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viernes, 4 de junio de 2021

I Raised A Black Dragon - Capítulo 154

Capítulo 154. Negociación (2)


Noah no sólo había traído los artículos mágicos de Eleonora, sino también las esposas de la oficina de Kyle en el anexo de la Oficina de Seguridad de Investigación. Consiguió atar fuertemente a Donalian y meterlo en un armario sin muchos problemas.

"Uh..."

"No hagas ruido. Si te descubren haciendo ruido, daré 4.5 millones de libras por tu cuello". Sus amenazas hicieron que Donalian se quedara en silencio rápidamente. Después de haberlo atado, Noah recogió el contrato firmado.

El contrato de compra, que decía que entregaría la propiedad y los derechos de explotación de la mina Maobiana por 4.5 millones de libras, contenía un nombre agradable a la vista: Eleonora Asil.

'Lo has logrado, Park Noah. No puedo creer que sea realmente rica'. Le remordía la conciencia derrochar el dinero de Eleonora, pero ¿No se debía a su historial que Noah pasara por todos estos problemas?

"Tomo el dinero, compro el terreno, contrato al mayordomo..." 

Noah salió del despacho de Culton, tarareando. Los trabajadores de la oficina, que habían cambiado de empleador, tenían un día completo de vacaciones después de haber sido despedidos.

Después de adquirir una mina de valor astronómico a bajo precio, necesitaba eliminar las malas hierbas antes de hacer uso de ella. Otras personas se hubieran aterrado escuchando la historia de Donalian, pero Noah no le dio importancia. Si se trataba de la cuna de dragones, entonces sería como la cama de Muell. Se había vuelto más valiente, a Noah no le aterraba la lúgubre mina.

***

El sol estaba comenzando a ocultarse, creando tonalidades de naranja intenso. Su resplandor de color anaranjado iluminaba las calles de una pequeña ciudad fronteriza con Maobiana. Una brisa fresca reconfortaba las almas solitarias. Las personas abundaban en las tiendas de comestibles y los bares.

"¡Noah!" Justo a tiempo, un chico negro de cabello rizado salió de un tren que se detuvo en la tienda de conveniencia al otro lado de la oficina.

"¿Qué tal, Mu? ¿Lo encontraste?"

"No lo encontré, Noah. Este es un lugar muy interesante. Está lleno de espíritus". El niño agarró su brazo y comenzó a hablar sobre las cosas que había visto. Mientras Muell balbuceaba, una palabra llamó la atención de Noah.

"¿Espíritu?"

"¡Sí! Todavía no lo he visto porque está muy abajo. Pero hay voces que saludan."

'Donalian dijo que era la cuna de dragones, ¿Pero que lo que vive bajo el lago no es un monstruo, sino el espíritu de un dragón...?' Noah siguió a Muell mientras la guiaba.

"¿Encontraste el camino hacia abajo?", preguntó.

"Hay muchos caminos. Cada pocas horas, un grupo de humanos baja y sube."

La zona en la que se encontraba la mina de Maobiana se extendía desde la puerta 1 hasta la 10. Noah y Muell se encontraban ahora en la puerta 3. Los trabajadores de la mina parecían agruparse antes de bajar. 

Mientras caminaban bajo la iluminación de los faroles a lo largo de las calles repletas de bares y posadas, Noah organizó sus pensamientos. "Bueno, esta noche dormiremos en la posada. Encontraremos a Kyle en la subestación de Noviscosha, y luego bajaremos a la mina...."

"¡Cinco libras por día! Hay una prima por hacer trabajo nocturno, ¡Así que es un plus de 10 libras!"

Las palabras de Noah quedaron eclipsadas bajo una voz que sonó unas cinco veces más fuerte que la suya.

"¡Dama! ¿Trabajará un día y se llevará diez libras?"

"¿Qué? No, no quiero."

Debido a la escasez de aspirantes a la mina, incluso si alguien no era minero, le ofrecían trabajo desesperadamente. Noah agarró a Muell e intentó escabullirse entre la multitud para evitar al parlanchín. Se ajustó la túnica para que no quedara al descubierto su elegante vestido. 'Ahora que lo pienso, he dejado el sombrero en la oficina. Ese sombrero de ala ancha, me gustaba tanto...'

"¡Bien, bien! Si nacieron y se criaron en Noviscosha, deberían saber cómo hacer esto, ¡Ya sea un hombre, una mujer, un niño o un anciano!" Dijo el minero. Luego, comenzó a contar las personas que había logrado atrapar. "...Veintiocho, veintinueve, treinta. Bien. ¡Vamos a bajar directamente!"