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viernes, 16 de abril de 2021

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 298

Capítulo 298. Persona Fría (2)



Dado que aún no se había recibido una respuesta por parte de Whitemond, el incidente fue etiquetado como 'urgente' y se apartó un poco de la lista de prioridades.

A la espera de una respuesta, Heinley comenzó a ocuparse de lo que debía hacerse ahora mismo.

Para averiguar si otros países también se sentían amenazados por el Imperio Occidental, envió una delegación con una carta escrita a mano personalmente a cada país, y discutió la posibilidad de aumentar el presupuesto de defensa en preparación para futuros eventos.

Estos eran asuntos delicados que debían tratarse con cuidado.

Tal vez sea por eso. Heinley, que solía acercarse a mí por la noche con energía renovada, hoy se quedó dormido en cuanto se acostó en la cama.

Observándolo atentamente mientras dormía, extendí suavemente mi mano. Cuando comencé a acariciar su piel impecable y suave, Heinley refunfuño con el ceño fruncido.

Incluso agotado se veía hermoso.

Después de dudar, me acerqué sigilosamente a su rostro. Con una mano apoyaba mi cabeza, y con la otra jugueteaba con su rostro.

Encantador. Es encantador. Tan encantador que es peligroso.

Acercándome un poco más, soplé ligeramente sus pestañas. Los párpados de Heinley temblaron. Volvió a fruncir el ceño probablemente porque le hacía cosquillas y enterró la cara en la almohada.

¡Qué adorable!

Puse mi mano en su cabello y lo acaricié. Me gustaba la suave sensación de tocarlo con mis dedos. Besé su frente repetidamente y contuve la respiración sorprendida, pensando que podría haber despertado a Heinley.

Sin siquiera respirar, comprobé su respiración. Afortunadamente, seguía durmiendo plácidamente. Me sentí aliviada, pero de nuevo, apartando un poco mi rostro de él, jugueteé con sus mejillas y sus ojos.

Ahora, al mirarlo, me sentí confundida.

¿Lo amo? ¿Estoy al borde de amarlo? ¿Lo amo, pero no quiero amarlo?

Aunque sentía algo por Sovieshu, sólo me di cuenta justo antes del divorcio, era demasiado lenta en ese sentido.

Nunca antes pensé que fuera lenta, pero sólo con mirar a Heinley me doy cuenta de lo lenta que soy.

¿Cómo podía Heinley confesar y jurarme amor sin temor ni dudas?

¿No temía que lo dejara? ¿Cómo podía estar tan seguro de que me amaba?

Mientras jugueteaba con su cabello como de costumbre, sentí una extraña comezón en las puntas de mis dedos.

Le acaricié el cabello un poco más rápido para disipar la comezón, pero aun así la sensación no desapareció.

¿Qué ocurre? No era una simple comezón, sino que realmente me picaba. Se sentía peor que una picadura de insecto.

En el momento en que finalmente traté de quitar mi mano de su cabello, Heinley abrió los ojos de repente y giró su cuerpo hacia un lado en pánico.

*Thud*

Se escucho el sonido al caerse de la cama.

"¿Heinley?"

¿Por qué actuó así? Estaba sorprendida. Cuando puse mis manos sobre la cama para levantarme, perdí la fuerza en los brazos y caí boca abajo.

¿Qué demonios...?

Endeble en la cama, abrí y cerré la boca. Estaba tan desconcertada que ni siquiera podía hablar.

Entonces, pude ver por qué Heinley se alejó repentinamente. Hielo azul, casi blanco, apareció donde Heinley estaba acostado.

"¿Heinley?"

En pánico, volví a llamarlo mientras me levantaba lentamente de la cama. ¿Qué demonios está pasando? Naturalmente estaba nerviosa porque no podía entender la situación.

¿Alguien irrumpió en nuestro dormitorio? ¿Algún enemigo invisible congeló sólo el lado de Heinley?

"Aquí estoy, Reina."

Heinley respondió mientras se levantaba frente a mí.

Me sorprendí aún más al verlo. Su cabello estaba cubierto de hielo blanco como si hubiera rodado por un campo de nieve.


*Tap, tap* Heinley, que se sacudió el hielo del cabello, miró el lado donde estuvo acostado y a mí alternativamente, no podía saber lo que pensaba por su expresión.

"Parece que tu cuerpo está comenzando a cambiar lentamente."

''¿Mi cuerpo?"

"Como te dije, entre esta cama y... yo se podría hacer circular el maná por tu cuerpo."

Heinley se acercó a mí, agarró mi mano, la que había acariciado su cabello, y la levantó con cuidado.

"¿Quieres decir que ese hielo lo hice yo?"

"Probablemente."

Mientras Heinley tocaba mi mano con mucho cuidado, yo también examinaba mi mano.

La comezón de hace un momento había desaparecido y, en su lugar, las puntas de mis dedos estaban bastante frescas. Sin embargo, a parte de eso no había nada extraño. No tenía hielo en mi mano, ni estaba especialmente fría.

"¿Puedes volver a usarla?"

Heinley preguntó, mirando mi mano incómodamente.

Sacudí la cabeza. Sólo estaba jugueteando con Heinley mientras dormía. No estaba pensando en hacer nada, no quería atacarlo. Incluso ahora, no sabía qué sucedió, así que volver a usarla...

"¿Estás seguro de que lo hice yo?"

Cuando volví a preguntar, Heinley respondió inmediatamente, "Sí."

"¿No lo hiciste tú?"

"No. Absolutamente no."

Heinley habló con firmeza y soltó lentamente mi mano. Luego sonrió con satisfacción y murmuró,

"Ahora se convirtió realmente en tu apodo."

"¿Mi apodo?"

"De hielo."

"...."

"También podría haber sido de hierro. Me alegro de que no sea así."

Heinley habló en tono de broma, riendo mientras se sacudía el cabello, que aún tenía restos de hielo.

"La idea de tener el cabello cubierto de hierro da un poco de miedo..."

***

Estaba tan emocionada que no pude dormir ni un poco.

¿Usé magia? ¿De verdad? ¿De verdad?

Era tan sorprendente e increíble que me sentía extraña.

Nunca pensé en querer ser maga. Ahora que podría convertirme en maga, estaba demasiado emocionada.

Incluso con el desayuno delante de mí, no me provocaba comer.

"Si no puedes usarla normalmente, es que aún no se ha manifestado del todo. Así que ahora mismo el maná debe estar buscando la habilidad más adecuada para tu cuerpo."

"La habilidad más adecuada... ¿Eso significa que la habilidad más adecuada para mí es el hielo? ¿Soy una persona fría?"