Reciente

viernes, 16 de abril de 2021

Padre, No Quiero Casarme - Capítulo 36

Capítulo 36. Un Regalo Para Mi Padre


Frunciendo el ceño, gruñó, "En realidad, no", y cerró los ojos. 

Sus palabras me desanimaron. 'He renunciado a mi lugar de descanso por él, ¿Pero esta es la respuesta que recibo?'. Giré la cabeza hacia la ventana, donde podía observar la puesta de sol. 'Me pregunto por qué conoce a mi padre...'

Estaba perdida en mis pensamientos cuando el discípulo de mi padre preguntó de repente: "¿Por qué no dejas de mirarme?"

"Oh, estaba pensando... parece que tienes una buena relación con mi padre."

Hubo un momento de silencio antes de que él finalmente dijera, "Sí, no nos llevamos mal."

'Por supuesto'. Me reí con ganas. Frente a su discípulo, las expresiones faciales y la forma de hablar de mi padre eran tan extrañas que parecía una persona diferente.

'Ahora que lo pienso, tengo que devolverle su colgante y darle las mancuernillas que compré... pero no quiero hacerlo en persona'. Tenía miedo de que no le gustara el regalo porque no conocía sus preferencias. No quería que los tirara a la basura, o que me ofendería. 

'Un momento, este hombre podría saber más sobre los gustos de mi padre'. 

"Hey", lo  llamé. Cuando sus ojos rojos se volvieron hacia mí, reconsideré mis acciones. 'Es imposible que alguien con una personalidad terrible como él me responda con sinceridad'.

Mientras consideraba si debía preguntarle o no, me dijo: "Di lo que tengas que decir. Odio que la gente se demora". Su tono fue brusco, pero parecía que estaba dispuesto a ayudarme. 

"¿Qué te parece regalar un conjunto de mancuernillas?" pregunté finalmente. 

Frunció el ceño. "¿Un regalo?" Sus ojos se volvieron hostiles, haciéndome estremecer. 

'¿Por qué me mira así? ¿No le gusta la idea de las mancuernillas?'

***

Las mujeres solían regalar mancuernillas a sus parejas Max pensó inmediatamente en Mikhail cuando Jubelian le preguntó sobre las mancuernillas. "¿A quién se las vas a regalar?", preguntó.

"¿A quién más se las regalaría? Tú deberías saber a quién", respondió Jubelian en voz baja.

Max sintió que su humor empeoraba.  '¿Acaso esta estúpida mujer está pensando en aferrarse nuevamente a él?' Había aprendido a no mostrar nunca sus verdaderas emociones, para que no pudieran ser utilizadas en su contra, pero inconscientemente, su expresión se volvió feroz.

"¿Vas a regalar gemelos a alguien como él?" En cuanto preguntó esto, los ojos de la mujer se volvieron fríos. 

"Hey, estás siendo demasiado cruel", contestó ella bruscamente. Algo poco común en ella.

Max rara vez daba consejos porque sencillamente no le interesaban los demás, pero resultaba frustrante presenciar cómo la mujer defendía a Mikhail sin pensar en sí misma. Sintió una ráfaga de ira y su estómago se revolvió. 'Intento ser considerado contigo, ¿Por qué te pones de su lado?' Sus nudillos se volvieron blancos de tanto apretar los puños. 

"¿Cómo puedes aferrarte a alguien que se muestra tan indiferente contigo... No tienes orgullo?", preguntó fríamente. 'Intenta refutar eso', pensó con ironía. Max nunca se había arrepentido de haber insultado a alguien, pero en el momento en que vio que el rostro de la mujer palidecía, no pudo explicar el dolor de su corazón. 

'¿Qué demonios...?' Su rostro se distorsionó mientras trataba de sobrellevar el extraño dolor.  Aunque estaba enfadado, no podía dejar de mirarla. La extraña sensación finalmente se calmó cuando ella mencionó a alguien inesperado. 

"No me aferro a él. Sólo quiero llevarme bien con mi padre". Tan pronto como Jubelian dijo esto, los feroces ojos rojos de Max vacilaron. 

"¿Piensas dárselos a tu padre, el Duque Floyen?", preguntó para confirmarlo.

Jubelian frunció el ceño. "¿A quién más se los daría?"

Max sintió que su humor mejoraba enormemente. 'Parece que no sabe lo mucho que su padre se preocupa por ella'. Ella había malinterpretado fácilmente sus palabras, lo que demostraba que probablemente no se llevaban bien. '¿Es esto lo que querías?' Ridiculizó en silencio a su insensato maestro, que había hecho innumerables sacrificios por su hija, pero que decidió ocultarle este hecho. Considerando la situación divertida y patética al mismo tiempo, se rió. 

"Hey, deja de reírte y di algo". Jubelian se enfadó.

'Si no la escucho... ¿Se volverá a enfadar?' Normalmente Max no pensaría tan lejos, pero no podía dejar de pensar en la cara de ella, que se había puesto pálida por sus palabras mordaces. Suspiró e inconscientemente endureció su expresión. 

'Qué molesto'.