Capítulo 155. Negociación (2)
'¿Qué...?' Noah detuvo sus pasos entre la multitud y miró al suelo. Pudo observar un suelo de tablas, no un pavimento de ladrillos. "¿Eh?"
No fue hasta que miró hacia atrás con el ceño fruncido que Noah se dio cuenta del grupo en el que se encontraba. Detrás de ella, pudo notar una letra claramente grabada en una gruesa columna de hierro que decía 'Puerta 3'.
"¡Todos los suministros necesarios se proporcionan a continuación, así que no se preocupen! ¡Lucy, baja la palanca!"
El suelo tembló. Noah, junto con Muell, parpadeó desconcertada.
"Bueno..."
Unos diez minutos más tarde, se encontraron llevando ropa de trabajo de color azul y cascos con linternas acopladas. Arrastraban sus picos por el rebaño de mineros.
'Me he convertido de repente en minera... ¿Cómo ha pasado esto?' Mientras seguían a los demás mineros, una leve risa salió de los labios de Noah. Por supuesto, había planeado bajar a la mina, así que no había necesidad de asustarse, incluso la situación le pareció algo divertida.
Más abajo de la puerta había una sala de suministros con ropa y equipo de trabajo para mineros. Cuando Noah se puso la ropa adecuada, trayendo consigo las herramientas, el supervisor la empujó para que siguiera a la multitud mientras llevaba a Muell en brazos.
'¿Debería pensar en positivo?' De todos modos, no tenía nada que hacer por la noche, y como Muell había dicho que el equipo sería reemplazado en seis horas, así que podrían regresar a medianoche. Hasta entonces, podía dar una vuelta por la mina.
El camino hacia la mina no estaba tan oscuro, ni tenía tantos baches como había imaginado. Había faroles brillantes colgados a ambos lados, y tanto el suelo como las paredes estaban cubiertos de un grueso contrachapado, lo que hacía que el camino fuera fácil de recorrer.
"Hey, ¿Por este camino vamos al taller?" preguntó Noah al hombre que estaba adelante.
"Recto por este camino, hay una puerta. Más allá de la misma, tomamos el tren que cruza cada piso."
"¿Cada piso? ¿Por casualidad sabes a dónde se dirige este equipo?"
"No somos esclavos de la mina, así que sólo llegaremos al piso intermedio. No te preocupes demasiado aunque hayas traído a tu hijo. De todos modos, vamos a formar un equipo con los mineros."
La multitud se dividirá en parejas, compuestas por una persona que busca el lugar donde está enterrado el mineral crin con una herramienta de detección de maná y una persona que desentierra el mineral usando un pico. El papel del navegante consiste en limitarse en sostener la herramienta de detección, por lo que normalmente la persona sin experiencia desempeña ese papel.
Originalmente, sólo trabajaban los esclavos de la mina, pero ahora también usaban a plebeyos debido a la falta de mano de obra.
Cuando llegaron a la puerta, habían mineros esperando en el lugar. En cuanto Noah los vio, se dio cuenta enseguida de lo que significaba ser un 'esclavo de la mina'. Había esperado que fueran pálidos, puesto que no podían tomar el sol la mayor parte del día, pero sus cuerpos estaban moldeados con músculos forjados de tanto usar picos.
Muchos mineros llevaban franelas holgadas sin mangas bajo el equipo de protección, mostrando sus firmes bíceps. Pero la mayoría tenía rostros cansados y sombríos. Algunos hombres fumaban con una pipa.
Dadas las arduas condiciones en las que trabajaban, acabaron degradándose hasta convertirse en esclavos.
Ciertamente estaban despojados de sus derechos, pero desgraciadamente, lo ignoraban. Mientras Noah chasqueaba la lengua, el director se acercó a ellos y comenzó a emparejarlos.
"Ahora, tú baja al segundo sótano con Arnold. La Dama va al tercer piso con éste. Chico, tú vas con este otro. Bueno..." El director se detuvo frente a Noah y miró a su alrededor para encontrar a un minero que aún no hubiera sido emparejado.
Ella quería vagar libremente por la mina, pero sólo podría hacerlo si la emparejaban con alguien que no fuera difícil de dominar. Noah miró a los mineros con una expresión malvada, como si los amenazara.
De repente, el director abrió mucho los ojos mientras miraba más allá de ella. "Oh, tenías un compañero. Lo siento, Dama."
"¿Perdón?"
"Debes haberte confundido. Esa área está en el octavo piso."
"Sí, sí..."
Muell, que estaba abrazando a Noah, ladeó la cabeza. Si hubiera tenido una mala sensación, habría mostrado incomodidad, pero inesperadamente, el pequeño estaba tranquilo.
Asombrada, Noah giró ligeramente la cabeza. Allí estaba un hombre con tirantes negros, a diferencia de los demás trabajadores. Su diferencia de físico y altura fue suficiente para que Noah lo reconociera sin tener que comprobar su rostro. Su corazón se aceleró.
Entonces, el hombre susurró en voz baja, "Los caminos son irregulares aquí abajo. Podrías caerte si llevas a tu hijo."
Antes de que Noah pudiera responder, él sostuvo a Muell en sus brazos. Al mismo tiempo, el supervisor agitó los brazos y gritó, "¡Grupo 8! Bajen rápido." En cuanto Noah estaba a punto de darse la vuelta y mirarlo a la cara, una gran mano sujetó su hombro instándola a avanzar.
La puerta de la mina se abrió lentamente.