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miércoles, 14 de abril de 2021

Padre, No Quiero Casarme - Capítulo 31

Capítulo 31. En Negación


"¿Qué tonterías estás diciendo?" El hombre volvió a responder de forma maleducada, a pesar de que yo me había esforzado por hablar con consideración.

'¿Qué es lo que le hace actuar de forma tan grosera?' Estuve un rato absorto en mis frustraciones, pero pronto especulé con la causa de su infelicidad. 'Si lo echaron ayer, probablemente se saltó la cena y no comió nada desde entonces'. 

De repente pude empatizar un poco mejor con él. 'Es cierto que la gente se irrita más fácilmente cuando tiene hambre y no tiene dónde ir'. No pude evitar compadecerme.

"Vamos a comer juntos", dije en voz baja. 

El hombre me miró con expresión pétrea. "¿Qué?" 

En ese momento, alguien tocó la puerta. 

"Nuestro chef es bastante hábil, así que puedes esperar una comida deliciosa", dije mientras volvía a cerrar las puertas del armario.

***

'¿Comer juntos?' Mientras se sentaba tranquilamente en el armario, Max repitió las palabras de la mujer en su cabeza con una expresión extraña. 'Espera, ¿Por qué la estoy escuchando?'

De repente lo invadieron las dudas y se enfureció. 'Debería romper las puertas y marcharme'.

En ese momento, sintió que alguien se acercaba. A juzgar por el ritmo de los pasos de la persona, se trataba de la sirvienta que había visitado anteriormente. Francamente, Max se sintió irritado. Sintió el impulso de romper las puertas del armario y arruinar los planes de la mujer que quería mantenerlo fuera de la vista. Pero al recordar su expresión cuando le había ofrecido comer juntos, se tranquilizó. 

'Esperaré un poco más'. Era la primera vez que Max decidía esperar pacientemente a otra persona. 

"He traído algunas medicinas y sándwiches, Dama Floyen."

"Gracias, Merilyn. Sólo un segundo."

"Sí,  Dama."

"¿Podrías aplicar la medicina a mi espalda y cuello?"

Max esperaba salir pronto de este armario mal ventilado, pero la mujer se estaba tomando su tiempo. Como su paciencia se agotó rápidamente, apretó los dientes con rabia. 'Dijo que sólo tardaría un segundo. ¿Qué está haciendo ahora?'

Max apretó los puños, dispuesto a romper las puertas del armario cuando recordó lo que la mujer había dicho una vez más. 'Vamos a comer juntos'. Extrañamente, no pudo ceder a sus impulsos cuando le vino a la mente la cara risueña de ella. 

'¿Por qué estoy...?' Ahora que lo pensaba, le resultaban extrañas muchas cosas. No había pensado en irse hasta que la mujer se lo pidió y sintió un cosquilleo en el corazón cuando ella le había ofrecido comer juntos. No podía desafiar los deseos de ella. Max frunció el ceño y se preguntó por qué actuaba de esta manera. Sus pensamientos fueron interrumpidos de repente por un grito que provenía de la misma mujer que le había estado molestando todo este tiempo. 

"¡Ah!"

Como no podía verla, se puso alerta. '¿Hay una emboscada? ¿Qué ha pasado?' Todo tipo de escenarios cruzaron su mente. Sólo dos personas deberían estar  en la habitación, pero existía la posibilidad de que un asesino experto estuviera escondido en algún lugar.

'La mujer incluso se durmió sin cerrar las ventanas...' Desde el punto de vista de Max, Jubelian estaba indefensa. No sería extraño que la atacaran ahora mismo.

'Tengo que saber lo qué está pasando'. Extendió la mano para empujar las puertas del armario, y luego se detuvo. '¿Por qué me importa?'

Frunció el ceño por un momento, pero reaccionó cuando escuchó otro gemido desde el exterior. '...Sólo la estoy ayudando porque puedo utilizarla en el futuro. Eso es todo'. Max racionalizó su incomprensible comportamiento y volvió a extender la mano. Se puso rígido cuando escuchó la voz de la mujer por tercera vez. 

"Un poco más abajo, Merilyn."

"¿Aquí mismo, Lady Floyen?"

"Sí."

Después de escuchar su conversación, Max finalmente se dio cuenta de la situación y arrugó la cara. '¿Qué diablos estoy haciendo? No puedo creer que me deje influir por una mujer como esa...' Sintió una abrumadora sensación de vergüenza, y entonces escuchó la voz de la sirvienta a través de las finas puertas.

"Creo que es mejor que el Doctor Allen le recete alguna medicina para el dolor."

"Está bien. Mejorará con esto. "

Max frunció el ceño. 'Es buena para fingir, aunque no se haya hecho daño en ningún sitio'.

Su expresión se endureció cuando Merilyn volvió a hablar. "Es normal que te duela la espalda. Hay algunos moretones bajo tus omóplatos."

'¿Moretones? ¿Qué clase de...?' Mientras reflexionaba sobre esto, escuchó a la mujer hablar despreocupadamente. 

"Oh, pensé que estaría bien porque me caí sobre la alfombra... no sabía que me saldrían moretones."

Fue entonces cuando Max recordó haberla empujado al suelo esta mañana.  'Maldita sea'. Era natural que los débiles fueran los primeros en morir, por lo que normalmente no le importaba que otras personas resultaran heridas. Pero en el momento en que se enteró de que la mujer estaba herida por su culpa, se sintió un poco mal del estómago.