.
Aunque Rashta pronto dejaría la posición de emperatriz, no era el caso de su hija. Su hija se encontraría en una posición difícil si se confirmara que Rashta era una esclava.
Incluso una princesa normal lo estaría. Pero era especialmente cierto para Glorym porque se convertiría en la primera emperatriz reinante del Imperio Oriental.
"¿Dónde está ahora este periodista? ¿Quién es este hombre que afirma ser el verdadero padre de Rashta?"
Sovieshu sacudió la cabeza.
"No. Primero tengo que comprobar si lo que dice este hombre es verdad. ¿Dónde está Rashta?"
Rashta estaba en el Palacio del Oeste con el periodista.
Sovieshu sacudió la cabeza.
"No. Primero tengo que comprobar si lo que dice este hombre es verdad. ¿Dónde está Rashta?"
***
En un principio, se había mostrado reacia a llamar al periodista porque Sovieshu había reducido considerablemente su poder, pidiendo que se le informara primero cuando ejerciera su autoridad como emperatriz.
Pero en cuanto vio el nombre de la persona que escribió el artículo sobre su verdadero padre, cambió de opinión, diciendo que no podía quedarse de brazos cruzados.
El periodista era Joanson. El periodista que fue a la sala de audiencias y le pidió que encontrara a su hermana. Antes de eso, el periodista que la entrevistó, calificándola como la esperanza de los plebeyos.
En cada ocasión que este periodista se encontró con ella, su expresión fue diferente. En el primer encuentro, la miró con ojos brillantes; en el segundo, la miró con ojos tristes y desesperados, y ahora la miraba con más frialdad que nunca.
"¿Le guardas algún rencor a Rashta?"
"De ninguna manera, Su Majestad."
Joanson respondió de inmediato. Pero incluso mientras decía esto, tenía una mirada sombría.
"Rashta ha visto todos los artículos absurdos que has publicado, pero aun así lo ha dejado pasar. Rashta sintió que era libre de publicar lo que quisiera. ¿Pero no fue demasiado lejos esta vez?"
Rashta miró a Joanson con una expresión llorosa.
Rashta no podía dormir después de haber tirado a la bebé. Por eso, tenía ojeras y la cara pálida, su aspecto era muy lamentable. Incluso a las personas más duras se les ablandaría el corazón al ver a Rashta así.
Pero este no era el caso de Joanson. Se sentía profundamente traicionado por la Emperatriz. También estaba convencido de que Rashta había hecho daño a su hermana. Por lo tanto, no le importaba nada de lo que dijera, no le conmovería.
"Como periodista, era mi deber dar a conocer la afirmación de este hombre, Su Majestad."
Los nobles odiaban que los plebeyos cruzaran las piernas delante de ellos. En el mejor de los casos, se limitaban a fruncir el ceño y, en el peor, algunos nobles ordenaban a sus subordinados que les rompieran las piernas.
Por supuesto, la Emperatriz Rashta creció entre plebeyos, tuviera o no sangre noble, así que podría ser diferente en este sentido, pero seguía pensando que si realmente tuviera sangre noble reaccionaría ante tal postura.
"¿No lo escribí claramente en el artículo? 'Hay un hombre que hace dicha afirmación'."
No era sólo una excusa. De hecho, en el artículo que publicó sobre el hombre que afirmaba ser el verdadero padre de Rashta no aseguró que lo fuera.
Como sus palabras eran coherentes y había cierto parecido en su rostro, escribió el artículo, pero añadió la frase, 'existe dicha afirmación' a lo largo del mismo.
"¿Publicarás cualquier tontería que se diga? Incluso si un niño afirma ser el hijo bastardo de Su Majestad."
"Las palabras del hombre que afirmaba ser el verdadero padre de Su Majestad eran coherentes."
Los ojos de Joanson se entrecerraron mientras miraba a Rashta. No reaccionó al hecho de que estuviera sentado con las piernas cruzadas...
'Obviamente, ¡porque es un estafador!' Rashta se tragó las palabras que estaban a punto de salir de su boca.
"¿Recuerdas mi visita a la sala de audiencias, Su Majestad?"
"Lo recuerdo."
"Mi petición no ha cambiado. Por favor, devuélveme a mi hermana. Con eso bastará."
"La desaparición de tu hermana no tiene nada que ver con Rashta, ¡¿qué quieres que haga?!"
"No he inventado nada de lo que he escrito. Cada artículo publicado tiene una investigación detrás."
"Hasta que mi hermana regrese, no dejaré en paz a Su Majestad."