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domingo, 28 de marzo de 2021

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 289

Capítulo 289. Rescate (2)



Heinley siempre cocinaba para mí. Así que hoy iba a cocinar para él para eliminar por completo la atmósfera incómoda entre los dos.

Me dirigí a la propia cocina de Heinley, que solía utilizar a menudo.

La cocina, limpia y ordenada, mostraba que estaba diseñada con énfasis en la estética más que en el uso práctico, pero estaba equipada con todo lo necesario.

Después de subirme las mangas, pensé en qué platos podría cocinar. ¿Sopa de Maíz? ¿Sopa de Champiñones? ¿Sopa de Verduras? En realidad, no tenía prácticamente experiencia.

... Debería hacer una tortilla. Era una comida elegante y típica. Lo más importante era que supiera que la hice por mí misma para él.

Sí, así es. En vez de hacer algo que no sé hacer bien, haré algo sencillo pero delicioso.

En cuanto me decidí, rompí los huevos en un tazón y los revolví con fuerza... Una hora más tarde, durante la cena, le serví a Heinley la tortilla que había hecho por mí misma.

Heinley se comió felizmente un pedazo de la tortilla.

"¿Cómo sabe?"

"Es la tortilla más deliciosa que he probado en mi vida."

Sé que eran palabras vacías, pero me hicieron sentir bien. Mientras lo veía comer, intenté reprimir el conflicto entre 'amor o estabilidad' que rondaba por mi cabeza en los últimos días.

Mientras luchaba con esto, Heinley me preguntó,

"¿No comes Reina?"

"Ah."

Sólo entonces me di cuenta de que apenas había probado la comida en mi plato. Heinley sugirió, acercándome el plato de tortilla que le había preparado.

"Debes probarla también, Reina. Está realmente deliciosa. No son palabras vacías, sino sinceras."

Tomé un pedazo de la tortilla con un tenedor, me lo metí en la boca, lo mastiqué un par de veces y en seguida me lo tragué.

Pero fue extraño. Parecía deliciosa como decía, pero no sabía bien.

Además, el sabor de la tortilla que me quedó en la boca fue algo desagradable. De repente, sentí como si hubiera hecho una papilla de polluelo en vez de una tortilla, lo que hizo que mi estómago se revolviera aún más.


Después de beber apresuradamente un vaso de agua, Heinley preguntó con voz temblorosa,

"¿Reina? ¿Tiene algún ingrediente que no toleras?" 

"No. Es sólo que no tengo apetito."

"¿Te encuentras bien?"

"Sí. Simplemente es falta de apetito."

Heinley extendió la mano y puso su palma en mi frente. Su mano se sentía agradable y reconfortante.

Mientras cerraba los ojos tranquilamente, Heinley murmuró, "Tienes un poco de fiebre. Llamaré al médico del palacio, Reina."

"Estoy bien. No hay necesidad de llamar al médico del palacio por no tener apetito."

Sacudí la cabeza rápidamente, me llevé a la boca un poco de la ensalada hecha por el chef y sonreí forzadamente.

La razón de mi falta de apetito era evidente. Me enteré que Rashta quería matar a mis padres, ¿no sería extraño tener buen apetito? 

El médico del palacio podría decir que estaba agotada por el exceso de trabajo, interfiriendo así con mis deberes.

Todavía tenía mucho trabajo, así que no quería que llamara al médico del palacio por estos síntomas.

***

Cuando el Vizconde Roteschu, que llevaba días sin venir a visitarla, le preguntó,

"¿De casualidad has visto a Rivetti?"

Rashta casi dejó escapar un grito de suma alegría. '¡Ese asesino lo logró!'

"No. ¿Qué ocurrió?"

Preguntó Rashta, reprimiendo el deleite en su voz.

La expresión del Vizconde Roteschu se volvió sombría.

"No ha vuelto desde hace unos días."

"¿En serio?" Rashta preguntó con indiferencia, y añadió con firmeza, "No sé nada. Rashta no es cercana ni se relaciona con ella, ¿no es así? No me importa lo que esté haciendo."

El Vizconde Roteschu frunció el ceño, pero no dijo nada. Estaba tan preocupado por Rivetti que ni siquiera parecía querer discutir.

"Ella no es una niña, puede ir a divertirse por su cuenta. Preocúpate por lo que te pedí que hicieras."

Finalmente, el Vizconde Roteschu se marchó. A la noche siguiente, el asesino contratado por Rashta vino a verla.

El asesino entró en la habitación de Rashta con sorprendente facilidad.

Cuando vio al asesino de pie junto a la ventana, Rashta casi gritó aterrorizada.

Sin embargo, no tardó en reconocer la singular figura del asesino y preguntó apresuradamente,

"¿Qué pasó con Rivetti?"

Preguntó Rashta con entusiasmo, a lo que el asesino respondió con indiferencia.

"La secuestré y la entregué a un traficante de esclavos ilegal. El dinero de la venta—"

"Dámelo. Compraré comida deliciosa con eso. Te daré la suma de dinero correspondiente por separado."

Cuando el asesino le entregó el dinero que había traído, Rashta se lo guardó inmediatamente antes de entregarle el pago acordado.

Estaba preocupada porque el asesino había descubierto quién era y había venido hasta aquí, pero los que pertenecían al gremio de asesinos eran reconocidos por su silencio.

Esto se debía a que un asesino que revelara la identidad de un cliente era inútil, y pasara lo que pasara, la identidad del cliente debía mantenerse en secreto.

Tras comprobar el dinero y las joyas, el asesino asintió y se giró para salir por la ventana.

"Espera un momento."

Rashta detuvo al asesino y le pidió,

"Cuando esa chica sea vendida por el traficante de esclavos, infórmame dónde la vendió. Por supuesto, te pagaré por esto."

Cuando Rivetti estuviera sumida en la desesperación, planeaba ir a verla y decirle, '¿Qué se siente ser una vulgar esclava?'

El asesino volvió a asentir y desapareció en un parpadeo. Rashta se sentó en la cama y apretó su corazón palpitante.

'Rivetti llorará con una expresión completamente deformada o escupirá maldiciones de la desesperación.'

Rashta se agarró el vientre y sonrió alegremente. Era agradable imaginar que podría vengarse de un enemigo de la misma manera.

Poco después, cuando la sirvienta que Rashta había enviado a Evely vino a verla tras conseguir robar el collar de ésta, el ánimo de Rashta se elevó aún más.

"Buen trabajo. Eres realmente competente."

Rashta le dio un gran collar de joyas y le ordenó,

"Sigue vigilando a la chica y avísame inmediatamente si notas algo extraño. Si Su Majestad la busca, le envía regalos, o algo parecido."

"Por supuesto. Confíe en mí, Su Majestad la Emperatriz."

Al quedarse sola en su habitación, Rashta levantó el collar de Evely y resopló al examinarlo detenidamente. Esto hizo que su buen humor volviera a decaer. Rashta tiró el collar contra el suelo y lo pisoteó varias veces.

***